Museum's 200-year-old scarf find BBC NEWS 23-dec-2003
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Museum staff call the neckerchief "Ye Olde Rag"
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A Napoleonic neckerchief discovered in a Cornwall village could be put
on display to mark the 200th anniversary of the Battle of Trafalgar.
The red and white scarf was found under the rafters of a cottage in
Mousehole last week and has been declared to be about 200-years-old.
The scarf, which bears the slogans "The British tar will humble
the might of France" and "the Navy of Britain secures the
liberty of the world", was found in September.
The Penlee House Museum in Penzance hopes the crumbling cloth with its
striking mottos and designs can be part of display being planned at the
National Maritime Museum at Greenwich.
The victory at Trafalgar - on 21 October 1805 - against the combined
fleets of France and Spain established Britain's supremacy at sea and
freed the country from the long-held fear of invasion from Napoleon's
armies
Staff at Penlee House affectionately call the cloth "ye olde rag".
Museum director Alison Lloyd said that it was a rare find, although it
was a garment that was quite common when it was made.
She said: "The kind of things that stand the test of time are
things like medals and important works of art - things that were meant to
be kept.
"This was mass-produced cheaply, you'd wear it for a week, that
bit of jubilation would pass by and then you'd then put it in the bin.
"The fact that it has survived is remarkable and it's a very
exciting find."
Heavily-armed luggers
In Penzance, local maritime historian Clive Carter said the slogans on
the scarf conjured up images of what the world the was like at the time
and showed how Napoleon was considered a major threat to British security.
"Mount's Bay itself was a rendezvous point for convoys. Ships
would come home and then split off and go to other places, or wait for
their escorts.
"The French had privateers and there were heavily-armed luggers
that would hover off the bay and try to hit the convoys.
"So, there were quite a lot of clashes between these vessels."
Images of the cloth have been sent for dating to the Politics and
International Relations Department at Oriel College, Oxford University.
Department head Mark Philip said such material is very rare.
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Información
obtenida de:
http://www.buceofederado.com
Un equipo de
científicos e investigadores en arqueología subacuática ha hallado
bajo las aguas de las costas del Parque Nacional de Doñana los restos
del navío ‘Rayo’ que se hundió en esta zona el 21 de
octubre de 1805 tras la batalla de Trafalgar que mantuvieron la
flota inglesa al mando del almirante Nelson, y la franco-española mando
del almirante Villeneuve.
Los detalles de este hallazgo ha sido expuesto ayer por el investigador
Claudio Lozano, dentro del Curso de Otoño titulado ‘Recuperación y
Conservación del Patrimonio Arqueológico Subacuático’ que organiza
la Universidad de Huelva y que se está celebrando en Punta Umbría.
Claudio Lozano, es responsable de Crátera Intervenciones Subacuáticas
tiene una gran experiencias en trabajos subacuáticos y habló de los
modelos de intervención en arqueología subacuáticas, dando a conocer
lo que hasta ahora ha descubierto frente a las Costas de Huelva y que
aun no puede sacar pendiente de ayuda de la Administración. Este equipo
liderado por el investigador Claudio Lozano, ha constatado que las
costas de Huelva y Cádiz son junto a San Juan de Ulúa, en el Golfo de
México, y las Azores las zonas del mundo más ricas en patrimonio
arqueológico subacuático debido a la gran cantidad de buques hundidos
bajo sus aguas. Por ello ha demandado a las Administraciones la
realización de un gran proyecto científico que permita recuperar y
conservar este patrimonio presente en el Golfo de Cádiz, teniendo además
en cuenta que en el año 2005 se celebrará el Bicentenario de la
Batalla de Trafalgar. En concreto, los trabajos desarrollados frente a
las costas de Doñana han permitido determinar que los restos hallados
pertenecen al navío español de primera línea ‘Rayo’, construido
en La Habana (Cuba) en 1749 y que participó en la batalla de Trafalgar
con cien cañones bajo el mando del comandante Enrique Macdonel y de la
flota franco-española. Este navío fue desarbolado tras el intenso
combate y se fue a pique en Arenas Gordas a causa del temporal que se
levantó después del enfrentamiento naval. Las investigaciones
desarrolladas han permitido determinar que la estructura del navío
hundido se encuentra muy bien conservada, a lo que hay que unir la
presencia de artillería, munición y un balastro específico. El navío
‘Rayo’ tenía 57 metros de eslora y 14,5 de manga. Asimismo pesaba
1.750 toneladas de arqueo y 3.000 de desplazamiento. El objetivo de este
curso, que se desarrollará hasta hoy, es analizar la importancia de los
yacimientos arqueológicos submarinos, teniendo en cuenta que España es
la primera potencia mundial en yacimientos arqueológicos submarinos con
galeones y navíos hundidos no sólo en nuestras costas -en especial Cádiz
y Huelva- sino en aguas poco profundas de todos los mares y océanos. De
hecho, estos hallazgos, más allá de su gran valor económico, son
documentos esenciales para el conocimiento de nuestra historia. Así, la
arqueología subacuática, antaño una actividad carente de rigor científico,
es hoy una moderna disciplina con una metodología y unas técnicas
precisas.
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26 de Noviembre de 2003
Andalucía
Investiga http://www.andaluciainvestiga.com
UN RAYO EN EL MAR
Los restos de nuestro pasado no sólo han sido enterrados por el
tiempo en las lomas de las montañas. Aparte de las formas de vida subacuáticas,
en el golfo de Cádiz se esconde uno de los mayores patrimonios europeos
de yacimientos arqueológicos submarinos. Claudio Lozano, en la
Universidad de Huelva, ha descubierto el que se cree que es el ‘Rayo’
en el mar
C. Recio
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Bajo el mar se esconden también restos de nuestro pasado
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Después
de dos años de estudio y muchas inmersiones, un equipo multidisciplinar
de la Universidad de Huelva en el que participan historiadores, arqueólogos,
buzos e informáticos, han llegado a la conclusión de que en las costas
de Doñana se haya sumergido el navío bautizado en 1749 como ‘El
Rayo’, construido en esa fecha en La Habana y que cayó en la batalla de
Trafagar en 1805.
La pista para llegar a esta conclusión la ha dado el obús
fabricado exclusivamente para esa contienda y hallado en el pecio (resto
de nave naufragada). La madera del navío está en los laboratorios, pero
Claudio Lozano, responsable del proyecto, plantea la hipótesis de su
origen tropical, por lo que la idea de haber encontrado el ‘Rayo’
cobra mayor peso.
Además, uno de los miembros del grupo se ha desplazado hasta Londres para
comparar otros barcos hundidos de la época que han sido reconstruidos en
galerías museísticas especializadas y así poder contrastar teorías.
Importancia de la divulgación
Este descubrimiento fue dado a conocer a raíz de los cursos de otoño que
organiza la Facultad de Humanidades en la Universidad de Huelva, pero con
motivo de las jornadas que celebra estos días esta facultad, se ha
retomado el tema presentando, además, los documentos audiovisuales
elaborados sobre el barco hundido.
A pesar de que aún no han visitado ningún centro escolar, quieren
divulgar estos descubrimientos. Con esta idea, además del video mostrado
en la conferencia se ha elaborado una arqueometría
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28 de Enero de 2004 |
Andalucía
Investiga http://www.andaluciainvestiga.com
“ESTAMOS
ANTE UN CAMINO POR ESCRIBIR, LA FALTA DE LITERATURA CIENTÍFICA EN
ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA ES UNA VENTAJA Y UNA DIFICULTAD”
La arqueología subacuática se presenta como una
disciplina floreciente. La unión entre el buceo deportivo y la
curiosidad fue el origen, hace tres años, del primer grupo de
investigación en este campo en Huelva. El descubrimiento de El Rayo
en la costa de Doñana ha supuesto, aparte de un hallazgo de gran
repercusión en el terreno arqueológico, el lanzamiento en la UHU de lo
que podría ser una nueva licenciatura. En Andalucía, esta materia
sigue la senda de los pioneros debido a la escasa literatura científica.
Por ello mismo, en todo lo que hagan serán los primeros.
C. Recio
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Así era `El Rayo´. Todas las hipótesis lo
ubican sumergido frente a Doñana
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Según los entendidos, el Golfo de Cádiz es uno de los lugares en
Europa, junto con las Islas Azores, con mayor patrimonio arqueológico
sumergido. No en vano, la batalla de Trafalgar es responsable de la
mayoría de pecios (navíos hundidos)que existen en la zona. Es en esta
línea en la que, por el momento, se está centrando el grupo de Claudio
Lozano.
Se podría decir que este ámbito de investigación nace de un hallazgo
marcado a medias por la casualidad y las leyendas. Hace tres años, el
propio Claudio Lozano, en una inmersión con Antonio Payno (patrón de
cabotaje y buzo profesional) halló los restos de lo que parecía un
barco hundido, del que conocían la existencia los propios pescadores y
los habitantes de la zona desde hace al menos 40 años, entre el mito y
la realidad. Se unen de este modo la sabiduría popular y el método
científico. Una vez hecho el descubrimiento, el grupo presenta la
denuncia de la aparición del navío acompañado de un proyecto para
estudiarlo y posteriormente rescatarlo. Una vez obtenido el permiso de
la Junta de Andalucía, se inicia el proceso.
Dificultad para investigar
La primera traba con la que se encuentra un equipo de jóvenes
investigadores en una materia casi nueva en Andalucía es la escasa
literatura científica en español. “El hecho de ir dando pasos en la
semi-oscuridad te obliga a ser muy exhaustivo y a la vez debes ir
sentando precedentes”, asegura Lozano. A pesar de ello, este joven
grupo onubense ha mirado a EE.UU, Gran Bretaña y Suecia, contando además
con la experiencia de Lozano en este terreno submarino en Chipre, Grecia
o Barbados, y varios proyectos con National Geografic en Guatemala.
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El Rayo podría tener esta disposición, gran
parte enterrado debido a la dinámica costera
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La arqueología subacuática tiene las dificultades propias de las
disciplinas clásicas, a las que se suman las del medio en el que se
desarrolla. El tiempo de inmersión, el frío o el estado de la mar para
la navegación son factores que pueden impedir que se desarrolle la
jornada con normalidad, “esto nos lleva a que cada inmersión debe ser
como una operación quirúrgica, la planificación debe ser al milímetro”.
Documentación
Para que esa planificación sea minuciosa es imprescindible una
documentación completa. El Rayo fue construido en La Habana en
1749, y varó en la orilla en la zona de Arenas Gordas el 21 de
octubre de 1805, a causa de un temporal. La historia varía según la
cuentan vencedores o vencidos. Para contrastar el desarrollo de la
batalla de Trafalgar, entre la versión española y la inglesa, un
miembro del equipo, Jesús Reales, se desplazó a Inglaterra durante un
mes. Ha tomado notas de cómo se conserva en el puerto de Portsmouth el
barco HMS Victory, del comandante Nelson. Pero sobre todo ha recopilado
datos de la batalla para saber qué otros navíos interactuaron con El
Rayo, para poder reconstruir el contexto en el que transcurrió su
final.
Pero en la identificación de este barco ha jugado un papel inestimable
la artillería que portaba, ya que se trataba de obuses y cañones
fabricados en exclusiva para la mítica contienda en el mar. En este
sentido, la visita a Gran Bretaña era inexcusable: “hemos tenido
acceso a los metódicos registros que llevaban los ingleses en los
puertos en materia armamentística y estos datos han sido
incuestionables a la hora de afirmar que era El Rayo”, dice el
documentalista Jesús Reales.
Cartografía
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Imágenes en 3D para acercarse a los jóvenes
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Pero si es imprescindible la documentación histórica, no se queda atrás
la cartografía. José Manuel Gálvez diferenció entre más de 160
mapas de la zona y de la época para examinar en profundidad los 40 más
relevantes. “Hemos tenido suerte porque, por motivos económicos, la
zona del Golfo de Cádiz estaba muy documentada, ya que era entrada de
barcos hasta Sevilla”, nos explica Gálvez.
Esta inversión en mapas de la época nos ha llegado en forma de
cartografías con datos sobre las barras de arena, las rocas, o
elementos de la costa que dan las pistas para saber cuál fue el lugar
exacto en que varó El Rayo. Según las crónicas de la época,
el yacimiento se encuentra a 300 metros de la orilla, de manera que el
estudio de cartografía histórica ha demostrado que en ese punto actual
se hallaba la línea de costa en 1805. La dinámica costera es uno de
los dibujantes del paisaje del litoral. Por este motivo y para encontrar
la localización exacta, han recurrido a la técnica de la enfilada
inversa o la cartografía actual por satélite, cedida por el Landsat y
Spot.
Divulgación
Uno de los aspectos que los arqueólogos subacuáticos tienen en mente
es cambiar la imagen errónea que se tiene de este trabajo, relacionado
irremediablemente con el caza-tesoros. “No somos buscadores de
oro, queremos recuperar ese patrimonio y darlo a conocer. Para esto es
ineludible la labor en los centros escolares”, afirma Lozano.
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Restos arqueológicos hundidos
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Ya están preparando un calendario de visitas a centros educativos, en
el que el principal objetivo será concienciar a los alumnos de la
existencia de un patrimonio sumergido y de la necesidad de respetarlo.
Debido a la cultura visual en la que la adolescencia actual se encuentra
inmersa, Claudio Lozano ha contado para esta parte del trabajo con la
colaboración de un informático, Pedro Díaz -que ha elaborado un plano
en tres dimensiones con las características del pecio- y con un
operador de cámara, Patricio Romero.
Si la arqueología subacuática es compleja, la grabación no lo es
menos. La principal dificultad en el golfo de Cádiz, en concreto en el
litoral onubense, es la gran cantidad de partículas en suspensión que
hay en el agua, que llegan al mar desde las desembocaduras de los ríos,
Tinto, Odiel, Piedras, Guadiana y Guadalquivir, que enturbian la visión
submarina.
“Pero, además, debes saber bucear como si el mar fuera tu hábitat
natural. Una vez que estás ahí abajo, lo importante es lo que grabas,
es decir, no puedes estar preocupándote del buceo”. Así habla
Patricio Romero, el veterano operador de cámara que ha colaborado con
otros proyectos, entre ellos, el rescate del Thistlegorm en el
Mar Rojo, cargado de material bélico de la Segunda Guerra Mundial.
“El Rayo es diferente a otros barcos hundidos, ya que no está
íntegro, tiene restos muy dispersos”, nos cuenta Romero, que además
espera que, a partir de ahora, las instituciones confíen más en ellos,
y que eso se traduzca en mayores recursos, mejores equipos y materiales,
no sólo para las inmersiones, sino para el registro en vídeo y
fotografía.
Repercusión mediática
Encontrar El Rayo les ha llevado a recibir llamadas de un gran
numero de medios de comunicación en todos los niveles, entre ellos las
cadenas nacionales de televisión, que han visto en el grupo de Claudio
Lozano un tema de gran interés social. “No nos lo esperábamos, además
ha sido una sorpresa grata, porque está ofreciendo una visión muy
respetuosa con la labor científica”, asegura orgulloso Lozano. Este
es el comienzo de un camino duro y gratificante a la vez, que gira sus
pasos, una vez localizado el barco, hacia su recate, y quién sabe si a
buscar más.
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Subastan bandera del buque de Nelson en Trafalgar
30/9/2004
Londres, (EFE).- Un fragmento de la bandera que llevaba Nelson en el
buque almirante HMS Victory durante la batalla de Trafalgar se vendió
hoy por más de 72 mil dólares en una sala de subastas londinense.
En la subasta, celebrada en la casa Bonhams, se adjudicaron también
varios documentos y cartas vinculados al héroe británico de aquella
gran batalla naval entre España e Inglaterra cuyo doscientos
aniversario se celebra en 2005.
Uno de los lotes de la subasta incluía dos fragmentos de la enseña
del Victory, que los propios marineros que habían servido a las órdenes
del almirante desgarraron cuando se colocó encima de su féretro en la
catedral de San Pablo de la capital británica.
Consiste en un trozo de tela azul con un dobladillo en el margen y
otro de color blanco con dos sellos de cera de fecha posterior que
pertenecieron a la familia Enys, de Cornualles (suroeste de Inglaterra).
Acompañaba al trozo de bandera una carta enviada por correo
certificado por el anticuario y vicario Henry Hoper a J. Enys Jr, con
fecha de 9 de mayo de 1856, que certifica la procedencia del pabellón.
Añade que el estandarte fue llevado por los soldados en el funeral
de Nelson, hecho trizas después de la ceremonia, tras lo cual los
espectadores se pelearon por quedarse con algún fragmento.
El director del departamento de libros y manuscritos de Bonhams se
felicitó del éxito de la puja de hoy y anunció para 5 del próximo
mes de julio, con ocasión del bicentenario de Trafalgar, una nueva
subasta de objetos relacionados con Nelson y otros personajes históricos.
La colección privada de la familia Enys incluye cartas y
documentos de Napoleón, Nelson, los reyes Enrique VIII e Isabel I de
Inglaterra, Luis XVI de Francia, la emperatriz Catalina de Rusia, el filósofo
de la ciencia Francis Bacon, la escritora Virginia Woolf o el político
Benjamin Disraeli.
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Un proyecto
internacional busca en aguas del Golfo de Cádiz los navíos que se
hundieron en una batalla naval que cambió el rumbo de la Historia
Pocas veces un choque bélico ha sido tan decisivo
para la historia de Europa como la Batalla de Trafalgar (21 de
octubre de 1805), que enfrentó a la flota combinada franco-española
con la Royal Navy de Horacio Nelson. Supuso el final de las
aspiraciones napoleónicas a la conquista de Inglaterra y el dominio
británico en los mares durante más de un siglo. Para los españoles
fue un desastre que acabó con su ya mermado poder como potencia marítima
y un presagio de sus futuras desavenencias con los franceses, que
acabaron por invadir la Península.
Con ánimo de arrojar luz sobre este episodio histórico, la fundación
americana RPM Nautical y el National Geographic Magazine han puesto
en marcha un proyecto de prospecciones geofísicas en aguas del
Golfo de Cádiz y Huelva, con la colaboración de la Consejería de
Cultura de la Junta de Andalucía -a través del Centro de Arqueología
Subacuática (CAS)-. El objetivo es localizar y evaluar los
yacimientos relacionados con este enfrentamiento que descansan junto
al litoral español, escenario de la última novela de Arturo Pérez
Reverte, Cabo Trafalgar, que sale a la venta la próxima semana.
Los especialistas ya han estudiado los pecios conocidos -«la mayoría
expoliados hace años», explica la directora del CAS, Mercedes
Gallardo-, con ánimo de «ratificar si participaron en el combate».
Los expoliadores «se han llevado objetos preciosos, como cañones
de bronce», pero han dejado material de «gran valor arqueológico»,
como munición, un ancla, parte de una bomba de achique, pernos...
De todas formas, «en principio no se contempla intervenir, salvo
ante un rápido deterioro de los yacimientos o para evitar nuevos
robos», precisa Gallardo. «De ser así, se podría proceder a la
extracción o enterramiento de las evidencias arqueológicas».
La Batalla del Cabo Trafalgar enfrentó a 27 navíos ingleses con 33
buques de la flota franco-española, mal armada y tripulada por
campesinos y soldados de tierra. El mando aliado lo detentaba el
almirante francés Pierre Charles Villeneuve, veterano de la batalla
del Nilo, que se vio impotente ante la genial estrategia de Nelson.
La
muerte de Nelson
Dispuesta su escuadra en dos divisiones -lideradas por el
Royal Sovereign de Collingwood y por su nave capitana Victory-, el
almirante británico batió a los grupos de buques aliados, que
combatieron con tanto arrojo como desorden.
Desde un principio, el choque se convirtió en una auténtica
carnicería. Cada explosión producía una mortal lluvia de
astillas. Desde las cofas, los tiradores barrían las cubiertas con
fuego ininterrumpido. «Mis ojos estaban horrorizados por la visión
de los cuerpos destrozados y mis oídos retumbaban por los alaridos
de los moribundos», escribió un infante de marina inglés. Los cañonazos
cercenaban brazos y piernas y pocos salieron indemnes de la metralla
esparcida por las carronadas. Tras dos horas de combate sin cuartel,
se impuso la veteranía de las dotaciones inglesas. Con el
Bucentaure -buque insignia de la flota combinada- apresado y
Villeneuve prisionero, el almirante español Federico Gravina se
refugió en Cádiz con los barcos que pudo salvar.
Entre españoles y franceses tuvieron más de 4.000 muertos y otros
8.000 cayeron prisioneros. Los ingleses no perdieron ningún buque y
sufrieron 500 bajas. La más dolorosa, la de Nelson, que murió
tiroteado desde un navío francés. Justo antes del combate, había
arengado a sus hombres con una frase inmortal: «Inglaterra espera
que cada uno cumpla con su deber».
«Durante la batalla sólo se hundió el Achille francés. El resto
-más de la mitad de la flota franco-española- se fue a pique
debido a la tormenta que arreció los días posteriores», rememora
Lourdes Márquez, documentalista del CAS. «Los ingleses intentaron
remolcar a Gibraltar los 18 barcos capturados, pero se vieron
obligados a dejar la mayoría a su suerte. Los últimos que se
hundieron, lo hicieron el 26 y 27 de octubre de 1805, cinco días
después de la batalla», puntualiza.
Cálculos
imprecisos
Unos días antes, el 23 de octubre, tuvo lugar la tentativa
aliada de rescatar los buques apresados. Sirvió para que nuevos
barcos se perdieran en mitad de la tempestad. Es el caso del Rayo,
que un equipo de la Universidad de Huelva asegura haber descubierto
junto a la reserva de Doñana. Fuentes del CAS sostienen, sin
embargo, que «también podría tratarse del Monarca o el Berwick,
que se perdieron en la misma zona».
«Entre los pecios localizados, creemos que dos pertenecen a la
flota francesa, el Bucentaure -el barco de Villeneuve- y el Fogueux»,
matiza Mercedes Gallardo. Los especialistas también siguen la pista
del navío español Santísima Trinidad, el buque de guerra más
grande de su tiempo, que fue hundido por los británicos ante la
imposibilidad de remolcarlo a Gibraltar. «En los diarios de a bordo
ingleses constan las coordenadas de la zona de hundimiento del
Trinidad; pero no eran cálculos precisos», lamenta Gallardo. Hoy,
este gigante de 130 cañones apodado por Benito Pérez Galdós El
Escorial de los mares descansa en su silencioso sepulcro submarino.
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laverdad.es
6/10/2004
Arqueología de última
tecnología
Para establecer la zona donde se fueron a pique los barcos que
participaron en la batalla de Trafalgar-abarca unos 155 kilómetros
cuadrados- se ha utilizado toda la documentación disponible. «Ha
sido muy útil la ayuda de los miembros de National Geographic,
que han aportado los cuadernos de bitácora de los navíos
ingleses», revela Mercedes Gallardo.
El CAS tiene delimitados cinco yacimientos: en los tres situados
entre el Castillo de San Sebastián y el bajo de las Puercas se
han encontrado 32 cañones de hierro, una estructura de madera,
munición para cañones, granadas, parte de una bomba de
achique... Los otros dos, en el área que va desde Conil a
Sancti Petri, reúnen 92 cañones, un ancla de gran tamaño,
pernos de bronce y un gran número de elementos metálicos, en
su mayoría desperdigados entre las rocas del fondo. «De
dilucidar si los restos hallados pertenecen a navíos que
participaron en Trafalgar se encarga un especialista de la
Universidad de Texas, experto en ingeniería naval de los siglos
XVIII y XIX», aclara Gallardo.
Para localizar otros barcos naufragados, la fundación RPM
Nautical ha puesto a disposición de la investigación dos
embarcaciones equipadas con la sonda multihaz, un sistema geofísico
de última tecnología que ha permitido la detección de unas
200 anomalías -alteraciones en tres dimensiones- sobre el lecho
oceánico.
Enterrado
en la arena
Arqueólogos subacuáticos del CAS y un robot
teledirigido de la RPM -en cotas más profundas- se encargan de
explorar las anomalías detectadas. «La mayoría son
hundimientos modernos. Por lo menos en un caso, no obstante,
creemos que hay un pecio de la batalla que podría conservar
gran parte del casco bajo la arena», concluye la arqueóloga
del CAS.
El Proyecto Trafalgar se prolongará como mínimo hasta mayo de
2005 y de su difusión se encargará -en caso de producirse
hallazgos de importancia- la revista National Geographic.
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Lost Nelson letters found in
the back of an Edinburgh wardrobe
WILLIAM LYONS
A SERIES of letters written
and received by Viscount Horatio Nelson, estimated to be worth more than £25,000,
have been discovered at the back of a wardrobe in an Edinburgh town house.
The previously lost letters, which will now be auctioned or sold to a British
institution, chart different aspects of Nelson’s career from his
introduction to serve on HMS Seahorse at the age of 14 to his appointment as
vice-admiral ten months before the Battle of Trafalgar, in 1805, during which
he died.
John Dixon, an Edinburgh antique dealer who found the letters while
undertaking a house clearance, said it as a "one-off fantastic discovery".
Mr Dixon, of the antique dealers Georgian Antiques, said: "The owner
commissioned an auction house to value the contents of the house. I liked the
furniture so bought it, and as we were going through the cupboards I chanced
upon three framed pictures. The auction house had either ignored or missed
them. I picked them up and immediately thought it was fantastic."
The first letter is framed in wood made from the ladder of HMS Victory down
which Nelson was carried when mortally wounded at the Battle of Trafalgar. It
is from a clerk in the navy office to a navy agent introducing the young
Horatio Nelson. The second is from the Admiralty, making Horatio Nelson vice-admiral
of the Blue Squadron of His Majesty’s fleet. There is also a handwritten
letter from Nelson thanking God for the recovery from injury of a friend.
The letters were originally owned by Sir William Augustus Fraser, an English
politician, author and collector who died in 1898. It is not known how they
came to be in the hands of the last owner.
The Nelson historian Dr Colin White, of the National Maritime Museum, said:
"It is amazing that there is still material coming on the market about
this man and turning up in private collections. I am looking forward to seeing
what they contain."
Under Nelson’s leadership, the Royal Navy proved its supremacy over the
French, culminating with the Battle of Trafalgar, which saved Britain from
threat of invasion by Napoleon.
El
almirante Nelson no llevó nunca un parche en el ojo
El almirante Horacio
Nelson no llevó nunca un parche en el ojo, como se le representa normalmente,
según Colin White, experto en Nelson y responsable de historia de los mares en
el Museo Nacional Marítimo de Greenwich, que ha llevado a cabo una investigación
al respecto.
EFE | 19-01-2005
A la popular representación
del almirante, cuya muerte en la batalla de Trafalgar contra la flota
hispanofrancesa conmemora este año el Reino Unido en su bicentenario, contribuyó,
entre otras cosas, la película 'That Hamilton Woman' (1941), de Alexander Korda,
sobre los amores entre Nelson y Emma Hamilton, casi tan legendarios como su
triunfo en Trafalgar.
En aquella película, Nelson, interpretado por el gran Laurence Olivier,
cortejaba a la Hamilton (Vivien Leigh) con el parche en su ojo derecho.
Según White, casi todas las imágenes que muestran al héroe de Trafalgar con
un parche en el ojo datan en realidad de la última mitad del siglo XIX.
Cuando el Reino Unido se involucró en la guerra contra la Francia
revolucionaria, Nelson se puso al frente del buque 'Agamennon'.
Sirvió en el Mediterráneo, ayudó a capturar Córcega y en el asedio de Calvi,
en 1794, perdió efectivamente la visión del ojo derecho, lesión a la que se
sumaría, tres años más tarde, la amputación del brazo derecho en la batalla
de Santa Cruz de Tenerife.
Colin White ha encontrado una carta inédita de 1797 en la que Nelson se quejaba
a un amigo de que el tribunal que le había examinado para determinar la cuantía
de su pensión por invalidez no creía que estuviese ciego de un ojo.
Según el historiador, el problema para Nelson es que el ojo como tal seguía en
su cuenca, y no había entonces instrumentos oftalmológicos suficientemente
precisos como para determinar el grado de pérdida de visión.
Otra autoridad en Nelson, Peter Warwick, que escribe actualmente un nuevo libro
sobre la batalla de Trafalgar, declaró al diario 'The Times' que la leyenda del
parche en el ojo de Nelson cobró sobre todo alas en la Primera Guerra Mundial
cuando se utilizó la imagen del almirante como icono de la supremacía británica.
RPM NAUTICAL FOUNDATION TRABAJOS EN LOS PECIOS DE
TRAFALGAR
Subastan un mechón de pelo del almirante Nelson
Los expertos estiman que la pieza está
valuada entre 15.000 y 30.000 euros. También se subastarán otros objetos
de la batalla de Trafalgar
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(EFE).-
Un mechón de pelo del almirante Nelson, una espada o un cinturón son algunos
de los resquicios históricos de la batalla de Trafalgar que se subastarán el 5
de julio en la casa Bonhams con motivo del bicentenario de la victoria británica.
En la misma calle londinense de New Bond, donde vivió Horatio Nelson, Bonhams
sacará a subasta objetos por un valor estimado en unos 2,2 millones de euros,
relacionados con la batalla contra la flota hispano francesa que le proporcionó
al Reino Unido supremacía marítima.
Mientras se ultiman los detalles para el desfile conmemorativo de la victoria
británica el próximo 28 de junio en el sur de Inglaterra, Bonhams anunció que
subastará un mechón de su héroe nacional, muerto en la batalla, y valorado
entre 15.000 y 30.000 euros.
Guardado en una cajita de oro, el mechón fue entregado por la amante de Nelson,
Emma Hamilton, al capitán Charles Tyler, uno de los más cercanos colaboradores
del capitán.
También se venderán al mejor postor un óleo sobre la victoria, de John
Stephen Dews, estimado entre 120.000 y 180.000 euros; una medalla de oro del
capitán Tyler, valorada entre 60.000 y 90.000 euros, o una entrada numerada
para el funeral del almirante Nelson en Londres, cuyo valor se prevé entre los
1.800 y los 2.200 euros.
En total, unas doscientas piezas, la mayoría procedentes de colecciones
privadas, saldrán a subasta el próximo 5 de julio.
Este será uno de los múltiples actos en el Reino Unido para la conmemoración
del bicentenario de la batalla de Trafalgar, cuyo plato fuerte será el desfile
naval en Portsmouth (canal de la Mancha), el 28 de junio.
El acto contará con la asistencia de la reina Isabel II y en él participarán
cientos de barcos, desde modernos buques de guerra a viejos veleros, buques de
vapor y yates privados.
Treinta países de todos los continentes han confirmado hasta ahora su presencia
en el evento, desde los dos entonces enemigos del Reino Unido -Francia y España-
hasta Rusia, Alemania, Portugal, Brasil, Estados Unidos, Japón, la India y
Corea.
Nelson relic's unique selling point
CLAIRE SMITH
IT WAS made to commemorate the moment when an ambitious young sailor leapt
aboard a Spanish ship in sight of a battery of enemy cannon.
But for years the ceremonial sword awarded to Lieutenant C Adams was stored
under a bed in the home of his descendants in the west of Scotland.
The Lloyds Patriotic Fund sword, which originally cost 50 guineas, is now
expected to raise £30,000 at an auction at Bonhams in London in July.
Andrew Robb, a valuer, said the present owners were surprised by the value
of the heirloom.
"They knew what it was but they didn’t know it was so valuable. It
was kept under the bed for safekeeping and because it is a lethal weapon."
The sword, presented to Lt Adams in 1806, is among an astonishing
collection of naval memorabilia to be auctioned in July to mark the
bicentenary of the battle of Trafalgar.
Included in the sale is a lock of Lord Nelson’s hair and a pair of rings
exchanged by the admiral and Lady Hamilton.
A pair of boot-hooks belonging to Napoleon, a framed patch of sail from HMS
Victory, complete with bullet holes, and a pouch owned by the ship’s purser,
Walter Burke, will also be part of the sale, which is expected to raise a
million pounds.
Lionel Willis, Bonham’s maritime expert, said ceremonial swords such as
the one presented to Lt Adams were prized possessions in the Napoleonic era.
"The sword was presented to Lt Adams for his part in a "cutting
out expedition". The ships’ rowing boats would venture out, full of
sailors armed to the teeth, often in the middle of the night.
"It was often a way for young officers to bring themselves to the
attention of their superiors," Mr Willis said.
"These swords were not used for fighting but they were highly prized.
You can be sure that when Lt Adams went out to levees and balls he would have
worn it. It didn’t do you any harm in society to be a hero."
TRAFALGAR
SURGEON'S INSTRUMENTS MAKE SEA VOYAGE TO HMS VICTORY
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By David
Prudames
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20/04/2005
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http://www.24hourmuseum.org.uk/
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Surgical
instruments used onboard HMS Victory during the Battle of Trafalgar are
at sea again on their way to take part in bicentenary commemorations of
Nelson’s finest hour.
The
box of saws, knives and forceps belonged to Ship’s Surgeon William
Beatty who was on hand as Admiral Horatio breathed his last.
Back
onboard a Royal Navy vessel after 200 years the instruments left their
current owner, the Royal College of Physicians and Surgeons in Glasgow,
on April 19 bound for HMS Victory in Portsmouth and London thereafter.
The
college archivist, Carol Parry, told the 24 Hour Museum that
transporting them by sea was a particularly appropriate way of sending
them south.
"It
does seem fitting," she said. "Nelson is the main guiding
light in the Navy and to have Beatty’s instruments on board was
considered to be incredibly exciting."
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Beatty’s
tools are normally held at the college as part of a large collection of
medical instruments dating back to the 18th century, but are being
loaned to the National Maritime Museum (NMM) for its forthcoming Nelson
& Napoleon exhibition.
The
precious artefacts are being taken onboard Royal Navy Mine Counter
Measures Vessel HMS Dulverton to HMS Victory for a commemorative
ceremony on April 25. After that HMS Illustrious will ferry them up to
the NMM.
Organised
as part of SeaBritain, a year of celebrations to mark the bicentenary of
Trafalgar, Nelson & Napoleon promises an in-depth investigation into
the minds of these two great leaders. It will also offer a rare
opportunity to see a range of artefacts, including William Beatty’s
surgical instruments.
Made
by a family business, Laundy of London, the instruments are among the
earliest and most valuable examples of their kind in existence. The set
is still in its original box and contains a screw torniquet, an
amputation knife with detachable handles, a fine-toothed bow saw and
forceps.
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The
loan, said Carol Parry, is "great from the college’s point of
view because we are not a museum and other people will get the
opportunity to see them."
William
Beatty was born in Londonderry in 1773 and joined the Navy as a junior
surgeon in 1791 at the age of 18. He saw service in the Caribbean, North
Sea, Mediterranean and North Atlantic before his appointment as Ship’s
Surgeon on HMS Victory in 1804.
At
the Battle of Trafalgar Beatty would have dealt with only the most
dangerous cases and his list of injured and wounded from the day makes
for particularly gruesome reading.
Of
the ship’s 815 men, 57 were killed and 102 wounded with Beatty himself
called upon to perform the amputation of nine arms and two legs.
However,
Beatty was also called upon to attend to a stricken Horatio Nelson:
"He realised once he’d been injured that he was a goner,"
said Carol Parry, "so all he could do was keep an eye on him. He
knew there was no hope."
|
Once
he pronounced him dead, Beatty preserved Nelson’s body in a barrel of
brandy for the long journey back to Portsmouth where he finally
performed a post mortem.
It
was then, as Carol explained, that he took a souvenir of his time with
the much-treasured admiral: "What he did once he got back,"
she said, "was he actually extracted the fatal shot, had it encased
and kept it as a momento."
Nelson
& Napoleon is on show at the National Maritime Museum from July 7
until November 13 2005.
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Time online 27/05/05
England expects . . . a signally quick message
By Lewis Smith
A letter up for sale shows that Nelson’s famous words were improved by a quick-thinking
lieutenant
NELSON’S “England expects” signal has long
been part of British seafaring legend. Now a letter explaining how it was edited
by one of his junior officers so that it could be delivered quickly has come up
for sale at Bonhams in London.
John Pasco, a signal lieutenant on HMS Victory, was standing on the poop deck
when Admiral Lord Nelson ordered him to send a signal to the fleet as they
approached the combined French and Spanish fleet on October 21, 1805.
In his letter Pasco explains how he suggested that Nelson should alter the
wording to allow it to be sent faster.
The Admiral intended to tell his fleet “England confides that every man will
do his duty,” but Pasco pointed out that “confides” would have to be spelt
out in flags, whereas “expects” could be conveyed as a shortened form. In
the letter the lieutenant wrote: “His Lordship came to me on the poop, and
after ordering certain signals to be made, about a quarter to noon, he said,
‘Mr Pasco, I wish to say to the fleet, ‘England Confides that Every Man will
do His Duty’.
“And he added, ‘You must be quick, for I have one more signal to make which
is close action.’ I replied, ‘If your Lordship will permit me to substitute
the expects for confides the signal will soon be completed, because the word
expects is in the vocabulary and confides must be spelt’.
“His Lordship replied, in haste, and with seeming satisfaction, ‘That will
do, Pasco, make it directly’.”
The signalling system used by Nelson had been invented by Admiral Sir Home
Popham only two years earlier and was called “telegraph signals” until after
the battle, when it became known as “The Trafalgar Code”. Nelson saw its
potential for replacing the cumbersome existing system, which allowed only
messages made up of a limited list of phrases and numerals to be passed by
flying flags from a masthead.
Popham’s signals also used flags, but his flexible code allowed seamen to use
any word they wanted, though some had to be spelt out. In Nelson’s famous
message only duty had to be spelt out.
Pasco’s letter, which was probably written 25 years after the battle, will be
sold in July as one of a series of Nelsonian letters. It is estimated that it
will fetch up to £3,000.
Others in the auction include a note written by Nelson 16 days before the battle,
in which he vowed to “annihilate” the French despite being short of ships,
which it is estimated will fetch £40,000. A fragment of his goodbye letter
written to his mistress, Lady Emma Hamilton, as he waited to sail on September
15, 1805, is expected to fetch up to £4,000.
Europa Press 27/05/2005
R.Unido.- Subastarán una carta de Lord Nelson en la que dice que quiere
"aniquilar" a los franceses en Trafalgar
LONDRES, 26 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Marta Altuna)
La casa de subastas británica Bonhams subastará el
próximo 5 de julio una carta en la que Lord Nelson asegura que quiere
"aniquilar" a las fuerzas francesas en la batalla de Trafalgar. La
misiva de cuatro paginas, que podría alcanzar los 40.000 libras esterlinas
(unos 62.000 euros), fue escrita por el almirante a bordo de su barco, el
Victoria, el 5 de octubre de 1805, e iba dirigida a Lord Barham, el responsable
del Almirantazgo británico en ese momento.
Esta carta será subastada junto a otras 29 cartas de Lord Nelson. Un portavoz
de la casa indicó al respecto: "La carta es posiblemente la misiva más
importante referente a la batalla de Trafalgar que continúa en manos
privadas".
"Este documento tan importante ha seguido hasta el momento en manos
privadas y nunca hasta ahora había sido subastado", explico. Asimismo,
dijo que "todo indica que ha pasado de generación en generación dentro de
la familia Barham hasta los actuales dueños".
Nelson firmó la carta con el nombre de "Nelson&Bronte", en
referencia al titulo de duque de Bronte que le dio el rey Ferdinando, rey de las
dos Sicilias en el año 1799. Reino Unido celebra actualmente el 200 aniversario
de la batalla de Trafalgar, en la que los barcos británicos ganaron la partida
a los españoles y franceses. Nelson murió en aquella batalla.
Nelson's Trafalgar Letter Vowing To "Annihilate" The French To Be
Auctioned
One of the most significant letters in British Naval
history, written almost 200 years ago by Britain's greatest naval hero, Admiral
Horatio Nelson, will be sold by Bonhams on 5 July 2005, at 101 New Bond Street,
London. In the historic letter to Lord Barham, First Lord of the Admiralty,
Nelson outlines his strategy on the eve of the Battle of Trafalgar, vowing to
"annihilate" the enemy fleet.
This important document has, until now, remained in private ownership, and has
never been auctioned before. It appears to have descended through the Barham
family to the present owners, or was possibly acquired by them at some point to
commemorate the family connection.
Expected to fetch £30,000-40,000, the four-page-long autograph letter - signed
"Nelson & Bronte" - was written onboard HMS Victory on 5 October
1805 and is quite possibly the finest letter relating to Trafalgar remaining in
private hands.
Setting out the position before the battle, Nelson writes: "I have 23 Sail
with Me and Should they come out I shall immediately bring them to battle but
although I should not doubt of Spoiling any Voyage they may attempt Yet I hope
for the arrival of the Ships from England that as an Enemys fleet they may be
annihilated..." He continues by assuring the First Lord that he may "rely"
upon his "every exertion.
Bonhams' Nelson and the Royal Navy 1750-1815 Sale on 5 July will include a
further 29 letters which have been written by Nelson and another 80 manuscripts
relating to him and/or the Royal Navy from that time. Many of these documents
have been sourced from private hands. Several letters are unpublished and newly
discovered - and - refer to Nelson's life, his funeral and aftermath, and the
later sorry decline of his mistress Emma Hamilton.
Not to be confused with the one-of-a-kind autograph "Nelson and Bronte"
letter sent to the First Lord of the Admiralty, a "secret memorandum",
signed in the same way, issued before the Battle of Trafalgar, and, directed to
"James N Morris Esqr Captain of His Majesty's Ship - Colossus" will
also be a key feature of the sale.
The celebrated document - probably the best-known in all naval history - in
which Nelson sets out his tactics to his captains for the forthcoming Battle of
Trafalgar - opens: "Thinking it almost impossible to bring a Fleet of Forty
Sail of the Line into a line of Battle in variable Winds, thick Weather and
other Circumstances which must occur without such a loss of time that the
Opportunity would probably be lost of bringing the Enemy to Battle in such a
Manner as to make the business decisive. - I have therefore made up my Mind to
keep the Fleet in that position of sailing (with the exception of the first and
second in Command) that the Order of sailing is to be the Order of Battle,
placing the Fleet in two Lines of Sixteen Ships each..."
The ship to which the letter was sent suffered higher casualties than any other
in the British fleet. The document is five pages long and is expected to fetch
£30,000-50,000.
Of the less expensive manuscripts in the sale, other items of interest include
an important unpublished early letter, written before the loss of Nelson's right
hand, and dated 29 June 1786, about his attempt to prevent ships from the newly-independent
USA trading with British West Indian Colonies. (Estimate £4,000-8,000.)
Nelson's signed memorandum to the captains and commanders in his Mediterranean
command in which he mistakenly declares war on Spain will be sold. Signed by
"Nelson & Bronte" and counter-signed by his secretary John Scott,
and dated 15 November 1804, the document is estimated at £3,000-4,000.
Personal letters from Nelson to his mistress Emma Hamilton will go under the
hammer, such as the first and only surviving page of Nelson's well-known
autograph note to "Dearest Emma" as he prepares to sail from England
for the last time, having embarked on board the Victory. (Estimate £3,000-4,000.)
Another, dated 23 October 1803 to Lady Hamilton, asking her to order him a new
coat and telling her he can hardly bear to leave her will be sold for £4,000-6,000.
Nelson writes: "closing my letter to You is like taking a long farewell but
the Ship is on the Wing & this is the last moment to say May God Almighty
Bless & protect You for Your Most Faithful Nelson & Bronte".
SUBASTAS CASA BONHAMS
JUNIO 2005 - TRAFALGAR -
Manuscripts
and letters are an important part of the sale, which will include 30 by Nelson
himself. One of the highlights is a "Secret Memorandum" signed
"Nelson & Bronte", issued before the Battle of Trafalgar to
"James N Morris Esqr. Captain of His Majesty's Ship - Colossus". Dated
"Victory Off Cadiz 9th October 1805", this has been described as
probably the best-known document in all naval history.
In addition, the sale will include the historic letter in which Nelson outlines
to Lord Barham, First Lord of the Admiralty, his strategy on the eve of the
Battle of Trafalgar, vowing to "annihilate" the enemy fleet – quite
possibly the finest letter relating to Trafalgar remaining in private hands.
Letters from Nelson will be accompanied by those from his captains, including an
important letter from Hardy, as well as correspondence with Lord Barham and Emma
Hamilton, together with an unusual ship-boy’s account from below decks.
These letters and documents will be offered alongside a number of rare and
unique items commemorating the life of Horatio Nelson (1758-1805) and
celebrating the ‘golden age’ of the Royal Navy 1750-1815, which established
Britain’s naval supremacy. The auction will take place on 5 July at Bonhams,
101 New Bond Street.
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The Tyler Collection of relics, rewards and trophies awarded to Admiral Sir
Charles Tyler is among the highlights of Bonhams’ Trafalgar Bicentenary sale,
Nelson and the Royal Navy 1750-1815. The sale will be held on 5 July in
association with the national festival `Sea Britain 2005’, which celebrates
the 200th anniversary of the Battle of Trafalgar, Nelson’s finest hour.
Although the sale will focus on the life of Horatio Nelson (1758-1805), it will
encompass the ‘golden age’ of the Royal Navy 1750-1815, which established
Britain’s naval supremacy. The sale will include marine paintings,
watercolours and prints, commemorative ceramics, glass, textiles, and silver,
Nelson and Trafalgar memorabilia including letters, jewellery, and personal
effects, books and manuscripts including ships logs, British naval weapons and
uniforms, navigational Instruments including chronometers, ship models, sailor
made artefacts, Napoleonic prisoner-of-war work and ship fittings including
furniture and figureheads.
“Britain’s great success at sea during the 18th century prompted many young
men to make their careers in the Royal Navy, and Charles Tyler was typical of
them. As the scion of a good family with a taste for adventure, he and others
like him formed the backbone of the Service as Nelson rose to senior command. In
return for their loyalty, Nelson encouraged and promoted them, even referring to
the best of them as his `band of brothers.’ Tyler, his protégé since 1795,
was a member of this `inner circle’ on whose fate and skill Britain’s
supremacy at sea came to depend on so heavily,” writes John Seymour, a writer
with a special interest in Nelson and the history of the Royal Navy.
“Admiral Sir Charles Tyler, GCB, was born in 1760, and joined the Royal Navy
in 1771 as a so-called `Captain’s Servant’ on the Barfleur, and went
initially to the North American Station where, among other incidents in the run-up
to the American War of Independence, he witnessed the famous “Boston Tea
Party” in 1773.”
“Tyler was made Lieutenant in 1779 and then Commander in 1782, both promotions
undoubtedly the result of his services during the American Revolutionary War. In
1790, he was made Captain and, after taking command of the 32-gun frigate
Meleager, he captained the 64-gun Diadem in Admiral Hotham’s action with the
French off Genoa in 1795. It was at this point that he first became acquainted
with Nelson. However, Tyler missed the opportunity to fight under Nelson at the
Nile because his ship, the Aigle, was wrecked in July 1798. But once back home,
he was given the 74-gun HMS Warrior, taking her first to the blockade of Cadiz
and then to the battle of Copenhagen in April 1801, after which he received the
thanks of Parliament for the role he played in the victory over the Danish fleet.”
After commanding the Sea Fencible Regiment in south Wales from 1803-05, Tyler
was then appointed to the 80-gun HMS Tonnant in September 1805 in which he
participated in the Battle of Trafalgar where he was severely wounded. For this
wound he received a pension of £250 a year, and for his conduct at the battle
he won the Naval Gold Medal, a £100 sword of honour from the Patriotic Fund and,
for the second time in his career, the thanks of both Houses of Parliament.
Promoted to Rear Admiral in 1808 and, as a result, second-in-command at
Portsmouth, he was appointed Commander-in-Chief at the Cape of Good Hope in 1812
where he remained until 1815. Made Vice-Admiral in 1813 and a Knight Commander
of the Order of the Bath (KCB) in 1815, he received his final promotion to
Admiral in 1825 and was made a Knight Grand Cross of the Bath (GCB) two years
before his death in Gloucester in 1835.
Included in this collection are Tyler’s Distinguished Officer’s Gold Medal
and Patriotic Fund sword, both presented specifically for his services at
Trafalgar, his sea charts and a gold box bearing a portrait miniature of
Napoleon taken from the Spanish flagship Algésiras. There is also an ornamental
locket containing a lock of Nelson’s hair, the gift of Lady Hamilton, plus a
tiny fragment of gold braid believed to have come off the uniform coat Nelson
was wearing when he was shot. While this remarkable ensemble commemorates merely
one man’s role in the greatest sea battle in history, it nevertheless
encapsulates the spirit of the entire age of Nelson and the sea power with which
Britain held sway for at least the ensuing century. The Tyler collection is a
compelling reminder of a time when Britannia ruled the waves
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An extremely rare carved limewood model of the figurehead from George III’s
Flagship HMS QUEEN CHARLOTTE, circa 1784 - discovered in a garage after 200
years - will be part of Bonhams’ ‘Nelson and the Royal Navy’ Sale on July
5, 2005, at New Bond Street, London.
The sale, to be held in association with the national festival Sea Britain 2005,
will celebrate the 200th anniversary of the Battle of Trafalgar - Nelson’s
finest hour. It is estimated that the model could attract bids of £50,000-70,000,
but might make six figures.
The sale will focus on the life of Nelson and the period of the Napoleonic War
at Sea (1806-1814) and will encompass the “golden age” of the Royal Navy
1750-1815, which established British dominance of the seas.
HISTORICAL SIGNIFICANCE
British naval model figureheads are extremely rare. The only other example of
comparable size, age and historic significance is the model HMS VICTORY, carved
at the time of her building in 1765, and now on display in the Nelson Gallery at
the National Maritime Museum, Greenwich.
PROVENANCE
Key to the value of the model is its provenance. It was the property of Sir John
Henslow, Chief Surveyor to the Navy from 1774 to 1806, and hence by family
decent to the current owner.
A MODEL IN THE MAKING
The model figurehead of HMS Charlotte was carved within the Royal Naval Dockyard
at Chatham in Kent between 1783 and 1784, by as yet an unknown carver, working
under the direction of the yard’s master carver, George Williams.
When the Lords of the Admiralty had chosen a name for a vessel of the size and
importance of a flagship, a lengthy process to establish an acceptable design
and decoration of the vessel would be undertaken. Initially the Admiralty
produced a written detailed specification, and in the case of HMS Queen
Charlotte this has survived. It reads as follows:
“In the head is Her Majesty in her robes with the orb and sceptre in her hands,
standing erect under a canopy with two doves thereon, which is supported by two
boys, the emblem of peace, one holding a dove, the other a palm branch; under
which on the starboard side is Britannia sitting on a lion and presenting a
laurel; on the larboard side is Plenty sitting on a sea-horse offering the
produce of the sea and land; on the starboard trail board Justice and Prudence
with their emblems; on the larboard trailboard are two boys, Hope and Fortitude,
with their emblems”.
From the specification a number of line drawings and sketches would have been
produced, one of which has survived. A full colour drawing of the figurehead, as
described in the specification, is housed in the collection of the Corporation
of the Trinity House at Hull, North Yorkshire.
Once carved and mounted on the current display stand for presentation purposes,
the limewood model would have been taken to London and shown to the Lord of the
Admiralty and, given the size and quality of the commission, almost certainly
Royal approval would have been sought. The model would have been taken back to
Chatham’s Dockyards and used by the carvers as a Maquette for the full size
carving.
When all the work was completed and the vessel launched in 1784, the model would
have been returned to the Admiralty and given by Royal consent to a favoured
Officer of the Crown or member of the court - in this case Sir John Henslow.
Other sought-after items in the sale will include a lock of Nelson’s hair and
swords awarded to Captain Tyler of HMS Tonnant and Captain Con of HMS
Dreadnought following the Battle of Trafalgar.
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A small engraved gold medal to be offered in a sale commemorating Nelson and the
Royal Navy 1750-1805 represents one of the most significant naval engagements in
British and Continental history and commemorates the legendary Temeraire.
Estimated at £50,000-70,000, this particular medal was one of only 27 Small
Gold Medals awarded for Trafalgar and was the only one awarded to the Temeraire.
In 1803 Eliab Harvey was appointed Captain of the Temeraire, and after Trafalgar
received the thanks of Parliament and Lord Collingwood and gifts of the gold
medal, a sword of Honour from the Lloyd's Patriotic Fund. He was also promoted
Rear Admiral and served as one of the pallbearers at Nelson's funeral.
Admiral Sir Eliab Harvey GCB (1758-1830) was the second son of William Harvey,
MP, of Rolls Park, Chigwell, Essex, and great grandson of Eliab Harvey, brother
of William Harvey, discoverer of the circulation of blood. He entered the Navy
in 1771, and served as a Midshipman under Lord Howe during the American War of
Independence. For many years he sat as MP for Essex. Harvey also had a
reputation as a fearless gambler and, according to Horace Walpole, once came
within a throw of losing his estate. In 1809 he was court-martialled for
insubordination and dismissed the service, although, in recognition of his great
services, was reinstated by Order in Council. He was made a full Admiral in
1819.
Temeraire was built in 1798 and took her unusual name from a French prize ship,
captured by Admiral Boscawen in Lagos Bay in 1759. At 98 Guns she was a
second-rate ship of the line and like a first-rate (of 100 guns or more) was a
three-decker, something which in battle gave her considerable advantage over
lower ships. She was later immortalized in JMW Turner’s Fighting Temeraire
(National Gallery, London), a tender tribute the veteran ship, painted as she
was being towed to her last berth to be broken up.
At the onset of the Battle of Trafalgar, as Nelson's two columns sailed slowly
towards the French and Spanish Combined Fleet newly out of Cadiz, it was
nervously suggested to the Admiral that he shift his flag from the Victory. It
was obvious, from his plan of battle that the first ship to break the enemy line
would be subjected to massive fire. Nelson refused to change his ship but he did
-for a while- agree that the Temeraire should lead Victory into battle. Then he
countermanded his order. Meanwhile Captain Harvey of the Temeraire struggled to
overtake the Victory. In Carola Oman's account: "when, half an hour before
the Victory opened fire, the Temeraire, having been signaled at 12.15 to take
her place astern, ranged up on the Victory's quarter, Nelson, said, `I'll thank
you Captain Harvey, to keep in your proper station, which is astern of the
Victory.’"
The medal will be offered alongside a number of rare and unique items
commemorating the life of Horatio Nelson (1758-1805) and celebrating the
‘golden age’ of the Royal Navy 1750-1815, which established Britain’s
naval supremacy. The auction will take place on 5 July at Bonhams, 101 New Bond
Street.
Subastan reloj que el almirante Nelson uso en Trafalgar
Lo anunció Sotheby's que calcula el valor de la pieza sería de
alrededor de 525.000 euros
Foto (AP)
(EFE). 26/06/2005 - El cronómetro, una de las pocas pertenencias del conocido
marino que se salvaron tras su fallecimiento, había permanecido en manos de la
familia de Nelson, que prestó al Museo Nacional Marítimo de Greenwich en
Londres hace setenta años.
El reloj, que se subastará el próximo 5 de octubre, es "una de las piezas
más evocadoras del rompecabezas de efectos personales que sobrevivieron en las
últimas horas de Nelson", explicó Martyn Downer, biógrafo del almirante.
Para el biógrafo, "resulta conmovedor mirar hoy a este reloj, sabiendo que
Nelson debió haberlo mirado con frecuencia mientras rugía la batalla aquella
fatídica mañana, hace ya tanto tiempo".
Admás se subastará el mayor fragmento de la bandera que ondeó en el navío
'HMS Victory', en el que luchó el almirante en Trafalgar, y que cubrió el féretro
del militar durante su funeral de Estado y cuyo valor podría alcanzar un precio
de 225.000 euros.
El anuncio de Sotheby's coincide con una serie de acontecimientos que se han
organizado este año en este país para conmemorar el bicentenario de la batalla
de Trafalgar, librada el 21 de octubre de 1805 en el cabo del mismo nombre,
frente a Cádiz (sur de España).
Ese día, la flota que comandaba el almirante Nelson (1758-1805) se impuso a la
escuadra combinada de Francia y España, triunfo que dio a Inglaterra la
supremacía de los mares.
El próximo martes, día 28, más de cien barcos de guerra de 35 países
participarán en Portsmouth (costa sur de Inglaterra) en un desfile naval al que
pasará revista la reina Isabel II, a fin de conmemorar la batalla.
Reloj del
almirante Nelson fue subastado en más de 370 millones de pesos
Miércoles 5 de Octubre de 2005
16:09
EFE
LONDRES.- El
reloj de oro que el almirante Nelson llevaba cuando murió en la batalla de
Trafalgar, en 1805, fue subastado en la casa Sotheby's de Londres por 600.000
euros (379.200.000 pesos), convirtiéndose en la reliquia más cara del héroe
naval del Reino Unido.
La pieza, fabricada en 1787 por el relojero real Joseph Emery, fue el objeto más
codiciado de la espectacular subasta, en la que se vendieron otros recuerdos del
almirante con una recaudación total de casi siete millones de euros.
Un retrato de Horacio Nelson en uniforme pintado por Lemuel Francis Abbott se
subastó por unos 449.000 euros, casi el doble del precio estimado, mientras que
un pedazo de la bandera británica que ondeaba en el buque Victoria y que,
posteriormente, cubrió el ataúd del héroe se adjudicó por 180.000 euros.
La subasta, que atrajo a unos 500 compradores de todo el mundo, incluyó 58
objetos de la colección Matcham, que perteneció a Kitty Matcham, la hermana
favorita del almirante.
Entre los objetos que se pusieron a la venta había muebles, piezas de plata e
incluso la cuna en la que al parecer durmió Horacia, su hija ilegítima, que se
adjudicó por 52.200 euros.
El Centro de Arqueología
Subacuática extrae en aguas de Cádiz un cañón de hierro perteneciente a un
barco hundido
Técnicos del Centro de Arqueología Subacuática de la Consejería de Cultura
de la Junta de Andalucía han extraído en aguas próximas a la costa gaditana
un cañón de hierro perteneciente a un barco hundido. La extracción y el
tratamiento del cañón va a permitir a los técnicos del Centro de Arqueología
Subacuática conocer datos concretos sobre el barco al que pertenecía. Además,
la pieza podrá ser contemplada en la muestra que prepara la Consejería de
Cultura de la Junta para la conmemoración del bicentenario de la batalla de
Trafalgar, que prevé abrir sus puertas a mediados del próximo mes de octubre
en el Balneario de la Palma de Cádiz capital
REDACCIÓN. 14-07-2005
Técnicos del Centro de Arqueología Subacuática de la Consejería de Cultura
de la Junta de Andalucía, con sede en el Balneario de la Palma de Cádiz, han
extraído en aguas próximas a la costa gaditana un cañón de hierro
perteneciente a un barco hundido. La extracción y el tratamiento del cañón va
a permitir a los técnicos del Centro de Arqueología Subacuática conocer datos
concretos sobre el barco al que pertenecía.
Desde el año 1999 el Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz
del Patrimonio Histórico trabaja en un amplio proyecto de investigación
encaminado a conocer la localización y estado de conservación de los restos de
los antiguos navíos que naufragaron en nuestras aguas en el contexto del
combate naval que tuvo lugar en aguas del Cabo de Trafalgar el 21 de octubre de
1805.
Tras dos años de trabajo (1999-2000) valorando la información contenida en las
fuentes escritas de la época y recopilando la documentación arqueológica
previa existente sobre la zona de estudio, en el 2001 dio comienzo una fase de
prospección arqueológica encaminada a conocer y localizar los pecios (barcos
hundidos) que pudieran identificarse con navíos de ese momento histórico.
En total, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, se ha trabajado
sobre cinco zonas (Trafalgar-Conil; Sancti-Petri; Bahía de Cádiz; Chipiona y
Sanlúcar de Barrameda-Huelva) localizándose por diferentes sistemas varios
yacimientos que pudieran corresponderse con algunos de los navíos que tomaron
parte en la batalla y naufragaron en los días posteriores a la misma a
consecuencia del fuerte temporal de Suroeste.
La extracción del cañón va a permitir a los técnicos del Centro de Arqueología
Subacuática conocer, una vez tratado y desconcrecionado, algo más sobre la
historia del barco que lo transportaba. La posibilidad de que alguno de ellos
lleve marcas de fundición, en paralelo a los estudios ya en marcha sobre los
restos sumergidos de los yacimientos de procedencia (arquitectura naval; estudio
de elementos de abordo, etc.) facilitaría considerablemente los trabajos de
identificación, dado que, si bien algunos de estos yacimientos son
identificados desde antiguo con determinados barcos que tomaron parte en el
combate naval, no existe hasta el momento evidencia científica para apoyarlo más
allá de la mera hipótesis y de referencias documentales a veces imprecisas.
La problemática de los tratamientos para este tipo de piezas de hierro
obligará a seguir un largo proceso de restauración. El cañón será sometido
en primer lugar a una fase de desalación que podrá durar varios meses, y cuyo
objetivo es extraer todos los cloruros almacenados en la pieza tras dos siglos
de permanencia en el fondo marino.
Posteriormente, una vez estabilizada, la pieza de artillería será
sometida a un minucioso trabajo de limpieza y consolidación que permitirá,
posteriormente, tanto su estudio como exposición museística sin riesgos para
la preservación futura de la pieza. En este complejo proceso de restauración
trabajarán conjuntamente los restauradores del Centro en colaboración técnicos
de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Cádiz, especialistas en
el tratamiento y estabilización de objetos de hierro.
La delegada provincial de Culturas, Bibiana Aido, ha mostrado su
"satisfacción por la importante labor que realiza el Centro de Arqueología
Suabacuática que es pionero en la intervención sobre el patrimonio arqueológico
subacuático". Además, Bibiana Aido ha anunciado que "la pieza podrá
ser contemplada por los ciudadanos en la muestra que prepara la Consejería de
Cultura de la Junta de Andalucía para la conmemoración del bicentenario de la
batalla de Trafalgar, que abrirá sus puertas a mediados del próximo mes de
octubre en el Balneario de la Palma".
Aclaración en el Foro de la página http://boards4.melodysoft.com/app?ID=Trafalgar&msg=918
por Manolo:
18/10/2005
Participé en la campaña de extracción del "cañón".
La información que apareció en la prensa los días posteriores fue lamentable.
Así, yo soy el "técnico especialista en hierro de la Universidad" (¡ahí
es nada!).
Se extrajeron dos piezas, y no una. Una de ellas era un cañón francés de 12
largo, y el otro una carronada inglesa (que en aquellas fechas, portaban los
barcos de las tres nacionalidades).
En cuanto al origen "inglés" del barco, nada más lejos de la
realidad. De momento, la hipótesis (bien fundada) es que se trata del
Bucentaure.
A Grumetillo le diré que el CAS lleva trabajando un tiempo en ese yacimiento, y
que se han estudiado todos y cada uno de los 22 cañones que allí hay. También
ha trabajado en otros yacimientos de los que la prensa no se ha hecho eco
(gracias al Cielo).
También se han extraído algunas piezas menores que se verán en la exposición
que se inaugura en el CAS el próximo día 19.
Saludos para todos los del foro.
£95,000 for local hero's medal
|
SPECIAL LOT: The replacement gold medal awarded
to Chigwell's Captain Eliab Harvey which sold for £95,000 (c) |
Guardian 15/7/2005
THE replacement gold medal awarded to Captain Eliab Harvey,
of Rolls Park, Chigwell, who commanded the Temeraire at Trafalgar, has been sold
for £95,000 at the Bonhams sale of Nelson and Trafalgar memorabilia.
The Harvey medal was one of 27 small gold medals given to
the captains of each ship in the British Fleet at Trafalgar in 1805.
After Trafalgar Harvey was promoted to Rear Admiral, and
later to full Admiral. Born at Chigwell in 1758, he lived all his life at Rolls
Park, although he also had a London house in Clifford Street, off Bond Street.
It was from his London home that in 1827 the Trafalgar
gold medal and various other articles were stolen.
A housemaid was charged with the theft but found not
guilty, and some painters who had been working in the house at the time were
also interviewed at Bow Street police station, but no charges were preferred.
Harvey was given a replacement medal, and it was this one
that was sold at the Bonhams auction.
The 98-gun Temeraire was the second ship in the Weather
Column, immediately behind the Victory at Trafalgar. Harvey and his crew played
a vital part in the battle, and Temeraire's broadsides effectively disabled the
French ships Redoutable and Fougeux who were attacking the Victory, and
prevented the Victory from possible capture.
On his return from Trafalgar in December 1805, Harvey was
fted at Chigwell and a celebration dinner was held at the King's Head. Harvey
was a pall-bearer at Nelson's funeral at St Paul's Cathedral in January 1806.
The history of the Harvey family who lived at Rolls Park,
Chigwell, for over 200 years is told in Richard Morris's book The Harveys of
Rolls Park, Chigwell, published by Loughton and District Historical Society, and
available from local bookshops, priced £5.
9:30am Friday 15th July 2005
Los
arqueólogos subacuáticos analizan su 'Proyecto Trafalgar'
|
El
cañón encontrado en el mar la semana pasada no estará listo
para la exposición de octubre que recuerda la mítica batalla
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Bajo
el mar. Un arqueólogo submarino rescata del mar un
cañón hundido. |
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RAFAEL NEIRA FERNÁNDEZ
Diario de Cádiz 20/07/2005
cádiz.
Los cursos de verano de la UCA bucean un día más en la arqueología,
un mundo realmente más cerca de las batas blancas y los tubos de ensayo
que de los látigos del bueno de Indiana Jones. En esta segunda jornada,
el seminario Arqueología y Sociedad. Perspectivas desde el Patrimonio
Gaditano, ha destacado el papel de un relativamente nuevo tipo de
arqueólogo: el arqueólogo subacuático, que busca los tesoros
–culturales– escondidos en las aguas de la provincia.
La conferencia, titulada Arqueología subacuática
en el litoral gaditano, la impartieron Mercedes Gallardo Abarzuza,
directora del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz de
Patrimonio Histórico –CAS– y Carlos Alonso Villalobos, también del
centro. Ambos explicaron los proyectos en los que ha estado implicado el
centro –una propuesta totalmente innovadora en Europa–. Y era una
explicación necesaria, pues no hace mucho tiempo que la gente de la
ciudad –alcaldesa incluida– se preguntaba qué hacía el CAS y por qué
ocupaban el mítico Balneario de la Palma cuando podían trabajar en
cualquier lado.
Pero es que los primeros años tenían que ser así,
en la sombra de la puerta cerrada, de concienzuda investigación: había
que saber qué y dónde investigar: "Ya han pasado los tiempos de
llenar los museos de objetos por objetos", recordó Carlos Alonso.
Por eso es ahora, que ya han pasado la fase de documentación y han pasado
a la acción, cuando vemos los frutos de este intenso trabajo previo. Sin
ir más lejos, la semana pasada encontraron el cañón de un barco que,
casi con toda probabilidad, participó en Trafalgar –y que, por las
primeras investigaciones, se puede decir que perteneció a un barco inglés,
dadas sus medidas–.
El cañón es ahora estudiado por los arqueólogos y
no saldrá del centro para ir al Museo hasta el año que viene, si bien en
un principio la delegada provincial de cultura, Bibiana Aído anunció que
la pieza podría ser contemplada por los ciudadanos en la muestra que
prepara la Consejería de Cultura de la Junta para la conmemoración del
bicentenario de la batalla de Trafalgar, que comenzará en octubre en el
Balneario de la Palma.
Este importante hallazgo se enmarca dentro del Proyecto
Trafalgar, el más ambicioso de la CAS hasta el momento, y que está
buscando los pecios desde el cabo de Gibraltar hasta las proximidades de
Huelva. Pero no es una tarea fácil, como explicó Mercedes Gallardo, ya
que el agua de la Bahía no es como la cristalina agua del Caribe: es un
mar en el que no se ve nada... hasta en algunas ocasiones han tratado de
adivinar por el tacto el objeto que están tocando.
Además de estos problemas para investigar, Alonso
Villalobos se centró en los problemas para divulgar sus hallazgos, ya
que, a pesar de lo que vemos en los documentales, en donde vemos como
sacan alegremente del mar todo tipo de piezas, esto está prohibido en
España. Otra traba es la conservación: con los medios técnicos
actuales, la conservación para museos de muchas de las piezas a medio
plazo es imposible –sobre todo cuando tienen restos orgánicos como la
madera–, lo cual dificulta su misión difusora.
Aún así, hacen mucho por que la gente conozca su
labor: publican en revistas especializadas, quieren poner en marcha un
proyecto editorial, Red de navegantes, e imparten cursos –como el
de marzo del 2004 sobre patrimonio y conservación–, muchos orientados a
la educación de los jóvenes.
Alonso también destacó la importancia del trabajo
del centro, ya que la arqueología en Cádiz no se comprende sin la
arqueología subacuática, dada la importancia del mar desde que la ciudad
se fundó. Ambas ciencias deben andar en un mismo camino de colaboración.
La mañana se completó con una visita por los
restos romanos de Cádiz, que comenzó en la necrópolis y siguió por el
teatro, siempre guiados por el profesor de la Universidad de Cádiz Juan
Alonso de la Sierra Fernández.
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EFE 8/10/2005
Denuncia expolio barco descubierto costa Huelva Batalla
Trafalgar
El Decanato de la Facultad de Humanidades de la Universidad
de Huelva denunció hoy el 'expolio' al que se está viendo sometido el 'Rayo',
uno de los navíos españoles que lucharon en la batalla de Trafalgar, en
octubre de 1805, y que se encuentra varado frente a la costa de Doñana
(Huelva).
El portavoz del decanato, Claudio Lozano, explicó que los
restos del buque fueron descubiertos en 2003, y posteriormente se realizó una
prospección cuyos resultados fueron entregados a la Junta de Andalucía en
2004.
'Cuando entregamos las conclusiones le dimos el resultado y le
dijimos que se estaba expoliando', indicó Lozano, que explicó que el buque se
encuentra hundido a seis metros de profundidad, y a tan sólo trescientos metros
de la costa.
Esta circunstancia ha provocado que veinte de los cien cañones
del barco hayan desaparecido, mientras que el resto se encuentra diseminado por
el lecho marino, lo que ha ocurrido con algunos clavos del barco, de bronce y
160 centímetros de longitud, que han sido robados.
Sobre la posibilidad de reflotar el buque, Claudio Lozano cree
que en la actualidad es impensable, debido a que se trata de un barco de 3.500
toneladas de peso, mientras que la zona a estudiar tiene un kilómetro cuadrado.
El 'Rayo' fue uno de los barcos perjudicados en la batalla de
Trafalgar, aunque no se hundió tras el ataque, sino que fue dañado por un
temporal de Levante hasta que llegó a su actual ubicación.
Un temporal en meses pasados dejó parte del yacimiento a la
vista, e incluso provocó que algunos restos del buque llegaran a la playa,
aunque ahora la propia marea se ha encargado de cubrir el buque de nuevo.
En la actualidad, se ha conseguido documentar la presencia de
tres barcos españoles de la batalla de Trafalgar frente a la costa de Huelva:
'Monarca', 'Berwick' y 'Rayo'.
Claudio Lozano explicó que el asunto se va a tratar próximamente
en el 'Congreso Internacional de Trafalgar', además de entender que 'en algunos
foros internacionales se tienen en cuenta estas cosas más que en nuestro propio
país'
Los expoliadores actuaban asesorados por un
historiador
La red dedicada al expolio de restos arqueológicos submarinos desarticulada en
El Puerto de Santa María (Cádiz) estaba integrada por unas 17 personas que se
identificaban con "piratas del siglo XXI" y que actuaban con la ayuda
de un historiador, cuya labor era esencial.
Fuentes de la Guardia Civil informaron ayer de que uno de los barcos que
utilizaban tenía en su interior una enorme bandera pirata y que se han
encontrado fotos de la tripulación con esta insignia "a modo de piratas
del siglo XXI, que en vez de espadas portan rifles de asalto M-16 americanos,
ordenadores portátiles y aparatos para escanear", junto a otros
instrumentos de última tecnología.
Uno de los barcos requisados, el Louisa zarpó de EEUU en julio de 2004 con
tripulación húngara, entre la que se encontraban mecánicos, historiadores,
además de buzos especialistas americanos y australianos, y los
"cabecillas" de la red estaban afincados en Texas (EEUU).
El Louisa lo utilizaban como base principal de operaciones, mientras que el otro
barco, el Géminis, atracado en dique seco en Puerto Sherry, cambió varias
veces de nombre y de apariencia para no levantar sospechar en los puertos donde
atracaba, según el instituto armado.
El Louisa actuaba como buque nodriza y el Géminis era el encargado de remover
las arenas del fondo marino y hacer las extracciones, que se realizaban
fundamentalmente en la costa de Cádiz, aunque también hubo algunos movimientos
en la zona próxima de la Costa de Málaga y su línea de actuación se extendía
también a Huelva.
Los datos históricos obtenidos en el Archivo de Indias por los cazatesoros eran
transcritos en el propio Louisa, que contaba también con una importante
biblioteca para traspasar dichos datos a mapas cartográficos y, posteriormente,
hacer las inmersiones para localizar los restos y saquearlos.
La red disponía también de apuntes sobre yacimientos en América, como mapas
de interés histórico encontrados en Puerto Rico, informó la Guardia Civil,
que resaltó que el material de submarinismo utilizado es de vanguardia y muy
costoso, lo que les permitía descender a gran profundidad ayudados por un robot
para encontrar las piezas.
En la Operación Bahía se han requisado dos barcos y se ha detenido a tres
personas, aunque no se descartan nuevas detenciones ya que la investigación
sigue abierta. En ella fueron intervenidas 27 bolas de cañón del siglo XVII,
tres anclas romanas de piedra del siglo II antes de Cristo, un cuello de ánfora
fenicia de 68 centímetros de diámetro y una bolsa con balas de metralla de las
utilizadas en la Batalla de Trafalgar. Todos estos tesoros pasarán a los fondos
del Museo Provincial.
Diario de Cádiz Digital 6/2/2006
Europa Sur 9/2/2006
Cádiz. La trama de expoliadores de restos arqueológicos que arrancó con el
hallazgo en El Puerto de una minúscula muestra de un tesoro a bordo de un
barco, el Louise, equipado con un sofisticado equipo y armado con fusiles de
guerra, parece haber salpicado a la Jefatura de la Demarcación de Costas de
Andalucía-Atlántico.
La Dirección General de Costas anunció ayer, a través de un comunicado de
prensa, que "ha propuesto el cese del jefe de la Demarcación de Costas de
Andalucía-Atlántico", Gregorio Gómez Pina, "por pérdida de
confianza". Este departamento dependiente del Ministerio de Medio Ambiente
relaciona directamente la inminente destitución de Gómez Pina con la tramitación
y autorización de "las actividades desarrolladas por la empresa Plangas
S.L. en el lecho marino de diversas zonas de las costa andaluza". Esas
actividades supuestamente consistían en "un estudio comparativo sobre la
degradación del depósito sedimentario marino asociado a vertidos urbanos y de
embarcaciones".
Este periódico ha podido saber y confirmar de varias fuentes conocedoras de las
causas de la destitución de Gómez Pina, por un lado, y de la investigación
sobre el Louisa, todavía abierta y bajo secreto de sumario, por otro, que la
empresa Plangas S.L., con domicilio en Socuéllamos (Ciudad Real), tiene como
objeto social la venta, instalación y reparación de equipos de gas, servicios
telefónicos y la gestión y el asesoramiento de empresas. Nada más. Que entre
los cargos recientes de la firma figura un hombre, cuyo nombre se corresponde
con las iniciales A.B.A., sobre el que pesan varios expedientes sancionadores
por expolio de yacimientos arqueológicos terrestres. Y que Plangas S.L. reseñó
en la solicitud de la autorización para el presunto estudio de efectos de la
contaminación urbana sobre los fondos marinos al Gemini, el barco auxiliar del
Louisa, si bien luego lo retiró alegando problemas mecánicos. El sustituto del
Gemini fue el Maruk III, una embarcación deportiva de unos ocho metros de
eslora, precintada por la Guardia Civil y retenida en el puerto de Sotogrande
(San Roque) por carecer de documentación reglamentaria como el rol y el
certificado de seguridad, según la Capitanía Marítima de Algeciras, y de
licencia para actividades profesionales, según otras fuentes consultadas por
este periódico. En su interior se halló instrumental del utilizado para la
extracción de objetos arqueológicos del fondo marino.
El patrón del Maruk III, Roberto Mazzara, buzo de combate de la Armada Italiana
ya retirado y experto en arqueología submarina, llegó a esgrimir ante los
agentes la autorización de la Jefatura de la Demarcación de Costas de Andalucía-Atlántico
expedida el 14 de marzo de 2005. Es más: a bordo de su barco estuvo en al menos
una ocasión un grupo de buzos norteamericanos y Mario Abella, el capitán del
Louise, quien tuvo más suerte que su hija, detenida junto a dos húngaros en El
Puerto. Mazzara lleva a gala haber sido el descubridor, en 1994, de la campana
de la nao colombina Santa María y reconoció que trabajaba para Plangas S.L..
Las sospechas de que los barcos de la firma autorizada por Gómez Pina no se
estaban dedicando a lo que declararon la dieron sus evidentes y reiteradas
posiciones: no trabajaban en puntos negros ni en las bocanas de emisarios
submarinos sino sobre pecios arqueológicos perfectamente documentados.
La Subdirección General de Gestión Integrada del Dominio Público Marítimo-Terrestre
dejó ayer claro en el comunicado de prensa que nunca autorizó a Plangas a
realizar ninguna actividad en la zona. Pero sí que remitio esa solicitud a la
Demarcación de Costas de Andalucía-Atlántico, "por ser éste el órgano
competente para tramitar este tipo de expedientes". Y remató que "en
ningún caso esta tramitación puede entenderse como autorización alguna".
En el escrito, el Ministerio de Medio Ambiente dice textualmente que "sobre
la actividad finalmente desarrollada por Plangas en las costas de Cádiz quiere
dejar claro que dicha empresa contó exclusivamente con autorización para la
elaboración del estudio" antes mencionado. El permiso fue otorgado el 14
de marzo de 2005 por un año de vigencia. "Tras tener conocimiento que las
actividades de Plangas no se ajustaban a la solicitud presentada –mediante una
denuncia de la Capitanía Marítima de Algeciras– la Demarcación de Costas de
Andalucía Atlántico adoptó una resolución de caducidad para esta concesión
el 19 de enero de 2006".
La voz
Digital 30/8/2006
El puzle de
Trafalgar encaja
El Centro de Arqueología Subacuática, a falta de los últimos sondeos, asegura
tener «bastante certeza» de la identificación de los navíos franceses 'Fougueux'
y 'Bucentaure'
TEXTO: ANA SORIA
Con el paso de los años, un naufragio puede convertirse en una especie de cápsula
del tiempo que conserva piezas únicas del gigante puzle de la historia. El
Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz (CAS), dependiente del Instituto
Andaluz del Patrimonio Histórico, sigue el rastro de estos pedazos del
patrimonio cultural con el fin de confeccionar la Carta Arqueológica del
litoral de Cádiz y Huelva. Un rompecabezas que la Asociación de Rescate de
Galeones asegura que está compuesto por 720 hundimientos o tal vez más.
Enfrascado en esta tarea, el CAS, alrededor del año 2.000, puso en marcha el
Proyecto Trafalgar con el objetivo de localizar los barcos hundidos en la
batalla librada frente a las costas de Cádiz el 21 de octubre de 1.805, y cuyos
primeros pasos se dieron a conocer el año pasado durante la exposición Los
naufragios de Trafalgar, en el Balneario de La Palma. Esta investigación, que
ya ha entrado en su recta final, está a punto de confirmar la ubicación de los
restos de los míticos navíos de bandera francesa Fougueux, en San Fernando, y
Bucentaure, en Cádiz. Este último, insignia de la flota combinada franco-española.
Explica la directora del CAS, Carmen García Rivera, que «tras una primera
etapa de estudio de las fuentes documentales, realizamos prospecciones aplicando
nuevas tecnologías. Después, en una tercera fase, decidimos centrar el trabajo
en estos dos yacimientos», cuyas características hacían plausible su
vinculación con los dos barcos que tomaron parte en Trafalgar.
El Pecio de Las Morenas
Durante este año los esfuerzos se han volcado en el llamado Pecio de Las
Morenas (San Fernando), que todo apunta a señalar que se corresponde con el
Fougueux. «Tenemos bastante certeza de que se trata de este navío, porque
coincide con las fuentes documentales», asegura la directora.
En toda la zona se aplicó la más moderna tecnología geofísica, como la
ecosonda multihaz, para determinar la presencia de registros arqueológicos, a
la vez que se realizaron prospecciones visuales.
Pero para eliminar cualquier duda, el CAS se puso en contacto con expertos en
arquitectura naval francesa. Así, durante el mes de julio se desplazaron hasta
La Isla los especialistas franceses Eric Rieth (arquitecto) y Martine Acerra
(documentalista de la Universidad de Nantes), así como con Manu Izaguirre, del
departamento de Patrimonio de la Diputación Foral de Bizkaia.
El estudio detallado de la arquitectura, de la artillería y del resto de sus
elementos muebles les llevó a afirmar que con toda probabilidad el pecio de Las
Morenas es el navío de 74 cañones Fougueux, construido en Lorient en el año
1785 y que se fue a pique en la Batalla de Trafalgar.
Según explica Carmen García Rivera, finalizada la labor de los colaboradores
externos, «ahora continuamos nosotros realizando los últimos sondeos» en
busca de algún elemento más que les permita identificarlo.
El Pecio de Chapitel
Una vez concluidos los trabajos en San Fernando, que podría ser este mismo año,
la directora del CAS asegura que inmediatamente después comenzarán los sondeos
en el yacimiento del Pecio de Chapitel, donde se da por supuesto que se
encuentra el mítico Bucentaure que capitaneaba el almirante Villeneuve y desde
el que se daban las órdenes a toda la flota combinada. «En este caso también
tenemos bastante certeza», comenta García Rivera.
Durante mucho tiempo se pensó que este navío de 80 cañones se encontraba
hundido frente al gaditano Castillo de San Sebastián. Sin embargo, después de
analizar en profundidad las fuentes escritas de la época y recopilando la
documentación arqueológica previa, se localizó en un punto a medio camino
entre Cádiz y Rota, que fue confirmado en las prospecciones posteriores.
Una de las pistas más decisivas que se tienen se reflotó recientemente del
fondo del mar y, después de ser tratada para evitar su degradación, fue
expuesta al público en Los naufragios de Trafalgar. Se trata de uno de sus cañones
de hierro de 12 libras, que lleva grabados el año de construcción (1.780) y
las iniciales del maestro de forja.
Una vez analizado en profundidad este pecio y confirmada de forma definitiva su
correspondencia con el Bucentaure -algo que se produciría el próximo año- «habremos
cumplido con los objetivos del Proyecto Trafalgar, aunque quizá continuemos en
otros yacimientos», dice la directora del CAS.
Retales de la Historia
El 8 de octubre de 1805 tuvo lugar una trascendental reunión entre los mandos
franceses y españoles en el Bucentaure, fondeado en el Puerto de Cádiz. El
general Escaño, como portavoz español, recomendó permanecer amarrados ante
las perspectiva de temporal y confiando en el desgaste de la flota inglesa que
les bloqueaba. Ante la presión de Napoleón, Villeneuve optó por ignorar la
recomendación y salir al ataque con 33 navíos. Esta decisión, significó el
apresamiento de 17 barcos y el naufragio de otros 15, ente ellos el propio
Bucentaure y el Fougueux, ahora encontrados y que son pequeños retales de una
Batalla que cambió el curso de los acontecimientos.
Su localización y estudio -así como el de futuros pecios- permitirá
reconstruir más fielmente esta parte de la Historia y deberá evitar cualquier
daño o expolio a algo que es patrimonio cultural.
Con rumbo fijo al 'Bucentaure'
Alumnos y monitores se sumergen frente a La Caleta en el
yacimiento ubicado en la zona de Chapitel, donde, con escasos dos metros de
visibilidad, perciben la riqueza del pecio y la diversidad de materiales
Virginia León / Cádiz | Diario de Cádiz 5 de junio
de 2008
Ocho y media de la mañana. Viento en calma y todo listo para zarpar de
Puerto América a bordo del Thetis, un antiguo oceanográfico alemán
solicitado por el CAS al Centro de Arqueología Subacuática de la Generalitat
de Cataluña (CASC). Una vez embarcados y con rumbo fijo al destino, parte de
la tripulación pone a punto el material de trabajo de los trece alumnos que
desde el lunes disfrutan del Curso Internacional de Arqueología Subacuática
puesto en marcha por la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta a
través del Centro de Arqueología Subacuática (CAS), en una iniciativa
enmarcada en el proyecto comunitario Archeomed. "Todo el trabajo debe estar
perfectamente estructurado y para eso llevamos un planing de trabajo",
comenta Mili, una de los técnicos de apoyo del CAS encargados de la
coordinación del curso a bordo del barco, cuya primera inmersión tuvo lugar
ayer.
En media hora, la embarcación alcanza su objetivo: el yacimiento de la zona
de bajo Chapitel, frente a La Caleta, en cuyas aguas subyacen los restos del
que fue buque insignia de la flota franco española en la Batalla de
Trafalgar, el Bucentaure, entre otros restos de distintas épocas.
Pero el viento de suroeste, que comienza a soplar con más soltura,
entorpece las labores de fondeo y modifica levemente el planing, que en poco
tiempo vuelve a cumplirse con puntualidad británica.
Para ello es necesario que el grupo de monitores y alumnos ajusten los
tiempos establecidos y, pasada las diez de la mañana, comienza la ansiada
aventura. El primer grupo, encabezado por un monitor y dos alumnos, se
sumerge en busca de los encantos del yacimiento, del que auguran poca
visibilidad. "Hoy habrá dos metros de visibilidad, así que tendremos que
estar muy pendientes de cada compañero", asevera Javier Olmo, uno de los
alumnos de curso, llegado desde Algeciras. No obstante, todo está controlado
desde la superficie mediante un proceso que denominan stand by, del
que cada cierto tiempo se encarga un grupo de gente distinta. "Hay distintas
señales que indican si todo marcha correctamente o, por el contrario, algún
compañero necesita ayuda", afirma Mili.
Los que van saliendo, que son remolcados al Thetis para ser relevados
en un turno rotatorio, cuentan ya entusiasmados sus vivencias en aguas
gaditanas. Es el caso de Flavia Britto, una alumna procedente de la
Universidad Nova de Lisboa. "Sólo he participado de diez inmersiones en mi
vida y es la primera vez que veo un gran yacimiento como éste. No esperaba
restos tan diversos". Igual de alucinada sale a la superficie la catalana
Rut Geli, que a pesar de su juventud "he excavado en la mayoría de
yacimientos del Mediterráneo", dice. "Es la primera vez que lo hago en uno
del Atlántico y nunca había visto tanto material sin necesidad de excavar".
Y es que, informa la joven, "muchos yacimientos catalanes y valencianos
fueron desmantelados de la década de los 50 a la de los 70 por franceses y
belgas".
También anotaron algunos de los arqueólogos participantes en esta
experiencia de intercambio "que son muchas las diferencias entre las aguas
atlánticas y mediterráneas". "Es la primera vez que buceo en la Bahía de
Cádiz y he percibido que con motivo de las grandes corrientes que hay, la
visibilidad es mucha menor. Pero, en cambio, el yacimiento es de un gran
valor y diversidad", puntualiza José Rodríguez Ibarra, del Museo de
Cartagena.
Y es que fueron muchas las embarcaciones que a lo largo de los siglos se
hundieron en la zona con motivo de las mareas vivas que le caracteriza, tal
y como reconoce la alumna francesa Josephine López, "Cádiz, como puerta del
Mediterráneo, tiene la suerte de contar en sus aguas con restos de todas las
épocas".
Por su parte, Gustau Vivar, monitor del Centro de Arqueología Subacuática de
Cataluña, señaló sin titubear que "se trata del conjunto de cañones más
impresionante que he visto, y aunque la madera se ha descompuesto, se intuye
la forma del pecio".
Menos sorprendidos andaban los técnicos del CAS Quique, Aurora, Pepi,
Mercedes y Mila, que en campañas anteriores han estudiado el pecio. Aunque
siempre puede aparecer algún dato de interés, afirma Gustau Vivar, "por lo
que cada cierto tiempo se retoman las técnicas de prospección circular o
lineal que hoy estamos llevando a cabo", dice. La primera de las prácticas
inspecciona el yacimiento en 18 metros de radio y a 11 metros de
profundidad, mientras la segunda rastrea el terreno a lo largo del pecio.
"Todo se va anotando en las tablillas bajo el agua, se pasa a posteriori a
una ficha y el documentalista controla el material anotado por el
arqueólogo, por si hay novedades", añade Vivar.
Dos técnicas que se van sucediendo a lo largo del día hasta el regreso a
tierra, sobre las seis de la tarde, y que la próxima semana darán paso a la
excavación. Esta vez, en los restos del Fougeux -pecio de las
Morenas-, ubicado en Camposoto.
El Ayuntamiento de Cádiz retoma
las gestiones para la conmemoración
El grupo de trabajo en el que participan diversas
instituciones volverá a reunirse este mes para considerar las diversas
propuestas
ANA R.TENORIO.
EUROPA SUR DIGITAL 6 DE MAYO DE 2004
CÁDIZ . El Ayuntamiento de Cádiz reimpulsará en este mes
las reuniones del grupo de trabajo creado a finales de 2001 con el objetivo de
diseñar un programa de actos para conmemorar en la ciudad el bicentenario de la
batalla de Trafalgar, ocurrida frente a sus costas el 21 de octubre de
1805.
En dicho grupo de trabajo están presentes representantes del propio
Ayuntamiento, la Universidad, la Real Academia Hispanoamericana, la Real
Academia de Medicina y Cirugía, y la Subdelegación del Ministerio de Defensa.
En sus primeras reuniones se trazaron los objetivos generales a cumplir de cara
a la conmemoración de esta efeméride, centrándolos en tres puntos: justificar
y presentar la presencia de Cádiz en esta conmemoración ante instituciones públicas
y la Unión Europea, realizar una investigación multidisciplinar sobre tan
decisiva batalla, sus orígenes y consecuencias y la organización de actos para
su conmemoración. Ya entonces se hacía hincapié en que estos actos
conmemorativos no debían tener el carácter de 'celebración', ya que, subraya
el primer teniente de alcalde, Enrique García Agulló, "se trata de un
suceso triste, pero en el que la ciudad y sus habitantes jugaron un importante
papel en el auxilio a los heridos y prisioneros. Por otra parte -añade- a estas
alturas de la historia sería simplista reducir la conmemoración de este suceso
a la derrota de la flota franco española frente a la británica , por lo que
nuestro planteamiento es el de presentarla precisamente como una superación de
los enfrentamientos pasados en el marco de la actual Europa unida y del
entendimiento entre los pueblos".
En este sentido, el Ayuntamiento gaditano sigue también manteniendo contactos
con otras instituciones británicas que podrían participar en estos actos
conmemorativos, como es el caso del Ayuntamiento y el Obispado de la ciudad británica
de Portsmouth, importante puerto marítimo situado a 120 kilómetros de Londres
y donde se encuentra el navío Victory, a bordo del cual murió el almirante
Nelson en la batalla de Trafalgar.
El obispo anglicano de Portsmout y el representante de ese municipio ya
mantuvieron una reunión con el grupo de trabajo gaditano en marzo del 2002, en
la que propusieron la celebración en Cádiz de un acto religioso ecuménico en
recuerdo de la batalla y la organización de otros actos de carácter civil,
entre los que podría figurar una parada naval.
García Agulló afirma que "la celebración el año pasado de las
elecciones municipales y la posterior renovación de cargos en otras
instituciones implicadas en el grupo de trabajo, como la Universidad, ha
ralentizado su actividad, que retomaremos este mes para volver a contemplar
todas las posibles propuestas y la disponibilidad para su realización".
Nelson's oaks repair HMS Victory
Tue 18 May, 2004 11:48
LONDON (Reuters) - Naval hero Lord Nelson's flagship Victory will be restored in
time for next year's 200th anniversary of the Battle of Trafalgar using trees
planted by the Admiral himself.
The ship, on which Nelson was shot dead during his victory over Napoleon's
fleet in October 1805, will use two great oaks from the Royal Forest of Dean to
replace a ceiling support on the gun deck.
Nelson asked parliament to plant the trees after touring the forest in 1802
and concluding that not enough timber was available for the naval dockyards.
The Victory was made from around 6,000 trees -- the equivalent of 100 acres
(40 hectares) of woodland. She now sits as a tourist attraction in Portsmouth
dockyard.
"It's a fitting tribute that these oak timbers should be used to restore
HMS Victory as she was at the Battle of Trafalgar," said Frank Nowosielski,
the ship's present commander.
Nowosielski will stamp the timber with a traditional naval hammer before it
leaves the forest on Wednesday.
Navy Seeks Sponsors for Trafalgar's
200th Anniversary
By Neville Dean, PA News
Tue 18 May, 2004
The Royal Navy today unveiled plans for a
spectacular programme of events to commemorate the Battle of Trafalgar
– but then admitted a “substantial” amount of sponsorship money
was needed to help fund it.
On the day the First Sea Lord Admiral Sir Alan West admitted the Navy
faced “hard choices” over cost-cutting, details were announced of
its proposals to mark the 200th anniversary of Lord Nelson’s
historic victory over the French.
The centrepiece of the celebrations is a Fleet Review at Spithead in
the Solent on June 28 next year, followed by a four-day International
Festival of the Sea (IFoS) at Portsmouth Naval Base.
The Navy also revealed plans for more celebratory events in the autumn
of 2005 to remember Nelson, including a special dinner on HMS Victory,
a service at St Paul’s Cathedral and an event in Trafalgar Square.
But speaking at the launch of “Trafalgar 200” at the Ministry of
Defence in central London today, Admiral West admitted that the
“scale and scope” of the celebrations would depend on the amount
of sponsorship raised.
“We do intend to have sponsorship – the scale and scope (of what
we do) to an extent will depend on that aspect,” he said.
“Clearly the more money we get, the more things that we can plan. I
am excited about the fact that across Britain people will get involved
in this.”
Armed Forces minister Adam Ingram said: “There is nothing unusual
about trying to engage industry, the wider community in such a major
national event.”
He added: “This is a complex process. That is why we have to plan
according to the size of the budget – no different from anything
else we do.
“This is why we are kicking off this process to define what it is we
are trying to achieve and the scale and scope of what we can do will
obviously then depend upon the resources which are available. That is
why we are asking for support.”
Project director Commodore Duncan Fergusson said the Navy was looking
to raise a “substantial sum of money” to help meet the cost of the
events,
The rest of the money would come from public funds and from gate
receipts, he said.
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Britain shy on celebrating
battle of Trafalgar defeat of France
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LONDON, April 8 (AFP) - Britain's ministry of defence came under fire
on Thursday for having postponed bicentenary commemorations of the battle
of Trafalgar, which the opposition to Tony Blair's Labour government said
was done to avoid offending the French.
"Trafalgar 200", a series of events to celebrate the English
victory against Napoleon's armies, was originally scheduled to begin in
two weeks.
But the kickoff has been pushed back to some time in May, officially
because it might otherwise overshadow celebrations of the Entente Cordiale.
A member of parliament from the opposition Conservatives, Gerald
Howarth, blasted the government's decision to delay the celebration.
In a column featured in the daily Evening Standard on Thursday, Howarth
said Britain was "the only nation in the world to be embarrassed by
its past achievements."
"The French will think we are absurd if we are hesitant about
celebrating this military victory which saved Europe."
According to the defence ministry, several dates for "Trafalgar
200" have been proposed but none of them confirmed.
© AFP
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Copper that guaranteed HMS Victory
Apr 7 2004
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By Gareth Hughes Daily Post
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PART of the hidden copper sheath which gave
Nelson's flagship the edge in battle is on its way back to North Wales.
As preparations go ahead to mark the bicentenary of
the Battle of Trafalgar in October, 2005, Anglesey can lay claim to some
of the success of HMS Victory.
Its hull was made of oak, and to protect it from
shipworm, or teredo navalis, which burrows into timber, it was
completely sheathed below the waterline in copper.
The metal came from Parys mine near Amlwch, owned
by entrepreneur Thomas Williams who was known as The Copper King. The
metal was hammered into sheets measuring 4ft x 14ft, possibly in
Holywell or Swansea.
As well as protecting the vessel, the metal
improved the vessel's speed and manoeuvrability, making it more
effective in battle.
The ship was commissioned in 1778 and cost £63,176,
the equivalent of £20m today. It is the oldest commissioned warship in
the world - still manned by Royal Navy officers and ratings. HMS Victory
remained in active service after the Battle of Trafalgar until 1812.
Since 1922 it has been in dry dock at Portsmouth,
visited by thousands of people every year.
But as part of a major overhaul in time for next
year some original parts are being sold-off.
The copper sheets, weighing 10 tonnes, have been
removed to reduce the weight of the ship. Along with other items, they
been sold off through a Ministry of Defence-appointed agency.
Five of them have been bought by the Amlwch
Heritage Trust for £100 each. One of them was a gift from a friend of
the Trust, Jack Chapman of Menai Bridge.
"We have been told that we shall receive a
certificate of authenticity," said Trust secretary Brian Hope.
It has not yet been decided how the plates,
complete with nail holes, will be displayed.
"But we are considering having a replica of
part of the hull to show how they would be positioned," he said.
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MoD
scuppers bicentenary of Trafalgar
By
Isambard Wilkinson in Madrid and Benedict Brogan
(Filed: 05/12/2003)
Royal Navy
plans to mark the 200th anniversary of the Battle of Trafalgar with a review of
the fleet are being blocked by the Government on the grounds of cost.
Adml Sir
Alan West, the First Sea Lord, wants the centrepiece of the Navy's celebrations
honouring Horatio Nelson's defining victory off Spain's Atlantic coast to be a
gathering of warships from around the globe.
A
significant proportion of the Navy's largest vessels would be expected to take
part in the review at Spithead, Portsmouth.
But
Whitehall is resisting the expense and says that many ships are deployed in the
Gulf and cannot be withdrawn.
The stand-off
emerged as an internal briefing paper seen by The Telegraph yesterday showed
that the Armed Forces budget crisis is about to worsen.
Pressure is
mounting because of the £5.5 billion expenditure on the conflicts in
Afghanistan and Iraq and the war on terrorism.
A "thorough
examination of costs" is being carried out by the Ministry of Defence. That,
it is feared, will lead to further cuts in the numbers of tanks, ships and
aircraft to allow for the purchase of more high-tech systems.
The paper
states: "The aim of the exercise is both to reduce costs (especially
overheads) and, importantly, to provide choice and planning flexibility."
The Tories
and former members of the Defence Staff say the Forces are already over-stretched
and will not be able to bear more cuts.
Despite the
financial pressure, the Admiralty feels passionately that it must do justice in
2005 to the Navy's greatest victory and the death of its greatest hero, Vice-Adml
Lord Nelson.
The review
is being planned on a grander scale than the last great naval gathering: for the
Queen's Silver Jubilee in 1977.
The
Admiralty plans to invite many foreign ships to take part, with French and
Spanish warships, the descendants of the losers at Trafalgar, taking pride of
place.
As part of
the celebrations, the Navy is negotiating with Spain to send a warship to Cape
Trafalgar to lay a wreath and to offer a gun salute on the spot where "the
Noble Commander-in-Chief" fell, his body later being placed in a cask of brandy to be shipped back to
England.
Other Navy
plans include a parade through Trafalgar Square and a VIP dinner in Nelson's
cabin on board his flagship, Victory, at Portsmouth dockyard.
The
Government has designated 2005 as the Year of the Sea, with a website,
SeaBritain, of which Prince Philip, a former naval officer, is the patron.
A Navy
spokesman acknowledged that the dispute with Whitehall was delaying final plans.
"It is
frustrating not to be able to have firm details," he said. "It is, as
always, a question of getting permission from the centre and, of course, money."
If Whitehall
wins the tussle, naval chiefs say that the commemoration of the Royal Navy's
most glorious hour will go off at half-cock.
The two
fleets met off Cape Trafalgar on Oct 21, 1805. The engagement was one of the
most decisive victories in the history of naval warfare, with 18 of the 33
French and Spanish captured or sunk.
Not a single
Royal Navy ship was lost, but Adml Nelson was wounded and died aboard Victory.
The battle
ended for ever Napoleon's schemes to invade Britain and laid the foundations for
the Royal Navy's unchallenged sovereignty of the world's oceans for a century.
Adml of the
Fleet Sir Julian Oswald, a former first sea lord, underlined the Navy's debt to
Nelson.
He said
yesterday: "He was the greatest. This brilliant, enigmatic, flawed leader
and extremely successful admiral gave us a decade of stunning naval victories.
"He finally nailed the threat of French
invasion and assured us the position of 100 years of naval mastery."
Trafalgar 200 - The National Maritime Museum
plans national public commemoration of Nelson's finest hour
The National Maritime Museum has begun work on a
series of projects to mark the 200th anniversary of Nelson's victory at the
Battle of Trafalgar, four years from today, which will culminate in public
events across the country in 2005.
The Museum has appointed a renowned Nelson expert
to devise and co-ordinate the national and international public commemorations
of the bicentenary, in 2005, of Nelson's last, but greatest, victory. Recognised
as one of the country's leading experts on Nelson, Colin White joins the Museum
on a four-year secondment from the Royal Naval Museum, Portsmouth, where he was
Deputy Director.
Plans for 2005 will be announced during Colin
White's time at Greenwich, but will certainly include a network of regional
public events taking place across the country and into Europe, with a possible
large-scale public event scheduled for London in summer.
The National Maritime Museum will enhance its
current major Nelson gallery, which remains its most popular, displaying the
Museum's fine collection of related exhibits. Among the objects on display will
be the bloodstained uniform worn by Nelson at Trafalgar, in which he died, and
previously unseen letters written by Nelson, which give new insights into his
life and career. The Museum will also commission new studies into previously
unexplored areas of Nelson's life, including possible DNA and handwriting
analysis, which will reveal new aspects of the man. Additionally, Colin White
will be researching Nelson's letters for a proposed new Collected Edition that
will include many hitherto unpublished letters, which he has discovered.
Director of the National Maritime Museum, Roy
Clare, said 'The Museum aims to create a legacy for future generations, with
schools projects, maritime scholarships, youth sailing and adventures at sea
being offered as inspirational ways for younger people to explore Britain's
maritime heritage. Other possible events include concerts, television features
and conferences devoted to the great British admiral who lost an arm in the
service of his country and died a hero's death at Trafalgar. We are delighted to
have secured Colin White to assist us in engaging new audiences in this exciting
story.'
Colin White said 'Aside from exploring all
aspects of Nelson's life and career, including the mythology surrounding him and
the less celebrated sides of his character, the 2005 commemorations will be a
national celebration of the sea and people's relationships with it. Almost 30%
of the British population lives within 10km of the coast and nowhere in the
country is more than 135km from the coast. It is part of my job to involve as
many areas of the country as possible in the celebrations and promote an
understanding of the importance of our maritime heritage. From a personal point
of view, I am delighted to be devoting the next four years to examining Nelson
more closely than ever before and fuelling national interest in a man who
remains a great British hero.'
Many events will be staged between now and the
anniversary in 2005. Colin White will deliver his inaugural lecture, Spinning
Nelson at the Museum on Thursday 8 November 2001. He has published widely on the
subject - his book The Nelson Companion is a bestseller in its third edition.
His forthcoming book, The Nelson Encyclopaedia, published in summer 2002, will
offer new insights into Nelson's life and career, many of which will be the
results of new research commissioned in the lead up to the Trafalgar
commemorations in 2005, the bicentenary of the victory which ensured British
naval supremacy for 100 years. Colin White has also created an interactive
Nelson website at www.admiralnelson.org.
SeaBritain 2005
200th anniversary of Nelson’s finest hour inspires year-long
celebration of the sea
2005 will be a year of celebration of Britain’s
relationship with the sea, taking the 200th anniversary of the Battle of
Trafalgar as its inspiration
Coming together to present a year long series of
events and festivals during 2005, on the theme of Britain and the sea, are the
National Maritime Museum, Greenwich, and VisitBritain, together with the
Official Nelson Commemmorations Committee (ONCC), the National Trust, SeaVision
UK, Trinity House and a large number of other national and local organisations,
with the support of the Department for Culture, Media and Sport. At the
heart of the celebrations will be the Trafalgar Festival, a series of events to
mark the bicentenary of Admiral Lord Nelson’s death and the Battle of
Trafalgar, culminating in the Trafalgar Weekend 12-23 October 2005.
The whole programme of activities will take place
under the brand SeaBritain 2005, which will be launched today at Trinity House
by the National Maritime Museum, VisitBritain, and the ONCC in the presence of
HRH The Duke Of Edinburgh, Patron of SeaBritain 2005.
VisitBritain will be adopting Britain’s inland
waters, coastline and the sea as one of its primary tourism marketing themes -
both domestic and international - for 2005 and beyond.
David Quarmby, Chairman of the SeaBritain 2005
Steering Group, said 'SeaBritain 2005 is an exciting concept. We are immensely
grateful for the support of so many organisations already; with their help, with
the Trafalgar Festival at the heart of our programme, and with PR and marketing
activity, we will be creating a tremendous momentum for SeaBritain 2005 over the
next 12 months. We are confident this will inspire people, communities and
organisations around Britain to consider what local activities, events and
festivals they can plan as part of this national celebration of Britain’s
relationship with the sea.’
Tom Wright, Chief Executive, VisitBritain, said:
'VisitBritain is pleased to be working in close partnership with the National
Maritime Museum to support SeaBritain 2005. The project provides enormous
opportunities for tourism, both internationally and domestically. Britain
provides tremendous scope for water-based tourism options on the sea itself or
on the many rivers, inland waterways and lakes Britain is famous for. We look
forward to working with as many of Britain’s tourism providers and partners as
possible to ensure maximum support for this important celebration.’
Today’s event was to launch the SeaBritain 2005
and branding to coastal towns, cities, ports and organisations national, local
and regional, with an interest in the sea, and to encourage them to plan their
own activities under the overall branding. Organisations already
planning events and festivals were present at the launch, including the Royal
Navy, The National Trust, Chamber of Shipping, Baltic Exchange, English Heritage,
Seatrade, Lloyd’s Register, The Marine Society, Sea Cadets, Royal Yachting
Association, World Wildlife Fund UK, SeaVision UK, Trinity House and the
International Festival of the Sea, as well as tourism organisations, local
authorities and a growing number of UK celebrities.
For further information visit www.seabritain2005.com
-ends-
Notes for Editors
SeaBritain 2005 programme. It is planned
that a wide range of events will take place across the country. They could be
fish-fries at the beach or the local park, movie screenings on beaches,
festivals of sea-related art, literature, film and theatre, sailing races,
sports activities, village festivals and parades. For many people, SeaBritain
2005 could just mean spending time by the water, hiring a canal boat, visiting
one of the Britain’s many maritime museums or going to riverside pubs and
seafood restaurants.
Trafalgar Festival At the heart of the
celebrations will be The Trafalgar Festival - a programme of events running
throughout the summer and autumn. This will include special yacht races,
historical re-enactments, conferences, music and drama. The climax will be the
Trafalgar Weekend, 21-23 October, when there will be dinners, fireworks, parades
and special church services all over the country.
National Maritime Museum - the largest museum of
its kind in the world - is housed within a breathtaking architectural space,
among the historic buildings of the Maritime Greenwich World Heritage Site. It
incorporates the Royal Observatory Greenwich (home of Greenwich Mean Time and
the Prime Meridian Line) and 17th century Queen’s House (England's first
classical building and a rare surviving example of the work of Inigo Jones).
The Museum's mission is to illustrate for
everyone the importance of the sea, ships, time and the stars, and their
relationship with people.
Among the Museum’s plans for 2005 - which marks
the 200th anniversary of the Battle of Trafalgar and the death of Britain's
greatest naval hero, Admiral Lord Nelson - is a programme of exhibitions and
displays, including a major new show on Nelson, drawing on new research, as well
as a range of new publications. As instigator of SeaBritain 2005, the Museum is
grateful for and delighted by the amount of support already generated for the
project, which should have a legacy for the future, creating initiatives and
opportunities that will have lasting benefit, particularly for young people.
Issued 21 October 2003 by the National
Maritime Museum Press Office.
EDICIÓN IMPRESA - Cultura ABC.ES
Arturo Pérez Reverte: «No hay derrotas
gloriosas»
El creador del Capitán Alatristre publicará en octubre «Cabo
Trafalgar» (Alfaguara), una recreación, a la vez personal y
documental, de una batalla que cambió la Historia
TEXTO. T. D. FOTO: DANIEL G. LÓPEZ/
-¿Por qué Trafalgar?
-La Marina del siglo XVIII es mi tema. Aunque no lo había
tocado hasta ahora, le he dedicado muchos años, tengo una
biblioteca enorme y yo mismo navego.
-¿Se trata de una novela?
-No es novela. Se trataba de contar la batalla en dos planos. En
uno, se daría una visión actualizada para el lector de hoy; un
repaso técnico, riguroso, de cuáles eran la estrategia y la táctica
navales y de cómo se entablaba un combate en esa época, para
entender por qué se perdió. La idea es que el lector se sienta
dentro del barco. En el segundo plano se daría una versión
personal: cómo veo las causas políticas, sociales e históricas
por las que se produjo la derrota.
Varios niveles de responsabilidad
-Los españoles, los ingleses y el mismo emperador culpan a
Villeneuve. ¿Por qué sólo a él?
-Era un magnífico capitán de combate y un pésimo almirante.
Un tipo muy valiente en lo personal, pero no tenía la capacidad
táctica ni estratégica para la misión. Fue un desastre. Ahora
bien, aquí hubo varios niveles de responsabilidad. Primero está
Napoleón, que no sabía nada del mar; después, Godoy, que era
el primer ministro de Carlos IV y estaba totalmente entregado a
las botas del emperador; es el que le dice a Gravina: «Trague
todo lo que haga falta». Pero también está Gravina -a quien
hago culpable, aunque nunca se le culpó mucho y no sé por qué-,
pues en vez de imponerse a la orden de salir de Cádiz, que era
una barbaridad, sale y lleva a la gente a esa carnicería,
cuando todos sabían del gran riesgo.
-Gravina pide permiso para actuar con libertad y se le niega.
-Su responsabilidad viene de antes. Durante el combate lo hace
bien, claro, como debe ser: era un buen marino. Pero era el
responsable de la armada española, y si hay miles de viudas y
huérfanos, se deben a él, porque no se opuso. Varios de sus
hombres le habían avisado de lo que iba a pasar. Armas Ferrero,
que era el marino más importante de la época, dijo: «¡Esta
escuadra vestida de luto, ay del que tiene la desgracia de
mandarla!».
-Nelson también parecía conocer el final de la batalla.
-Su plan era magnífico. Y la victoria cambió la historia,
porque le dio a Inglaterra el dominio del mar prácticamente
hasta la Segunda Guerra Mundial. Napoleón ya nunca pudo invadir
Inglaterra, quedó restringido al continente. España fue
barrida y sólo mantuvo las colonias un poquito de tiempo.
Trafalgar deja el vínculo americano tocado de muerte; noventa años
después se remataron los restos.
-¿Se explica el desenlace sólo por la genialidad de Nelson?
-Los ingleses eran profesionales; todos, los oficiales y la
marinería, y además estaban motivados: cobraban su paga. La
Marina española era una gran marina, con buenos oficiales y
buenos barcos, pero sin tripulaciones. Nuestros marinos de
carrera eran de origen aristócrata, de familia noble -si no, no
podías ser guardiamarina-. Pero mandaban tripulaciones de leva
forzada, reclutadas en los tugurios, las cárceles, los
hospitales y en los hospicios. Otros se hacían a la mar con
pagas atrasadas, iban sin cobrar... En Trafalgar se embarcó
diez días antes, algunos se mareaban. Aquello fue una escuadra
de reclutas forzosos y desgraciados frente a una escuadra de
profesionales.
-En la flota se contaban más de 700 grumetes. ¿Alistaban niños?
-Donde ponía grumete no siempre era un niño; un tipo de
treinta años reclutado borracho en una taberna era un grumete,
simplemente porque no era un marinero cualificado. Claro que había
adolescentes, casi niños, los marineros se reclutaban por
primera vez entre los 13 y los 18 años.
«Los dejaron tirados»
-¿Hubiéramos podido tener una Marina moderna a la altura de la
británica?
-En el XVIII se había logrado reunir a marinos ilustrados:
navegantes, cartógrafos, científicos, gentes de elite... ¡Teníamos
una Marina cojonuda! Lo que ocurría es que no había tripulación,
ni motivaciones, ni experiencia. Ingleses y franceses reconocen
que los españoles combatieron muy bien, pero si el capitán
resultaba muerto o herido, se venían abajo, por falta de
preparación. España era un desastre, como sigue siendo ahora,
un caos. El desarrollo de nuestra Marina, que fue la envidia de
ingleses y franceses, acaba en 1805; se hundió en la miseria
por la cutrez, la incompetencia, la caspa, la ignorancia y la
cobardía de los de siempre, de los Godoy...Se suele decir que
Trafalgar fue una derrota gloriosa, pero no hay derrotas
gloriosas, y mucho menos en España. Son doblemente abyectas,
porque son derrotas y porque son españolas. En Trafalgar se
pone de manifiesto todo lo malo de este país, de entonces y de
este momento. La gente (viudas, huérfanos, lisiados) quedó en
la miseria. No les pagaron, los dejaron tirados. Qué desgracia
de país... y no ha cambiado nada.
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Junta y municipios de Cádiz estudian la creación
de un centro de interpretación de la batalla de Trafalgar |
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reservados |
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E.P. | 10/08/2004
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La Consejería de Turismo, Comercio y Deporte
y la Mancomunidad de Municipios de La Janda estudiarán la puesta en
marcha de un Centro de Interpretación de la Batalla de Trafalgar en
Barbate (Cádiz), según ha informado el primero de estos organismos.
Este fue el acuerdo alcanzado en una
reunión de la comisión de seguimiento del Plan de Desarrollo Turístico
de la zona, una iniciativa que cuenta con un presupuesto de 3,1 millones
de euros.
El centro de interpretación se ubicaría
en el edificio de la antigua lonja barbateña y serviría para mostrar a
los visitantes la historia de la Batalla de Trafalgar, que enfrentó
junto a las costas de Cádiz a las flotas inglesa y franco-española el
21 de octubre de 1805 y de la que se conmemora el bicentenario el próximo
año. La comisión decidirá en próximas reuniones la aportación económica
y el apoyo a este proyecto.
El Plan de Desarrollo Turístico de
Trafalgar lleva ya tres años en ejecución, está impulsado por la
Mancomunidad de Municipios de La Janda y beneficia a Conil de la
Frontera, Vejer de la Frontera y Barbate. Dentro de las actuaciones que
se han desarrollado, se encuentran medidas de adecuación del entorno
urbano, natural y litoral, así como la creación y promoción de nuevos
productos turísticos.
En este sentido, en Conil se ha iluminado y señalizado
el casco histórico, y se ha construido el Mirador de Trafalgar;
mientras que en Barbate se ha puesto en marcha un Centro de Recepción
Turística y se han homogeneizado los rótulos callejeros. Por su parte,
en Vejer se ha adaptado el patio de armas del castillo para actividades
culturales y se ha creado el portal turística www.infovejer.com,
entre otras medidas.
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Una
exposición magna centrará el bicentenario de Trafalgar
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DIARIO DE CÁDIZ 20/10/2004
La
Comisión que organiza los actos pedirá a los gobiernos central y
autonómico su colaboración para que el aniversario trascienda los
límites provinciales
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E. B.
cádiz.
El 19 de octubre de 1805, 33 navíos españoles salieron de Cádiz. Dos días
después, estalló la Batalla de Trafalgar. En aguas gaditanas quedaron más
de 5.000 muertos. Franceses y británicos. Y muchos españoles. Ayer,
justo 199 años después de que los barcos abandonaran el puerto de Cádiz
rumbo a una de las luchas marítimas más cruentas de la historia, la
Comisión de Trabajo para la Conmemoración del Bicentenario de esa
batalla aprobó el programa de actos para este aniversario.
A esos
miles de fallecidos y a todos los que participaron en la contienda se les
dedicarán exposiciones, conferencias, ceremonias religiosas y otros actos
que se llevarán a cabo durante el año que viene, sobre todo en los meses
cercanos a octubre. Faltan 365 días para que se cumpla el bicentenario, y
la Comisión necesita contar con la colaboración del Gobierno central y
la Junta de Andalucía para que el programa sea una realidad.
Uno de
los proyectos que más elaboración requerirá será lo que los
organizadores han denominado "Magna Exposición Conmemorativa".
Durante unos dos meses permanecerá abierta al público una muestra de
objetos y documentos de la batalla y de la época para que los visitantes
entiendan lo que significó ese acontecimiento. En la exposición habrá
cartas marinas, grabados, uniformes, condecoraciones, nudos, cañones y
otras armas, maquetas de barcos, periódicos...
La reunión
de ayer de esta Comisión —formada por el Ayuntamiento de Cádiz, la
Real Academia Hispanoamericana y la de Medicina y Cirugía, la Universidad
de Cádiz, una delegación del Ministerio de Defensa y la Sail Training
Association— contó también con la asistencia del Ayuntamiento de
Barbate, el Museo Naval de San Fernando y los cónsules honorarios de
Francia e Inglaterra.
Pero para
fomentar las relaciones internacionales, además, hace falta la colaboración
de los gobiernos central y autonómico. "Queremos que se impliquen
para que no se desaproveche este acontecimiento", explicó ayer Jesús
de Sobrino, secretario de la Comisión. "Nuestro objetivo es hacer
proyectos de investigación, de recuperación arqueológica como los que
se van a hacer en Inglaterra y fomentar las relaciones internacionales
entre los tres países implicados en la contienda. Pero todo eso no lo
podemos hacer solos, de forma local", añadió el concejal.
En la
reunión de ayer también se decidió enviar un escrito a la
Vicepresidencia del Gobierno central para explicarle los actos
conmemorativos y recabar información sobre qué planes tiene el Ejecutivo
para este acontecimiento. Sin esta ayuda, según De Sobrino, sólo se podrán
"acometer acciones de ámbito local" en el aniversario.
A pesar
de que aún queda un año para el bicentenario, este mismo mes ya se
celebrará un acto que se engloba en el programa: la presentación de la
nueva novela del escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte, Cabo
Trafalgar, que se celebrará el jueves que viene en el Palacio de
Congresos. Ya en 2005, el 23 premio periodístico Eduardo de Ory se
dedicará a la Batalla de Trafalgar en la literatura hispanoamericana, según
anunció ayer el representante de la Real Academia Hispanoamericana,
Manuel Bustos.
El año
que viene también llevará a cabo Cuatro Espacios de Reflexión,
una serie de congresos, reuniones científicas y seminarios sobre economía,
cultura, política y el nuevo orden marítimo establecido a partir de la
Batalla de Trafalgar. "El objetivo", afirmó el concejal,
"es revisar históricamente lo que ocurrió en Cádiz hace dos siglos
y el protagonismo que tuvo" en esa época.
Otro de
los actos será una parada naval en el Faro de Trafalgar y una ofrenda
floral para homenajear a los que participaron en la Batalla. En este
acontecimiento colaborará la Sail Training Association España y la Sail
Training International. Además, se llevará a cabo una ceremonia ecuménica
en memoria de los fallecidos en la contienda. En todos estos actos se
pretende implicar a los alumnos extranjeros que están en Cádiz con una
beca Erasmus.
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El
Centro Arqueológico Subacuático busca los restos de Trafalgar
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Diario de Cádiz 22/10/2004 |
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JAVIER YOHN PLANELLS
cádiz.
Bajo las aguas verdosas y transparentes del Atlántico, ocultos desde hace
dos siglos entre la fina arena y las quebradas rocas de la costa,
aguardando a ser descubiertos, se hallan los restos de los barcos que se
hundieron tras la batalla de Trafalgar, en 1805, que puso fin al poderío
naval de España y a las ambiciones napoleónicas en las Islas Británicas,
y al mismo tiempo supuso la confirmación de Inglaterra como reina de los
mares y océanos de todo el mundo. Desde el pasado mayo, el Centro de
Arqueología Subacuática (CAS), patrocinado por la Junta de Andalucía,
por la fundación norteamericana RPM Nautical Foundation y por la Nacional
Geographic Magazine, está llevando a cabo una serie de prospecciones
arqueológicas en la costa gaditana para encontrar los restos de los navíos
que fueron a morir al fondo del océano tras la célebre batalla. La
investigación, que parte de un proyecto anterior del CAS, comenzó con
una importante y exhaustiva labor de documentación para conocer los
buques que pudieron hundirse tras la batalla y la tormenta posterior.
La segunda parte del proyecto ha consistido en elaborar un completo
listado de las posibles zonas de hundimiento. Se consultaron actas
capitulares, derrotas, protocolos notariales, mapas, monografías, etcétera,
labor que se completó con un exhaustivo rastreo en Internet. Después, se
compararon los resultados con las zonas en las que se presumía la
existencia de restos para finalmente establecer un área de búsqueda amplísima
que se extiende desde Trafalgar hasta Huelva.
Las numerosas imprecisiones sobre los hundimientos que se desprenden de
los documentos analizados, han obligado a realizar una tercera fase que
consiste en una prospección arqueológica intensiva de la zona con la
ayuda de la Nautical Foundation y de la National Geographic Magazine, que
prepara un artículo para difundir los hallazgos (e incluso se habla de un
documental para televisión si los resultados son lo suficientemente
importantes). Para llevar a cabo esta tarea ha sido necesario la tecnología
de rastreo más sofisticada. El sonar de barrido lateral elabora una
imagen del fondo marino parecida a una fotografía aérea, a través de un
haz de sonido concentrado. También se han utilizado magnetómetros, que
funcionan registrando las alteraciones que se producen en el campo magnético
del fondo cuando existe una gran cantidad de metal (por ejemplo, el bronce
de los cañones). Pero la herramienta más útil ha sido la sonda multihaz.
Se trata de un sistema derivado del sonar de barrido lateral, pero que
emplea un mayor número de haces, lo que le permite elaborar una imagen en
tres dimensiones del fondo marino, y ofrecer así una mejor representación
de su composición. Este sistema da muy buen resultado, sobre todo cuando
se trata de un terreno llano, porque le permite distinguir mejor las
anomalías que se puedan producir. Sin embargo, es menos fiable cuando la
prospección se produce en terrenos rocosos.
La puesta en común de los resultados de la investigación documental y
de la prospección arqueológica ha dado como fruto el establecimiento de
dos zonas donde es más probable el hallazgo de restos de barcos hundidos
tras la batalla de Trafalgar. La primera de ellas es la franja que
comprende el Castillo de San Sebastián y el bajo de Las Puercas, donde se
han descubierto tres yacimientos con restos de naufragios. En el primero
se ha encontrado un grupo de cinco cañones, un ancla, parte de una
estructura de madera semienterrada, y otros elementos como fragmentos de
cerámica, losetas, etc. En el segundo se localizaron siete cañones y un
ancla. El tercer punto ocupa una mayor extensión y los restos son más
numerosos, a pesar de los expolios que sufrió la zona en décadas
pasadas. Sobre un bajo rocoso asoman veinte cañones, munición, un ancla,
parte de una bomba de achique, fragmentos de forros de cobre y otros
elementos metálicos que son más difíciles de identificar. La zona
comprendida entre Conil y Sancti Petri es el otro gran área de
investigación. Allí se han encontrado dos yacimientos que incluyen
restos de barcos hundidos. En el primero se han contabilizado sesenta y un
cañones, un ancla de grandes dimensiones y tres más pequeños, y algunos
elementos de metal sin identificar. En el segundo han aparecido treinta cañones,
abundantes restos de madera, un ancla de gran tamaño, pernos de bronce y
un elevado número de elementos que en su momento formaron parte del
barco.
En las tareas de investigación también ha participado un
estadounidense del Instituto de Arqueología Náutica de Texas. Experto en
arquitectura naval, su colaboración resulta fundamental y consiste en
estudiar los restos, exprimirlos, hasta que se pueda sacar algún dato que
permita la identificación, o al menos un acercamiento a la identidad del
barco hundido. Sin embargo, esta labor no es tan fácil cuando la mayoría
de los yacimientos han sufrido robos y maltratos continuos durante años.
Por eso, en muchos casos se trabaja con elementos menores de los antiguos
buques, restos que los expoliadores han considerado que no son lo
suficientemente vistosos o interesantes como para exhibirlos en el salón,
pero que pueden llegar a ser fuente de una información muy valiosa para
el investigador.
La idea del Centro Arqueológico Subacuático es acumular toda la
información posible, contrastar los datos, y dentro de dos o tres meses
se evaluarán los resultados. En principio no se van a tocar los fondos
marinos, porque la UNESCO recomienda que no se extraiga ningún resto, a
no ser que sea imprescindible para la investigación o que el objeto en
cuestión corra el peligro de deteriorarse o desaparecer. Por eso, hasta
ahora no ha habido movimientos de fondo, no se ha desenterrado nada y no
se ha excavado en busca de nuevos restos; todo para no despertar a los
vestigios dormidos de los barcos que sucumbieron en la batalla de
Trafalgar y que eligieron como sepultura la arena y las rocas de la costa
gaditana.
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Mutriku
recuerda a Churruca
La villa costera está inmersa en los preparativos de numerosas actividades
que recordarán al ilustre marino mutrikuarra muerto hace casi doscientos años
en Trafalgar
31/10/2004
El
Correo Digital
MIREYA ÁLVAREZ/MUTRIKU
ESTATUA. Colocada en el centro del pueblo en recuerdo del ilustre
mutrikuarra. /M. ALVAREZ
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ACTOS
PARA 2005
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Inauguración:
El programa de actividades comenzará con un acto de inauguración que se
prevé para la primera semana de julio de 2005.
Actividades: habrá una exposición permanente en la Casa de Cultura
Zabiel, y se están organizando varios ciclos de conferencias, talleres
didácticos, visitas guiadas y representaciones callejeras de los pasajes
más significativos de la vida de Churruca.
Clausura: Los actos finalizarán el 21 de octubre de 2005, día exacto en
el que se cumple el bicentenario de la batalla naval de Trafalgar.
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El
21 de octubre de 1805 España, Francia e Inglaterra luchaban con todas sus
fuerzas en Trafalgar, en una batalla en la que morían centenares de hombres y
que supuso la derrota de la escuadra combinada hispano-francesa. Ello trajo
consigo la destrucción de valiosos recursos humanos y técnicos y el colapso
del tráfico marítimo con América, anunciando el comienzo del declive de España
como una de las principales potencias marítimas del momento.
En octubre de 2005 se cumplirán doscientos años de Trafalgar, y los países
que tomaron parte en esta batalla naval están preparando diversos programas
repletos de actos de toda índole para rememorar aquella gran tragedia.
Entre los hombres que murieron en esta contienda se encontraba Cosme Damián
Churruca, un marino de Mutriku que al mando del navío de 74 cañones 'San Juan
Nepomuceno', el último de la línea aliada, resistió desesperadamente el
ataque de cinco barcos enemigos, hasta que una bala de cañón le arrancó la
pierna, causándole una grave hemorragia que le provocaría la muerte.
Con motivo de la celebración de este bicentenario, Mutriku se va a unir a otras
localidades como Cádiz y Portsmouth con el objetivo de recordar esta batalla y
a los hombres que fallecieron en ella, y más concretamente la figura y obra de
Cosme Damián Churruca.
Aspectos desconocidos
Churruca, hijo ilustre de la villa costera, cartógrafo de gran renombre en su
tiempo, fue un hombre ilustrado y un reconocido matemático, que incluso llegó
a ser alcalde de Mutriku durante un breve periodo de tiempo. Cualidades y
aspectos de su vida profesional que, en su mayoría, son desconocidos por un
importante segmento de la población que le vio nacer. Una estatua en el centro
de la plaza principal del municipio, que lleva su mismo nombre, y el hermoso
caserón de piedra 'Arrietakua' de la calle Conde de Motrico donde nació el
marino, son algunos de los pocos recuerdos que la localidad conserva del que
seguro ha sido uno de sus habitantes más populares y reconocidos. Por ello, el
Ayuntamiento quiere hacer de Churruca un motivo de orgullo para sus
conciudadanos y un referente capaz de atraer desde el exterior a visitantes
interesados en un turismo cultural y de calidad.
Su vida
Cosme Damián Churruca y Elorza nació en Mutriku el 27 de septiembre de 1761.
Como hijo de la pequeña nobleza su horizonte profesional estaba destinado a la
milicia o a la Iglesia, pero, a pesar de cursar estudios en el seminario de
Burgos, eligió entrar en la Armada. Ingresó en la Escuela Naval graduándose
en 1782 y, tras tomar parte en el sitio de Gibraltar, destacó en el campo de
las matemáticas, obteniendo el ingresó en el Observatorio de San Fernando en Cádiz,
puntero en el mundo en la observación astronómica aplicada a la navegación.
Fue asignado como profesor a la Escuela Naval de Ferrol y recibió uno de sus
primeros destinos en la expedición que cartografió el Estrecho de Magallanes.
Esta empresa arruinó su salud, pero le hizo merecedor de la atención de sus
superiores por sus dotes científicas y cartográficas.
En 1792 recibe el mando de dos bergantines para realizar el mapeado de las
Antillas españolas, pieza clave del Imperio americano. A pesar de las
dificultades técnicas, las enfermedades y los riesgos inherentes a la navegación
a vela, Churruca retorna con material suficiente para trazar mapas de las
Antillas, admirados en todo el mundo.
Churruca desempeñó una intensa labor de reglamentación y reforma de la
disciplina, la maniobra y otras funciones militares, marineras y de
habitabilidad del buque y escribe, incansablemente, ordenanzas militares, teoría
artillera, mapas...
Además, su prestigio como científico le hizo merecedor de una invitación de
la Academia Francesa, primera institución científica de la Europa de la época,
y del mismo Napoleón, que lo agasajó con regalos.
La estancia en el húmedo y frío Brest vuelve a tocar su salud y se retira a su
villa natal, donde desempeña la alcaldía.
Tomando las aguas en Cestona es llamado a comandar un buque en la flota
combinada que se batirá con la flota inglesa en el Cabo Trafalgar el 21 de
octubre de 1805.
Atrapado en la titubeante estrategia del jefe de la escuadra aliada, Villeneuve,
Churruca, al mando del San Juan Nepomuceno, último navío de la línea aliada,
resistió desesperadamente a cinco navíos enemigos, hasta que una bala de cañón
le arrancó la pierna, herida que pronto le causaría la muerte.
www.santanderciudadviva.com
17/11/2004
Revilla acepta la propuesta de
creación de un monumento a los héroes de Trafalgar
El Presidente del
Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha recibido , en su despacho del
Palacio de Puertochico, al delegado y vicedelegado de la Asamblea de Capitanes
de Yate en Cantabria, Santiago García y Javier Mier del Castillo,
respectivamente. Santiago García le ha propuesto al Presidente regional la
creación de un monumento a los héroes de Trafalgar, a la gente que murió
durante la batalla y a los barcos construidos en Cantabria, concretamente en los
astilleros de Guarnizo.
Según el delegado de
la Asamblea de Capitanes de Yate, la conmemoración del Bicentenario de la
Batalla de Trafalgar, que se celebraría el 21 de octubre de 2005,
"consistiría en un acto multiconfesional,
a ser posible en la Catedral de Santander, dónde tanto ingleses, como franceses
y españoles honrarían a sus muertos durante la batalla. A continuación, se
llevaría a cabo la inauguración del monumento a los héroes de Trafalgar,
sobre la base de que hubiera una unidad naval inglesa, otra francesa y otra española
conjunta en el puerto.
Revilla, por su parte, ha sido muy receptivo con
este asunto y ha decidido llevar a cabo las propuestas realizadas por Santiago
García. También ha señalado que si este colectivo tiene que reivindicar su
idiosincrasia, lo primero que tiene que reivindicar es nuestra gente, nuestros
hechos importantes y nuestra aportación a la historia de España.
La
BBC grabará en febrero en Cádiz un documental sobre Trafalgar
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Diario de Cádiz 20/11/2004 |
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REDACCIÓN
cádiz.
La conmemoración el año próximo del segundo centenario de la Batalla de
Trafalgar está despertando el interés de muchos medios de comunicación
extranjeros, sobre todo británicos, por la Costa de la Luz como escenario
de la batalla. El próximo mes de febrero un equipo de la BBC, la televisión
pública británica, se desplazará durante tres días a Cádiz para la
elaboración de un documental sobre Trafalgar. Su intención es visitar
los escenarios de la batalla frente a las costas de Barbate y en la ciudad
de Cádiz, de donde partieron las naves que participaron en la contienda.
El Patronato Provincial de Turismo está
colaborando en la organización de este documental buscando las
localizaciones y ya ha puesto en contacto al equipo de la BBC con la
Comisión Bicentenario de Trafalgar, que se está encargando de la
organización de todos los actos que tendrán lugar el próximo año. A
mediados de diciembre el director del documental tiene previsto viajar a Cádiz
para ver y seleccionar las localizaciones y posiblemente entrevistarse con
Enrique Garcia-Agulló Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Cádiz, y
vicepresidente de la Comisión Bicentenario de Trafalgar. Según la BBC,
la intención del documental, cuyo título provisional es The Battle of
Trafalgar, 200 years later (La Batalla de Trafalgar, 200 años después),
es mostrar la batalla desde el punto de vista de los dos bandos, y no
centrarse sólo en la visión de los británicos, que es prácticamente la
única que se conoce en el Reino Unido.
No ha sido la BBC la única interesada en
la batalla. Los pasados días 8 y 9 de noviembre, Claudia Pritchard,
periodista de The Times recorrió el Panteón de Marinos Ilustres y
el Museo Naval de San Fernando, donde se encuentra abundante información
sobre la batalla y pasó dos días en la capital escribiendo un artículo
que saldrá a la luz en próximas fechas.
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Sanitarios en la
batalla de Trafalgar
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Diario de Cádiz 09/12/2004 |
Otros héroes. La última novela de
Pérez-Reverte ha vuelto a poner de actualidad un capítulo de la
historia del que se conocen muchos datos, aunque se olvida el
decisivo papel desempeñado por la primera facultad de Medicina
española
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EN 1787, por Real Célula de Carlos III, se fundó en
Madrid el Real Colegio de Cirugía de San Carlos. Se justificó su creación
en los magníficos resultados conseguidos en los Colegios de Cádiz y
Barcelona. Los tres colegios –Cádiz, Barcelona y Madrid– asumieron,
tiempo después, la función de impartir toda la docencia médica y se
convirtieron en las primeras facultades de Medicina y Cirugía. El que
inició el camino y sirvió de modelo fue el Real Colegio de Cirugía de
la Armada de Cádiz.
Durante el reinado de Fernando VI, Zenón Somadevilla Bengoechea, Marqués
de la Ensenada, secretario de Marina, encargó al prestigioso médico
mallorquín Pedro Virgili la creación y dirección de un Colegio de
Cirujanos para servir en la Armada con la finalidad de elevar el nivel de
eficacia y paliar la mortalidad en las dotaciones de los barcos, que en
ese momento, debido a la pésima atención que recibían, era aterradora.
Virgili, médico competente y gran organizador, visitó distintos centros
europeos y, con esta experiencia, estableció y dirigió en Cádiz el Real
Colegio de Cirujanos de la Armada.
Para acceder al mismo los futuros colegiales debían superar un examen
de latín, filosofía, etcétera, que demostrara su nivel cultural, examen
que se realizaba en audiencia pública. El Colegio impartió su docencia
mediante cursos de nivel creciente, siendo la enseñanza integral. Desde
el primer momento, al mismo tiempo que recibían lecciones teóricas, botánica
médica, vendajes, etcétera, ayudaban a sus profesores en la asistencia a
los enfermos ingresados en el centro.
El régimen era el de un internado militar, y los colegiales, sometidos
a esta disciplina, eran considerados y vestían el uniforme de cadete
naval. Recibían una modesta asignación económica y al terminar sus
estudios tenían la obligación de servir en los barcos como cirujanos de
la Armada. Tiempo después se aceptaron alumnos externos. Estos tenían
carácter civil y debían pagar su enseñanza, aunque la disciplina era
igual para todos, incluido el arresto en el colegio. La falta grave
conllevaba la expulsión.
Las actividades, asignaturas e incidencias del Colegio están
documentadas. Era frecuente invitar a profesionales para que realizasen
demostraciones prácticas ante los colegiales. Así, Antonio Morales,
prestigioso cirujano de la Armada, famoso por su rapidez, visitó Cádiz.
Invitado por la dirección realizó, en un tiempo récord, la amputación
de una pierna ante el alumnado que, asombrado, prorrumpió en aplausos y
gritos de entusiasmo.
El Doctor Peña, profesor del Colegio, era un cirujano más lento y
pausado, que no entusiasmaba; tenía además la absurda costumbre de
ponerse una blusa limpia para cada operación. Sus pacientes tenían menos
complicaciones y menos infecciones, pero eso no le sirvió para aumentar
su prestigio. Nadie, ni él mismo, supo relacionar el más bajo porcentaje
de complicaciones con la higiene elemental que practicaba.
Octubre de 1805. La flota combinada franco-española está pronta para
hacerse a la mar, pese a la opinión contraria de los jefes de la Armada
Española, que lo consideran un error. Todo Cádiz es consciente de que se
va a producir el enfrentamiento con la flota inglesa.
En el Colegio se intensifica la enseñanza sobre curas de urgencia. El
almirante requiere de la Dirección del Colegio su colaboración para
embarcar colegiales que refuercen la dotación sanitaria de los barcos. Ni
uno solo de los colegiales se echó atrás. La dirección decidió que los
cursos superiores, de mayor preparación, junto con sus profesores, se
unieran a la flota. La asistencia a los pacientes hospitalizados quedó al
cuidado de los primeros cursos.
La batalla tiene lugar el 21 de octubre de 1805. Con la mayor angustia,
la población de Cádiz sigue los acontecimientos.
El Bucetaire y el Aigle se hunden, sin que desde tierra
pueda hacerse nada para auxiliarles. Las olas depositan en La Caleta gran
número de cadáveres y algún herido. Remolcados entran el Santana
y el Neptuno. Botes de difícil gobierno, por el vendaval del
sudoeste que azota la zona, desembarcan en el muelle numerosos muertos y
heridos. Los colegiales y profesores que han quedado en tierra se
organizan en puestos de socorro distribuidos por toda la ciudad. El
general Solano, Gobernador Militar, ordena la requisa de todos los coches
de caballos para trasladar los heridos a los hospitales y el cierre de las
Puertas del Mar para impedir la invasión del muelle por la multitud. Se
dio también la orden de no discriminar en la atención a los heridos,
fueran estos españoles, franceses o ingleses. Orden innecesaria porque en
ningún caso tal hecho se produjo (dato reflejado en las más diversas crónicas).
Numerosos colegiales de los embarcados ingresan heridos en el colegio.
Días después, en el salón de actos, el director lee la lista de los
colegiales muertos en acción. La cifra que es aterradora. El número de
bajas obliga a agrupar a cuarto, quinto y sexto en una sola clase. A los
colegiales supervivientes se les concede el privilegio de llevar el
uniforme de oficial de la armada y de recibir las consideraciones que
conlleva su legítimo uso adquirido por méritos en combate.
Desde los Episodios Nacionales hasta una recientísima publicación,
bien documentada y bien escrita, existe numerosa bibliografía que analiza
todos los aspectos, navales, militares y políticos de la batalla de
Trafalgar. En todos, cualquiera que sea su origen o autor, se rinde
homenaje al comportamiento heroico de los marinos españoles. No sé si en
la conmemoración de este dramático suceso los miembros del Real Colegio
de Cirugía de la Armada recibirán algún reconocimiento. Un homenaje sí
tendrán; el mío.
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Un equipo de la BBC visita la provincia de Cádiz para preparar el documental
'La batalla de Trafalgar, 200 años después'
CADIZ, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un equipo del canal de televisión británica BBC está
estos días de visita por la provincia de Cádiz para elegir las localizaciones
y escenarios que formarán parte del documental 'La batalla de Trafalgar, 200 años
después', que la cadena pública elaborará en los primeros días de febrero de
2005.
Según informó el Patronato Provincial de Turismo en una nota de prensa
remitida a Europa Press, el director del documental, Will Aslett, está
recorriendo los lugares en los que tuvo lugar la batalla en octubre de 1804, y
visitando los enclaves que serán la base del documental.
En este sentido, 'La batalla de Trafalgar, 200 años después' pretende, según
Aslett, "dar una nueva visión de esa batalla decisiva en la historia de
Europa, y ofrecer a los británicos el punto de vista español", para lo
cual, el Patronato está colaborando tanto en este viaje de preparación como en
la grabación, que tendrá lugar dentro de unas siete semanas.
Así, ayer, el equipo de la BBC visitó la iglesia de El Carmen en Cádiz
--donde los gaditanos de la época hacían cola para rezar por la suerte de los
marinos españoles--, la playa de La Caleta --de donde partieron los navíos de
la Armada-- y la placa en honor del teniente general de la flota Federico
Gravina.
Posteriormente, el director del documental con el vicepresidente de la Comisión
del Bicentenario de Trafalgar, Enrique García Agulló, y el equipo de televisión
aprovechó para contemplar el cuadro que sobre la batalla cuelga en el Salón
Isabelino y que ha sido cedido temporalmente por el Museo del Prado.
RECORRIDO POR LA COSTA GADITANA
Tras terminar ayer el periplo por la capital gaditana con una visita a la
Torre Tavira y a la Torre de Poniente de la Catedral, hoy el equipo están
recorriendo la costa gaditana desde Conil a Barbate, visitando el restaurante
museo barbateño 'Conservas de Cádiz, tradición milenaria', que ha recreado en
su interior la bodega del Santísima Trinidad, buque insignia de la flota española.
En San Fernando, los británicos recorrieron el Panteón de los Marinos
Ilustres donde hay numerosas referencias a la batalla y se rinde homenaje a los
marinos españoles que perdieron su vida en la contienda.
Mañana tienen previsto asistir al Centro de Interpretación Civil y Militar
del Cádiz del siglo XVIII a través de la realidad virtual -que se abrirá al público
el próximo lunes- donde podrán conocer cómo era Cádiz en el siglo XVIII, una
época muy cercana a la de la Batalla de Trafalgar.
El presentador del documental, de una hora de duración, será Michael
Portillo, ex ministro de Defensa en el último gobierno conservador de John
Mayor, e hijo de inmigrantes españoles y, junto a él, intervendrán varios
historiadores y expertos españoles que intentarán resolver algunos de los
enigmas que aún hoy en día se mantienen sobre la batalla, como por qué se
hizo a la mar la flota española cuando las condiciones eran claramente
desfavorables o el papel de la flota francesa al mando de Villeneuve en la
batalla.
El
Ateneo quiere escenificar 'in situ' la batalla de Trafalgar
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Diario de Cádiz 22/12/2004 |
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Cádiz.
El Ateneo de Cádiz, para conmemorar el bicentenario de la batalla
de Trafalgar, quiere escenificar in situ, al mediodía del 21
de octubre de 2005, la formación de las líneas de ambas flotas
antes de comenzar la contienda, contando para ello con la colaboración
de la numerosa flota de cruceros, de vela y de motor, de los
diferentes puertos deportivos de la Bahía de Cádiz y su entorno.
Tras la concentración quedaría en las aguas una corona de
laurel como reconocimiento a los marinos que participaron en aquella
importante batalla naval, que enfrentó a la flota inglesa, al mando
del almirante Nelson, con la franco-española, comandada por el
almirante Villenueve.
La derrota de esta última supuso el fin de los sueños de Napoleón
en los mares, que pasaron a ser dominados por los ingleses, y para
España el final de su poder naval y más tarde de los territorios
americanos.
Además perdieron la vida 35 jefes y 1.000 marineros y soldados y
resultaron heridos 31 jefes y oficiales y 2.500 marineros.
La propuesta de José Ramón Pérez Díaz-Alersi, navegante y
vicepresidente segundo del Ateneo, ya ha sido aprobada de forma unánime
por la junta general del mismo, que preside Ignacio Moreno Aparicio,
cuenta con el compromiso de apoyo de la Autoridad Portuario de la
Bahía de Cádiz, así como de la empresa Ono, y se va a solicitar
colaboración al Mando de la Flota de la Armada Española, a la
Sociedad de Salvamento Marítimo, a las autoridades de las
poblaciones de la Bahía, Universidad gaditana, consejerías de
Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Federación Andaluza de
Vela y clubes náuticos, entre otros instituciones y entidades.
El Ateneo organizaría también un ciclo de conferencias con
expertos como Arturo Pérez-Reverte, José Ignacio González-Aller
Hierro, Julio Terrón, Agustín Guimerá, Manuel Bustos Rodríguez y
Alberto Ramos Santana, entre otros. También recupera su propuesta
de levantar una columna o monumento conmemorativo.
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Trafalgar, recuerdo de una derrota
España enviará al portaaviones 'Príncipe de Asturias' «a la
mayor revista naval celebrada nunca» en memoria de la histórica
batalla
La Verdad Digital 8/1/2005
Gran Bretaña celebra este año por todo lo alto el bicentenario de su
victoria en Trafalgar sobre la flota combinada hispano-francesa, que
estableció definitivamente su supremacía marítima y supuso el
definitivo declive del mperio español. Al tiempo, el Reino Unido
conmemora la muerte en esa batalla de su héroe nacional, el almirante
Horacio Nelson (1758-1805), muerto por un tiro de mosquete efectuado
por un francotirador francés.
Pese al sabor amargo de aquella derrota, España enviará una fragata
y al portaaviones Príncipe de Asturias a la «mayor revista naval
celebrada nunca», que tendrá lugar en Portsmouth el 28 de junio con
asistencia de la reina Isabel II.
A bordo de la moderna fragata HMS Sutherland, el actual jefe de la
Armada, Alan West,detalló ayer el programa de festejos. El
pistoletazo de salida será la revista naval en la que participarán
cientos de barcos, entre modernos buques de guerra, viejos veleros,
buques de vapor y yates de particulares. Treinta países de todos los
continentes han confirmado hasta ahora su presencia en el evento. Además
de las enemigas Francia y España, habrá buques de Rusia, Alemania,
Portugal, Brasil, Estados Unidos, Japón, India y Corea. El almirante
West confirmó la participación del portaaviones Charles De Gaulle y
aseguró que la celebración del bicentenario de Trafalgar reafirmará
la colaboración entre los hombres del mar y las Armadas del mundo
frente a catástrofes como el reciente maremoto asiático o el
terrorismo internacional.
David Quarmby recordó que, tras la batalla, que fue seguida de una
fuerte tempestad, numerosos marineros británicos tuvieron que
refugiarse en Cádiz, donde recibieron hospitalidad y tratamiento para
sus heridas. Los organizados explicaron que en Cádiz, Toulon y
Londres habrá servicios religiosos en memoria de los marinos muertos
durante o a consecuencia de aquel combate, entre ellos los españoles
Cosme Damián Churruca o Federico Carlos Gravina. Portsmouth acogerá
en su bahía un espectáculo de luz y sonido con la recreación de una
batalla naval de los tiempos de Nelson con andanadas de fogueo, humo,
olor a pólvora y gritos de combate. El 21 de octubre será recordado
con una serie de cenas en todo el Reino Unido, aunque la más
destacada se realizará en el HMS Victory, el que fuera buque insignia
del tuerto Nelson.
UNA
TREINTENA DE PAÍSES ACUDIRÁ A LOS ACTOS
Cinco meses de fiesta naval en Gran Bretaña
por el bicentenario de su victoria en la batalla de Trafalgar
EFE
9/1/2005
LONDRES.- Gran
Bretaña celebra este año por todo lo alto el bicentenario de su victoria
en Trafalgar sobre la flota hispano-francesa, que estableció
definitivamente su supremacía marítima, a la vez que conmemora la muerte
en esa batalla de su héroe nacional, el almirante Horacio Nelson
(1758-1805).
A bordo de la moderna fragata HMS Sutherland, anclada en el Támesis,
el actual jefe de la Armada, Alan West, flanqueado por otros almirantes,
altos oficiales así de dos como campeones olímpicos, detalló el
programa, que incluye "la mayor revista naval celebrada nunca".
En ese desfile, que tendrá lugar en Portsmouth (canal de la Mancha), el
28 de junio con asistencia de la reina Isabel II y será como el
pistoletazo de salida de las celebraciones, participarán varios cientos
de barcos, entre modernos buques de guerra, viejos veleros, buques de
vapor y yates de particulares.
Treinta países de todos los continentes, "excepto la Antártida"
- han confirmado hasta ahora su presencia en el evento, desde las dos
potencias entonces enemigas del Reino Unido, Francia y España, hasta
Rusia, Alemania, Portugal, Brasil, Estados Unidos, Japón, la India o
Corea.
El almirante West confirmó la participación, entre otros, del
portaaviones Charles De Gaulle, por parte francesa, y dijo haber sido
informado por el jefe del Estado Mayor de la Armada española, Sebastián
Zaragoza, de que este país enviaría el portaaviones Príncipe de
Asturias y una moderna fragata.
West aseguró que las celebraciones en torno a Trafalgar no pretenden
de ninguna manera ser chovinistas sino que reafirmarán la colaboración
entre todos los hombres del mar y todas las Armadas del mundo frente a catástrofes
como el reciente maremoto asiático o el terrorismo internacional.
Cádiz, ciudad refugio
Uno de los organizadores, David Quarmby, del festival "SeaBritain",
en el que se inscriben todas esas conmemoraciones, recordó que tras la
batalla, que fue seguida de una fuerte tempestad, numerosos marineros británicos
tuvieron que refugiarse en Cádiz, donde recibieron cordial
hospitalidad y tratamiento para sus heridas.
Preguntados si se invitará en las conmemoraciones a la ciudad
andaluza, los organizadores explicaron que tanto allí como en la francesa
de Toulon y en la catedral de San Pablo de Londres habrá servicios
religiosos en memoria de los marinos muertos durante o a consecuencia de
aquel combate, entre ellos los españoles Cosme Damián Churruca o
Federico Carlos Gravina.
La misma noche del desfile naval de Portsmouth habrá además en su bahía
un espectáculo de luz y sonido consistente en la recreación de
una batalla naval de los tiempos de Nelson con andanadas de fogueo, humo,
olor a pólvora, gritos de combate y toda suerte de prodigios pirotécnicos.
Al día siguiente, el miércoles 29 de junio, veteranos de la Marina de
distintas partes del mundo han sido invitados a una ceremonia
internacional especial en la que se recordará a todos los caídos en
distintas batallas de la historia.
A partir del 30 de junio y hasta el 3 de julio, se celebra
asimismo en Portsmouth el Festival Internacional del Mar, el mayor de su género
en Europa, durante el cual los curiosos podrán subir a los barcos de
distintas épocas, recorrer los puestos de un mercado callejero típico
del siglo XIX, escuchar música de todos los continentes y asistir a
demostraciones aéreas y marítimas.
El aniversario propiamente dicho de la batalla de Trafalgar y de la
muerte de Nelson, el 21 de octubre, será recordado con una serie de
cenas a lo largo y ancho de las Islas Británicas aunque la principal
se celebrará en el que fue el buque insignia del almirante, el "HMS
Victory", perfectamente conservado.
Las conmemoraciones concluirán el 23 de octubre con un servicio
religioso en la catedral londinense de San Pablo, donde está
enterrado el héroe, y una reunión de cadetes y otros jóvenes en la
plaza londinense con la célebre columna que lleva su nombre.
Trafalgar
ensign on display
Maev Kennedy
Tuesday February 8, 2005
THE
GUARDIAN
An enormous Spanish naval ensign, which hung as a trophy of war in St
Paul's Cathedral for Nelson's funeral months after it was captured during
the Battle of Trafalgar, will go on display for just one day later this
week.
Although it is one of the most historically important ensigns in the
collection at the National Maritime Museum in south-east London, its vast size
- 10 x 14.5 metres (33 x 48ft), enough to cover the floor of an entire gallery
- means it has rarely been displayed.
When it is carefully unrolled in Greenwich on Thursday, it may be the only
opportunity to see it in a lifetime. It has been in the collection of the
museum and its predecessor for almost a century, but has not been on view for
decades.
The ensign came from the 74-gun warship San Ildefonso, which was captured
late in the battle after an hour-long exchange of fire with two ships in
Nelson's fleet. It bears striking witness to the battle and its aftermath: the
red and yellow wool has the marks of repairs before Trafalgar, shot damage
during the battle, and small pieces snipped from the fabric as souvenirs,
probably after the funeral.
Its size meant that it got one of the most prominent positions at the
funeral, hung between the columns below the great dome of St Paul's.
Although Nelson and the anniversary of Trafalgar will be celebrated in
events across the country this year, the primary purpose of this week's brief
sortie is conservation. The ensign's condition will be checked and it will be
digitally recorded for the first time.
PARA VER LA BANDERA: http://www.batalladetrafalgar.com/esp.htm
Trafalgar y El Puerto
A través del la documentación del Archivo Histórico Municipal
Del 24 de febrero al 12 de junio de 2005
El Archivo Histórico Municipal y el Centro Municipal del Patrimonio Histórico
de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María
organizan la exposición Trafalgar y El Puerto, a través del la
documentación del Archivo Histórico Municipal del 24 de febrero al 12 de
junio de 2005 en el Edificio San Luis Gonzaga sito en la plaza del Ave María,
nº 4, de nuestra ciudad.
Edificio San Luis Gonzaga
Plaza del Ave María, 4
El Puerto de Santa María
Horarios de visita
De lunes a viernes (excepto festivos), entre las 10,00 y las 14,00 horas.
Los martes, también entre las 17,00 y las 21,00 horas.
Los días que haya actividades públicas en el salón de actos del
edificio, la exposición podrá visitarse durante el transcurso de éstas.
La exposición de los documentos se complementa con tres paneles
explicativos ilustrados con planos, grabados, retratos, etc.
RELACIÓN DE DOCUMENTOS EXPUESTOS
Nº 1.- Año 1781. Estado de la línea de combate y división de las
escuadras de la armada combinada al mando de don Luis de Córdoba y Córdoba,
que se dirigiría al combate de cabo Espartel.
Nº 2.- 1781, julio 13. Instrucciones para las embarcaciones: tipos de señales
que se utilizaban. Documento firmado en el navío Santísima Trinidad
surto en la bahía de Cádiz. (Reproducción)
Nº 3.- Año 1782. Estado de los buques de guerra destinados a la expedición
al mando de D. Antonio Barceló, que se dirigiría al sitio de Gibraltar.
Nº 4.- 1797, febrero 14. Real Orden en la que se incluye sentencia dada
por S.M. al general don José de Córdoba y demás oficiales por la pérdida
de nuestros navíos en la acción y combate con la escuadra inglesa en
Cabo San Vicente.
Nº 5.- Año 1801. Expediente por el cual se cumple Real Orden sobre el
repartimiento de la cuota que le corresponde al comercio de esta ciudad en
el servicio de millones para atender necesidades de guerra.
Nº 6.- 1802, abril 23. Informe que don Juan Ruiz de Apodaca, brigadier de
la Real Armada y subinspector del Real Arsenal de la Carraca, dio a la
Junta del Departamento de Cádiz sobre el surtimiento de efectos para los
Arsenales de S.M.
Nº 7.- 1805, enero 2. Oficio del almirante inglés Juan Orde en la que
declara al puerto de Cádiz en estado de bloqueo por la armada inglesa.
Nº 8.- 1805, mayo 10. Carta del Papa Pío VII dirigida al emperador
Napoleón Bonaparte en la que le da la enhorabuena por la exaltación al
trono de Italia. (Reproducción)
Nº 9.- Sin Fecha. Diario de lo acaecido a la escuadra combinada desde su
salida de Cádiz hasta la pérdida del navío Neptuno por su comandante
Cayetano Valdés.
Nº 10.- 1805, noviembre 16. Exposición del señor gobernador don Juan
Mata Butler sobre el naufragio de los buques tras la batalla de Trafalgar,
en la que explica también cual fue la conducta de esta ciudad en las
tareas de rescate de los náufragos.
Nº 11.- 1805, noviembre 18. Resultados de la comisión nombrada por el
cabildo de 18 de noviembre de 1805 sobre el acuerdo de manifestar a S.M.
cual fue la conducta de la ciudad en el rescate de los náufragos de los
navíos que llegaron a nuestras costas y sobre la petición de la
habilitación de dicha ciudad para el comercio, teniendo en cuenta los
hechos citados.
Nº 12.- 1805, noviembre 30. Carta del Príncipe de la Paz, Manuel Godoy,
en la que manifiesta no ser indiferente al servicio prestado por la ciudad
tras el combate de Trafalgar. (Reproducción)
Nº 13.- Años 1805-1813. Libro de enfermos en el que aparecen algunos de
los marinos franceses heridos en el combate de Trafalgar.
Nº 14.- 1806, febrero 6. Oficio de don Francisco-Javier Uriarte y Borja
dando noticia a la ciudad de su nombramiento por parte del rey como
general de la Armada.
Nº 15.- 1806, abril 21. Copia del oficio por el que se accede al
establecimiento en esta ciudad de una escuela de marinería.
Nº 16.- 1806, abril 28. Carta de la señorita Mª de los Mártires García
Quintana proponiendo dar conciertos en beneficio de la Escuela de Marinería.
(Reproducción)
Nº 17.- 1806, noviembre 5. Orden de don Miguel Cayetano Soler relativa a
la gracia que solicita esta ciudad de ser rehabilitada para el comercio.
Nº 18.- 1809, junio 8. Copia de la orden sobre habilitación de El Puerto
de Santa María para el comercio extranjero y con América.
Nº 19.- Año 1836. Padrón de habitantes en el que aparece empadronado en
su casa de la calle Fernán Caballero don Francisco-Javier Uriarte.
Nº 20.- Año 1879 (aparece al final del libro de Actas de Cabildo).-
Fragmento de la Historia de El Puerto de Santa María escrita por don José-Luis
Tejada, archivero a finales del siglo XIX, en la que relata la llegada a
nuestras costas de algunos de los navíos completamente destrozados que
habían participado en la batalla.
R.UNIDO-TRAFALGAR 30-03-2005
Campanas de toda la Commonwealth
conmemorarán victoria Trafalgar
Miles de campanas redoblarán en los países que integran la Commonwealth para
conmemorar el bicentenario de la victoria británica en la batalla de Trafalgar,
el próximo 21 de octubre.
Según publica hoy el periódico británico 'Daily Express', los campanarios de
Australia y Nueva Zelanda se sumarán a los del Reino Unido en las celebraciones
de la victoria de la flota británica, a órdenes del almirante Horacio Nelson,
sobre las combinadas de España y Francia.
Durante tres horas, más de cinco mil campanas repicarán en el Reino Unido,
siguiendo el sonido de las dos iglesias protagonistas: la Catedral de San Pablo
y la de Saint Martin-in-the-Fields, en la famosa plaza de Trafalgar, ambas en la
capital británica.
Los británicos vivieron una experiencia similar en 1805, cuando los campanarios
de toda Inglaterra anunciaron la victoria de sus tropas en el español cabo de
Trafalgar, en la provincia de Cádiz, aunque en aquella ocasión el júbilo por
la victoria estuvo empañado por la muerte por herida de bala en combate del
propio Nelson.
La ciudad australiana de Perth conmemorará los hechos con el sonido de las
llamadas 'Campanas del Cisne', donadas en 1981 por la citada iglesia londinense
de Saint Martin-in-the-Fields y que fueron unas de las primeras campanas en
anunciar el fin de la batalla con la victoria británica.
El acto más destacado en el Reino Unido para conmemorar el bicentenario de la
batalla será el desfile naval en Portsmouth (canal de la Mancha) el 28 de
junio, al que asistirá la reina Isabel II para presenciar la exhibición naval
de cientos de barcos, entre ellos también algunos de los dos países derrotados
entonces y hoy aliados de Gran Bretaña.
Terra Actualidad - EFE
DIARIO MONTAÑÉS
6/4/2005
El mito de Trafalgar, a debate en el nuevo
ciclo de la Fundación Botín
Cinco ponencias, desde el próximo lunes día 11 y hasta el día 27, abordarán
una reflexión sobre el hecho histórico y su significado
GUILLERMO BALBONA/SANTANDER
PROGRAMA
Día 11, lunes: Las relaciones internacionales en la España de Carlos IV.
Emilio La Parra López, catedrático de Historia Contemporánea de la
Universidad de Alicante
Día13, miércoles: El renacimiento de la marina de guerra española en el siglo
XVIII. Agustín Ramón Rodríguez González, profesor adjunto de Historia
Contemporánea, San Pablo-CEU, Madrid
Día18, lunes: El significado estratégico de Trafalgar Nicholas A. M. Rodger,
profesor de Historia Naval, Universidad de Exeter.
Día 25, lunes: Las consecuencias de la derrota. Ricardo García Cárcel, catedrático
de Historia Moderna, Universidad Autónoma de Barcelona
Día 27, miércoles:Trafalgar 1805: la construcción del mito. José Luis
Corral, escritor y profesor de Historia Medieval, Universidad de Zaragoza.
Tras la reciente conmemoración del bicentenario de la mítica batalla naval de
Trafalgar entre las armadas franco-española y británica -el día 21 octubre de
1805- sobre la que ya noveló Benito Pérez Galdós, un nuevo ciclo de
conferencias abordará diversas reflexiones sobre esta cita histórica en una
convocatoria que se abrirá la próxima semana en la Fundación Marcelino Botín.
El ciclo, integrado por cinco ponencias, recordará el momento histórico en que
se produjo la batalla de Trafalgar, cuando se cumplen los 200 años de su
aniversario. La institución santanderina ha organizado un ciclo de cinco
conferencias que recorrerán el hecho histórico de la batalla, su significado
estratégico y la construcción del mito. Todas las charlas tendrán lugar en el
salón de actos de la Fundación, en su sede de la calle Pedrueca 1 de
Santander, a las 20 horas, con entrada libre.
La Fundación Botín anunció ayer este nuevo ciclo que «repasará las
relaciones internacionales en la España de Carlos IV, el renacimiento de la
marina de guerra española en el siglo XVIII, su significado estratégico, las
consecuencias de la derrota y el mito de Trafalgar, una batalla que ocupa un
lugar de privilegio en la memoria histórica y el imaginario colectivo de tres
naciones europeas».
En este trágico episodio -que fue decisivo en el desarrollo de las Guerras
Napoleónicas- perdió la vida la flor y nata de la marina española. Nombres
como los de Alcalá Galiano, Churruca o Gravina ocupan por derecho propio el
panteón de los héroes nacionales y han inspirado brillantes páginas
literarias que han contribuido a crear el mito de Trafalgar. El encuentro frente
al cabo Trafalgar aquel 21 de octubre de 1805 fue el corolario que frustró los
planes de Napoleón para invadir Inglaterra.
Después de haber perseguido a la flota enemiga durante meses, los británicos
no estaban dispuestos a permitir que los franceses se fugaran una vez más.
Horacio Nelson aplastó a la flota franco-española al mando del almirante francés
Villeneuve, poniendo fin a las pretensiones de Bonaparte de desafiar el poderío
británico en los mares, una supremacía que se mantuvo hasta después de la
segunda guerra mundial, en pleno siglo XX. Nelson pagó con su vida como tributo
por su inapelable victoria. Una nación agradecida lo convertiría en una
leyenda.
En cuanto a España, la derrota truncó para siempre el renacimiento que la
marina de guerra había experimentado a lo largo del siglo XVII. Era el fin
abrupto de casi un siglo de esfuerzos para crear y sostener una poderosa flota
que asegurase la continuidad del imperio ultramarino y conferir a España la
condición de potencia internacional. Trafalgar «representa un giro en la
historia de España. La destrucción de nuestra flota contribuyó en gran medida
a la vertiginosa liquidación de la mayor parte del Imperio español en las
guerras de emancipación americana», reza la introducción al ciclo.
El programa de las conferencias (ver agenda adjunta) se abrirá el próximo día
11 con Emilio La Parra López, catedrático de Historia Contemporánea de la
Universidad de Alicante, que hablará sobre 'Las relaciones internacionales en
la España de Carlos IV'. En la clausura el día 27, se debatirá sobre
'Trafalgar 1805: la construcción del mito', con José Luis Corral Lafuente,
escritor y profesor de Historia Medieval, de la Universidad de Zaragoza
Un
gran barco de Pérez Villalta para recordar Trafalgar 1805
Diario
de Cádiz 16/04/2005
M.
MUÑOZ FOSSATI
cádiz. Guillermo
Pérez Villalta está ya trabajando en un primer boceto para erigir un
monumento a los caídos en la batalla de Trafalgar, bajo del nombre de
Monumento a la Paz y la Concordia de los Pueblos. Así lo anunció ayer
en Cádiz el presidente de la Diputación Provincial, Francisco González
Cabañas, en una solemne cita para dar a conocer las actividades de
conmemoración en 2005 del bicentenario de la derrota de la Armada
Hispano-Francesa a manos de la inglesa frente al cabo gaditano. El acto
estuvo presidido por la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía,
Rosa Torres y en él participó también el rector de la Universidad de
Cádiz, Diego Sales, además de Cabañas: las tres instituciones
promotoras de la conmemoración.
El
artista tarifeño está trabajando desde que recibió el encargo, hace
pocos meses, en el croquis de un monumento de gran tamaño, a modo de
alegoría de una nave antigua, a la que presumiblemente se incorporará
una innovación técnica que le añada modernidad. La primera piedra está
previsto que sea colocada, junto a una placa conmemorativa, el próximo
20 de octubre en los alrededores del faro de Trafalgar, en un sitio aún
por determinar.
Rosa
Torres señaló, al presentar los actos de su departamento, que éstos
suponen un reconocimiento "merecido" porque "dentro del
fracaso militar que supuso, hubo muchas historias individuales que
creyeron en el sueño milenario de España y merecen más que el
silencio". Torres resaltó la "centralidad" de Cádiz
como referente de la conmemoración del bicentenario, "no sólo por
su papel en la batalla, sino por el contexto histórico y social de la Cádiz
Ilustrada".
De
esta forma, la Consejería de Cultura ha diseñado dos exposiciones,
para que sus visitantes puedan "reflexionar" sobre aquel
momento histórico. Así, en el Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz,
se desarrollará la exposición Los naufragios de Trafalgar, en
la que adquirirán importancia la realidad patrimonial y física de los
restos que permanecen en el fondo marino y sus esfuerzos por la
conservación arqueológica.
La
segunda exposición tendrá lugar en el Museo Provincial de Cádiz y su
título será Cádiz y Trafalgar. La ciudad Ilustrada de 1805,
orientada a mostrar la centralidad de Cádiz durante los siglos XVIII y
XIX.
Tanto
la Diputación Provincial de Cádiz como la Universidad también
presentaron un calendario de actividades que tendrán lugar antes,
durante y después de la fecha conmemorativa del evento.
Ambas
instituciones convocarán el premio al proyecto de investigación Trafalgar:
negro sobre blanco el próximo mayo, dirigido a personal docente e
investigador de las universidades andaluzas. La UCA desarrollará un
seminario de dos días de duración en julio, con doble sede en Cádiz y
San Roque. La Diputación también ha programado un ciclo de Cine Naval
en el municipio gaditano de Conil de la Frontera y publicará un cómic.
Entre
otras actividades previstas, se encuentra también la reedición del
libro En los días de Trafalgar de Augusto Conte Lacave, editado
por el Instituto de Estudios Gaditanos y la Editorial Escelier en 1955
"esencial para entender y conocer los pormenores del periodo y la
batalla".
|
Actos
conmemorativos del bicentenario de la Batalla de Trafalgar
Diputación Provincial - Universidad de Cádiz
Se
encuentra abierto el plazo para el Premio al Proyecto de Investigación
“Trafalgar negro sobre blanco”
Este
premio tiene como objeto la realización de un catálogo crítico
sobre el material bibliográfico que se ha editado en España,
Francia e Inglaterra sobre la Batalla de Trafalgar y sus
consecuencias.
Podrán
participar en el mismo el personal docente e investigador de las
universidades públicas andaluzas. Quien lo obtenga recibirá los
beneficios del mismo en diferentes momentos:
1.-
1.000 Euros (-IRPF vigente) por el Proyecto de Investigación
Ganador .
2.-
4.500 Euros en concepto de bolsa de desplazamiento para poder
realizar la investigación.
3.-
5.000 Euros (- IRPF vigente) una vez que entregue el original final
y editable de la investigación.
4.-
Edición del libro de la investigación.
Solicitudes
Los
interesados deberán presentar sus solicitudes entre el 2 de mayo y
el 15 de septiembre de 2005 dirigidas a la Excma. Sr. Vicerrectora
de Extensión Universitaria. Junto a la solicitud será obligatorio
la presentación del proyecto de investigación (máximo 20 A4), la
temporalización y plan de trabajo de la misma y el currículum del
interesado.
El
Jurado del Premio se reunirá en el mes de octubre de 2005 para
fallar el mencionado premio que tendrá carácter único.
Una
vez concedido el Premio, el ganador tendrá hasta enero de 2007 para
presentar el original final publicable de la investigación.
Las
solicitudes deben dirigirse a:
Vicerrectorado
de Extensión Universitaria
Paseo Carlos III, 3
11003 Cádiz
extensión@uca.es
El
jurado para la concesión de este premio atendera´a los criterios
de calidad científica, viabilidad de acuerdo con el potencial
investigador de quien concurse al mismo, así como la adecuación de
los recursos solicitados y de la duración del proyecto a los
objetivos que se proponen. Llevándose a cabo la investigación por
la persona responsable.
Constitución
del Jurado
El
Jurado estará integrado por los siguientes miembros: la
Vicerrectora de Extensión Universitaria de la Universidad de Cádiz,
el Director de la Fundación Provincial de la Cultura y tres
historiadores de reconocido prestigio.
Los
participantes en la convocatoria se someten al fallo del Jurado que
será inapelable. El Jurado podrá declarar el premio desierto y
estará facultado para resolver cualquier tipo de incidencia o duda
que pudiera producirse durante todo el período de gestión de este
Premio siempre que no contravenga las bases del premio que
pueden consultarse en la página web del Vicerrectorado de Extensión
Universitaria : http://www.uca.es/extension/.
Unas
jornadas internacionales acercarán a Alcalá-Galiano
Expertos abordarán su biografía y la etapa como marino
El egabrense falleció el 21 de octubre de 1805 al mando del ´Bahama´
JOSE MORENO 22/05/2005 Diario Córdoba
A tan sólo cinco meses de que se conmemore
el segundo centenario del fallecimiento de otro ilustre egabrense como
fue Dionisio Alcalá-Galiano, la asociación cultural que lleva su
nombre está cerrando la configuración de las jornadas internacionales
que dedicadas a recuperar su memoria se celebrarán del 17 al 23 de
octubre próximos, coincidiendo con la fecha del 21 de octubre día en
el que se cumplirán los 200 años de la muerte de aquel en la batalla
de Trafalgar al mando del navío Bahama en 1805.
Así el presidente de dicha asociación cultural Francisco Salamanca
adelantaba a Diario CORDOBA que ya se ha confirmado la asistencia de
distintos especialistas, investigadores e historiadores procedentes no sólo
de distintas universidades y sociedades científicas españolas, sino
también de Italia, EEUU, Canadá y Reino Unido, países estos dos últimos
cuyas embajadas en España están muy interesadas en estar presentes en
las mismas incluso con altos dignatarios diplomáticos, ya que ambas
naciones están estrechamente ligadas al trabajo del marino egabrense.
Entre los participantes que ya han confirmado su asistencia se
encuentran Carlos Martínez-Shaw, catedrático de la Uned; Darío
Manfredi, director del Centro Malaspina de Mulazzo (Italia); Carlos Novi,
miembro de la Hakluyt Society de Gran Bretaña; José María Cano,
ex-jefe del Servicio Histórico del Instituto Hidrográfico de la
Marina; Bernard Dietz, presidente de la Asociación Española de
Estudios Canadienses o Josef Opartrny, director del Instituto
Iberoamericano de la Universidad Carolina de Praga, entre otros. Las
jornadas contendrán exposiciones alusivas a la marina y al trabajo
cartográfico del egabrense.
HOY
DIGITAL 15/06/2005
Un barco
español recordará en la conmemoración de Trafalgar una
victoria sobre los ingleses
La Armada española enviará a la
revista naval internacional que, el próximo 28 de junio, será el
gran espectáculo de la conmemoración británica de la batalla de
Trafalgar, a una fragata que recordará una anterior derrota de la
'Navy' en Cartagena de Indias frente a los españoles.
Siguiendo lo que un portavoz oficial del Ministerio de Defensa
calificó como «la sutil diplomacia que es tradicional en este
tipo de actos», la Armada enviará, además del portaviones 'Príncipe
de Asturias', la nueva fragata 'Blas de Lezo', de la moderna serie
de las F-100 equipada con alta tecnología de la guerra.
La
oreja de Jenkins
El marino vasco Lezo, nacido en Pasajes, perdió en 1704
una pierna en la derrota contras las armadas inglesa y holandesa,
frente a Vélez de Málaga, en la Guerra de la Sucesión. Pero fue
luego capitán de navío y, en 1737, fue nombrado comandante
general de Cartagena de Indias.
Cuatro años después, estalló 'la guerra de la oreja de Jenkins'.
Aunque el motivo profundo de la guerra era la pugna comercial por
el control de las rutas americanas, el conflicto estalló tras el
agravio sentido en Inglaterra cuando el capitán de guardacostas
Juan León Fandiño interceptó la nave inglesa 'Rebecca'. Al
mando de la nave estaba Robert Jenkins, a quien el español arrancó
una oreja y lo mandó de regreso a su país. Una armada como nunca
antes había sido formada, con 186 barcos y al mando del almirante
sir Edward Vernon, llegó a Cartagena en marzo de 1741 para
imponer su superioridad.
Pero los ingleses fracasaron en su asalto y el rey Jorge II
prohibió publicar informes de la humillante batalla. Olvidada la
'guerra de la oreja de Jenkins' por la historia, se recuerda ahora
el episodio y la figura de Blas de Lezo con motivo de la
conmemoración de la batalla de Trafalgar en 1805.
PORTSMOUTH
28 DE JUNIO DE 2005 ARTÍCULOS
PUBLICADOS www.hispanidad.com
28/06/2005
R.Unido/España.- Reino Unido celebra hoy el 200 aniversario de la
batalla de Trafalgar con una recreación naval
Cien actores y 17 barcos de cinco países participan en una recreación
tachada de "estúpida" por una descendiente del almirante
Nelson
LONDRES, 28 (de la corresponsal de EUROPA PRESS Marta Altuna)
Reino Unido conmemora hoy el 200 aniversario de la batalla de Trafalgar,
en la que el almirante Nelson derrotó a la flota franco-española, con
la recreación de una batalla naval en la que participarán un centenar
de actores a bordo de 17 barcos enviados por cinco países. Anna Tribe,
descendiente de Nelson, ha calificado la ceremonia de "estúpida"
por "políticamente correcta", ya que en la recreación
combatirán soldados rojos contra azules.
Tribe, descendiente de una relación entre Nelson y su amante Emma
Hammilton y que actualmente tiene 75 años, dijo que aunque sea
"políticamente correcto", "la idea de un equipo azul
luchando en contra de uno rojo es bastante estúpida". "Estoy
segura de que los franceses y los españoles son lo suficientemente
adultos como para apreciar que nosotros ganamos esa batalla",
manifestó.
Anna Tribe participó ayer en Portsmouth en un encuentro de
descendientes de los oficiales y soldados británicos que participaron
en la batalla el 21 de octubre de 1805 y que ha reunido a personas
procedentes de todo el Reino Unido y lugares tan distantes como
Australia o Canadá.
Frente a sus críticas, los organizadores dicen que no quieren recrear
el acontecimiento de 1805. El vicealmirante Sir James Burnell-Nugent
explicó que "se trata de una recreación de una batalla en el mar
en la época de Nelson", no de una reproducción del
enfrentamiento.
La celebración comenzará con una Revista Naval Internacional en
Spithead (área de Portsmouth) organizada para mostrar la solidaridad
entre países que hoy son aliados y rendir un homenaje a todos aquellos
que como Nelson sacrificaron su vida en el mar.
A la Revista, que presidirá la Reina Isabel, acudirán un total de 167
barcos procedentes de 36 países y las autoridades esperan a unos
250.000 espectadores.
España participara con el portaaviones 'Príncipe de Asturias' y la
fragata 'Blas de Lezo'. El Ministerio de Defensa español destacó hoy
que en este acto contrastará la confraternidad actual con el
enfrentamiento pasado. El Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada
española, almirante general Sebastián Zaragoza Soto, estará presente
en la Revista Naval junto con los jefes de Estado Mayor de numerosas
marinas participantes.
ESPECTACULO NOCTURNO
Después, el espectáculo de recreación de la batalla tendrá lugar a
partir de las 21.00 horas, junto a la localidad de Southsea (Hampshire).
En el acto, que incluirá un espectáculo de fuegos artificiales, luces
y sonidos, participarán 100 actores a bordo de 17 barcos procedentes de
Reino Unido, Países Bajos, Francia, Italia y Bulgaria.
Isabel II participará en la ceremonia, junto a otros miembros de la
Familia Real, como el príncipe Carlos y Camila Parker-Bowles. La pareja
verá el acontecimiento desde uno de los barcos dispersados a través de
un área de casi 10 kilómetros.
La
Razón 28/6/05
Rojos contra azules, una cortesía «estúpida»
G. Suárez
Londres- Una de las principales obsesiones de los organizadores es
evitar que el desfile naval se convierta en un espectáculo que ofenda a
otras naciones, en especial a Francia y España. Así, el jefe del
Estado Mayor de la Armada británica, el almirante Alan West, aseguró
la semana pasada al diario «The Daily Telegraph» que el evento debe
ser un homenaje a Nelson como «héroe naval admirado en todo el mundo»
y no «una fiesta triunfalista sólo para los británicos». De hecho,
tras el desfile naval, 17 embarcaciones de cinco países participarán
en una reconstrucción de la victoria. Sin embargo, los dos bandos
combatirán bajo los nombres de «Rojo» y «Azul» y no de las tres
naciones participantes en la batalla: un recurso políticamente correcto
para no herir el orgullo patriótico de las dos «derrotadas», Francia
y España. Según los organizadores, su intención no es ofrecer una
reproducción exacta de la jornada bélica, sino «celebrar una batalla
marítima propia de los tiempos de Ne!
lson». Sin embargo, esta cortesía ha levantado polémica. Anna Tribe,
descendiente directa de Nelson, ha calificado de «estúpida» la decisión
de no llamar a cada bando por su nombre. «Vamos a parecer estúpidos»,
declaró a la BBC. «Estoy seguro de que los franceses y los españoles
son suficientemente adul- tos para darse cuenta de que ganamos en
Trafalgar». A pesar de estas discusiones, el espectáculo será
formidable. Para garantizar una perfecta reproducción de la batalla, la
organización ha contratado un equipo de luz y sonido de última
generación, así como toneladas de pólvora y fuegos artificiales. Además,
una imponente réplica de una fragata del siglo XVIII ocupará el lugar
de la nave «Victoria» en la que Nelson capitaneó a las tropas
inglesas en su jornada de gloria.
Trafalgar
mock-up 'pretty stupid'
BBC NEWS 28/6/05
Descendants of the crew of HMS Victory on board the ship
Lord Nelson's closest living relative has fired a shot across the bows
of the Trafalgar 200 celebrations, labelling some of them as "pretty
stupid".
Anna Tribe, 75 and the great, great, great granddaughter of the admiral,
criticised a mock-up of the 1805 sea battle as "politically correct".
Tuesday's re-enactment in the Solent will pit reds against blues, not
British against French and Spanish.
The organisers said they were not attempting to re-create Trafalgar.
Second Sea Lord, Vice Admiral Sir James Burnell-Nugent, said the event
was "a celebration of a battle at sea at the time of Nelson - not
an exact mock-up of the British and French at Trafalgar".
'We won'
A fleet of 17 ships from five nations will take part in the re-enactment,
off Southsea, Hampshire, after the international fleet review.
But Mrs Tribe, from Monmouthshire, said: "The idea of the blue team
fighting the red team is pretty stupid.
"I am sure the French and Spanish are adult enough to appreciate we
did win that battle."
I am sure the French and Spanish are adult enough to appreciate we
did win that battle
Anna Tribe
She said such "political correctness" would "make fools
of us".
Mrs Tribe was one of around 200 descendants of officers and sailors who
fought in the battle on 21 October, 1805, who gathered in Portsmouth as
part of the anniversary celebrations.
The unique gathering was held at Portsmouth Naval Base, where Nelson's
flagship the HMS Victory is preserved for posterity.
The descendants travelled from as far afield as Australia, Canada and
the Middle East as well as from all over the UK.
Nous
sommes tous du même coté, déclare un amiral français
Publié le 27 juin 2005 par Gilles Corlobé
Dernière mise à jour le 27 juin 2005
Un amiral français a réagi diplomatiquement à l'ombre qui risquait de
peser sur les célébrations de Trafalgar 200.
Une flotte de 17 navires de cinq nations va prendre part demain à une
bataille en Son et Lumiere au large de Southsea, pour marquer le 200ème
anniversaire de Trafalgar.
Les organisateurs ont décidé de ne pas rejouer exactement la bataille,
préférant opposer dans un style Napoléonien des forces bleue et
rouge, afin d'éviter de rouvrir des blessures avec les Français et les
Espagnols.
Mais le vice-amiral français Jacques Mazars, qui dirige les 5 navires
français qui participent à la fête, a déclaré : "Nous sommes
fiers d'être ici et de participer à toute la semaine du festival de la
mer de Portsmouth. C'est pourquoi la marine française a envoyé cinq
navires."
Il a ajouté : "Ce festival n'est pas fait pour mettre le Royaume
Uni d'un coté et la France et l'Espagne de l'autre, mais il est destiné
à nous souvenir ensemble de ce qui c'est passé il y a 200 ans. Ce
n'est pas fait pour opposer les gens. C'est un festival de la mer."
Le vice-amiral Mazars admet qu'il a pensé que c'était "une chose
rigolote" mais ajoute : "Cela n'est pas important.
"OK, Nelson a gagné la bataille [1]. Nelson était un excellent
marin mais son équivalent français était aussi considéré comme un
très bon marin parce qu'il est allé se battre.
"Il savait qu'il n'était pas au même niveau que la flotte
anglaise, mais il y est allé parce qu'il le devait."
Il ajoute : "Aujourd'hui, je pense que la Royal Navy et la Marine
Nationale sont comme les 2 doigts d'une même main. Nous travaillons
toujours ensemble [2].
"Je suis très fier de faire partie de la même équipe, les
capitaines de Nelson, c'est pourquoi le Royaume Uni et d'autres pays se
sentent comme une équipe dans ce nouveau monde."
Le vice-amiral Mazars s'exprimait à Portsmouth alors qu'une répétition
en tenue se déroulait.
Les navires français participant comprennent le plus grand navire
militaire d'Europe, le Charles de Gaulle, la frégate Jean Bart, le
ravitailleur Meuse et les voiliers d'entraînement Belle Poule et Mutin
[3].
Le Lord High Admiral du Royaume Uni, accompagné de l'Amiral de la
Flotte - c'est à dire la Reine et le Duc d'Edinbourgh - assisteront aux
événements de demain à bord du HMS Endurance dans le Solent.
Tageblatt
http://www.tageblatt.lu/edition/article.asp?ArticleId=36536
29/06/2005
D'abord réticents, les marins français séduits par la fête de
Trafalgar
Certains marins français du porte-avions Charles de Gaulle étaient réticents
à l'idée de s'associer aux célébrations britanniques de la bataille
de Trafalgar, mais la magnificence de la revue navale internationale a
eu raison mardi de leur appréhension.
»Beaucoup de marins du Charles de Gaulle ont trouvé bizarre de fêter
avec les Anglais une bataille qu'on a perdue. C'était provocateur.
S'ils avaient eu le choix, la moitié des marins ne seraient pas venus»
au large de l'Angleterre, a expliqué l'enseigne de vaisseau Stéphane
Lombardo.
»Mais cela va peut-être marquer le début d'une franche réconciliation»,
ajoute ce pilote d'avion Hawkeye, qui a été engagé dans la guerre
d'Afghanistan aux côtés des Américains et des Britanniques.
Malgré les critiques féroces de la presse populaire, les autorités
militaires britanniques ont répété que plutôt que célébrer de façon
chauvine une victoire sur les Français et les Espagnols, il s'agissait
de célébrer la coopération entre les marines modernes et l'importance
de la mer.
Leurs grands pavois hissés, des milliers de bateaux, voiliers, vieux gréements,
navires de guerre ou marchands étaient rassemblés dans le Solent, le
bras de mer qui sépare Portsmouth, base historique de la Royal Navy, et
l'île de Wight.
Plus gros bateau de la revue navale internationale avec ses 42.000
tonnes et ses 261,5 mètres de longueur, le navire-amiral français était
à l'honneur, à côté des porte-aéronefs britanniques Invincible et
Illustrious et espagnol Principe de Asturias.
Peu après 13H00 (12H00 GMT), l'équipage du porte-avions français rend
les honneurs à la reine Elizabeth qui passe à bord de l'Endurance:
devant six Super-Etendard, quatre Rafale et un Hawkeye, les militaires
en uniforme et gants blancs se mettent au poste de bande, présentent le
sabre, font le salut.
21 coups de canon sont tirés, puis sont joués les hymnes nationaux
français et britannique.
Sur le sous-marin nucléaire d'attaque La Perle, à peine émergé, les
militaires français observent le même cérémonial.
Les hommes du Charles de Gaulle n'ont pas boudé leur plaisir, appréciant,
en marins, un nombre de bateaux sans égal rassemblés dans le Solent.
»C'était une fête nautique grandiose. On n'a pas l'habitude de voir
autant de bateaux militaires, de tous pays, dans un seul endroit. Et le
Solent est un lieu exceptionnel, à l'abri de la mer, où les bâtiments
de guerre et les grands voiliers peuvent manoeuvrer comme nulle part
ailleurs», se réjouit le capitaine de corvette Bertrand de Carvalho,
sabre à la main.
»C'est une occasion de revoir le matériel militaire des uns et des
autres», ajoute-t-il.
»Au début je me demandais ce qu'on allait faire ici, aux côtés de
nos ennemis héréditaires anglais», confie Stéphane Charbonneau,
second-maître sur le Charles de Gaulle.
»Mais peut-être faut-il tourner la page du passé. Les leçons à
tirer de Trafalgar, c'est qu'il ne faut pas oublier la marine, comme la
France l'a fait après la Révolution. Aujourd'hui encore, avec les
conflits dans le monde, il faut avoir une marine forte», ajoute-t-il.
La flotte britannique commandée par l'amiral britannique Horatio Nelson
avait défait la flotte franco-espagnole au large du cap Trafalgar (sud
de l'Espagne), le 21 octobre 1805, à l'issue d'une bataille sanglante
qui avait fait plus de 4.000 morts chez les vaincus.
Héros national, Lord Nelson a été tué dans la bataille.
»Entre marins, on en rigole. Nous disons que nous célébrons une
victoire militaire, les Français disent qu'ils fêtent la mort de
Nelson», explique le lieutenant anglais John Cromie qui sert pendant
deux ans à bord du Charles de Gaulle.
LA
VOZ DE CÁDIZ 29/6/05
Análisis
FRANCISCO APAOLAZA
MUERTOS DE COLORES
La Armada Británica se ha preocupado de no remover cadáveres en las
conciencias de franceses y españoles a la hora de planificar el
recuerdo de la Batalla de Trafalgar. Por eso mismo, para recrear las líneas
del combate, han utilizado un eufemismo ñoño de campamento de
adolescentes y han puesto a luchar un equipo azul y otro rojo, sin saber
que la sangre es siempre roja y los muertos no tienen colores. Acaso el
blanco de la paz de los fondos marinos. Los honores a los caídos
debieran haberse rendido a todos, no sólo a los ingleses y no hay otra
manera de hacerlo que en las aguas de Cádiz donde murieron, y no
festejando la salida de Nelson de Inglaterra. Porque los muertos de Cádiz
no sabían donde estaba Portsmouth. Ni les importaba. Los medios
anglosajones han aclarado el asunto: en sus noticias y titulares desdeñan
el conmemorate y la mayoría de ellos se pasan al celebrate. Es el
caso de algunos tan respetados como Reuters, Times, Herald Tribune, e
incluso la inefable BBC!
, entre otros. Ellos no han aprendido de la historia. Los muertos,
aunque sean antiguos, no se celebran GRANADA
DIGITAL 29/6/05
http://www.granadadigital.com/nw/pages/opinion.asp?parte=Editorial&id=463
Trafalgar está en Andalucía
Editorial
Gran Bretaña ha celebrado el bicentenario de su victoria en la batalla
de Trafalgar sobre la escuadra combinada francoespañola. Una escuadra
multinacional, la mayor reunida desde la IIª Guerra Mundial, participó
en unos festejos que conmemoraban la derrota de nuestro país, por
entonces aliado de Napoleón.
Fuegos, en este caso artificiales, y navíos, algunos de época, con
ilustres comparsas vestidos al uso del siglo XVIII, animaron los fastos
e hincharon aún más el ego de quien detenta ahora la presidencia de la
Unión Europea, aunque su moneda siga siendo la libra y nos hagan sonreír
de cuando en cuando ante la noticia de algún tendero multado por no
usar el sistema de medidas europeo.
Nuestra presencia la justa. Nuestro recuerdo de la batalla aquí, en
nuestra tierra, bastante insignificante salvo el libro de un ilustre Pérez
Reverte que se convierte en Quevedo cada vez que le duele España. Pero
es que nos encontramos en el año del Quijote y no debemos distraer las
atenciones. Aunque reflexionando unos instantes, ¿no fue quijotesca
nuestra participación en un enfrentamiento, el de Francia y Gran Bretaña,
que ni nos iba ni nos venía? A menos que se tenga en cuenta una alianza
mal aconsejada por el miedo que Godoy sentía ante la presencia del
Petit.
Como ya es habitual, tras un intento de reflotar al país con unas
reformas ideadas para arrancar a España de la pura ruina, hablamos de
los primeros Borbones y sus ministros, la cabeza pensante de un
gobernante blando y mediocre, ambicioso sólo para su interés, Manuel
Godoy, maquiavelo descerebrado no por loco sino por poco inteligente,
rindió España a una potencia europea, Francia, sin hacer la más mínima
oposición. La falta de carácter de quienes debían dirigir el país lo
sumió en el caos y el enfrentamiento; la disgregación estaba a la
vuelta de la esquina. Fue hombre de la calle, como siempre, quien pagó
y sufrió en carnes propias la incompetencia de quienes no están
preparados para mandar y no tenían capacidad de gestión.
Las decisiones inadecuadas suelen tener consecuencias más que nefastas,
en este caso la derrota en Trafalgar con la pérdida de nuestra potencia
marítima que nos aseguraba el contacto con las colonias españolas. Lo
demás ya se conoce. Trafalgar no es Trafalgar Square, Trafalgar está
en Andalucía. Y llama la atención que mientras Gran Bretaña entierra
a Nelson en la Catedral de San Pablo y monta despliegues tan
espectaculares, España olvida. Es lógico, por otro lado, que no se
desee recordar una derrota, aunque ésta puede ser compensada con
Perejil. Nuestro país sigue en su tónica, relega a su gente antes y
ahora o si no que se lo pregunten a los familiares de quienes volvían
en un desvencijado Yakolev pilotado por quien no puso el tacómetro a
funcionar y estaba pasado de horas.
Sería bueno que de vez en cuando recordáramos nuestra historia; el
recuerdo, cuando no sabe de ideologías, une y potencia la personalidad
colectiva, los británicos lo saben hacer muy bien, lo cual puede venir
estupendamente en estos tiempos de nacionalismos plagados de acné e
inconsciencia.
Heraldo
de Soria
30/6/05
Pelillos a la mar
Francisco Chicharro
Viva el buen rollito!, no sólo hay que pagarle el cheque británico a
los ingleses para que estén contentos y nos dejen juntar a los demás
países pobres de la tierra, sino que además les hacemos el "reendez-vous"
en las aguas de un puerto de mar británico de cuyo nombre no quiero
acordarme, y les mandamos con bandera y banda de música el mayor
portaaviones que tenemos en este ibérico país: el Príncipe de
Asturias, que así se llama el barco, que de este nombre sí quiero
acordarme, también me acuerdo del de este ibérico país: España, y
del cual sí quiero seguir acordándome, "manque" les pese a
todos los nacionalismos decimonónicos que nos rodean como el mar, por
todas las partes menos por una.
Manda carajo que para conmemorar la batalla de Trafalgar, en la que
tengo muy reciente la novela de Pérez Reverte con ese mismo nombre,
donde los ingleses hicieron picadillo a un montón de barcos españoles
y franceses y ellos no perdieron ninguno, por culpa de los franceses,
claro, a los que nos ha gustado echarles la culpa siempre de todo y por
los que históricamente hemos creado una versallesca corriente de
desconfianza, nos pongamos nuestras mejores galas y sonrisas y vayamos a
hacer el paripé a un puerto británico.
Bueno, pues para recuperar el buen rollito y para evidenciar que no
creemos en la guerra como manera de dirimir conflictos, se han juntado
al toque de generala de la Royal Navy 121 barcos de... guerra, más
otros 60 zascandiles de por libre, y los marinos españoles con
entorchados abrillantados con Sidol, en cubierta, firmes y oyendo el
"Good save in the Queen" con un par, todo sea por un Gibraltar
español, que con estas maneras de pedir vamos a enaltecer la virtud de
no dar, o sí, que pueda ser que yo no quiera entender nada.
No poseo en mi servicio de documentación (que sólo contiene últimamente
certificados de Renfe sobre el Cerro de los Moros) ningún dato que me
acredite si los argentinos han mandado representación naval del evento
con una pancarta que recuerde a La Malvinas, porque eso sí que sería
un verdadero acuerdo de civilizaciones, y haciendo alarde de una frase
que aquí sí viene a cuento: "pelillos a la mar", que es lo
que en realidad hace falta: capacidad de olvido y borrar el rencor de
nuestro manual de comportamiento ciudadano, ¡Oh mi querido Borges!, que
además era argentino.
Para corresponder al olvido trasladándonos a nuestro pequeño núcleo
soriano, podíamos darle un homenaje al escultor Ripollés en la Casa
del Guarda de Valonsadero con una concentración de grúas en la entrada
del merendero, custodiada por todas las maquetas de los toros de Osborne,
también podría asistir "el Dioni" y "los Albertos",
así como el comando nocturno que ha "secuestrado o retenido"
el cartel de Soria ¡Ya! que estaba puesto en la puerta de la Dehesa.
Hablando de Valonsadero, saben que deseo fervientemente que lo pase bien
todo el mundo en estas fiestas de San Juan y más los que tengan salud
para cumplir.
ABC
CORDOBA
30/6/05
La batalla de Trafalgar
Por M. MARTÍN FERRAND/
COMO los españoles somos así, gente elástica en los recuerdos y rígida
en los entendimientos, podemos celebrar, incluso con alborozo, la
batalla de Trafalgar. Poco importa que su segundo centenario no se
cumpla hasta octubre, que su escenario no fuesen las aguas inglesas de
Portsmouth y que por el combate, o de sus resultas, fallecieran Cosme
Damián Churruca, Dionisio Alcalá Galiano y Federico Carlos Gravina,
tres de los mejores hombres de nuestra Armada en todos los tiempos.
La contemplación retrospectiva de la política nacional -no confundir
con la de la Historia- es un ejercicio baldío que, de tener algún
efecto benéfico, no será otro que la nostalgia. En consecuencia, y más
en tiempos de cambio vertiginoso, no es cosa de tomarse demasiado en
serio la contemplación minuciosa del pasado; pero, pregunto con intención
retórica y sin esperanza de respuesta, ¿qué demonios pintaban
nuestros barcos, el portaaviones «Príncipe de Asturias» y la fragata
«Blas de Lezo», en los anticipados fastos que, a mayor gloria de la
Corona inglesa, ha aprovechado Tony Blair para encalar la cuarteada
fachada del laborismo británico en un fino ejercicio de birle
conservador?
Es muy difícil, en un país de cuya enseñanza media se ha arrancado de
cuajo el conocimiento de la Historia, explicar lo que Trafalgar significó
como gozne entre dos épocas. Para nosotros, el fin de un gran imperio;
y para el Reino Unido, la consolidación de uno nuevo. Allí, con el
almirante francés Pierre Charles de Villeneuve como uno de los
nuestros, mientras las puertas de los acontecimientos batían sus hojas,
se inició una nueva etapa que, no siempre con juego limpio, gastó un
siglo en debilitar y diluir nuestra presencia americana, disminuir la
expansión de la cultura francesa por el mundo e implantar el modelo
anglosajón de dominio. Ese tan fino que, como bien sabe Miguel Ángel
Moratinos, está dispuesto a considerarnos como iguales a poco que
demostremos una actitud que les reconozca como superiores.
Como demuestran los sucesos de cada día, el sentido nacional que nos
agrupa, un poco por la ignorancia del pasado y un mucho por el interés
de los nuevos caciques regionales, vive un momento de raquitismo. Pase,
que es inexorable la condición variable de la Historia; pero pasar de
eso, de la decadencia, a la solemne celebración internacional de
nuestras derrotas media el abismo del sentido común. Aquí les debemos
desde hace dos siglos un verdadero reconocimiento nacional a Churruca,
Alcalá Galiano y Gravina -ninguno inferior a Nelson- e incluso a
Villeneuve. Confiemos en que en octubre, en el verdadero aniversario del
acontecimiento, con menos papanatismo internacional y más conciencia
nacional, las cercanías del cabo Trafalgar, en Cádiz, sean escenario
de algo parecido a un gesto de conducta patriótica y no subordinada.
France
claims victory in Trafalgar re-enactment, demands control of UK
29 Jun 2005 by Malcolm Drury
http://deadbrain.co.uk/news/article_2005_06_29_4210.php
In a stunning upset France claims to have won yesterday's re-enactment
of the Battle of Trafalgar and has demanded that the British government
relinquish control of the United Kingdom to French authorities.
In order not to offend anyone the re-enactment did not actually specify
British, French and Spanish ships, but had red and blue teams. After a
hard-fought mock battle adjudicators declared the blue team the winner
on points, and this prompted the French reaction. Douglas Fond de Bélier,
a spokesman for President Chirac, told reporters that it was obvious
that the blue team was actually French. "Blue eez our national
couleur," he said. "It is sacred to us. Why do you t'ink we
say 'sacré bleu' all ze time?"
At an emergency meeting - possibly the last - of his Cabinet Prime
Minister Tony Blair railed against the French demands, complaining that
this was typical and to be expected. He noted that Britain had already
privately apologised for winning the original battle, but the French had
not even responded by apologising for killing Admiral Lord Nelson.
However, he decided that in fairness Britain should probably accede at
least in part, and it is understood that he has offered up Merseyside
and the Black Country to French control. The French government is
believed to have countered with a demand for control of all lands seized
by their ancestors in the 11th Century and now designated as "duchies".
Prince Charles is believed to be "not amused".
Given Spain's participation in the original battle, the Spanish
government has also demanded a share of the control of the UK, and has
suggested that Gibraltar would be appropriate. However, it is understood
that the British government has categorically refused that and is
instead to declare Wales to be Spanish territory, as a gesture of
reconciliation.
A Buckingham Palace official, speaking on condition of anonymity, said
that upon hearing of the French demands Prince Philip had put on his
best admiral's uniform, armed himself with a pike (given that the Queen
has previously confiscated all his firearms), and ordered staff to
surround the building with sandbags, shouting, "Those froggy
buggers will never take me alive." The official denied a rumour
that some members of the staff had later quietly removed some of the
sandbags and surreptitiously painted "Il est ici" on the
outside of the Prince's bedroom window.
MUTRIKU / Un ambiente sobrio y natural presidió
la apertura de la exposición a Cosme Damián de Churruca
El Orfeón llenó al completo la Parroquia que inició Churruca
A. GORRITIBEREA/
Diariovasco.com 3/7/05
MUTRIKU. DV. La apertura de la exposición Cosme de Churruca, hijo
del mar de las luces que se puede visitar en el palacio Zabiel hasta
el próximo 30 de octubre se desarrolló en un ambiente sobrio de diálogo
y de naturalidad, unos actos donde el propio cónsul saliente de
Gran Bretaña en Bilbao Philips Hoghart manifestaba su agrado por
como se habían desarrollado los diferentes actos desde la apertura
de la exposición hasta la recepción que se tributó en el salón
de Plenos del Ayuntamiento.
El Conde de Motrico Enrique de Areilza acompañado por su esposa
Pilar Carvajal Urquijo, fue el autentico anfitrión del acto de
apertura, no en vano tiene una relación directa con Churruca y
fruto de ello manifestó en la apertura que «a los antepasados hay
que reconocerlos» a la vez que se asociaba al homenaje que «deseó
que sea un acto que atraiga a muchos visitantes hasta Mutriku».
Fueron muchas las personalidades que se dieron cita en el conjunto
de actos, entre ellos el parlamentario Josu Erkoreka y el senador Iñaki
Anasagasti, el almirante González Aller exdirector del Museo Naval
de Madrid y todo un estudioso de Churruca o el Director de Promoción
Turística del Gobierno Vasco Juan Bautista Mendizábal, sin olvidar
al resto de representantes instituciones y sobre todo ciudadanos de
la propia localidad interesados en las diversas facetas que
desarrolló su conciudadano.
El Orfeón un valor seguro
No hay duda que el Orfeón Donostiarra es un valor seguro, pero sin
duda que existe un plus especial cuando a un concierto acuden gentes
de todas las edades que guardan un absoluto respeto o con un
programa religioso trabajado y de gran calidad.
Los actos concluyó con la recepción que se les tributó a los
numeroso invitados en el salón de Plenos del Ayuntamiento, un
catering acompañado por un grupo de violines que se prolongó hasta
bien entrada la noche.
Exposición
El propio Conde de Motrico nos manifestaba su intención de acudir a
la exposición para disfrutar del mismo a titulo individual, con
tiempo, dado que es ciertamente didáctico, una exposición donde se
recogen un sinfín de enseres y sobre todo documentos que demuestran
lo que supuso el tiempo de la ilustración, con sus trabajos, sus
conocimientos y también con su tragedia de Trafalgar. Hay que
recordar que la exposición permanece abierta en el desván del
palacio Zabiel al que se puede acceder por ascensor de 10,00 a 14,00
y de 16,00 a 18,00 de martes a viernes mientras que los sábados y
domingos se abre únicamente por la mañana.
Diario de Cádiz 27/07/2005
Una obra "íntima y minimal" para conmemorar la batalla
Pérez Villalta trabaja en el monumento que se levantará en el cabo de
Trafalgar y que será como "un templete con forma de barco
CARMEN ÁLVAREZ
Cádiz. El próximo 19 de octubre el faro de Trafalgar asistirá a la
colocación de la primera piedra del Monumento a la Paz y la Concordia
de los Pueblos como conmemoración del bicentenario de la batalla de
1805. Se trata de una iniciativa impulsada por la Diputación y, a fecha
de hoy, el pintor y escultor Guillermo Pérez Villalta trabaja con el
objetivo de que todo esté listo para entonces.
"El proyecto en sí mismo ya está terminado", explica el
tarifeño, "actualmente estamos más bien en una fase técnica, de
ejecución y retocando algunos flecos, haciendo modificaciones en temas
constructivos a la vez que buscamos a técnicos que sepan realizar esta
obra". Sin embargo, Pérez Villalta ya tiene perfectamente hecho en
su cabeza, y plasmado en papeles y planos, cómo será este monumento, o
como él prefiere llamarlo, este "memorial".
"Se trata de algo íntimo, muy minimal, no apoteósico pues no se
conmemora una gran gesta" explica. De esta forma, está planteado
como "un espacio cerrado muy pequeño, como si se tratara de un
pequeño templete con forma de barco".
El monumento buscar crear un espacio de recogimiento en el entorno del
cabo de Trafalgar, para provocar el recuerdo de las víctimas de la
contienda a todos aquellos que se acerquen. Uno de los objetivos del
artista, y, a su juicio, uno de los grandes retos a salvar a la hora de
realizar la obra, era precisamente el de crear un monumento que no
rompiese ni chocase con el paraje natural en el que se enclava. Según
reconoce el mismo Pérez Villalta, "el problema al que me
enfrentaba es que se trata de un entorno de gran belleza y protegido,
por lo que debía ser algo muy sencillo, que no estropease el ambiente
ni estuviese fuera de lugar". La solución para esto la encontró
en la sencillez de las formas.
Ya en su interior, "por las paredes se representarán una serie de
murales, realizados como mosaicos para evitar su deterioro, que sólo se
verán interrumpidos por una pequeña ventana, desde la que se podrá
vislumbrar el lugar exacto de la batalla en el mar", describe el
pintor tarifeño. Incluso se están planteando la posibilidad de que,
desde esa misma ventana, "un rayo láser marque la posición
justa" donde se enfrentaron las naves dirigidas por Nelson y
Gravina.
Para contextualizar aún más el motivo que inspira esta construcción
de homenaje a la paz y la concordia, los mosaicos mostrarán
"representaciones de la batalla, planos de la misma y frases sobre
ella expresadas por personajes históricos del momento o de siglos
posteriores". Precisamente el pintor y escultor está ahora metido
de lleno a la espera de tener toda la documentación para poder realizar
estos murales.
Guillermo Pérez Villalta se muestra satisfecho con todo este proyecto y
el cariz que va tomando. "Ya desde el principio me gustó la
idea", manifiesta, y según va cobrando forma le va gustando aún más.
"Me interesa la realización tridimensional, además esta obra más
que escultura es arquitectura", reflexiona el tarifeño que antes
de dedicarse a su faceta artística estudió unos años la carrera de
arquitecto. Todavía le quedan unos meses de trabajo hasta que todo esté
listo. En otoño se podrá contemplar el resultado.
Diario
de Jerez Digital
29/7/05
Barbate conmemorará la batalla de Trafalgar con un día
de fiesta local
J.M.RUIZ
Barbate. El Ayuntamiento de Barbate ha presentado los actos
conmemorativos del segundo centenario de la batalla de Trafalgar, que
tuvieron lugar frente a las costas de Los Caños de Meca un 21 de
octubre de 1805.
En recuerdo de las personas que perdieron la vida en ese enfrentamiento,
el Ayuntamiento tiene previsto crear una arboleda de Trafalgar en las
cercanías de la desembocadura del río Barbate, donde también será
descubierta una placa. Un proyecto que espera tener terminado para dicha
fecha, al igual que la rotonda de entrada al municipio de Vejer donde se
creará una réplica del faro de Trafalgar.
De igual manera, el Consistorio eligió la fecha del 21 de octubre para
convertirlo en fiesta local. Ese día, una ofrenda floral, un concierto
de bandas de música y un pasacalles conmemorativo por las vías
principales de la localidad, realizado por la Asociación Napoleónica
Española, serán los pocos actos institucionales que se desarrollen en
esa jornada tan especial.
Unos días antes de la jornada a conmemorar, concretamente el domingo 16
de octubre, la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE)
dedicará un cupón a dicha localidad con la emisión de un boleto que
recogerá una fotografía del barbateño Fernando Rivera que recoge el
antiguo faro de Trafalgar.
Durante el mes de octubre se realizarán diversas conferencias sobre la
efeméride en los institutos de enseñanza secundaria de la localidad,
en colaboración con profesores de Historia. En el panteón de Marinos
Ilustres de San Fernando, donde reposan los restos mortales de los héroes
españoles de Trafalgar, tendrá lugar un acto ecuménico institucional.
En el mismo, el Ayuntamiento de Barbate depositará una corona de
laurel.
De igual manera, se están terminando de cerrar otras actividades
diversas, como una exposición de material histórico, una conferencia
en colaboración con el Museo Naval de San Fernando en el Ayuntamiento y
un concierto conmemorativo por la unidad de Música del Tercio del Sur
de Infantería de Marina de San Fernando, entre otros de los actos
previstos
Diario
de Cádiz
30/7/05
El Panteón, escenario del bicentenario de Trafalgar
San Fernando. El Panteón de Marinos Ilustres será uno de los
principales escenarios de la conmemoración del bicentenario de la
batalla de Trafalgar que el Ministerio de Defensa celebrará en Cádiz
durante el próximo mes de octubre. Estas dependencias de la Armada,
donde reposan los restos de los héroes más destacados de este desastre
naval, acogerán el día 21 de ese mes -fecha en la que se cumplen
exactamente 200 años del desastre naval- un acto de homenaje a los caídos
en la batalla.
Al acto está previsto que asistan, entre otras autoridades, el ministro
de Defensa, José Bono, y los embajadores de Reino Unido y Francia, a
los que se cursará invitación para que participen en el bicentenario.
El programa previsto continuará luego fuera de San Fernando con una
parada militar y otros actos que tendrán lugar en Cádiz y una ofrenda
floral que se realizará en las aguas del cabo de Trafalgar. Al día
siguiente, una ceremonia ecuménica en la Catedral de Cádiz -a la que
asistirá el obispo de Portsmouth- cerrarán los actos conmemorativos.
San Fernando se convertirá así en uno de los tres escenarios
principales del bicentenario de Trafalgar. Precisamente, el jueves, el
director general de Relaciones Institucionales del Ministerio y
presidente de la comisión nacional para la conmemoración de la
batalla, José María Stampa Brown, visitó el Panteón con el objeto de
conocer el monumento y comenzar a planificar el acto que allí se
desarrollará.
Stampa Brown acudió acompañado del presidente de la comisión
municipal que se encarga de organizar este bicentenario, el edil
socialista Carlos García Caballero, y de la senadora y concejala María
Jesús Castro. Aunque la ciudad participará también en los actos
conmemorativos que se están organizando a nivel nacional, desde el
Ayuntamiento se han puesto en práctica varias actividades para recordar
este aniversario, como la convocatoria del premio histórico sobre
Trafalgar o la puesta en marcha, con gran éxito, de la ruta turística
que recorre los lugares relacionados con el desastre, entre ellos, el
Panteón. También se prepara el hermanamiento con la ciudad de
Portsmouth.
Sábados:
San Fernando y la Batalla de Trafalgar |
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Este año se conmemora los 200 años de la fatídica
Batalla de Trafalgar en la que se perdió en favor de la
flota inglesa el poderío naval mundial. El papel de
nuestra ciudad, por muchos desconocidos, fue muy
importante y durante este recorrido se les dará a conocer
a todos los participantes. La visita incluirá la Población
Militar de San Carlos, consistente en el Museo Naval,
Panteón de Marinos Ilustres y Arsenal de la Carraca. Esta
ruta incluirá un autobús para facilitar el traslado de
los visitantes a los distintos puntos.
Número máximo de participantes: 30
Horario: 10,30 hrs.
Punto de encuentro: Oficina de Turismo de San Fernando
Precio: 3€/persona (Gratuita: Residente en San
Fernando).
Para poder participar en los distintos recorridos
organizados por la Oficina de Turismo de San Fernando,
deberá comunicárnoslo directamente, por teléfono en el
(956 944 226 o 956 944 227), fax (956 944 055) o e-mail
(turismo@aytosanfernando.org), indicando el nombre
completo de los participantes, D.N.I. y teléfono de
contacto, así como la Ruta en la que desea participar.
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Diario La Razon 31/8/2005
El buque insignia de Trafalgar será un museo en el parque
Juan Carlos I
La réplica exacta del Santísima Trinidad albergará una galería científica
Javier Rodríguez
Madrid- Su patrón arrió la bandera. La flota franco-española acababa de
sucumbir ante los barcos del almirante Nelson en la que pasaría a la historia
como batalla de Trafalgar. El Santísima Trinidad era, y nunca mejor dicho, el
buque insignia de nuestra armada. Los ingleses lo sabían, ya habían sufrido en
sus carnes en más de una ocasión el potencial de fuego de sus 140 cañones.
Por eso, y pese a quedar inservible para nuevas lides, trataron de remolcarlo
hasta Gibraltar. Tras el combate, su valor militar quedó reducido a cero. Pero
no existía un arma propagandística más poderosa que su captura.
No pudo llegar a puerto. Su maltrecha estructura no pudo soportar el temporal y
los ingleses, desde la borda, observaron impotentes como el mar engullía el
estandarte de su prepotencia. Allí descansa desde hace dos siglos. Espera a que
la Administración o cualquier «cazatesoros» se preocupe de rescatar lo que
quede de sus más de 2.000 toneladas de historia.
Ahora, una réplica exacta del Santísima Trinidad, podría echar el ancla en la
capital y albergar un museo de expediciones científicas a América y al Pacífico.
Un grupo de arquitectos, ingenieros, marinos y modelistas especializados en el
siglo XVIII trabajan en el proyecto. Su portavoz, Juan Manuel Gracia, asegura
que las conversaciones con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid están muy
avanzadas y que, a priori, han visto con buenos ojos la posibilidad de que este
«edificio» de 61,50 metros de eslora y 16,25 de manga.
El lugar preferido por los expertos embarcados en este proyecto para albergar al
Santísima Trinidad es el parque Juan Carlos I, informa Ep.
Así lo confirmó a este periódico Gracia, que estimó que una vez obtenidos
todos los permisos necesarios, se tardaría un año y medio en abrirlo al público.
La reproducción no sólo tendría en cuenta las dimensiones del original, ya
que será una auténtica fotocopia incluso en la similitud de los materiales que
se utilizaron en su construcción, en La Habana, en 1769.
De allí partió para cruzar el atlántico por primera vez. Ya en España, los
ingenieros corrigieron los defectos de fabricación detectados, justo antes de
entrar a formar parte de la Flota del Mediterráneo. Participó en numerosos
combates, como el segundo asedio de Gibraltar.
Pero el denominado «Escorial de los Mare» no era invulnerable y tuvo que
volver a pasar por «quirófano». En 1803 volvió a servir a la corona equipado
con casi 140 cañones. Era el mayor navío de guerra del mundo que surcaba los
mares pero poco «marinero», como asegura Gracia. Pese a todo, seguía siendo
la «golosina» que los ingleses ansiaban poseer. Trafalgar era la oportunidad
propicia para ello. 27 navíos ingleses derrotaron los 33 de la coalición
hispano-francesa. Nelson acabó con las aspiraciones napoleónicas de invadir Inglaterra,
y sembró la futura discordia entre los países vecinos, pero no pudo vivir para
subir a la cubierta del Santísima Trinidad que, junto a otros 18 barcos de los
aliados, fueron apresados tras el desastre.
Henry Kamen
Historiador Británico. Autor
de "Imperio, La forja de España como potencial mundial" (Aguilar,
2003)
El Mundo 15/6/2005
Trafalgar, 1805-2005: la Historia olvidada
Aunque estos días los británicos han estado muy enfrascados en política,
también se están preparando para uno de los acontecimientos memorables de su
Historia. Es un acontecimiento que curiosamente vincula el interés español con
la Historia de Gran Bretaña. Si bien los españoles de hoy en día no están
interesados en la Historia británica, y tampoco los alumnos la estudian en la
universidad, hubo un tiempo cuando la situación no era tan desfavorable. Mucho
antes de que existiera alguna historiografía especializada de España, los españoles
ya se interesaban por los británicos y su Historia. La figura más destacable
al respecto era Antonio Alcalá Galiano, que fascinado por la disciplina de la
Historia, se dedicaba en sus horas de ocio en el exilio en Inglaterra a traducir
obras de Historia del inglés al castellano. En 1828, fue nombrado para la Cátedra
de Lengua Española que se establecía por primera vez en Inglaterra, en la
University College de Londres. Muchos saben de Alcalá Galiano como político,
pero pocos saben de su distinguido padre Dionisio, uno de los comandantes de
marina más importantes de la Historia de España, que sirvió a las órdenes
del gran explorador italiano Malaspina, y que dio su vida luchando contra los
británicos en la batalla de Trafalgar.
El memorable evento que los británicos celebran es el bicentenario de la muerte
de su más grande héroe naval, Lord Nelson. Nelson murió alcanzando una de las
victorias más brillantes de la Historia de Europa sobre la Marina española y
francesa en el Cabo Trafalgar, en 1805. ¿Alguien siente algún interés por
esta batalla, en la que murieron Nelson, Dionisio Alcalá Galiano y 8.500 más?
Ya que el Gobierno español hizo un gran esfuerzo económico en 1998 para
conmemorar esa otra victoria británica sobre la Armada Invencible, podíamos
pensar que este año haría otro tanto con la batalla de Trafalgar. No obstante,
hasta el momento sólo ha habido silencio, un silencio de dos siglos, durante
los cuales ni los gobiernos ni los historiadores españoles han mostrado el más
mínimo interés por entender cómo llegó a pasar la gran derrota de 1805.
Hasta el año pasado, con la publicación por dos investigadores (los profesores
Cayuela y Pozuelo) de un estudio español sobre la batalla, ningún otro
historiador español había examinado el acontecimiento.¿Cómo explicar este
silencio? ¿Es que la Historia de España no merece una mayor atención?
Se diría que no. Lo único habido es la publicación ficticia sobre la batalla.
Uno de los best-sellers de ficción de comienzos de este año ha sido una novela
sobre Trafalgar. Esto no es una sorpresa. El primer libro español que trataba
de Trafalgar, 68 años después del suceso, fue también una novela, la de Galdós.
Parece que el público estaba contento leyendo fantasía sobre la famosa
derrota, y no la verdad de lo que realmente sucedió. Los lectores se sentían
bien, escudriñando un mundo imaginario mientras nadie intentaba ofrecerles el
mundo real.
Esto ha ocurrido de nuevo este año, 132 años después de Galdós. La novela de
Pérez-Reverte que se publicó a principios del año no tiene pretensiones de
ser Historia, tampoco pretende emular el estilo literario de Galdós. Es una
leve fantasía, en la que todos los buenos son españoles, y todos los malos son
los demás. Los hechos históricos quedan reducidos al rango de una farsa, en la
que los protagonistas hablan un insólito lenguaje inventado por el autor del
libro. El autor afirma explícitamente que «es privilegio de novelista
manipular la Historia en beneficio de la ficción». Es una extraña declaración.
Personalmente no estoy convencido de que alguien tenga el derecho a «manipular
la Historia».Hemos tenido mucha gente manipulando la Historia de España, por
lo común dictadores y políticos, que han intentado impedir que aprendiéramos
la Historia. Los novelistas no tienen el derecho de unirse a ellos. Muy al
contrario. Cuando Tolstoy escribió su obra maestra Guerra y Paz, su expresa
finalidad, que asentó en un largo y bien pensado epílogo, era prevenir la
manipulación.
Un periódico ha concluido con razones válidas que la última novela sobre
Trafalgar es, como su tema naval, «un naufragio». Ya que sé poco sobre
novelas, no puedo decir si estoy de acuerdo. Pero el tema tiene importantes
implicaciones. Durante los últimos años, se ha entretenido al público español
con una inundación de novelas que para muchos lectores han ocupado el lugar de
la verdadera Historia. Han sido invitados a conocer vidas de fantasía, de
reyes, reinas, amantes, conquistadores, artistas, y generales, en una serie de
obras que en general son de una desafortunada calidad literaria y sin el apoyo
de datos fidedignos. En una cultura saludable, este tipo de escrito tendría una
posición reconocible, siempre y cuando tuviera una buena reserva de estudios
dignos e investigados que establecieran en alguna medida una verdad histórica.
Desafortunadamente, ése no es el caso por el momento. Una novela popular sobre
el Príncipe de la Paz, Godoy, se podría escribir en tres días, una vida de él
fiable llevaría cinco años. Una burda vida de Alejandro el Magno se escribiría
en cuatro días, una biografía seria -que todavía no existe en España- llevaría
seis años. Una novela sobre los Tercios en Flandes podría escribirse en tres
semanas, el hecho de que no haya ningún estudio histórico por un español
sobre las guerras de Flandes es evidencia de la laguna que existe en nuestra
información histórica.
La consecuencia de esta proliferación de falsedades es obvia. Como pasaba con
el sistema monetario en el Siglo de Oro de España, la mala moneda expulsaba la
buena, y el público acababa aceptando la moneda adulterada. El papel de la
literatura popular no se cuestiona. Galdós y Pérez-Reverte, como Dickens y
Conan Doyle antes, emplean el periodismo para ejercitar su profesión y ganarse
la vida. Si existiesen más escritores populares buenos, la calidad de la ficción
histórica mejoraría en lugar de ser bochornosamente pobre como lo es de
momento. Pero eso no incide en el asunto básico. ¿De quién aprendemos lo que
sucedió realmente en la Historia? El problema que hoy afrontamos es exactamente
el mismo que Alcalá Galiano afrontó en 1820. Y es un problema conectado con
los historiadores profesionales. Si son incapaces de escribir textos que el público
corriente pueda leer y entender, entonces otros intervendrán y escribirán
trivialidad. Antonio Alcalá Galiano inició el hábito de emplear historiadores
extranjeros como base para una nueva historiografía en España. Es una posible
solución, aunque tiene sus limitaciones.
La verdadera solución es gestar una raza de estudiosos que, en lugar de hablar
entre sí en congresos cerrados donde se analizan aspectos fragmentarios de la
Historia, sean capaces de comunicar a un público general los frutos de la
investigación universal. En España ha habido tales estudiosos, y con
frecuencia, como Marañón y Madariaga, no han sido historiadores, sino hombres
de vasta educación que sabían lo importante que era la comunicación. También
escribieron sus grandes libros fuera de España (el extraordinario Antonio Pérez
de Marañón fue publicado en Madrid, pero escrito en París). Habrá sin duda
un buen libro académico este año sobre la batalla de Trafalgar, pero se
publicará fuera de España. En España, el Ayuntamiento de Cádiz celebrará
con dignidad y fuegos artificiales esta famosa batalla, pero quedará olvidada
en todos los demás sitios. ¿Pero por qué preocuparse de si nos olvidamos de
nuestra Historia? Todavía tenemos nuestras novelas de ficción para
alimentarnos con una imagen ficticia del pasado. La Historia manipulada colmará
nuestras necesidades y se convertirá en nuestra verdadera Historia
La Historia, la sangría y el jabugo
ARTURO PÉREZ-REVERTE | El Semanal | 4 de septiembre de 2005
Hay que ver. En cuanto se toma dos vasos de sangría
en los cursos de verano, cierto historiador inglés se pone a cantar por bulerías
sin sentido del ridículo. Me refiero a mister Kamen, don Henry, quien cree que
vivir en Cataluña, como vive, y que allí algunos le aplaudan las gracias
mientras trinca una pasta de subvenciones, cursos y conferencias, lo convierte
en árbitro del putiferio hispano. Así que, tras contar nuestra Historia a su
manera, ahora critica cómo la cuentan otros, lamentando que España –a
excepción de Cataluña, donde, insisto, mora y nunca escupe– no tenga tan
buenos historiadores como él.
Uno, que modestamente tiene sus lecturas, le sigue la pista a mister
Kamen y está familiarizado con sus dogmas hechos de frases despectivas sobre
este o aquel punto de la historia de España; con sus afirmaciones sin más
fundamento que el ambiguo terreno de las notas a pie de página; con su
acumulación de citas ajenas; con sus habituales «fuentes manuscritas
completamente nuevas» descubiertas en archivos nunca visitados por español
alguno, que tanto recuerdan las falsas exclusivas de los diarios
sensacionalistas ingleses. Etcétera. En su último libro, Imperio, donde
las palabras «nación española» aparecen entre comillas, dedica
setecientas once páginas a afirmar que eso de que España conquistó el mundo
es un cuento chino, que quienes hicieron el trabajo fueron subcontratas de
italianos, belgas, holandeses, alemanes, negros e indios, y que los españoles –«los
castellanos», matiza– se limitaron a poner el cazo. En materia cultural,
quienes animaron América fueron los holandeses, y a la literatura del Siglo de
Oro, cerrada e indolente, no la afectó para nada el humanismo italiano. También
afirma que es dudoso que el español fuese la primera lengua de todo el imperio,
que Nordlingen la ganaron los alemanes, San Quintín los valones, Lepanto los
genoveses, y Tenochtitlán y Otumba los tlaxcaltecas. De postre, las relaciones
históricas de los siglos XV, XVI y XVII son propaganda escrita por castellanos
a sueldo, Nebrija compuso su gramática española para hacerle la pelota a
Isabel la Católica, y Quevedo era, como todo el mundo sabe, un
ultranacionalista y un facha.
La última del caballero me honra personalmente. En un reciente artículo
de prensa, sostiene que en España nadie, excepto un novelista llamado Benito Pérez
Galdós y otro llamado Pérez-Reverte, ha escrito nada sobre la batalla de
Trafalgar. Sólo esas dos novelas, dice Kamen, y ningún libro de Historia. «Habrá
este año un buen libro académico sobre Trafalgar –dice–, pero se
publicará fuera de España». Debería consultar el hispanista los clásicos
de Ferrer de Couto, Marliani, Pelayo Alcalá Galiano, Conte Lacave y Lon Romero,
por ejemplo. Y si los encuentra desfasados, puede completarlos con el Trafalgar
de Cayuela y Pozuelo, Trafalgar y el mundo atlántico de Guimerá, Ramos
y Butrón, Trafalgar de Víctor San Juan, Trafalgar de Agustín
Rodríguez González, Los navíos de Trafalgar de Mejías Tavero, o la
obra monumental, definitiva, La campaña de Trafalgar, del almirante González-Aller.
Aparecidos todos antes de la publicación del artículo de Kamen. Mas lo que
caiga.
Para el notorio hispanista anglosajón, todo eso no existe. Y además le
parece mal que unos aficionados como Pérez Galdós y el arriba firmante
–marcando humildemente las distancias con don Benito, matizo yo– hayamos
tocado el asunto. Trafalgar es cosa de historiadores, dice, y no de novelistas.
De novelistas españoles, ojo. Pues no pone pegas a novelistas anglosajones como
O’Brian, Forester, Alexander Kent o Dudley Pope, que –ellos sí–,
rigurosos, veraces, pueden escribir cuanto quieran sobre heroicos marinos
ingleses que luchan por su nación –esa la escribe Kamen sin comillas– y por
la libertad del mundo frente a españoles cobardes, sucios y crueles a los que,
encima, durante los abordajes, siempre les huele el aliento a ajo. A diferencia
de las inglesas, tan objetivas siempre, Kamen apunta que en las novelas españolas
«los buenos son españoles y malos todos los demás», lo que prueba que
no se ha enterado de nada, ni con Galdós ni conmigo. De Cabo Trafalgar
critica además «el insólito lenguaje», pero eso es lógico: hasta
para un hispanista de campanillas, traducir «inglezehihoslagranputa»
tiene su intríngulis.
Así que una sugerencia: siga trincando, disfrute de la sangría y el
jabugo, y no me toque los cojones. Don Henry.
Trafalgar
200 años después
Algunos son aristócratas, otros militares y familiares de políticos. Los
descendientes de los marinos que combatieron en Cádiz ajustan cuentas con la
Historia
por Javier Caballero
Magazine
El Mundo 4/9/2005
El "Himno de la Armada", que con tanto ardor se
entona en los actos castrenses, abunda en tópicos de glorias y desastres
navales para recordar que "el imperio, a España vendrá por los caminos
del mar. Hay que morir o triunfar, qué nos enseña la Historia, en Lepanto la
victoria y la muerte en Trafalgar". A pesar de rima tan memorable, los bañistas
que se tuestan en las playas gaditanas de los Caños de Meca, Conil, Zahara de
los Atunes o Barbate, ignoran que enfrente de sus toallas y tras ese horizonte
recortado por cometas de kite-surf, hace 200 años se libró un combate naval
decisivo, una epopeya grabada a fuego en anales y enciclopedias y que dejó en
las frías aguas atlánticas los cadáveres de más de mil españoles.
Por desgracia, el desconocimiento no es exclusivo de
aquellos bellos parajes. La percepción que se tiene en España de la derrota
acontecida en 1805 es difusa, mutilada, precaria hasta rozar el sonrojo. Gravina,
Cisneros, Churruca, Escaño o Alsedo no juegan en ningún equipo de fútbol.
"La ignorancia se debe a modas, bandazos de la pedagogía y la enseñanza.
Ahora se incide más en aspectos socio-económicos de la Historia, que en las
batallas", explica Agustín Rodríguez, profesor de Historia del
Universidad San Pablo CEU de Madrid. Autor de Trafalgar y el conflicto naval
anglo-español del siglo XVIII, en su opinión el reflejo del combate en el ámbito
académico arranca en 1850 con la reforma de la enseñanza media de Claudio
Moyano, en época isabelina: "Se toman como manual un trabajo del italiano
Marliani, escrito como contestación a una obra francesa de Thiers que nos ponía
verdes. De ahí se sirve Galdós para el relato que abre los Episodios
Nacionales".
Mitificación, sacrificio de marinos ilustrados y
preparados, pérdida del tren de la modernidad… Estas pautas se repiten hasta
la II República momento en el que impera la regeneración. "Es que el mito
de Trafalgar no es ni carca ni franquista. Pertenece al nacionalismo liberal
español, ése que producía urticaria a Franco, con sus ilustrados, su
Constitución de Cádiz y su Guerra de la Independencia", concluye Rodríguez.
Mutismo. El hispanista e historiador británico Henry
Kamen alberga otro parecer. "Ha habido un mutismo sobre el tema porque
ganaron los ingleses. A lo mejor no se habla mucho sobre Trafalgar porque
muestra a España en una decadencia militar total, una lección que se repitió
otra vez en alta mar en el desastre de 1898". Más pullazos. Hasta la
Enciclopedia Británica obvia qué fue del destino español tras Trafalgar.
Por otro lado, en el plano de táctica y estrategia naval,
el investigador e historiador del CSIC Agustín Guimerá ofrece algunos porqués:
"Aquello fue un regalo envenenado del destino, una misión suicida
condenada a morir". Según este experto, con varios congresos y ponencias
internacionales sobre el asunto a sus espaldas, "la clave estuvo en que la
alianza estuvo mal planteada. El inepto Godoy sacrificó la Armada. Villeneuve
se volvió loco, y fue poseído por una vanidad herida que provocó una carrera
de autodestrucción. Gravina sólo acató órdenes". ¿Y qué imagen reposa
hoy, en 2005? "Pues la de quijotes, ingobernables, derrotados con
honor".
Honor sin límites ha sido el leit motiv inglés en la
celebración de una impresionante revista naval en Portsmouth (30 países
invitados , 167 barcos) el pasado 28 de junio. Fue un homenaje a Nelson y por
extensión a todos los hombres de la mar. Evitaron ofensas a los vencidos
invitando, entre otros, a los portaaviones Charles de Gaulle francés y al Príncipe
de Asturias español. El colofón tendrá lugar el 21 de octubre en la catedral
de San Pablo, en Londres.
En este año marcado en rojo, Francia no gastará ni un
euro en pompa y circunstancia. Pero para honrar la memoria de todos los caídos,
una comisión dependiente del Ministerio de Defensa español canaliza los actos
que tendrán su día grande en Cádiz cuando atraque la efeméride. Leopoldo
Stampa, en calidad de presidente, asegura que "no es una celebración sino
un acto militar de luto. Habrá un acto en el Panteón de Marinos Ilustres, y
contaremos con la presencia del embajador británico y francés, así como de
una autoridad del máximo nivel".
También estarán los descendientes de los marinos con
mando en Trafalgar, en representación de todos los que participaron. Con gran
minuciosidad, el embajador Fernando de la Serna ha colaborado con la comisión
para que acudan a la cita los familiares directos de los Churruca, Gravina,
Uriarte, Alcalá-Galiano, Jado y Cagijal, Valdés, Alsedo, Vargas, Flórez,
Iriarte y Cisneros.
Por diferentes motivos, aún falta por localizar(*) a la
parentela directa —si la hubiere— del teniente general Ignacio de Álava, el
jefe de escuadra Antonio de Escaño, y los brigadieres Rafael Hore, Enrique
MacDonnell, José Gardoqui, Antonio Pareja, Teodoro de Argumosa y José García
de Quevedo. Con ellos el acto será completo y se disipará la estela de olvidos
e indeferencias de un episodio que ensangrentó la blanca arena de Cádiz.
(*) Si el lector conociese algún descendiente diríjase por e-mail a fernandodela.serna@aeci.es
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Horacio Nelson
El héroe que hundió nuestra flota
Una victoria
pagada con la muerte le glorificó para siempre. Ahora dos de sus
descendientes hacen carrera militar en el ejército británico
Hace dos siglos, una escuadra inglesa
comandada por el almirante Horacio Nelson desarboló los sueños
de Napoleón de conquistar Inglaterra. Sucedió cerca del Cabo
Trafalgar, frente a las costas gaditanas, y en la contienda los
franceses contaron con la alianza de 15 navíos de guerra españoles.
La derrota astilló nuestros anhelos de recuperar una hegemonía
naval pretérita y sentó las bases de la supremacía inglesa y su
incipiente Imperio. De paso, el héroe vencedor legó una
sentencia para la posteridad –”Inglaterra espera que cada uno
cumpla con su deber”– al tiempo que fallecía en el fragor de
la batalla. Glorificación y tratamiento de Lord instántaneos
para el almirante Nelson. Dos centurias después, la estirpe del
marino más reverenciado por los británicos sigue viva en la
figura de dos descendientes; Craig (en la foto) y Brett Nelson, de
30 y 28 años respectivamente. Ambos son hermanos, marciales,
fornidos como el roble y de vocación castrense, of course. Como
dos gotas de agua y en trayectorias en paralelo, Craig sirve en
los Royal Marines y Brett, en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército
de Tierra. Ellos son la sexta generación del almirante y
provienen del linaje de su hermana Susana. En el seno de su saga
el recuerdo del mítico almirante es sagrado. “Siempre hemos
estado conectados con las hazañas y con la historia naval de
nuestro antepasado. Conocemos lo que sucedió en Trafalgar y que
la clave estuvo en famosa táctica de Lord Nelson de cortar la línea
de navíos de la escuadra combinada”, rememora. En la
conmovedora parada militar celebrada en Portsmouth el pasado
junio, el mundo entero pudo ver cómo se honraba, no sólo el
aniversario de la batalla sino la figura totémica y omnipresente
de Nelson. Allí permanece su navío, el Victory, y allí reside
mucha de la nostalgia naval del Imperio Británico, cuyo último
exponente son dos hermanos que honran a Su Graciosa Majestad.
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Cosme Churruca
Una saga ilustre
La genealogía de
los Churruca es extensa. Desde la familia del banquero Ybarra, o
el conde de Motrico, hasta un ATS modelista naval
El recibidor de su casa bilbaína en Algorta
se llama Trafalgar. Tras la puerta te saluda una maqueta del San
Juan Nepomuceno y unos cuantos motivos navales expuestos con museístico
criterio. En el salón, el resto de la flota; el Victory de Nelson
y el Santísima Trinidad de Gravina. “Cuando era un crío vi a
mi padre hacer la maqueta del San Juan Nepomuceno y de ahí me
viene la afición por el modelismo naval”. José Ignacio
Churruca Egoscozábal responde con energía, cierto sarcasmo y
rendida admiración por sus antepasados. De profesión ATS y con
53 años en un fornido corpachón, atesora una idea bastante
precisa del combate. “Fueron héroes a la fuerza porque fueron
al matadero por culpa de los franceses. Churruca sabía dónde se
metía y por su arrojo y valor dijo la frase ‘si veis que mi
barco ha sido apresado decid, que he muerto’. Aquello fue una
carnicería. Los ingleses eran unos profesionales del mar. No sólo
Nelson y el alto mando, sino el resto de marineros y grumetes”,
explica acentuando el desastre. Ignacio es uno de los eslabones de
la nutrida parentela Churruca; por un lado, la familia de Emilio
Ybarra, presidente del banco BBV; por otra el conde de Motrico,
don Enrique de Areilza, quien además guarda la casa donde vivió
Cosme Damián y custodia el sable que Napoleón le regaló.
Ignacio se conforma con sus maquetas y sus atardeceres en Las
Arenas. Desde allí se sincera: “Yo estuve hace unos años cerca
del Cabo Trafalgar y se me saltaban las lágrimas”.
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Hidalgo de Cisneros
Sangre de agua salada
Descendiente
directo del jefe de escuadra en el “Santísima Trinidad”,
reclama que la enseñanza repare en estos hombres de honor
Nació en Vitoria, pero se siente bilbaíno.
Deseó con fervor ser marino y dado que la vida no le puso en los
caminos del océano, ahora, a sus 71 años, se saca la espina
organizando regatas y frecuentando el club Náutico de Garraf, una
localidad costera cercana a Barcelona. En esta ilustre galería,
Juan Hidalgo de Cisneros es el único con sangre directa de su
antepasado, don Baltasar . Y habla con la autoridad que le otorga
su abolengo. “Trafalgar es la batalla desconocida. Nadie se ha
ocupado de ella. Pero realmente, el gran problema fueron las
consecuencias, la situación política catastrófica, sin dinero,
sin tripulación, sin orden político. Nos tocó estar bajo el
mandato de un almirante francés que no fue gran cosa, y se conoce
muy poco de la valentía de unos hombres que lo dieron todo por un
idealismo que hoy está en desuso”. Este empresario, ya
jubilado, reclama el lugar en la Historia para Baltasar, último
virrey de España en Argentina, en el Río de la Plata, y que quedó
sordo como consecuencia de la batalla. “Le acusaron de
afrancesado. Se sometió a un tribunal militar para probar lo
contrario. Tuvo cinco hijos y los tres mayores fueron marinos. El
cuarto, del que yo descendió, fue un carlista jefe de Estado
Mayor de Zumalacárregui”. Reconoce con pena que sus nietos,
entre los 15 y 16 años, conocen Trafalgar por su abuelo, no por
el colegio. “La Historia hay que conocerla y luego interpetrarla.
Las nuevas generaciones tienen menos apego al pasado y miran muy
poco para atrás”, concluye.
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Cayetano Valdés
El orgullo de doña Beatriz
La suegra de
Esperanza Aguirre desciende del brigadier del “Neptuno”, un
marino liberal que no aceptó al rey Fernando VII
Doña Beatriz Valdés es la única mujer en
esta historia de linajes, cañones y árboles genealógicos. En su
majestuosa casa en el madrileño barrio de Malasaña cuelgan óleos
de aristocracia y se pasean perros perdigueros como en una estampa
pintada por Goya. Marquesa de la Casa de Valdés, 79 años, es
descendiente de Cayetano Valdés y está casada con Ignacio Ramírez
de Haro, lo que la convierte, por tanto, en suegra de la
presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. El capítulo
de 1805 sigue muy presente en el hogar. “Fue un desastre del que
todavía nos acordamos. En la familia se ha honrado mucho la
memoria de don Cayetano y también la de su tío, Antonio Valdés,
quien diseñó por encargo de Carlos III la bandera rojigualda de
España. Es que la blanca de los Borbones no se veía en alta
mar”, explica con naturalidad. Jovial y entrañable a partes
iguales, cree a ciegas que “en el colegio se imparte una noción
vaga de la Historia, me imagino que ahora la enseñanza en este
sentido será peor. Hay que estudiar los éxitos y los fracasos,
aunque las derrotas sean dolorosas. Reparar e incidir en el
sentido del honor y de la patria de estos hombres, que amaban sus
barcos y el mar y defendieron hasta el último momento a sus
tripulaciones”. Para ella, todos los que participaron fueron héroes
en contra de su voluntad. “Su sentido castrense del deber fue
majestuoso. Hasta los ingleses se quedaron conmovidos por su
entrega y reconocieron el valor y la honra de los españoles”.
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Gravina y Alcalá-Galiano
Gravina: El jefe
desconocido
El entronque español de Federico Gravina, jefe de la Escuadra, es
un empresario con título nobiliario.
No le gusta el protagonismo, pero el motivo
merecía vencer reticencias y salir en los papeles. Federico
Gravina fue un gran profesional del mar nacido en Palermo y llegó
a España para rendir lealtad al rey cuando perdimos el reino de
Sicilia.“Mi familia y yo descendemos del Duque de San Miguel,
cuyo título fue llevado por el padre de Gravina. Ahora yo ostento
el ducado con mucho orgullo. En las conversaciones en casa siempre
se recuerda a un gran profesional quien, con obediencia, se metió
en una guerra que no era la suya, sabiendo que aquello era una
derrota cantada”, comenta con una lógica resignación. Juan
Castillejo Oriol, empresario de 43 años, reconoce que “Churruca
le comió popularidad a Gravina en el siglo XX; quizá por ser un
hombre napolitano, por estar en el círculo de Godoy”. Como al
resto de sus compañeros en este casting procurado por la máquina
del tiempo, se le tuerce el gesto si se le habla de lo que
estudian los chavales en colegios e institutos: “Mis hijos van a
un colegio inglés y están conociendo la historia inglesa como la
palma de la mano, además de todo el triunfalismo anglosajón.
Nosotros no hemos sabido rentalizar este tipo de capítulos por
ignorancia. Hay que aprender de las derrotas”. En sus palabras
no trasluce rencor u olvido oficial hacia el tratamiento a su
antepasado: “No ha sido maltratado por la Historia. Lo
enterraron en tres sitios diferentes; primero en Cádiz, luego en
Madrid, en Atocha, y luego en San Fernando. Estuvo amortajado en
alcohol y sus entierros fueron un evento”, detalla.
Alcalá-Galiano:La huella de un ilustrado
Alfonso desciende del brigadier que trazó los mapas hidrográficos
de España y que murió en Trafalgar
Gesto sosegado y una voz profunda para
hilvanar la historia de la saga con concreción, sin florituras.
Alfonso Alcalá-Galiano desciende de Dionisio Alcalá-Galiano,
brigadier del Bahama, y con el tiempo se ha ido involucrando en
las raíces de su antepasado y en el episodio que nos ocupa.
“Cuando eres un crío no te das cuenta de la trascendencia que
tuvo aquello. La batalla ya aparecía en los Episodios Nacionales
y eso te da inquietud de que lo que sucedió fue muy importante.
Según fui madurando creció en mí el interés por saber quien
era don Dionisio y empecé a hurgar en archivos navales como el de
Viso del Marqués en Guadalajara. Ahora tengo hasta su hoja de
servicios”. Alfonso recuerda con cariño el momento en Cabra, la
cuna cordobesa de Dionisio. En la actualidad, sólo los sesudos
historiadores saben de su trayectoria y su buen hacer allende los
mares. Hasta una isla en la Columbia canadiense lleva su nombre.
En opinión de este empresario vasco, hay una falta de sintonía,
de eco mediático para hacer partícipe al gran público. “El
problema es que no hay feeling. Sí, fue una derrota, pero hay que
celebrar el bicentenario como se merece. ¿Adónde ha ido todo ese
idealismo? ¿No merece la pena recordarlo?”. Alfonso está
convencido que hay que revisitar la historia, hurgar en el
combate, incidir en cómo fue planteada la batalla en alta mar,
porqué fracasó, cuál fue la parte de culpa de cada cual, que se
debió hacer para triunfar, y todas las discrepancias que se
suscitaron a nivel militar, político y social en España.
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Una muestra revivirá Trafalgar como una «batalla
cartagenera»
El escritor Arturo Pérez Reverte
apadrina una exposición sobre el marino Antonio de Escaño Exhibirá
armas, cuadros, maquetas y otras piezas de la contienda en su 200
aniversario
JOSÉ ALBERTO GONZÁLEZ/CARTAGENA
AL FRENTE. Luis Delgado y Pérez Reverte. / PABLO SÁNCHEZ/AGM
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Claves
de la Cita |
Muestra: Don Antonio
de Escaño, antes y después de Trafalgar.
Lugar y fecha: Casa Pedreño, sede de la Fundación Cajamurcia en
Cartagena. Del 4 al 31 de octubre.
Organizadores: Museo Naval de Cartagena y Fundación Cajamurcia,
dentro de los actos de la Semana Grande de Cajamurcia.
Contenido: Tres salas de exposición, bajo los títulos Antes del
combate de Trafalgar, Combate de Trafalgar y Después de Trafalgar.
Fondos: Del Museo Naval de Madrid, Museo del Ejército, Real
Instituto y Observatorio de la Armada, Biblioteca Nacional, Real
Academia de la Historia, Museo de las Cortes de Cádiz, Calcografía
Nacional, Museo Naval de Cartagena o Colección Pérez Reverte,
entre otras entidades públicas y colecciones privadas
Conferencias: Del novelista Arturo Pérez Reverte y el
contralmirante José I. González -Aller. |
Será una exposición para «recuperar la memoria de un
hombre olvidado y de unos héroes anónimos que brillaron en un combate que
marcó el colapso del comercio marítimo con América y Filipina y el inicio
de la decadencia naval española», cuyo definitivo naufragio llegó en
1898.
Es la visión que el director de la Fundación Cajamurcia, José Moreno, dio
ayer en Cartagena durante la presentación de la muestra Don Antonio de Escaño,
antes y después de Trafalgar que podrá verse en la Casa Pedreño de la
ciudad del 4 al 31 de octubre, como arranque de la Semana Grande de
Cajamurcia.
Será una muestra encajada en la conmemoración, que no celebración, del
200 aniversario de un «día luctuoso» en que la Inglaterra de Nelson
infligió una severa derrota a la Armada Española.
Pero, centrada en un oficial que predijo el desastre, no será una exposición
más: «Es el proyecto más importante sobre Trafalgar que se ha organizado
en España, porque es la primera vez que se reúnen fondos de tanta riqueza
y diversidad», aseguró el escritor cartagenero Arturo Pérez Reverte. Éste
apadrinó el acto y participará el ciclo de conferencias que acompañará a
la exposición.
En un año en que el prestigioso novelista ha publicado Cabo Trafalgar, Pérez
Reverte confesó su entusiasmo con el modo en que se ha gestado la
iniciativa. «Es maravilloso que, de una conversación de sobremesa y a
diferencia de lo que pasa en España, la voluntad, el interés y la dedicación
de unos hombres y un inusual respaldo de las instituciones haya permitido
organizar esta exposición», comentó Pérez Reverte. «Estos hombres podrían
haberse gastado su pasta en Operación Triunfo», subrayó el autor.
En total, serán 119 piezas pertenecientes a veinte instituciones las que
podrá disfrutar el público. Cuarenta y cuatro de ellas, del Museo Naval de
Madrid, son «francamente extraordinarias», avanzó el comisario de la
muestra, Luis Delgado Bañón.
De barcos y marineros
El capitán de navío, historiador y director del Museo Naval de la
ciudad, ha recopilado cuadros, pistolas, sables, cartas náuticas, brújulas
o maquetas, figuras o monedas de la época relacionados con una cita que
marcó las relaciones internacionales hace dos siglos.
Para abrir boca (y antes de atreverse con un catálogo que el director del
Aula de Cultura de Cajamurcia en Cartagena, Julio Mínguez, calificó de «magnífico»),
en el zaguán de entrada el visitante se encontrará con un cañón de navío
español de los que descargaron fuego en alta mar.
Todo gira en torno a la figura del oficial Antonio de Escaño García de Cáceres,
Jefe de Estado Mayor de la Armada Española (bajo las órdenes del teniente
general Federico de Gravina y Nápoli) y, ya en el reinado de Fernando VII,
miembro del primer Consejo de la Regencia durante la invasión francesa.
Ayer mismo, frente a la placa que recuerda la casa donde nació en la calle
Medieras, un grupo de turistas recordaba las miserias que sobrevinieron a la
fracasada empresa contra la pérfida Albión.
Además del insigne marino, la muestra permitirá descubrir que, en 1805,
Cartagena aportó el poderío de su secular empaque naval. Según José
Moreno, la ciudad portuaria fue «cabecera de la Armada desde los inicios
del siglo XVI y pieza clave en la estrategia de las guerras del siglo XVIII
contra Inglaterra y Francia».
Repertorio local
En suma, la exposición pretende, en opinión de Pérez Reverte,
recoger cómo «Trafalgar fue una batalla cartagenera». Porque la ciudad
contribuyó a ella no sólo con, al menos, uno de los barcos empleados en la
batalla y algunas innovaciones en materia de armamento, sino que de ella
salieron marineros «nacidos en la calle del Aire o en Puerta de Murcia o
vascos que vinieron a Cartagena», como destacó el escritor tirando de
repertorio local.
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29/09/2005
Subastan histórico reloj del almirante Nelson
El llamado "Reloj de la Victoria", que
era portado por el marino antes de morir en la batalla de Trafalgar,
se expuso en la casa de subastas Sotheby's de Londres.
EFE
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Reino Unido.- El llamado “Reloj de la Victoria”, que el
almirante Nelson llevaba en su bolsillo antes de morir en la batalla de
Trafalgar (1805) a bordo del navío HMS Victory de la Marina británica, se
expuso hoy, jueves 29 de septiembre, en la casa de subastas Sotheby’s de
Londres.
El objeto, uno de los pocos efectos personales que se
conservan del célebre marino responsable de la sonada derrota de la Armada
española, forma parte de una subasta con la batalla de Trafalgar por temática
que se celebra coincidiendo con el bicentenario de ese enfrentamiento. Este
reloj saldrá a la venta el miércoles, 5 de octubre, y se estima que pagarán
por él entre 293.000 y 440.000 euros.
Reloj del
almirante Nelson fue subastado en más de 370 millones de pesos
Miércoles 5 de Octubre de 2005
16:09
EFE
LONDRES.- El
reloj de oro que el almirante Nelson llevaba cuando murió en la batalla de
Trafalgar, en 1805, fue subastado en la casa Sotheby's de Londres por 600.000
euros (379.200.000 pesos), convirtiéndose en la reliquia más cara del héroe
naval del Reino Unido.
La pieza, fabricada en 1787 por el relojero real Joseph Emery, fue el objeto más
codiciado de la espectacular subasta, en la que se vendieron otros recuerdos del
almirante con una recaudación total de casi siete millones de euros.
Un retrato de Horacio Nelson en uniforme pintado por Lemuel Francis Abbott se
subastó por unos 449.000 euros, casi el doble del precio estimado, mientras que
un pedazo de la bandera británica que ondeaba en el buque Victoria y que,
posteriormente, cubrió el ataúd del héroe se adjudicó por 180.000 euros.
La subasta, que atrajo a unos 500 compradores de todo el mundo, incluyó 58
objetos de la colección Matcham, que perteneció a Kitty Matcham, la hermana
favorita del almirante.
Entre los objetos que se pusieron a la venta había muebles, piezas de plata e
incluso la cuna en la que al parecer durmió Horacia, su hija ilegítima, que se
adjudicó por 52.200 euros.
Diario de Cádiz 10/10/2005
'En los días de Trafalgar' se presenta reeditada en Diputación
Cádiz. En el año 1955 Diputación de Cádiz publicó En los días de
Trafalgar, una obra ineludible para entender el contexto de la batalla que se
desarrolló en nuestras costas. Con la celebración actual del Bicentenario del
legendario combate la obra, escrita por el gaditano Augusto Conte Lacave, vuelve
hoy a ver la luz también de la mano del Servicio de Publicaciones de la entidad
provincial.
A partir de las ocho de la tarde en el Palacio Provincial, las páginas de la
novela de Lacave serán de nuevo presentadas en esta ocasión por la diputada de
Cultura Irene García, el profesor Alberto Ramos Santana y Javier Conte Domecq.
El gaditano Augusto Conte Lacave nació en el año 1900 y a lo largo de sus 71 años
de vida mostró una gran pasión por la historia de su ciudad. Así, entre sus
numerosos trabajos en torno a los siglos XVIII y XIX destaca la obra que hoy se
presenta en Diputación.
La nueva edición presenta un estudio introductorio del catedrático de Historia
Contemporánea de la Universidad de Cádiz, Ramos Santana, además de venir a
cubrir una laguna editorial de una obra bien informada pero mal difundida y poco
conocida fuera del entorno gaditano.
Una parada naval recordará
en El Abra la batalla de Trafalgar
El 21 de octubre, al mediodía, se lanzarán cohetes desde los barcos y se
arrojarán flores al mar como tributo a los marinos fallecidos
JULIÁN MÉNDEZ/BILBAO EL CORREO DIGITAL 11/10/2005
EL HOMENAJE
El 21 de octubre al mediodía se realizará una concentración de embarcaciones
en El Abra interior de la Ría de Bilbao. Desde el buque 'Saltillo' de la
Escuela de Náutica, organizadora del acto junto a diversas asociaciones de
navegantes deportivos, se lanzarán cohetes en recuerdo a los marinos del mundo
desaparecidos. También se arrojarán ramos de flores al mar.
Barcos pesqueros, buques mercantes, yates deportivos, veleros y embarcaciones
profesionales participarán el próximo 21 de octubre en la parada naval que
conmemorará, en El Abra interior de la Ría de Bilbao, el 200 aniversario de la
batalla de Trafalgar, que enfrentó en aguas de Cádiz a la flota combinada
hispano-francesa y a la Armada británica y en la que perecieron centenares de
marineros.
El encuentro está previsto para las 12 de la mañana y coincidirá con los
homenajes que se van a rendir en recuerdo de los marinos en Mutriku, localidad
natal del brigadier Cosme Damián Churruca, donde, a mediodía, repicarán las
campanas de las iglesias, San Sebastián (el Museo Naval tributará un homenaje
a las víctimas del combate), Madrid, Cádiz, Cartagena y Cabra. No deja de ser
curioso que de esta localidad cordobesa procedieran nada menos que tres de los
almirantes españoles que participaron en Trafalgar. Cartagena aportó otros
tantos almirantes a la combinada, aunque uno de ellos fuera natural de
Cartagena... de Indias.
Desde el buque 'Saltillo' de la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas
Navales, se lanzarán cohetes de forma sincronizada con el tañido de campanas.
Los navíos participantes en el encuentro se sumarán al homenaje con el disparo
de ingenios pirotécnicos y con señales acústicas. Está previsto que se rece
un responso por las víctimas del combate y que se lancen ramos de flores al
agua. El acto, apunta Fernando Cayuela, director de la Escuela Náutica,
pretende ser «un homenaje a todos los marinos del mundo fallecidos en
contiendas navales».
Trafalgar supuso el fin de una época en la que España había defendido con una
poderosa Armada sus colonias en el mundo. El combate -que fue seguido de un
temporal que acabó por dar la puntilla a numerosos navíos de la combinada-
representó también el fin de una generación de marinos ilustrados y científicos
que perdieron la vida a bordo de sus navíos de línea. Ignacio de Álava, José
de Gardoqui, Francisco de Moyúa e Ignacio de Gomendio fueron algunos de los
oficiales vascos en Trafalgar.
bicentenario. la crónica de tamara garcía
Brindis
por la memoria de Trafalgar
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josé
braza |
ilustres
en la materia. El almirante José Ignacio González-Aller,
el moderador Óscar Lobato, y el escritor Arturo Pérez-Reverte,
en un momento de la mesa redonda. |
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cádiz.
Tres sillones celestes como la mar –¡qué curioso!– una botella de
buen vino, y dos eminencias "una histórica y otra literaria",
como presentaba el moderador, se adentraban en el fragor de la batalla de
Trafalgar desde el Palacio de Congresos de Cádiz la tarde de ayer. El
almirante José Ignacio González-Aller Hierro y el escritor y académico
Arturo Pérez-Reverte protagonizaron una amistosa contienda, capitaneada
por el periodista Óscar Lobato, bajo el título Diálogo en torno a
Trafalgar.
Las condiciones meteorológicas fueron clementes. Así,
los buenos bucaneros de la ciudad de Cádiz pudieron hacer cola
frente a la construcción congresual una hora antes de que comenzara la
mesa redonda, organizada por el Ateneo gaditano, como broche de oro a su
ciclo de conferencias en conmemoración del Bicentenario de la batalla de
Trafalgar.
El aforo de mil personas se quedó corto ante tanta
expectación. Y no fue para menos. Ilustres como Nelson, Gravina,
Churruca; una mañana triste del 21 de octubre de 1805; unos marinos
improvisados que nunca antes vieron el mar; el coraje, la impotencia, los
aciertos y los errores de una escuadra combinada; y los navíos: Santa
Ana, Trinidad, Príncipe de Asturias... todos ellos cobraron vida,
desfilaron, se deslizaron, navegaron uno tras otro a través de las
palabras de los ponentes, del verbo magnético de Pérez-Reverte y del
discurso apasionado del almirante González-Aller.
"En Cádiz los navíos se prepararon a trancas
y barrancas debido a las guerras que anteriormente azotaron España y por
un país y una Armada exhaustos económica y moralmente", explicó el
almirante e historiador sobre todo lo que supuso la formación de la
escuadra franco-española. "España tenía los mejores navíos, los
mejores oficiales del mundo, curtidos, forjados en mil batallas, pero no
había buenos tripulantes sino que eran enrolados a la fuerza o llegaban
desde los presidios", apuntó Pérez-Reverte. "Los ingleses seguían
otro sistema, el de la productividad", apuntó. "Pero se te
olvida un asunto Arturo, la epidemia de fiebre amarilla que dejó en España
10.000 muertos, de ellos 7.000 hombres, en tiempos de la batalla",
González-Aller apuntaba al literato, antecediendo lo que sería la tónica
general de la mesa redonda, rebosante de cordialidad y buenas maneras.
Poco se enfrentaron los dos pesos pesados de
Trafalgar que fueron desgranando el acontecimiento bélico de manera a
veces técnica pero traducida hábilmente por Lobato. "A las 15.45
del 20 de octubre se dio la orden de virar la formación en cinco columnas
y arrumbar hacia el Estrecho pero se dieron cuenta que los británicos les
pisaban los talones", relataba el historiador para situar los
momentos justamente anteriores al choque.
"¿Qué hubiera pasado si esos navíos hubieran
navegado rumbo al Sur?", el escritor bombardeaba preguntas a
su compañero de mesa . "Pues si hubiera sido con suficiente
agresividad pudieron haber doblado al enemigo y salvar algo",
contestaba el interlocutor.
"La mayor desgracia fue tener enfrente a
Nelson", guaseó, no sin gran dosis de certeza, el almirante sobre
los errores cometidos en la batalla. Horatio Nelson –"odiado como
enemigo" pero "admirado como marino" durante la charla–
fue analizado de forma amplia. Ocurrió lo mismo con los enfrentamientos
entre el Santa Ana y el Royal Sovereign –relatado magníficamente por el
marino– y la lucha entre el Victory y el Príncipe de Asturias, la pelea
"favorita" del autor de Cabo
Trafalgar.
La actuación "dudosa", según Pérez-Reverte,
"explicable", en opinión del almirante, de Valdés ante las órdenes
de Dumanoir, los "errores" de dicho mando francés, la posición
enfrentada de ambos ponentes sobre la figura del brigadier Macdonell, y la
narración de las batallas de vanguardia y retaguardia, enrolaron
al respetable en la memoria de una contienda que, como coincidieron
finalmente los conferenciantes, "pudo haberla evitado Federico
Gravina".
Una vez ensalzadas las figuras de Churruca y Escaño,
recordado el destierro de Mazarredo, y rememorada la situación de
solidaridad tras la batalla, Pérez-Reverte destacó cuatro puntos clave
de este episodio histórico: "Me conmueve aquella gente embarcada sin
saber de nada, el apoyo mutuo entre Francia y España, con excepciones, el
comportamiento ejemplar de la gente de la costa y la lista de apellidos de
los caídos: vascos, gallegos, levantinos, andaluces... estaba esa España
que dicen que no existe". Y se alzaron tres copas.
Diario de Cádiz
15/10/2005
El enigma del marinero español del
Victory de Nelson en Trafalgar
JUAN CAMPOS CALVO SOTELO
Antonio de Traba, también conocido como el Campón o el Valiente de
Finisterre, fue un marinero gallego convertido en leyenda por su encuentro
con el escritor y vendedor de biblias inglés George Borrow. Borrow
(1803-1881) vino a España en 1835 durante la primera guerra carlista como
agente de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera de Londres con el
fin de divulgar los textos sagrados sin notas y el credo protestante. El
resultado de sus vivencias españolas se quedó plasmado en un libro
fascinante y de obligada lectura a quien quiera conocer la España del
XIX: La Biblia en España; o los viajes, aventuras y encarcelamientos de
un inglés, en un intento de circular las Escrituras en la Península. El
texto es una mezcla de libro de viajes, autobiografía, ficción novelística
y panfleto religioso.
En las páginas dedicadas a su visita en septiembre de 1837 a Finisterre,
Borrow nos cuenta que llegó al cabo del fin del mundo acompañado de su
extravagante guía Sebastianillo y fue confundido por los vecinos,
cristinos liberales en su mayoría, con el mismísimo pretendiente don
Carlos en labores, según ellos, de espionaje. Los indignados vecinos,
encabezados por su alcalde, se negaron a creer en Borrow fuera inglés y
anunciaron su intención de fusilarlo. En ese momento se interpuso la
gigantesca figura de Antonio da Traba, justicia o alguacil de Finisterre,
quien escopeta en ristre impidió el linchamiento. El barbudo marinero
interrogó a Borrow sobre el significado de las palabras knife (cuchillo)
y fork (tenedor) y se mostró satisfecho con la respuesta, declarándolo
un inglés auténtico. Traba dijo conocer y apreciar a los ingleses, por
haber comido su galleta a bordo de sus barcos, y explicó a sus paisanos
que eran gentes tan ricas que por puro aburrimiento se dedicaban a viajar
por el mundo. Pero a su criado Sebastianillo lo despreció, por ser de
Padrón y tener viejas rencillas con los padroneses.
A continuación, el Valiente de Finisterre se hizo cargo de Borrow y
Sebastianillo los escoltó hasta la villa de Corcubión alejada unos doce
kilómetros de Finisterre. Durante el trayecto, interrumpido con altos
frecuentes en las tabernas, el viejo marinero -en realidad no era tan
viejo como Borrow lo supuso, pues contaba con cuarenta y seis años- le
contó a Borrow que en su juventud había sido hecho prisionero por los
ingleses durante nueve meses y había sido amigo del Almirante Nelson cuya
muerte de un disparo había presenciado en Trafalgar. Incluso comparó el
parecido de rasgos y voz de Borrow con Nelson.
Es sorprendente que Borrow, con su excelente instinto de narrador para
describir personajes e incidentes interesantes, no se molestase en
interrogar más a fondo a Traba sobre sus andanzas junto a Nelson. Borrow
era un patriota ferviente y dedicó un párrafo exaltado a la victoria de
Trafalgar en su libro y es una lástima que no incluyese un relato
detallado del combate visto con los ojos de un grumete español cautivo a
bordo del Victory.
¿Qué hay de cierto en este relato y existe alguna evidencia
independiente de que el Valiente de Finisterre existiese y estuviese a
bordo del Victory en el momento de la muerte del más célebre almirante
de la Historia?
Se sabe que Borrow mezclaba realidad y ficción en este y otros libros
suyos. Sin embargo, investigadores recientes como Sir Angus Fraser y mi
amigo holandés Peter Missler con alguna contribución de este autor, han
demostrado que algunos de los episodios a priori más novelescos de La
Biblia en España se basan en hechos reales. Por lo tanto hay que conceder
a Borrow la credibilidad inicial sobre este episodio. Y esto lo confirmó
ya en 1935 el escritor gallego Alvaro de las Casas, quien visitó
Finisterre y conoció a una nieta de Antonio da Traba, apodada la Campona
como su abuelo, por El Campo, la zona del pueblo en la que vivían. De las
Casas también desempolvó las partidas de nacimiento y defunción del
Valiente. Había nacido el 18 de agosto de 1791 y contaba por tanto 14 años
en la batalla de Trafalgar. Puede parecer una edad muy corta pero muchos
marinos de la época se enrolaban apenas salidos de la infancia, como el
propio Nelson, huérfano de madre y embarcado con un tío suyo a los doce
años. A los catorce años Traba ya hubiese sido un mocetón fornido,
ducho en la artes de la mar y muy apto para transportar la pólvora, tarea
encomendada a los grumetes, a los artilleros del Victory durante el fragor
del combate. Tenía la misma edad que el personaje de Gabriel del
"Trafalgar" de Benito Pérez-Galdós.
Antonio da Traba murió en 1861. Su nieta le contó a Alvaro de las Casas
varias anécdotas que realzaban la fuerza brutal y el arrojo de su abuelo.
De joven mató a garrotazos un caballo que se comía las verduras del
huerto de su padre. Unos años después de Trafalgar las tropas napoleónicas
incendiaron Corcubión y el Valiente de Finisterre, regresado a su pueblo,
organizó una partida para combatirlos a las órdenes del cura Pizpieiro
en Puente Olveira y dio muerte a tres franceses. Sorprendió a unos
oficiales galos jugando a las cartas en la casa rectoral e irrumpió en la
estancia para atacarlos. Estos lo rechazaron inicialmente escaleras abajo,
pero el Campón cubierto de sangre volvió a entrar y se dirigió a uno
que se había refugiado bajo la lareira, gritándole: "¡Deféndete
borrachón, que che arrinco a cabesa!". Traba estranguló al francés
con sus propias manos y le robó el caballo, lo que hizo que a su paso por
Corcubion, de vuelta a Finisterre, se le confundiese con un oficial
invasor y a punto estuvo de perder la vida. El valiente se ganó su mote
con estos actos y conservó el caballo, pero, según su nieta, un
representante francés exigió su devolución años después y el
Valiente, antes que devolverlos, prefirió matar al caballo.
Ya anciano, en la década de los cincuenta, durante la construcción del
actual faro de Finisterre estalló una reyerta entre los canteros
forasteros y los locales. El Campón, medio paralizado ya por la artritis
le dijo a su yerno que le fuese tirando al suelo a los forasteros, que él
se encargaría de abrirles la sesera.
Todos los hechos que Borrow pone en boca del Valiente sobre Trafalgar
rebosan autenticidad: así la referencia a la galleta, el alimento básico
de la marinería en los barcos de la época, el conocimiento de las
palabras fork y knife, los dos utensilios básicos de un tripulante, la
referencia a que Nelson había muerto de un disparo, como así fue, pues
no fue un cañonazo, sino un disparo de un francotirador francés desde
los mástiles del Redoutable, el que segó la vida del almirante inglés.
Incluso el parecido que establece Traba entre Nelson y Borrow tiene visos
de realidad. Es verdad que Borrow era muy alto, más de uno noventa, y
Nelson más bien bajo, pero ambos tenían ya en la época en que los
conoció Traba el pelo gris o blanco y su acento inglés sería muy
similar por ser oriundos del condado de Norfolk. El rostro de Borrow era,
en contraste con su pelo, muy moreno, lo que ha llevado a especular sobre
el origen gitano de su madre, y el de Nelson estaría bronceado por los años
de continuo navegar (estuvo dos años en el Mediterráneo sin pisar
tierra, siempre a bordo del Victory).
Lo cierto es sin embargo que el rol del Victory en las fechas de Trafalgar
no contiene el nombre de ningún Antonio de Traba, ni Campón, ni ningún
nombre español, aunque sí figuran los de muchos marineros de
nacionalidades no británicas. Tampoco aparece como tripulante de ningún
otro barco inglés presente en la batalla de Trafalgar. Estas listas eran
muy completas y se revisaban con frecuencia para calcular las raciones y
provisiones. Es posible que el paso de Traba por el Victory fuese tan
fugaz que no aparezca en ninguna de ellas o que se omitiese su nombre por
motivos desconocidos. Pero un documento reciente, desenterrado por Alberto
Fortes, refuerza la plausibilidad de la historia que nos legó Borrow.
Tres años después de Trafalgar una protesta de mar, el documento
notarial en el que los capitanes describían las averías e incidentes de
sus viajes, firmada en Marín, Ría de Pontevedra, cuenta como un Antonio
da Traba, tripulante de un velero que venía de Oporto o las Rías B!
ajas gallegas, se vio acosado y perseguido por tres buques de guerra
ingleses a la altura de la isla de Ons, en la boca de la Ría de
Pontevedra. Traba y sus compañeros se refugiaron en la playa de Bueu,
donde la población local evitó que los ingleses los enrolaran por la
fuerza y ya de noche se hicieron a la mar hasta ponerse a salvo en Marín.
Esta protesta está fechada el 11 de marzo de 1808 y demuestra que no son
fantasías las acciones de leva de los ingleses para reclutar incluso
marinero extranjeros.
*Autor de "Náufragos de Antaño" Ed. Juventud- Barcelona 2002
Una
placa rinde tributo a todas las víctimas de Trafalgar
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aragón
pina |
señalización.
Una de las informaciones colocadas junto a
Trafalgar. |
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Diario de Cádiz 16/10/2005
JOSÉ MARÍA RUIZ
barbate.
Una placa en bronce sobre un monolito y conteniendo un párrafo del
texto de Benito Pérez Galdós recogido en los Episodios
Nacionales recuerdan desde ayer en la rotonda de entrada al faro
de Trafalgar a las víctimas que dejó este enfrentamiento naval
sucedido hace ahora 200 años.
El propio presidente de la Diputación de Cádiz
Francisco González Cabaña quiso dar lectura a dicho texto que
quiso dedicárselo a las personas que con sus vidas han contribuido
a crear la historia y la realidad actual.
Con una piedra de roca caliza en forma de
monolito en el centro de una rotonda que hasta hace unos días era sólo
un montón de arena y plantas silvestres se ha levantado un
monumento que quiere rendir homenaje a las personas que dieron sus
vidas por defender a su país. Justo al lado un panel informativo
recoge en tres idiomas una información para el visitante, que le
informa que "En recuerdo de las víctimas de la batalla y al
pueblo de Cádiz que sin distinción de bandos ni naciones acogió a
los heridos bajo el pabellón universal de la solidaridad.
(Trafalgar 1805-2005). Cádiz, octubre de 2005".
Antes de que se descubriera esta placa, en una
venta cercana al tómbolo de Trafalgar se presentó la ruta cultural
que tendrá 195 kilómetros de recorrido por el borde litoral de los
municipios de Conil, Vejer y Barbate y pretenden dar a conocer por
medio de un corredor verde esta zona y su potencial patrimonial,
cultural e histórico según explicó el diputado Hermenegildo González
como responsable de esta iniciativa.
En el convenio de la Ruta Cultural de
Trafalgar participan la Consejería de Turismo y Deportes de la
Junta de Andalucía que aporta 57.000 euros, misma cantidad que
aportan los municipios de Conil, Vejer y Barbate a través de la
Mancomunidad de Municipios de la Janda y que se sumarán a los
342.000 euros que aportará el Instituto de Empleo y Desarrollo
Tecnológico (IEDT) de la Diputación de Cádiz.
De momento sólo se ha puesto en marcha una
primera fase o ruta piloto que va desde Conil al Faro de Trafalgar,
que cuenta con señalizaciones de activos turísticos y naturales y
que se unirán a otros sistemas interactivos de información turística,
según explicó el responsable institucional, que no fue capaz de
dar una fecha para la culminación de esta iniciativa, que incluye
además una reproducción digital de la batalla, una representación
teatral, conciertos de música de época, la edición de un cómic
infantil, un álbum fotográfico y la puesta en valor de una red de
rutas verdes que irán acompañadas de promoción y publicidad de
todas las iniciativas.
Esa red de rutas verdes estará compuesta por
17 itinerarios distintos en las que no se podrá circular en vehículos
provistos de motor. Cinco de esas rutas son costeras y las doce
restantes comunican con el interior de los municipios.
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AULA
DE CULTURA E HISTORIA MILITAR COMANDANTE VILLAMARTIN |
VIII
JORNADAS DE HISTORIA MILITAR |
EL
COMBATE DE TRAFALGAR. Aspectos navales y literarios. |
Presentación
a cargo de D. José Cabezos
Navarro, Concejal de Cultura y Patrimonio del Excmo.
Ayuntamiento de Cartagena del libro-biografía “Antonio de
Escaño y García de Cáceres (1752-1814)”, de Juan Antonio Gómez
Vizcaíno.
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Conferencia:
El combate de Trafalgar, por martes el capitán de navío D.
Mariano Juan y Ferragut, director de la Revista General
de Marina.
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Conferencia:
Trafalgar en la literatura, por D. José Luis Martínez Valero,
Catedrático de Instituto.
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Conferencia:
Trafalgar. Génesis de la
campaña naval de 1805, por el capitán
de navío D. Hermenegildo Franco Castañón.
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La
Presentación del libro-biografía “Antonio de Escaño García
de Cáceres (1752-1814)” tendrá lugar en la Sala de Prensa
del Excmo. Ayuntamiento de Cartagena y las conferencias en el
Aula de Cultura Ramos Carratalá de la Caja de
Ahorros del Mediterráneo en la calle Mayor.
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Santa
Catalina recrea con maquetas la batalla de 1805
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El castillo
se convierte hasta final de mes en un "centro de
interpretación" de la contienda con una veintena de
reproducciones de los navíos
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jesús
marín |
barcos
de época. Las maquetas de una veintena de
barcos son el punto fuerte de esta exposición. |
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Diario de Cádiz 17/10/2005
CARMEN ÁLVAREZ
cádiz.
A cuatro días para que se cumplan los 200 años de la batalla de
Trafalgar, el castillo de Santa Catalina se convierte en un parque
temático sobre la contienda que enfrentó a las flotas francoespañola
e inglesa. A la muestra Cádiz, ciudad de Trafalgar,
compuesta por más de 80 planos sobre la ciudad del siglo XVIII, se
une ahora una nueva formada por maquetas de los barcos que lucharon
en 1805, una iniciativa llevada a cabo por el colectivo Cádiz 200 y
el Ateneo gaditano con el respaldo del Ayuntamiento.
"El objetivo es crear un centro de
interpretación de la batalla, así como un lugar interactivo para
que la gente se divierta con la historia", explica Julio Terrón,
de Cádiz 200. Para ello, además de las maquetas de una veintena de
los navíos que participaron en el enfrentamiento, colocarán también
pósters explicativos (entre ellos, un monográfico sobre el barco
del almirante Nelson), cuadros sobre la lucha, una reproducción de
la línea de la batalla con maquetas de cartón y realizarán
proyecciones de realidad virtual. Asimismo, en la iglesia del
castillo se exhibirá cada media hora la película Trafalgar,
gloria y honor, realizada por la Diputación de Cádiz.
José Ángel González, técnico del
Ayuntamiento, destaca "el gran valor" de las maquetas, que
han sido cedidas por la Asociación de Modelistas de Albacete, la de
Navarra y el Museo Naval y que son el punto fuerte de la muestra.
Entre ellas sobresale la reproducción del Victory, el navío
de Nelson, que recibió el Premio Nacional del Museo Naval; pero
todas están cuidadas al detalle y han sido realizadas con
"rigor histórico". Los mástiles, las velas y los hilos
que las levantan, los huecos de los cañones, los mascarones de proa
o las cubiertas de los navíos están hechas a pulso y en el Victory
incluso aparecen representados algunos de los combatientes en
posiciones de batalla.
"Las maquetas estarán colocadas como lo
estaban los navíos al comienzo del enfrentamiento, de manera que la
gente se haga una idea general de cómo eran. Para completarlo y ver
el desarrollo de la lucha están los demás paneles y
proyecciones", aclara Antonio Sánchez, responsable de estas
obras de artesanía.
Durante toda la semana la exposición se
complementará con diferentes actividades. Así, está previsto que
el miércoles y el jueves el grupo de teatro Animarte realice
recreaciones de la batalla en el castillo de Santa Catalina. El
mismo día del bicentenario, el viernes 21, colocarán 60 velas en
el patio siguiendo las líneas de la contienda, recitarán la oración
de noche de la Marina y se leerá el capítulo de Benito Pérez Galdós
que se refiere a Trafalgar.
Viendo el empuje y la ilusión de los
organizadores quien sabe si hasta este día habrán sido capaces de
organizar alguna actividad más, pues hay que destacar que la
exposición ha sido puesta en marcha en un tiempo récord. La idea
surgió en Albacete, cuando José Romero, de la Asociación de
Modelistas de esta ciudad, ofreció, con motivo del bicentenario,
las reproducciones de algunos de los barcos que se enfrentaron en
1805. Desde entonces, hace algo menos de un mes, han estado
trabajando para hacer realidad esta exposición.
Aunque hoy se inaugura la muestra, siguen
pidiendo colaboración por parte de toda la ciudad. "Si alguien
tiene barcos, gorras, rifles, casacas, cuadros o grabados sobre la
batalla, puede traerlos aquí para ampliar la muestra", demanda
José Ángel González, "y también se aceptan voluntarios que
quieran colaborar". Al fin y al cabo, como dice Terrón,
"la cultura debe ser un divertimento y una fuente de riqueza
para Cádiz. Ésta es la prueba para 2012".
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ABC 18/10/2005
Trafalgar en Móstoles
Por DAVID ORTEGA
El viernes 21 de octubre del presente año celebramos el bicentenario de
la Batalla de Trafalgar. Al margen de la consabida trascendencia que esta
batalla naval tuvo en muy diferentes terrenos, entiendo que, a la larga,
el principal interés consiste en la recuperación, entre todos, de
nuestra memoria histórica. Es este objetivo didáctico el que ha guiado a
la Universidad Rey Juan Carlos y al Ayuntamiento de Móstoles a inaugurar
en esa fecha tan señalada en el edificio de Rectorado de la Universidad
(12:00 h.) una magnífica exposición.
El público, especialmente el más joven, va a tener la oportunidad única
de disfrutar de cuatro maquetas de un tamaño considerable (escala 1:35 y
1:50) y de una precisión en la reproducción verdaderamente excepcional
de diversos barcos de la escuadra española e inglesa, basadas en planos
cedidos por los museos navales de ambos países y más de 15.000 horas de
trabajo. Además, contarán con un video explicativo de cómo se desarrolló
la contienda, con diversos paneles en los que se reflejan la situación
política, económica y social de la época, los distintos protagonistas,
las causas y consecuencias de tan decisiva batalla y, por último, varias
conferencias profundizarán en los aspectos más esenciales de este
relevante acontecimiento histórico.
En importante medida, esta exposición es el pistoletazo de salida de una
serie de conmemoraciones que culminarán con el Bicentenario del Parte del
Alcalde de Móstoles declarando la guerra a Napoleón en el año 2008. De
ahí el protagonismo de esta gran ciudad en los eventos culturales
francoespañoles de principios del siglo XIX.
Pero como todo trabajo destacado, y esta Exposición sobre Trafalgar lo
es, precisa de la colaboración generosa de muchos estamentos. Junto con
la Universidad Rey Juan Carlos y el Ayuntamiento de Móstoles, ha sido
decisiva la entrega profesional y apasionada de la Asociación histórico-cultural
2 de mayo, la contribución del Museo Naval y el buenhacer de Localia en
materia audiovisual. Todo ello bajo la coordinación del comisario de la
misma, el Catedrático de Historia Contemporánea, Luis Palacios.
Concluyo, puede sorprender a alguien el que se conmemoren las derrotas,
sin embargo, suscribimos las sensatas palabras que un eminente historiador
como Bertrand Russell, escribió en su Principios de Reconstrucción
Social para superar la educación nacionalista que había sido el caldo de
cultivo de la Gran Guerra: «En cada país la historia es enseñada para
magnificarle: los niños aprenden a creer que su propio país ha tenido
siempre razón y casi siempre ha sido victorioso, que ha producido casi
todos los grandes hombres, y que en todos los aspectos es superior a los
demás».
Diario de Cádiz 18/10/2005
Trafalgar en la prensa gaditana del momento
Antonio Alcalá Galiano, el conocido político gaditano del siglo XIX, dejó
escrito, entre otras obras, unos interesantes Recuerdos de un anciano,
donde nos cuenta buena parte de su niñez y juventud. En esas páginas
recuerda el combate de Trafalgar donde perdió la vida su padre, el
brigadier Dionisio Alcalá Galiano, y nos presenta un Cádiz compungido y
lleno de desolación ante la pérdida de familiares y allegados y el
constante trasiego de muertos y heridos, tanto españoles y franceses como
ingleses. Así, escribe que la población de Cádiz, "llena de lástima
y de gratitud se esmeraba en dar asistencia a los heridos del
combate". En parecidos términos se expresaría Benito Pérez Galdós
en su obra Trafalgar, que, aunque no deja de ser una novela histórica,
tiene un gran trasfondo verídico y en la que nos narra con especial
dramatismo las dolorosas escenas que se vivieron en Cádiz, haciendo mención
al reconocimiento por parte del almirante inglés Collingwood de la
generosidad de los gaditanos.
Pues bien, todo ello contrasta grandemente con la parca información que
nos encontramos en la prensa gaditana del momento en torno al combate de
Trafalgar, así como la sucesión de notas sueltas sobre el estado de
algunos buques y del intercambio de heridos y prisioneros, sin que a
ciencia cierta podamos saber realmente quién ganó aquella batalla. Cabe
pensar, pues, en vista de lo evidente, que esta información, tan pobre
como ambigua, se deba a la estricta censura que entonces había en España,
siendo su referente más inmediato el decreto de 11 de abril y la cédula
de 3 de mayo de 1805, donde, con el pretexto de evitar perjuicio a la
religión, a las buenas costumbres y a la tranquilidad pública, se
trataba de impedir la difusión de "los impresos que tantos males de
ocasionan".
Si consultamos el periódico más solvente de los que entonces había en
la ciudad, como era El diario mercantil, nos encontramos con que unos días
antes de la batalla aparecen ciertas noticias sobre los sucesivos
movimientos de buques ingleses en torno a Gibraltar, así como el curioso
interrogatorio que el 16 de octubre las autoridades algecireñas le
hicieron a seis marineros ingleses desertores, según ellos, por la fuerte
disciplina y duros castigos que imperaban en la marina británica. Uno de
estos marineros, John Marech, joven de veintiún años, contó que la
escuadra inglesa constaba de 23 ó 24 navíos (sic) y que recientemente se
había incorporado a ella el almirante Nelson. También, que había 4 ó 5
barcos en aguas de Tánger, haciendo gran acopio de agua y de víveres, si
bien, expresó que gran parte de los efectivos que había en Gibraltar tenía
orden de ir hacia Sicilia, lo cual nos hace pensar o que estos desertores
no estaban bien informados o que eran agentes portadores de noticias
falsas y engañosas con la idea de confundir a los españoles.
Lo cierto es que el Diario Mercantil del 27 de octubre nos dice que por
noticias recibidas de Vejer, había habido un gran combate a la altura del
cabo Espartel, que había durado desde las 10 de la mañana hasta las
cinco de la tarde del día 21, aunque no se sabía bien el resultado del
mismo, debido fundamentalmente a la fuerte niebla (tarós en el original)
reinante. Días después, aparece una casi triunfante noticia, con
alusiones a un sangriento combate entre la escuadra combinada y la
inglesa, "de cuyas resultas Lord Nelson y otros dos jefes de la
escuadra enemiga murieron en la acción". Desde principios de
noviembre se presta más atención a los heridos y prisioneros, así como
al considerable número de barcos maltrechos que habían ido entrando en
Gibraltar, aunque sólo se especificaba la nacionalidad de los mismos
cuando eran ingleses. Con todo, se señala que había presos tres navíos
españoles, aunque poco más... Nada sobre el cúmulo de desgracias y
contratiempos que se vivieron en Cádiz, así como en la flota española,
sin olvidar a la francesa.
Cádiz acoge desde mañana
los actos del bicentenario de la Batalla de Trafalgar con la presencia de
José Bono
La conmemoración del bicentenario
de la Batalla de Trafalgar afronta desde mañana y hasta el próximo sábado
sus actos más significativos con la presencia del ministro de Defensa,
José Bono, y el presidente de la Junta, Manuel Chaves, entre otros, según
informaron a Europa Press fuentes del Gobierno andaluz, la Diputación de
Cádiz, el Ayuntamiento y el Ateneo gaditano, organizadores de los
diferentes eventos.
Tras la inauguración esta tarde de la exposición 'Los
naufragios de Trafalgar' en el Centro de Arqueología Subacuática (CAS)
de la capital gaditana a cargo de la consejera de Cultura, Rosa Torres, el
Ateneo de Cádiz ha organizado para el mediodía de mañana el
descubrimiento de una lápida conmemorativa de la Batalla de Trafalgar en
la Casa del Almirante Gravina.
Esa misma mañana una nutrida representación británica
visita el Ayuntamiento de la capital gaditana, donde el ministro de
Defensa hará lo propio por la tarde, procediendo a firmar el Libro de Oro
del Consistorio.
A las 19.00 horas, el presidente de la Junta inaugurará,
en el patio central del Museo de Cádiz, una exposición sobre la relación
entre la Batalla de Trafalgar y Cádiz que tiene como objetivo ofrecer una
mirada sobre el contexto histórico de la ciudad en el cambio de aquel
siglo, debido al papel fundamental que tuvo durante los siglos XVIII y XIX
en la historia de España.
Posteriormente, a las 20.00 horas, Chaves, Bono y el
presidente provincial, Francisco González Cabaña, asistirán a la
proyección en la Diputación del documental de 20 minutos 'Trafalgar
1805', una recreación virtual de la batalla de la que ahora se cumplen
doscientos años.
Para el próximo viernes, el Ministerio de Defensa ha
organizado una serie de actos conmemorativos que serán presididos por su
titular. Así, por la mañana, Bono asistirá a los homenajes en el panteón
de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz) y en el Parque Genovés de la
capital gaditana. Asimismo, tras un acto cultural en el Aula Magna de la
Facultad de Filosofía y Letras de Cádiz, acudirá al acto de entrega de
coronas al mar de Trafalgar a bordo del portaaviones 'Príncipe de
Asturias'.
Finalmente, el sábado, el salón de plenos del
Ayuntamiento de Cádiz acogerá un acto cívico solemne copresidido por la
alcaldesa gaditana, Teófila Martínez, el presidente provincial y el
Almirante de la Flota, Angel María Tello Valero, donde se dará lectura
de los acuerdos adoptados en 1805 como consecuencia de la batalla, y de
diferentes extractos de textos de la época.
Tras una celebración ecuménica en la Santa Iglesia
Catedral en homenaje a los caídos en la batalla, las aguas del faro de
Trafalgar acogerá una parada náutica, una concentración de barcos
organizada por el Ateneo de Cádiz que realizará una ofrenda floral en
alta mar.
EFE 19/10/2005
El Diario Montañés 19/10/2005
Santander
EL COMBATE NAVAL DE TRAFALGAR LA VERSIÓN FRANCESA /
«La batalla fue ocultada en nuestra historia»
Rémi Monaque abre en el Ateneo unas conferencias que pretenden
unificar las versiones de los participantes
ÁLVARO MACHÍN/SANTANDER
EXPERTO. El francés Monaque abre hoy el ciclo. / ANDRÉS FERNÁNDEZ
LAS CONFERENCIAS
Hoy: C. A. Rémi Monaque (Armada Francesa e historiador).
Jueves: Prof. Michael Duffy (Univ. de Exeter. Historiador).
Viernes: V. A. Ricardo Álvarez Maldonado (Armada Española e
historiador).
* Todas en el Ateneo, a las 20,00 horas.
La historia habla de vencedores y vencidos, de victorias y derrotas, de
genios estrategas y de osados vanidosos Pero los apelativos, las
afirmaciones absolutas, a menudo se disfrazan con valores de patriotismo
mal entendido y con leyendas que tiñen de exaltación o pesimismo los
relatos. Trafalgar es uno de esos episodios. El Ateneo de Santander
pretende ser durante estos días un punto de encuentro para las tres
historias que caben dentro de una sóla. La inglesa, la francesa y la española.
Un paso adelante para que las futuras generaciones de las tres naciones
digan y escuchen lo mismo. Tanto es así que ayer un francés decía que
esta parte de su historia ha sido ocultada en su país y un español
aseguraba que los galos lucharon con valentía. Y eso que ganaron los
ingleses Y todo es verdad.
Rémi Monaque, oficial de la marina e historiador, será el encargado de
abrir fuego -nunca mejor dicho al hablar de una batalla- con la vertiente
francesa. Este hombre de mar y de estrategia con un currículo cargado de
comas explicará que el desenlace de la batalla fue más fruto de la
preparación que de la estrategia (los ingleses eran soldados mucho más
preparados y con más experiencia que españoles y franceses, «que
apuntaban mal y lento»). Que en él tuvieron mucho que ver los cañones
cortos, pequeños y anchos de la tercera banda inglesa que arrasaban las
cubiertas aliadas en una batalla de barcos próximos. Dirá, incluso, que
«los ingleses se sorprendieron de la fuerte resistencia que encontraron»
dadas las circunstancias. Las mismas circunstancias que, a su juicio,
convertían en complicada -aunque acertada en lo táctico- la maniobra que
propuso Gravina y que no llegó a ejecutarse.
Villeneuve
Pero Monaque hace las afirmaciones más llamativas al hablar del nombre
que la historia dejó más 'tocado': el del almirante Pierre Villeneuve,
el gran perdedor. Él era quien encabezaba la flota aliada aquel 21 de
octubre de 1805 frente al cabo de Trafalgar (provincia de Cádiz) y a él
se atribuyen las decisiones que dieron al traste con unas 5.000 vidas. «Fue
culpable y también víctima porque también hubo errores por parte de
Napoleón al conducir el conjunto de la operación», explica el experto.
En su opinión, la táctica de Nelson no resultó tan sorprendente, aunque
sí eficaz. «Villeneuve -dijo- ya conocía esta estrategia, pero no
encontró medios para contrarestarla».
«Era un hombre que tenía dos defectos: El pesimismo, que derivaba
incluso en la melancolía y la depresión, y la pasividad, mezclada con
una especie de fatalismo. Se daba perfectamente cuenta de que no estaba en
su sitio. Pidió, incluso, que le relevaran, pero el Ministro de la
Marina, que era amigo suyo, rechazó la idea», explicó. Ese carácter
explicaría la frase que queda escrita en boca del francés: «Entre la
carnicería que me rodea, ¿no hay una bala destinada a mí?».
Con este panorama Monaque reconoció que en su país esta parte de la
historia se ha ocultado. De Villeneuve nadie hablaba, Nelson murió en la
batalla y los soldados franceses se sacrificaron por su país Eso es lo
que se supo más allá de los Pirineos. «Trafalgar tuvo más
consecuencias sobre el plano psicológico que estratégico», explicaba
Monaque.
«Más aún. Nelson tiene una estatua en una plaza, los almirantes españoles
descansan en lugares reservados a héroes. Pero nadie sabe donde está
enterrado Villeneuve». Cosas de la historia.
Diario de Cádiz 19/10/2005
"El
principal papel de La Isla en Trafalgar lo jugaron los ciudadanos"
La preparación de los navíos en La Isla es uno de los aspectos que
José Ignacio González-Aller resalta en su nuevo libro sobre la contienda
FLORA ORTIZ
san fernando. Casi cuatro años de intenso trabajo y búsqueda exhaustiva
de material ha llevado al historiador y almirante José Ignacio González-Aller
la elaboración de su obra titulada La campaña de Trafalgar (1804-1805).
Corpus Documental.
Miembro de la Armada Española desde 1954, compagina su carrera en la
Marina con la que confiesa que es su pasión, la historia. Autor de
numerosas obras –dedicadas en su mayoría a los siglos XVI y XVIII, además
de la Guerra Civil española–, su último libro versa en torno a un
combate del que se conmemora esta semana su bicentenario; y obra en la que
no faltan los hechos históricos ocurridos por aquel entonces en La Isla.
–¿Es la primera vez que contempla en sus obras los episodios de la
famosa contienda naval?
–A pesar de que he escrito algunas monografías sobre diferentes
aspectos de aquella época, realmente ésta es la primera vez que he
investigado a fondo sobre Trafalgar.
–Primer libro que ya ha sido elogiado por la completa información que
se ofrece de la materia.
–El único mérito que tiene el libro es que sirve de herramienta de
consulta para los futuros investigadores. Porque, realmente, todo está
estudiado pero, sin embargo, no existía un libro que condensase toda la
documentación que existe en España dispersa por diversos archivos.
–Usted ha mencionado en varias ocasiones que el significado que tuvo
este acontecimiento bélico en la historia de nuestro país no ha sido lo
suficientemente valorado. ¿Pretende reivindicar con esta obra su
importancia?
–Clarísimamente. La historiografía española no le ha valorado nunca
la campaña de Trafalgar, que obligó a España a entrar en guerra, dejándola
aislada de sus posesiones americanas. Esa época fue el inicio de la
decadencia española. Nunca se ha dado en España la importancia que tiene
el poder naval y la nación sigue sin dársela.
–En concreto, ¿qué papel jugo San Fernando en esta batalla?
–Lo importante fueron sus personas, pues muchas tomaron parte en el
combate. Significativo fue también el Arsenal de La Carraca donde se
prepararon la mayoría de los buques que participaron en la batalla. Además,
allí se repararon los diez navíos que sobrevivieron al combate. Reparación
que tardó sólo un año, lo cual es muy plausible teniendo en cuenta la
escasez presupuestaria y también materia contra la que luchaba por
entonces La Isla.
–El Panteón de Marinos Ilustres fue otro lugar significativo.
–Así es. Allí están depositados los restos de algunos de los héroes
de la batalla como Gravina o Escaño.
–¿Conocen los isleños esta parte de la historia de la ciudad?
–Sinceramente no lo sé, pero me da la sensación de que no son
conscientes de este legado histórico y cultural que tuvo esta tierra. Ya
no sólo por este combate sino por otros acontecimientos. Por ejemplo, en
la desembocadura del caño principal de La Carraca se detuvo el ataque de
navíos británicos en abril de 1587.
–¿Qué le parece que el Ayuntamiento haya solicitado el hermanamiento
con la localidad inglesa de Portsmouth?
–Me parece muy bien. En este municipio se encuentran los mejores
astilleros ingleses al igual que los de La Carraca, los primeros de la
Armada Española de principios de siglo XVIII.
La
consejera de Cultura inaugura en Cádiz
la exposición “Los naufragios de Trafalgar”
La
consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres,
inaugura este miércoles en Cádiz, en el Centro de Arqueología
Subacúatica (CAS), la exposición “Los naufragios de Trafalgar”
organizada por la Junta y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones
Culturales (SECC), con motivo de la conmemoración del bicentenario
de esta histórica batalla. La muestra presenta los primeros
resultados de la investigación arqueológica realizada por la
Consejería sobre los barcos
hundidos durante el enfrentamiento entre las armadas
hispano-francesa e inglesa en octubre de 1805
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REDACCIÓN.
18-10-2005
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La
consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres,
inaugura este miércoles a las 19 horas en Cádiz, en el Centro de
Arqueología Subacúatica (CAS), situado en el Balneario de La
Palma, la exposición “Los naufragios de Trafalgar” organizada
por la Junta y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC),
con motivo de la conmemoración del bicentenario de esta histórica
batalla. La muestra presenta los primeros resultados de la
investigación arqueológica realizada por la Consejería de Cultura
sobre los barcos hundidos durante el enfrentamiento entre las
armadas hispano-francesa e inglesa en octubre de 1805.
Según
se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, la muestra detalla todos
los entresijos del Proyecto Trafalgar, una exhaustiva investigación
arqueológica que desarrolla el CAS con el objetivo de localizar los
barcos hundidos en la batalla que se libró el 21 de octubre de 1805
frente a las costas gaditanas.
Precisamente, el 19 de octubre, se cumplen exactamente 200 años
desde que Villenueve al frente de la armada francoespañola partiera
desde de la Bahía de Cádiz al encuentro del enemigo inglés.
Nelson, ya con sus naves cerca del Estrecho de Gibraltar, sale al
encuentro de la escuadra combinada, produciéndose el choque de
ambas armadas frente a Cabo Trafalgar.
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Diario Bahía de Cádiz
19/10/2005
Diariovasco 20/10/2005
MUTRIKU / Las campanas de la parroquia y del convento
sonarán durante cinco minutos en recuerdo de la batalla de Trafalgar
Mañana se cumplen 200 años de la muerte de Cosme Damián de Churruca
GORRITIBEREA/
MUTRIKU. DV. Los actos organizados en conmemoración del segundo
bicentenario de la muerte del ilustre marino mutrikuarra Cosme Damián
de Churruca tocan a su fin, y para ello se han organizado una serie de
actos para mañana, viernes, día en el que se cumplen los 200 años del
inicio de la batalla de Trafalgar, que desembocó en toda una tragedia.
Según ha confirmado el propio párroco Ramón Egaña, cuatro de las
cinco campanas con que cuenta la parroquia y las tres del convento de
Santa Catalina sonarán durante cinco minutos, a partir de las 12.08 del
mediodía, hora en la que se inició el cruento combate. No será éste
el único lugar donde suenen las campanas, dado que en el Museo Naval de
Donostia, la Escuela Náutica de Universidad del País Vasco de
Portugalete, así como en la provincia de Cádiz, en el Reino Unido y en
toda la Commonwealth sonarán los tañidos al igual que en Mutriku.
Recuperación de un canto
No terminarán ahí los actos dado que a partir de las 7 de la tarde se
celebrará una misa en memoria de Churruca, presidida por el propio párroco,
al que están invitados todos los feligreses. En el transcurso de la
eucaristía el Coro Easo interpretará la pieza Kanta Zaharrak Cosme
Txurrukari, una canción recuperada por el músico local Zezilio Pagoaga
para los actos del bicentenario del nacimiento de Churruca que se celebró
el año 1961. Tras la misa, a las 8 de la tarde, un total de nueve
artilleros de la Sociedad Antiguoko de San Sebastián, vestidos con ropa
de la época, se colocarán en las escaleras de acceso a la parroquia
desde el que realizarán 21 disparos con fusiles del siglo XVIII en
honor del que fuera brigadier, todo ello acompañado de unos cañonazos
disparados con el cañón que se utiliza en la tamborrada de San Sebastián,
que se colocará junto a la imagen que preside la plaza del nombre del
marino, en dirección Ondarroa.
El sábado, concierto
Si bien los actos protocolarios finalizarán mañana, viernes, al menos
dos se incluirán en los próximos días, así el sábado, a las 8 de la
tarde se celebrará un concierto de piano y violonchelo en la casa de
cultura Zabiel, donde participarán José Okiñena al piano y el rumano
Razvan Suma al chelo.
Por su parte, la exposición que ha despertado una importante expectación
próxima ya a su conclusión, tendrá nuevo horario para así satisfacer
a todos los interesados. Permanecerá abierto de 10.00 a 14.00 y de
16.00 a 20.00 horas, de martes al sábado y los domingos, de 10.00 a
14.00 horas, hasta el próximo domingo, día 30. Hay que recordar a
todas las personas mayores que la casa de cultura cuenta con un
excelente ascensor, hasta la misma puerta de la exposición.
Europa sur 20/10/2005
El CAS hace una inmersión en la historia de los
barcos de la contienda
El Centro de Arqueología
Subacuática expone los resultados del
Proyecto Trafalgar y la
investigación en los restos de dos navíos
AIDA R. AGRASO
Cádiz. Ayer se cumplían doscientos años de la salida de la armada
franco-española de la Bahía de Cádiz al encuentro de la flota
inglesa. Dos siglos después, ya sabiendo los resultados que traería
aquel encuentro, se inauguraba en el Centro de Arqueología Subacuática
la exposición Los naufragios de Trafalgar, donde se exponen los
resultados de la investigación en los pecios que aún descansan en las
profundidades del mar, guardando en su interior los aconteceres de la
batalla.
Para conmemorar la efemérides, el CAS se ha vestido con sus mejores
galas. La imagen de un navío luce en la fachada junto a un Trafalgar en
el que se intercalan las banderas española, inglesa y francesa, las
mismas enseñas que se multiplican sobre el edificio. Dentro, un cañón
de borda Perrier de bronce y, más al fondo, una maqueta en la que se
mostraba la disposición de los barcos en el momento final de la batalla
recibían ayer a los primeros visitantes de la exposición. Por detrás
de ellos, sereno, iluminado, sin un atisbo de lo que doscientos años
antes se fraguó en sus aguas, el mar que vio partir a los barcos.
El ruido del oleaje acompañó las palabras de la consejera de Cultura,
Rosa Torres, que acudió a Cádiz para inaugurar la exposición.
"Muchas veces hemos declarado que no somos prisioneros del
calendario", dijo la consejera, "pero también hay
determinadas fechas de las que difícilmente se puede huir porque
constituyen hitos para la historia de los ciudadanos, de los pueblos y
los continentes". Y una de ellas era la de ayer, y otra es la de
hoy, las que marcan el aniversario de una batalla que la Junta quiere
conmemorar. Una conmemoración es un no olvido, pero Rosa Torres se
encargó de diferenciarlo de una celebración, "porque se conmemora
que 4.500 personas perdieron la vida en esas fechas". Y se produjo
además, recordó, un quiebro en la historia de Europa "tal y como
se conocía" y la del poderío naval español.
"Como responsable política y, más en concreto, de la Consejería
de Cultura, no podíamos estar ajenos a la conmemoración de estas
fechas", afirmó. Y por ello, en la comisión creada para organizar
los actos en torno a Trafalgar se expuso la idea de organizar dos
exposiciones: ésta, "más científica", que narra los
resultados de un proyecto iniciado en 1999 y que aún sigue adelante
-queda, explicó la directora del CAS, Carmen García Rivera, trabajar
en los yacimientos conocidos, realizar nuevos sondeos y estudiar nuevas
zonas con pecios-, y Cádiz y Trafalgar. La ciudad ilustrada de 1805,
que abrirá hoy, a las siete de la tarde, en el Museo de Cádiz,
"con un matiz didáctico, para aprender más de nuestra propia
historia". Este acto, al que acudirán el ministro de Defensa, José
Bono, y el presidente de la Junta, Manuel Chaves, se completa con la
presentación en Diputación, a las 20:00 horas, de una reproducción
digital de la batalla naval.
La inauguración de la exposición congregó tanto a Rosa Torres como a
la delegada provincial de Cultura, Bibiana Aído, al delegado de
Gobernación, José Antonio Gómez Periñán, y a un nutridísimo público
entre el que destacaba el equipo de Gobierno Municipal, encabezado por
la alcaldesa, Teófila Martínez, o el subdelegado de Defensa, Joaquín
Arcusa. Todos pudieron contemplar los resultados de "un proyecto de
investigación" explicados "de la forma más asequible posible
al público", según indicó el comisario de la muestra, Fernando
Amores.
El experto comentó que en Los naufragios de Trafalgar se explica
primero en qué consiste un navío de línea y se expone una selección
de láminas del álbum del Marqués de la Victoria, "para que se
vea la documentación con la que se cuenta". El CAS se ha
"sumergido" en esa documentación y en otras procedentes de
los archivos de la Bahía de Cádiz y la costa de Huelva, a la que ha
sumado la recabada en los otros dos países implicados, Inglaterra y
Francia, incluyendo la que hablaba de expolios conocidos o no que podían
corresponder a Trafalgar.
Con todo ello se ha elaborado un mapa donde se sitúan, con estrellas
rojas y nombres propios, los barcos en la zona donde yacen, y con una
interrogante aquellos de los que aún se desconoce el lugar donde
naufragaron. Esta segunda parte de la exposición se complementa con
fichas de cada barco con los datos de su hundimiento. Luego se expone la
investigación realizada en dos pecios: los que los datos hacen pensar
que pertenecen al Bucentaure y el Fougueux. Al tener que mantenerse los
restos in situ, y al no permitir la turbiedad de las aguas la puesta en
marcha de un museo submarino -como en otros lugares del mundo, apuntó
Amores-, se muestran sólo algunos objetos rescatados: pipas de caolín,
juegos de dados, cajas de rape, guardas de sable, empuñaduras y un cañón
que debe permanecer todavía un año en una solución de sosa cáustica
para su conservación. Un ligero escalofrío recorre el cuerpo si se
piensa cuántas balas dispararía, a cuántos hombres mataría.
El Seprona recupera un cañón de un barco hundido en
Trafalgar que adornaba un jardín de una vivienda en Mazagón
20/10/05 Informativos CanalSur
Agentes del Seprona de la Guardia Civil de Huelva, con apoyo de arqueólogos
pertenecientes a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía,
han localizado en el jardín de un domicilio particular un cañón que
posiblemente pertenecía a la dotación de uno de los buques hundidos en
la batalla de Trafalgar.
Según informó la Guardia Civil, la pieza en cuestión es un cañón
del siglo XVIII, de dieciocho libras y posiblemente era uno de los que
artillaba a "El Rayo" o a "El Monarca", barcos que
pertenecieron a la Armada española y que fueron hundidos en el
transcurso de la batalla que tuvo lugar en aguas del cabo de Trafalgar
el 21 de octubre en 1805, hace justamente mañana 200 años.
Estos barcos naufragados o pecios, se encuentran según la Universidad
de Huelva en aguas de la provincia de Huelva, y son de un gran interés
cultural, por lo que el Seprona, desarrollando su faceta de protección
del patrimonio histórico español, está apoyando a las distintas
instituciones que se encargan de su estudio y recuperación.
Debido a esto, se iniciaron unas investigaciones para la localización
de una de las piezas, en concreto este cañón ahora recuperado, del
cual se tenían noticias de que se encontraba en un domicilio
particular, llevando a los agentes a ubicar la situación del mismo en
una vivienda de Mazagón donde el poseedor la tenía como adorno en su
jardín.
Una vez que los agentes de la Guardia Civil informaron al poseedor del
cañón sobre las circunstancias que rodeaban al hecho, éste accedió
voluntariamente a la entrega de la pieza.
A continuación, se confeccionó un acta, quedando la pieza a disposición
de la Delegación Provincial de la Delegación de Cultura de la Junta de
Andalucía en Huelva, en aplicación de las Leyes de protección del
Patrimonio Histórico.
La
Voz de Galicia 20/10/2005
Ferrol rinde homenaje a los marinos muertos en la
batalla de Trafalgar
El Ayuntamiento reivindica la memoria de quienes lucharon contra Lord
Nelson
La ceremonia se celebrará mañana a las 12 del mediodía ante el
monumento a Churruca
(Firma: Ramón Loureiro | Lugar: ferrol)
El homenaje será mañana, a las 12, en los Jardines de Herrera. Ante el
monolito que guarda la memoria de Churruca. Allí, el Concello, en un acto
al que ya han anunciado su intención de asistir Juncal, Juan Fernández y
José Manuel Couce Fraguela, recordará a los ferrolanos muertos en la
batalla de Trafalgar. Y lo hará al cumplirse, precisamente, 200 años del
combate en el que almirante Nelson derrotó a los barcos españoles y
franceses... pero también perdió la vida en ello.
A escasos metros de lo que antaño fue la Capitanía General, y muy cerca
también de donde en tiempos de la batalla de Trafalgar tenían su
convento los padres franciscanos, Ferrol recordará mañana, con una
ofrenda de flores, a quienes perdieron su vida en uno de los más grandes
combates navales de los que se guarda memoria; de una batalla de la que
quizás no sea exagerado decir que cambió la historia para siempre.
El dolor de la tragedia
Es el recuerdo de una derrota, desde luego. Pero lo es, sobre todo, de una
tragedia que conmocionó hasta lo más hondo de las entrañas al Ferrol de
principios del siglo XIX. Cuando la ciudad lloraba, hace 200 años, la pérdida
de aquella batalla, sus lágrimas no caían por los barcos: caían por los
muertos.
El concejal de Cultura, José Manuel Couce Fraguela, comentaba ayer que
sería injusto que el Ferrol de hoy no tuviese, al menos, un simbólico
recuerdo, para aquellos marinos. Para los marinos que allí perecieron, y
al mismo tiempo también para quienes, entre tanto dolor, les
sobrevivieron. El Concello recuerda que al acto, que se quiere, ante todo,
sobrio al mismo tiempo que solemne, están invitados cuandos ciudadanos
quieran sumarse a él.
El lugar elegido, no podría ser más adecuado: el monumento al brigadier
Churruca, donde hoy está, mira al mar que vio marchar un día, hacia la
guerra, a quienes jamás volvieron.
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Bono recuerda que "las guerras
siempre se pierden" y dice que con el bicentenario de Trafalgar se celebra
la paz
CADIZ, 20 Oct.
(EUROPA PRESS) -
El ministro de Defensa, José Bono, recordó hoy que
"las guerras siempre se pierden y las pierden todos" y señaló que la
conmemoración del bicentenario de la Batalla de Trafalgar se realiza para
celebrar la paz, ya que manifestó que "no se puede celebrar una batalla o
una guerra".
En declaraciones a los periodistas en su visita oficial
con motivo de la celebración de los actos del bicentenario de la batalla, el
titular de Defensa señaló que "lo que aprovechamos son unos hechos que
ocurrieron hace 200 años para poner de manifiesto el valor de la paz, del
entendimiento y de la alianza". En este sentido, recordó que "quienes
entonces se enfrentaron hoy se encuentran aliados en la Comunidad Europea y en
la Alianza Atlántica".
Según Bono, "es bueno evocar lo que ocurrió, entre
otras cosas para conjurar el que pueda volver a ocurrir". Así, afirmó que
"las guerras siempre se pierden y las pierden todos", por lo que
aseveró que "merecía la pena evocar la memoria de los 5.000 marineros que
perdieron la vida hace mañana 200 años y evocar unos actos en su honor y en su
gloria".
En su visita protocolaria al Ayuntamiento gaditano, el
ministro de Defensa entregó a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez (PP),
una metopa y una campana bañada en oro perteneciente a una serie limitada de
seis en la que reza la leyenda: "Honor y gloria a los héroes de Trafalgar
en el 200 aniversario del combate". Esta campana es la primera que se
entrega de la serie, de la que una de ellas irá a parar a manos del Rey Don
Juan Carlos.
Por su parte, la alcaldesa de Cádiz hizo entrega a José
Bono de un cuadro que recoge una reproducción en plata del monumento de las
Cortes de 1812. Un acto que aprovechó la primera edil para recordarle el
trabajo que mantiene Cádiz para 2012 de cara a la conmemoración del
bicentenario de la Constitución de 1812 y que fue contestado por Bono diciéndole
a la primera edil que lo tenía como "cómplice" en esto.
El
Ateneo de Cádiz se suma a la conmemoración del bicentenario de
la batalla de trafalgar |
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Recuperar la memoria histórica de la mayor
contienda militar de nuestro país y que estos actos se dediquen a los
ciudadanos para fomentar el espíritu constructivo y que se engrandezca
nuestra ciudad.
Con este objetivo el Ateneo de Cádiz se sumaba a la conmemoración de los
actos del bicentenario de Trafalgar con el descubrimiento de una lápida
en la Casa del Almirante Gravina en la plaza de la Catedral donde puede
leerse “en honor y gloria a los héroes de Trafalgar y al pueblo de Cádiz
que los acogió”
Acompañados por la primera edil Teófila Martínez, el Vicepresidente del
Ateneo, el cónsul honorífico de Gran Bretaña en Cádiz y oficiales de
la armada británica, se ha descubierto esta placa, un acto que según
Ignacio Moreno tiene mucha importancia pues supone la consolidación de
las relaciones que unen 3 grandes países de la Unión Europea y donde Cádiz
ocupa un lugar muy relevante.
Por ello, desde la asociación literaria, artística, científica gaditana
además de sumarse a esta conmemoración han pedido que se distinga con
sensibilidad el bicentenario de esta batalla desde todas las
administraciones públicas.
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Historia la huella de málaga en un
acontecimiento naval decisivo
El eje malagueño de Trafalgar
PABLO BUJALANCE
Malaga Hoy 21/10/2005
málaga. El 25 de septiembre de 1805, un total de 56 personas procedentes del
llamado cuartel de presidiario de Málaga llegaron a Cádiz, según atestiguó
entonces el oficial Juan Joaquín Moreno a Federico Gravina, teniente general
del navío Príncipe de Asturias, anclado en el puerto gaditano. El primer
destino de estos delincuentes, comunes en su mayoría aunque pudo encontrarse
entre ellos algún militar, fue el presidio de Cuatro Torres, donde
permanecieron hasta el 21 de octubre del mismo año, cuando salieron a alta mar
para combatir y morir en la Batalla de Trafalgar. Hoy, cuando se cumplen 200 años
del acontecimiento que sentó las bases de la decandecia española que se cerró
en 1898 y el ya emergente imperio británico, la pista malagueña de la
contienda puede encontrarse gracias a la reciente publicación del monumental
Corpus sobre la Campaña de Trafalgar (1808-1805) a cargo del almirante de la
Armada Española y ex director del Museo Naval de Madrid, José Ignacio González-Aller,
que recoge la totalidad de los documentos generados con motivo de la contienda.
El mismo González-Aller explicó ayer la dificultad de seguir este eje malagueño,
cuyo mayor peso recae en presidiarios reclutados a la fuerza. La tradición
naval en Málaga en cuanto a oficialidad era prácticamente nula a principios
del siglo XIX, y sólo mediado el mismo aparecieron en la provincia los primeros
almirantes –entre ellos su propio abuelo, Antonio González-Aller, que nació
en Alozaina en 1847 y se incorporó a la Armada en 1863–. Es en la marinería,
por tanto, donde encontramos una presencia de la Costa del Sol tímida pero no
olvidada.
La única aportación malagueña reflejada en documentos no participó en la
batalla, por tanto, por voluntad propia, sino bajo mandato irrevocable, aunque
los 56 presos recibieron la promesa de la conmutación de las penas. El
archivero de la Biblioteca Cánovas del Castillo, Manuel Molina, recordó ayer
que este tipo de reclutamientos forzosos eran habituales en la época y
"muchos de los ingleses que combatieron subieron a los barcos a punta de
pistola".
Molina explicó igualmente que el cuartel de presidiario, situado en la
superficie que hoy ocupan los jardines de Pedro Luis Alonso junto al
Ayuntamiento y construido a mediados del siglo XVIII, funcionaba más bien como
estación de paso, donde los detenidos esperaban ser enviados a los penales de
Ceuta, Melilla y otros emplazamientos del norte de África. Aunque por lo
general sus ocupantes eran malagueños, es posible que entre ellos se
encontraran condenados de otras provincias españolas que también esperaban
terminar en una celda del otro lado del Mediterráneo. Sus identidades, de
cualquier forma, no aparecen en registro alguno.
Lo que sí puede afirmarse es que el futuro que les aguardaba resultó fatal. El
grupo se asignó a la escuadra de Federico Gravina, que se enfrentó a las
fuerzas inglesas a bordo del Príncipe de Asturias, donde resultó herido, pero
para los presos malagueños se barajan dos hipótesis: con casi toda
probabilidad embarcaron en el Santa Ana, que se armaba justo cuando llegaron a Cádiz
y que –según cuenta en su diario el comandante del Neptuno, Don Cayetano Valdés–,
logró regresar a puerto tras la contienda, aunque con un enorme número de
bajas: 97 muertos y 141 heridos, casi todos miembros de la marinería, que quedó
así prácticamente fulminada. La otra opción es el Rayo, al que fueron
destinados muchos presos de otros penales y que se fue a pique a causa del
temporal que se produjo tras el combate. Entre los 4.408 fallecidos del eje
franco-español se hallaban, con toda probabilidad, los 56 marineros de Málaga.
Además de los presidiarios, los documentos dejan constancia de otro malagueño
que participó en la batalla de Trafalgar con mucha mayor fortuna. El soldado
Silvestre de la Torre, hijo de Juan, combatió en el San Leandro y tras la
refriega fue condecorado por el comandante del mismo, Don José Quevedo, como
premio por el valor y arrojo demostrados a bordo.
En cuanto a la consideración estratégica, Málaga obedecía a los intereses
napoleónicos para el enfrentamiento a las fuerzas dirigidas por Nelson en dos
puntos esenciales: el abastecimiento de pólvora a las 16 naves franco-españolas
que participaron en la batalla, para el que la plaza de Málaga aparece
consignada como fuente logística; y la redistribución de reclutas procedentes
de Cartagena y otras áreas de Levante –conocidos como levas–, que salieron
de Málaga a bordo del San Fulgencio para combatir en Trafalgar contra los británicos
en el Santa Ana.
Cabe señalar igualmente el aviso que el gobernador de Málaga envió tras la
batalla al Ministro de Guerra, José Antonio Caballero, en el que daba cuenta de
la necesidad de fortificar la ciudad a consecuencia del avistamiento de buques
de guerra ingleses presentes en Gibraltar, lo que hacía temer que se repitiera
el episodio de la Batalla naval de Málaga de 1704. El ministro respondió
encargando al comandante del navío Bahama, Don Lino Trujillo, la defensa del
apostadero de la capital.
Ahora, 200 años después de la derrota de la Armada aliada, Málaga vuelve a
establecer una vinculación con Trafalgar mediante la celebración de las
jornadas técnicas La Armada en el siglo XVIII y la Batalla de Trafalgar, que
tendrán lugar entre los próximos días 26 y 28 en el Instituto de Estudios
Portuarios del Puerto de la ciudad bajo la organización del grupo de arqueología
subacuática Nerea. Expertos como la ex directora técnica del Museo Naval de
Madrid, María Dolores Higueras; el arqueólogo e historiador Claudio Lozano; el
portavoz de Nerea, Javier Noriega; el investigador Juan Carlos Cilveti Puche y
el propio José Ignacio González-Aller, además de técnicos invitados del
Centro Andaluz de Arqueología Subacuática –actualmente implicado en la búsqueda
de pecios de los barcos que se hundieron en la batalla– desvelarán las claves
de la contienda que cambió la Historia.
El Museo de Cádiz recrea en una muestra la batalla y su época
Europa Sur 21/10/2005
cádiz. Un globo terráqueo procedente del Real Instituto y Observatorio
de la Marina de San Fernando, de doscientos años de antigüedad, recibía
en el Museo de Cádiz a los asistentes a la exposición Cádiz y
Trafalgar. La ciudad ilustrada de 1805. Este objeto era, como alguien
dijo, "la primera en la frente": la muestra material del valor
histórico de lo expuesto y de la regresión en el tiempo que supone
visitar el patio del Museo, revestido en el ambiente de principios del
siglo XIX merced a los objetos expuestos, a la cuidada escenografía en
la que se muestran y a la música de la época que acompaña al oído en
este viaje temporal.
El globo terráqueo, una auténtica joya, fue también lo primero que
vieron el ministro de Defensa, José Bono, y el presidente de la Junta,
Manuel Chaves, que visitaron ayer la exposición acompañados de
representantes de todos los ámbitos culturales, sociales e
institucionales de la ciudad y de otros venidos de Andalucía y de
Francia y Reino Unido expresamente para la ocasión. La nómina de
asistentes sería extensísima: casi se podría decir que ayer, en el
Museo, se podía hacer un Quién es quién de la ciudad, de la provincia
y de Andalucía, sin olvidar a los ilustres invitados extranjeros. Así,
se encontraban en el Museo Rosa Torres, consejera de Cultura, su
delegada en la provincia, Bibiana Aído, el director general de Museos
de la Consejería, Pablo Suárez, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez,
los responsables de Diputación, –entre ellos Francisco González Cabaña,
su presidente, e Irene García, diputada de Cultura–, el delegado del
Gobierno en Andalucía, el delegado de Gobernación, José Antonio Gómez
Periñán, el rector de la UCA, Diego Sales, alcaldes de toda la
provincia, ateneístas, marinos ilustres, representantes empresariales,
artistas... Una lista interminable.
Y todos ellos recorrieron, tras Bono y Chaves, la exposición instalada
en el Museo de Cádiz y organizada por la Junta de Andalucía, que se
recrea en la ciudad neoclásica, recuerda su condición de Puerto de las
Indias y expone, entre otras curiosidades, la memoria testamentaria de
Gravina y el testamento que Alcalá Galiano escribió antes de la
batalla de Trafalgar, documentos de incalculable valor histórico que se
conservan en el Archivo Provincial de Cádiz.
La comitiva lo contempló todo con mucho interés, incluyendo los trajes
de la época llegados desde el Museo del Traje que según explicó
Bibiana Aído "han sido restaurados expresamente para esta exposición".
Atendieron en el recorrido las explicaciones del comisario de la
muestra, Fernando Amores, que también es el comisario de la exposición
abierta el miércoles en el Centro de Arqueología Subacuática.
La Voz de Galicia
21/10/2005
El día en que Ferrol lloró a sus muertos
(Firma: Alfredo Martín García | doctor en humanidades profesor
de la u. de salamanca)
Ferrol nació como ciudad para la guerra. La ambiciosa política de
reconstrucción naval que llevaron adelante los Borbones durante el
siglo XVIII tuvo como principal estandarte el puerto gallego. Ningún
astillero contribuyó con tantas unidades al reforzamiento de la Armada
como lo hizo el Real de Esteiro y ninguna dársena custodió tantas
embarcaciones como la ferrolana. No se puede entender el espectacular
desarrollo demográfico y urbano de la villa en la época o su no menos
sorprendente crecimiento económico, sin vincularlo estrechamente a los
intereses estratégicos de la Corona.
Ferrol se constituyó en salvaguarda de las rutas marítimas que
enlazaban la metrópoli con el que todavía era el imperio colonial más
vasto de los conocidos hasta la fecha. A lo largo de todo aquel siglo,
fueron muchas las ocasiones en las que los ferrolanos tuvieron que
hacerse a la mar, defendiendo el pabellón real frente a las agresiones
de otras potencias marítimas, de entre las cuales destacó Gran Bretaña,
al existir un evidente conflicto de intereses coloniales por la hegemonía
en América.
A pesar de este ambiente enrarecido, en 1805, las malas nuevas de la
estrepitosa derrota franco-española en Trafalgar causaron un notable
impacto en el Ferrol de la época. Un cronista contemporáneo comentaba:
«La triste noticia del desgraciado combate del 21 de octubre ha causado
en el Ferrol una sensación muy grande, porque habiendo sido armados en
este Departamento los más de los navíos que componían la esquadra
española que se ha batido, apenas había una sola persona que no
estuviese interesada en la suerte de los que iban en ella. Las noticias
que sucesivamente han ido viniendo de las desgracias acaecidas acabaron
de extender el dolor de todo el pueblo; y ya no se oía otra cosa que
gemidos por el padre, el esposo, el hermano, el deudo y el amigo que habían
perecido en combate».
Celebración religiosa
Aunque las dificultades económicas eran grandes, la necesidad de
encomendar a Dios las almas de todos los caídos en aquel infortunado
combate movió a los diferentes cuerpos de la Armada a promover a sus
expensas una suntuosa celebración religiosa que se celebraría el 23 de
diciembre en la iglesia parroquial de San Julián.
Para acentuar la solemnidad del acto y rendir homenaje a las tres clases
de Marina que habían participado en la acción contra el inglés -la
oficialidad, la tropa y la marinería-, se erigió en el interior del
templo un soberbio cenotafio dividido en cuatro cuerpos. El más bajo,
pintado a imitación del mármol negro, contenía bajo su arco interior
la representación de un mar agitado, repleto de navíos desmantelados
tras el combate. Era el homenaje a la marinería matriculada, como
evidenciaban varios instrumentos propios de su oficio que adornaban «con
estudiado desorden» la parte superior de la escena: chuzos, hachuelas
y, cómo no, redes de pescar, hacían referencia a aquellos pobres
pescadores, la mayoría gallegos, que habían sido arrastrados a la dura
vida en los navíos del rey bajo el yugo de las inhumanas levas del mar.
Brigadas y batallones
El segundo nivel, imitando mármol gris, tenía como protagonistas a los
integrantes de las brigadas y batallones de Marina. Sus cuatro frentes
estaban presididos por sendas figuras alegóricas: la primera de ellas
representaba el honor militar, que había sido salvaguardado a pesar de
la derrota, merced al arrojo demostrado por los valientes en la lucha.
La segunda de las imágenes era una «sacerdotisa o sacrificadora»,
referencia a la inmolación de los militares por el bien de la monarquía
y la patria. En otra de sus caras aparecía una Parca, figura mitológica
encargada de tejer el destino de los mortales. Por último, en la cara
principal, la Historia, representada por una imagen femenina, se hallaba
escribiendo la heroica hazaña del 21 de octubre sobre una pirámide, símbolo
de la eternidad. Los cuatro ángulos de esta segunda sección estaban
jalonados por otras tantas banderas de los batallones y brigadas y, al
pie de cada una, «un cañón, un obús, una caxa de tambor y otras
armas del uso de aquellos militares».
El tercer cuerpo, más pequeño pero también más elevado, estaba
consagrado a la memoria de los oficiales de la Armada Real. En cada uno
de sus frentes se hallaba embutida una lápida de mármol blanco de
figura oval y orlada de laurel.
En ellas se habían esculpido en letras de oro otras tantas
inscripciones con las que se pretendía expresar brevemente el elogio a
los héroes y la justificación del monumento. Tres de ellas eran
referencias bíblicas escritas en latín y que constituirían la base
del elogio fúnebre del predicador. La otra, que miraba al pueblo, decía:
D.O.M.
A LA ETERNA MEMORIA
DE LOS VALEROSOS MARINOS
QUE DIERON SUS VIDAS POR LA PATRIA
EN XXI DE OCTUBRE.
SUS TIERNOS Y LEALES COMPAÑEROS.
M.D.C.C.C.V.
En los cuatro ángulos de esta sección se habían colocado un globo
celeste y terráqueo, un sextante y un cronómetro, símbolo de la
profesión de unos oficiales que, merced a los estudios en las academias
de guardiamarinas, contaban con un bagaje cultural y científico
realmente elevado para la época.
Coronando el cenotafio, aparecía un último escalón que cerraba la
estructura piramidal. Este cuerpo más pequeño estaba cubierto de luto
con un paño negro franjeado de oro «y puesto como sin estudio». Sobre
él se había colocado una urna de madera imitando mármol negro que
figuraba contener las cenizas de todos los fallecidos en la desgraciada
acción. Encima, un sombrero, un bastón y una espada se hallaban a los
pies de un esqueleto armado de guadaña y apoyado sobre un ancla; era la
muerte triunfante, recurso iconográfico muy recurrente en la
religiosidad barroca y que aludía a la fugacidad de la vida y al
tremendo día del juicio. Por último, contribuyendo eficazmente a la
majestuosidad del monumento, se habían colgado en el nacimiento de la
linterna de la iglesia cuatro grandes banderas de popa de navíos,
haciendo las veces de un dosel que cubría de forma elegante la
estructura de madera.
El homenaje
El día 23, a las diez de la mañana, la oficialidad de la Armada del
Departamento, encabezada por su capitán general D. Félix de Tejada, se
dirigió por las calles de la villa desde capitanía hacia una iglesia
de San Julián rodeada por un inmenso gentío. La tropa destinada a
guardar el orden tenía serias dificultades para poder contener al
ingente número de personas que intentaban acceder a un ya abarrotado
templo. En las exequias participaron, junto a la totalidad del clero
castrense, las comunidades de observantes y terceros de San Francisco en
pleno. Al concluir la ceremonia, el predicador subió al púlpito para
pronunciar un elogio fúnebre que no sólo conmovió a los asistentes
sino que, una vez publicado, se convirtió en un texto muy difundido en
la España de la época. El autor de ese brillante elogio era un clérigo
hijo de la villa, D. Manuel Fernández Varela, excelente orador y, años
más tarde, figura destacada en la corte de Fernando VII, en su puesto
de Comisario General de Cruzada. Sus palabras provocaron no pocos
llantos entre una concurrencia visiblemente afectada.
Pero la vida seguía y tras ese pequeño paréntesis de luto, la dureza
de una existencia plagada de privaciones volvió a cernirse sobre la
cabeza de los ferrolanos. La miseria se hizo aún más presente y el
descontento popular se acrecentó hasta límites insospechados; cinco años
después de Trafalgar, el jefe del departamento D. José de Vargas y
Varaes era linchado por una multitud desesperada. El esplendor del
Ferrol dieciochesco ya nunca volvería.
Un cañón que se utilizó en Trafalgar adornaba un jardín particular
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Agentes del Seprona recuperaron esta pieza del siglo XVIII, que
perteneció a uno de los buques de guerra de la Armada española
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g.c.h.
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localización.
La valiosa pieza de artillería, en el lugar donde fue localizada por
los agentes del Seprona.
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REDACCIÓN
huelva. Agentes
del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) pertenecientes a
la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, con apoyo de arqueólogos
pertenecientes a la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de
Andalucía, han logrado recuperar un cañón que, posiblemente, pertenecía
a la dotación de uno de los buques hundidos en la batalla de Trafalgar.
Según informó el Instituto Armado en un comunicado, la pieza en cuestión
es un cañón del siglo XVIII, de 18 libras y, posiblemente, era uno de
los que artillaba a 'El Rayo' o a 'El Monarca', barcos que pertenecieron
a la Armada española y que fueron hundidos en el transcurso de la
batalla que tuvo lugar en aguas del cabo de Trafalgar el 21 de octubre
en 1805, hace justamente mañana 200 años.
Estos barcos naufragados o pecios, se encuentran, según la Universidad
de Huelva, en aguas de nuestra provincia, y son de un gran interés
cultural, por lo que el Seprona de la Guardia Civil, desarrollando su
faceta de protección del patrimonio histórico español, está apoyando
a las distintas instituciones que se encargan de su estudio y recuperación.
Debido a esto, se iniciaron unas investigaciones para la localización
de una de las piezas, en concreto este cañón ahora recuperado, del
cual se tenían noticias de que se encontraba en un domicilio
particular, llevando a los agentes a ubicar la situación del mismo,
tratándose de una vivienda de Mazagón donde el poseedor la tenía como
adorno en su jardín, sin conocer con exactitud la procedencia del
mismo.
Una vez que los agentes de la Guardia Civil informaron al poseedor del
cañón, sobre las circunstancias que rodeaban al hecho, éste accedió
voluntariamente a la entrega de la pieza, por lo que se confeccionó un
acta, quedando a disposición de la Delegación Provincial de la
Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Huelva, en aplicación
de las Leyes de protección del Patrimonio Histórico.
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EDICIÓN IMPRESA - ABC
Los hijos de Trafalgar
POR RICARDO GARCÍA CÁRCEL CATEDRÁTICO DE HISTORIA MODERNA.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA
... En la hora de la memoria de aquella derrota, uno no puede por menos
que evocar con nostalgia la infinita ilusión con la que construían el
futuro de España aquellos hombres y mujeres de 1812. Los hijos de
Trafalgar...
FUE hace hoy dos siglos. Frente al cabo de Trafalgar, el 21 de octubre
de 1805 la escuadra británica dirigida por el almirante Nelson derrotó
a la flota combinada hispano-francesa, dirigida por el almirante francés
Villeneuve. La batalla duró seis horas y media. Objetivamente, fue la
última lección de un genio militar cual fue Nelson, que desarrolló
magistralmente el innovador criterio táctico del avance en dos
columnas, lección que contrastó con la torpeza de Villeneuve, que,
además, impidió la maniobra alternativa de Gravina que hubiera podido
neutralizar la iniciativa británica. La significación de Trafalgar ha
sido interpretada de muy distintas maneras por cada una de las naciones
intervinientes en la batalla. Para los ingleses, fue una victoria
costosa y dolorosa. Sirvió, ciertamente, para el definitivo
reconocimiento en Inglaterra de su héroe nacional, que había perdido
un brazo y un ojo en anteriores refriegas, pero al que la alta sociedad
británica no le tributó el justo homenaje que merecía hasta su
muerte, tras una agonía de tres horas en su Victory, en la que no cesó
de evocar a su amada Lady Hamilton y musitar: «¡Ahora estoy
satisfecho. Gracias a Dios, he cumplido con mi deber». No somos los únicos,
pues, en vender cara la gloria nacional. Inglaterra sufrió en Trafalgar
450 muertos (entre los que, aparte de Nelson, estaban trece de sus
mejores oficiales), con 1.250 heridos. Un coste significativo en una
victoria que, desde luego, consolidó el liderazgo incuestionable de la
armada británica en todos los mares. Para los franceses, fue un
contratiempo. Francia perdió doce de sus dieciocho barcos, con unos
3.300 muertos, más 1.200 heridos y unos 500 presos por los ingleses. Sólo
un tercio de los 15.000 franceses participantes en la batalla volvieron
un día a Francia. Una sangría humana importante, que fue pronto
compensada por las victorias napoleónicas en los frentes europeos.
Austerlitz tapó pronto la herida de Trafalgar. Napoleón repitió con
matices la explicación de Felipe II ante la derrota de su Invencible:
«Las tempestades me han hecho perder algunos barcos después de un
combate imprudentemente desarrollado». Galdós, por cierto, en su
Trafalgar reconvirtió la respuesta en un prepotente: «Yo no puedo
estar en todas partes». En cualquier caso, él ya antes de la batalla
había abandonado la idea de invadir Inglaterra. Nelson no salvó Gran
Bretaña en Trafalgar, como tantas veces se ha dicho.
Para los españoles, Trafalgar fue una derrota dura que pronto adquirió
connotaciones trascendentes. Los efectos trágicos fueron bien patentes.
España perdió diez de los quince barcos con los que luchó, con un
total de 1.022 muertos, 2.500 heridos y unos 2.500 presos, del total de
12.000 españoles intervinientes en la batalla. La peor derivación
directa de Trafalgar fue la práctica desaparición de una generación
de grandes marinos: Churruca, Alcalá Galiano y Gravina (murió en marzo
de 1806, a consecuencia de las heridas). Heridos graves en la lucha
fueron Escaña, Álava, Hidalgo de Cisneros o Valdés. Otros ilustres
marinos como Grandellana o Mazarredo, que no participaron en la batalla,
murieron también muy pronto. Pero si contrastamos las cifras de pérdidas
con las de otras derrotas hispánicas, la catástrofe habría que
relativizarla. En la Armada Invencible se perdió un tercio de los 130
barcos que se hicieron a la vela hacia Inglaterra. En la mítica
victoria de Lepanto murieron 30.000 turcos y 8.000 fueron prisioneros,
pero también murieron 8.000 cristianos (de ellos, unos 2.000 españoles).
Pero la derrota de Trafalgar tuvo un impacto emocional especial en España
que trasciende el dramatismo inobjetivable de sus muertos y heridos.
Por lo pronto, fue un eslabón más de una serie de fracasos marítimos
que se arrastraban desde la Invencible y que ponían en evidencia la
inutilidad del esfuerzo inversor que en la primera mitad del siglo XVIII
se había hecho en el intento de robustecer la marina de guerra. A
mediados del siglo XVIII, la monarquía invertía el 20 por ciento de su
presupuesto en marina. El primer fracaso en el siglo XVIII había sido
la batalla de Cabo Passaro, cerca de Mesina (Sicilia), el 11 de agosto
de 1718, con la victoria del almirante inglés Bying, al frente de la Cuádruple
Alianza (Francia, Inglaterra, Holanda y Austria). Esta derrota española
cortó drásticamente los sueños de Alberoni de revisar el tratado de
Utrecht. Cabo Passaro abrió la espita de la invasión de España por
las tropas francesas en 1719 con la ocupación de buena parte de Guipúzcoa
y de Cataluña. A ello, habría que añadir los sucesivos fracasos españoles
ante Gibraltar en 1705, 1727, 1779 y 1782. Los infortunios marítimos se
acumulaban. Aparte de las desventuras coloniales, como la ocupación de
La Habana y Manila por los ingleses en 1762 o la cuestión de las
Malvinas en 1770, en la nómina de experiencias amargas españolas hay
que anotar la expedición de Argel de junio de 1775, que se saldó con
un rotundo revés que desencadenó una literatura satírica feroz que
acabó con Grimaldi y forzó el ascenso de Floridablanca, o la derrota
del cabo de San Vicente, de febrero de 1797, también ante los ingleses.
Las compensaciones de la recuperación de Menorca en 1781 o 1802
aliviaron poco la dolida sensibilidad española.
El testimonio de esa extrema sensibilidad con la que se asumió la
derrota de Trafalgar fue la estela literaria inmediata que generó. La
oda de Juan Mor de Fuentes (1805) a la Derrota gloriosa, compuesta
inmediatamente después de la batalla o los poemas de Quintana, Arriaza,
Moratín o Sánchez Barbero, todos ellos de principios del siglo XIX,
pueden unirse al texto que escribió Cecilia Bohl de Faber, Fernán
Caballero, en 1835. Esta última se hace eco de una viuda que tiene a
sus tres hijos en el combate y transpira el sentir de las víctimas
inocentes de la guerra. En 1850, Miguel Marliani, un liberal
esparterista que postuló por cierto la sustitución de los Borbones por
los Saboya (lo que luego haría Prim) reprendió con no poca acritud al
francés Thiers, que había tildado a los españoles de incapaces y
cobardes. El cuadro de Sans Cabot, en el Prado, titulado Episodio de
Trafalgar, refleja bien el mismo desgarro romántico de Marliani a la
hora de retratar a unos marineros destrozados en patética expectativa
de una solución a su problema. Efectivamente, Trafalgar, tras la
tragedia de sus muertos, puso en el escenario de la historia una vez más
el problema de España: la absoluta ausencia de conexión entre la clase
política y el pueblo español representado por aquellos marineros
supervivientes de la batalla, la enésima constatación de que la
alianza con Francia sólo servía a los franceses, la imperativa
necesidad de la sociedad española de asumirse colectivamente como nación
más allá del Estado.
Sin Trafalgar no hubiera habido Dos de Mayo de 1808. Lo dijo Antonio
Alcalá-Galiano, el hijo de Dionisio, uno de los héroes muertos en
Trafalgar: «Fue aquella la primera ocasión en España, durante
dilatados años, en que se notó lo llamado espíritu público o digamos
tomar parte y aún empeños, los individuos privados, en un suceso público
e interés por personas con quienes no tenían relaciones de clase
alguna». Lo decía Gabriel Araceli, el «alter ego» de Galdós en el
significativamente primero de sus Episodios Nacionales: «Hasta entonces
la patria se me representaba en las personas que gobernaban la nación,
tales como el rey y su célebre ministro... Para mí era de ley que debía
uno entusiasmarse al oír que los españoles habían matado muchos moros
primero y gran pacotilla de ingleses y franceses después... Con tales
pensamientos, el patriotismo no era para mí, más que el orgullo de
pertenecer a aquella casta de matadores de moros. Pero en el momento que
precedió al combate comprendí todo lo que aquella divina palabra
significaba y la idea de nacionalidad se abrió paso en mi espíritu...
Me representé a mi país como una inmensa tierra poblada de gentes,
todos fraternalmente unidos... Me hice cargo de un pacto establecido
entre tantos seres para ayudarse y sostenerse contra un ataque de fuera
y comprendí que por todos habían sido hechos aquellos barcos para
defender la patria».
La conciencia nacional pareció descubrirse en Trafalgar. Hizo más españoles
aquella derrota que lo que pudieran educar en la españolidad nuestros
atildados ilustrados dieciochescos. El pueblo español creyó tocar
fondo en todas sus magulladuras morales. Y emergió un nuevo patriotismo
sentimental y cívico que cortó drásticamente el viejo y aburrido
matrimonio hispano-francés que había durado un siglo, asumiendo lo que
ya había dicho Carvajal: «Francia os hará mucho más daño siendo
amiga que enemiga». Y la sociedad española hizo suyo el sentimiento de
aquellos marineros que por puro sentido del honor y la disciplina se
convirtieron en carne de cañón de una corte corrupta y arbitraria y lo
transformó en musculatura nacional. Y esta sociedad saltó al ruedo ibérico
en 1808. Cádiz, no en balde, se convirtió en la última reserva
nacional cuando el ejército francés durante la guerra ocupó la casi
totalidad de España en 1810 y allí se elaboró el primer
constitucionalismo español. Nunca España a lo largo de toda su
historia ha acumulado el caudal de ilusiones de futuro, el entusiasmo
nacional de aquellos diputados liberales gaditanos. Pues bien, aquellas
formidables baterías morales de esta generación de españoles se
fabricaron con la pólvora de Trafalgar. Doscientos años después ha
pasado mucha agua por el río de la historia. Un río con un delta
abrumador de decepciones. Pero, en la hora de la memoria de aquella
derrota, uno no puede por menos que evocar con nostalgia la infinita
ilusión con la que construían el futuro de España aquellos hombres y
mujeres de 1812. Los hijos de Trafalgar.
Trafalgar en la memoria
Vencedores y vencidos homenajean en Cádiz a los muertos hace 200 años
en la batalla naval
MIGUEL GONZÁLEZ - Madrid
EL PAÍS - España - 21-10-2005
España ha advertido al Reino Unido de que no sería admisible mezclar a
Gibraltar con el acto de hoyUn espectáculo en Trafalgar Square y un
oficio en la catedral de San Pablo, ante la tumba del almirante Nelson,
culminarán el domingo en Londres los fastos conmemorativos del combate
de Trafalgar, del que hoy se cumplen dos siglos. La Royal Navy lleva
casi un año celebrando la derrota de la flota hispano-francesa, que
aseguró al Imperio Británico el dominio de los mares. El pasado 28 de
junio, la reina Isabel de Inglaterra presidió en la bahía de
Portsmouth una parada naval con 167 buques de guerra de 36 países,
incluidos dos españoles.
La conmemoración española será mucho más sobria. El ministro de
Defensa, José Bono, y el presidente andaluz, Manuel Chaves, embarcarán
hoy en el portaaviones Príncipe de Asturias para arrojar al mar, a 12
millas del puerto de Cádiz, frente al cabo de Trafalgar, seis coronas
de laurel. Acudirán también los embajadores del Reino Unido y Francia,
Stephen Wright y Claude Blanchemaison, ya que el Príncipe de Asturias
irá escoltado por las fragatas Chatham, británica, y Montcalm,
francesa.
"Los ingleses son muy libres de celebrar su victoria, pero no aquí",
explica el director de Relaciones Institucionales de Defensa, Leopoldo
Stampa. "Nosotros no tenemos nada que celebrar, pero igual que se
recuerda a las víctimas de un atentado, al cumplirse el aniversario,
merece la pena rendir homenaje a quienes dieron su vida en estas
aguas", agrega. "Los ingleses vienen a honrar a los muertos.
Los suyos y los de los demás".
España no tiene nada que celebrar. El himno de la Armada lo deja claro
cuando sitúa "en Lepanto la victoria y la muerte en
Trafalgar". El 21 de octubre de 1805 murieron unas 4.000 personas,
más que en el ataque contra las Torres Gemelas de Nueva York. Muchos
tripulantes españoles eran reclutas forzosos y más de un tercio,
soldados de Infantería que no habían navegado nunca.
España se vio embarcada en una guerra que servía a la estrategia de
Napoleón -quien la invadiría tres años después- y su flota fue
sacrificada por decisión del almirante francés Villeneuve, que desoyó
los consejos del jefe de la escuadra española, Federico Gravina, quien
abogaba prudentemente por hacerse fuerte en Cádiz y evitar el encuentro
en mar abierto con los ingleses.
Pero todo eso es historia. Hoy acudirán al Panteón de Marinos Ilustres
de San Fernando (Cádiz) 13 descendientes de españoles que combatieron
en Trafalgar (Churruca, Alcalá Galiano, Gravina, Uriarte...), junto a
tres de Villeneuve y dos de los británicos Nelson y Collingwood. Se
trata, según Stampa, de ilustrar la "reconciliación histórica"
entre tres países que fueron enemigos acérrimos y hoy son socios y
aliados.
Aunque aún subsisten recelos. Por ejemplo, España ha hecho saber al
Reino Unido que no sería admisible que, tras el acto de hoy, la fragata
Chatham hiciese escala en Gibraltar. Y es que la colonia británica
tiene su propio programa de celebraciones, que incluye la inauguración
el próximo viernes de una estatua de Nelson.
Por parte española, el homenajeado no será un militar, sino un
escritor, Arturo Pérez-Reverte, quien recibirá la Gran Cruz del Mérito
Naval por haber sacado -con su novela Cabo Trafalgar- a los marinos
ilustres del Panteón para ponerlos en las librerías. El año pasado,
en EPS, lanzaba un pronóstico fallido: "El año que viene es el
200º aniversario de Trafalgar. Seguro que los ingleses tienen un
programa apabullante de actos. En cambio, no dudes de que aquí no se
hará nada. La historia no da votos ni dinero".
Queen leads Trafalgar celebrations
cUxbridge 21/10/2005
The Queen will head celebrations across the country to mark the 200th
anniversary of Nelson's historic naval victory at Trafalgar.
More than 6,000 events are planned throughout the UK this weekend
beginning with the traditional hoisting of Nelson's "England
expects" signal on board his flagship HMS Victory at Portsmouth,
Hants.
This will be followed by the First Sea Lord, Sir Alan West, attending a
wreath-laying ceremony at Nelson's tomb in St Paul's Cathedral, London.
Story continues
Wreaths will also be laid by the Second Sea Lord Sir James Burnell-Nugent
on the spot where the navy's greatest hero was shot aboard HMS Victory
and also where he died.
Later as the sun sets, the Queen will light a beacon beside the Victory,
the first of 1,000 beacons being set ablaze. Other members of the royal
family, including the Prince of Wales, will light principal beacons
around the UK. In the company of senior naval representatives, the Queen
will then dine in the great cabin of Victory.
Her "immortal memory" toast to Nelson will be televised live.
The renowned ceramics company Wedgwood has donated a 100-piece set from
its Queen's Ware range to Victory for the occasion.
Lord Wedgwood will also be presenting to the First Sea Lord on behalf of
the nation a 3ft vase commemorating the battle.
More than 6,000 events are taking place over the weekend including tree
plantings and exhibitions.
On Sunday, Nelson's most famous victory and the battle that claimed his
life will be marked with a remembrance service at St Paul's Cathedral in
London, where he is buried. The celebrations will culminate in Trafalgar
Square in the evening when more than 10,000 people will gather under
Nelson's column.
Family's pride at Nelson events
BBC NEWS 21/10/2005
Anna Tribe is a direct descendent of Lord Nelson
Lord Nelson's closest living relative has said he "would have loved
the pomp" of commemorations marking the 200th anniversary of the
Battle of Trafalgar.
Anna Tribe, 75, from Monmouthshire, the admiral's great, great, great
grand daughter, said: "He did like to be recognised."
The Queen is to light the first of more than 1,000 beacons marking the
victory.
The Princess Royal Anne will light the third beacon at HMS Cambria, the
royal naval reserve base, near Barry.
Mrs Tribe, who runs a guest house in Raglan, Monmouthshire, has named
her two sons and her daughter after the naval hero.
She is direct descendent of Horatia, the child Nelson had by his affair
with Lady Emma Hamilton.
She and her family have taken part in a number of events over the 10-year
build up to mark the historic naval victory over the combined French and
Spanish fleets at Cape Trafalgar in 1805.
Mrs Tribe family restage Nelson's shooting on board HMS Victory
On Friday, she will be at Greenwich naval museum - where Nelson was laid
in state - as the weekend's Trafalgar 200 celebrations begin.
She said: "I am sure myself that he would have loved the
celebrations. I think he loved that sort of thing, from what we read
about him.
"He did like to be recognised and he loved some pomp and ceremony,
I'm sure.
"Certainly, wherever I've been, I've found enormous enthusiasm and
I gather that that enthusiasm is growing."
However, there was one part of this year's celebrations which left her
less than impressed.
A re-enactment of 18th Century naval warfare, held in the Solent in June
this year, drew her fire because it pitted reds against blues and not
the British against the French and Spanish.
Mrs Tribe described the event off Portsmouth, the naval base where
Nelson's flagship, HMS Victory, is preserved, as "pretty stupid".
She said: "I am sure the French and Spanish are adult enough to
appreciate we did win that battle."
Mrs Tribe has been more welcoming of the estimated 6,000 events planned
for this weekend to mark her illustrious ancestor's life, and death.
The highlight of Friday's commemorations is the lighting of more than
1,000 beacons.
The Queen is to light the first, aboard HMS Victory. The Princess Royal
will light the third principal beacon at HMS Cambria, the royal naval
reserve base near Barry, in south Wales.
HMS Cambria also has a model of the signal mast displaying Nelson's
famous message "England expects that every man will do his duty,"
flown from Victory just prior to the battle commencing.
The toast to Nelson is known as the Immortal Memory and is the only
Royal Naval toast where no response is made.
Mrs Tribe, who has Horatia as one of her names, revealed how she used to
deliver her own tribute to the admiral whenever she saw Nelson's Column.
She said: "As a child, I used to wave as I went round Trafalgar
Square in No 11 bus.
TELEGRAPH NEWS 21/10/2005
Celebrations sail to a spectacular end
By Thomas Harding, Defence Correspondent
(Filed: 21/10/2005)
After a summer of international fleet reviews, waterborne funeral re-enactments
and even underwater cycling off Guernsey, the bicentennial celebrations
of the Royal Navy's victory at Trafalgar will come to a close this
weekend.
At 8.45am today a memorial service will be held aboard HMS Victory with
wreaths laid at the spot where Admiral Nelson was mortally wounded and
on the orlop deck, where he later died. For the first time the Royal
Navy's flag, the White Ensign, will be raised from public buildings and
flagpoles. From 10am the Nelson and Napoleon exhibition at the National
Maritime Museum in Greenwich will be free for the next three days.
First Sea Lord Sir Alan West with a 'living statue'
At noon, local time, eight bells will be struck to mark the start of the
Battle of Trafalgar in 1805. It will begin in the town of Nelson, New
Zealand, and for the next 24 hours bells will peal out in countries from
South Africa and the Falkland Islands to Washington and Hawaii.
The Woodland Trust will begin planting 33 new woods - the total number
of ships under Nelson's command - to celebrate the role that oak and
timber have played in maritime history.
At 11am the First Sea Lord, Admiral Sir Alan West, will lay a wreath at
Nelson's tomb in St Paul's Cathedral.
At 4pm a Spanish aircraft carrier, a French frigate and the British
frigate Chatham will sail from Cadiz to the site of the battle off Cape
Trafalgar for a memorial service. As the sun sets over Portsmouth
harbour the Queen will light the first of 1,000 beacons across Britain,
which will be followed by a special Beat Retreat by the band of the
Royal Marines. A 52-gun broadside from Victory will then signal the
start of hundreds of Trafalgar Night parties.
For the first time the "immortal memory" toast to Nelson and a
speech by the Queen will be televised live from the Great Cabin of HMS
Victory as part of an hour-long programme on BBC2.
On Sunday the Royal Family, bar the Queen, will attend a service at 3pm
in St Paul's Cathedral. The finale will be a party in Trafalgar Square
where 10,000 people will watch a show culminating in a "spectacular
illumination" of Nelson's Column.
El Ministro de Defensa preside en Cádiz el homenaje a los caídos en
Trafalgar
El acto comenzó a las 10.00 horas con un acto de imposición de coronas
llevado a cabo por los descendientes de Churruca, Villenueve y Nelson
El Ministro de Defensa, José Bono recorrió las calles del centro de Cádiz
acompañado de la Alcadesa de Cádiz, Teófila Martínez y el Presidente
de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves.
EFE
san fernando/cádiz. El ministro de Defensa, José Bono, presidió junto
al presidente andaluz, Manuel Chaves, y los embajadores del Reino Unido
y Francia un homenaje a los más de 4.000 muertos en la batalla de
Trafalgar en el panteón de marinos ilustres de San Fernando, al
conmemorarse hoy el 200 aniversario del famoso combate naval.
El acto comenzó a las 10.00 horas con un acto de imposición de coronas
llevado a cabo por los descendientes de Churruca, Villenueve y Nelson.
El arzobispo general castrense y el capellán de la fragata Chathan del
Reino Unido ofrecieron un responso por el alma de los fallecidos.
En la ceremonia participaron autoridades civiles y militares como el
secretario de Estado de Defensa, Francisco Pardo; el almirante jefe del
Estado mayor de la Armada, Sebastián Zaragoza Soto, y el almirante de
la flota, Angel Pello Valero.
Entre las autoridades británicas se encontraban el embajador del Reino
Unido, de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en Madrid, Stephen Wright, y
por parte del país galo asistió el embajador de la república
francesa, Claude Blanchemaison.
Además, el acto contó con la presencia de algunos descendientes de los
héroes de la batalla, entre los que se encontraba una nutrida
representación de los familiares de Alcalá Galiano, quien participó
en el combate desde el navío Bahama.
El almirante Oratio Nelson estuvo representado por Rose Mcmurray,
descendiente del célebre lord británico que comandó el Victory, y el
almirante francés Pierre Charles Villenueve, que estuvo al frente del
navío Cucenteure, por familiares directos como el conde Andre
Villeneuve.
Este es el primero de los actos organizados por el Ministerio de Defensa
que se celebran hoy en Cádiz con motivo de la conmemoración del
bicentenario de la batalla de Trafalgar.
El lapsus del almirante
(o el reflejo dorado de Teófila)
Las banderas francesa y británica ondean al viento la víspera de las
celebraciones.
Cadiz, 21 de octubre (12 horas).- El Mundo
El segundo capítulo de esta jornada de cañones y héroes caídos
conduce de nuevo al corazón de Cádiz. No hay más que seguir la
comitiva de infinitos coches con lunas tintadas. Los fotógrafos, cámaras
y "plumillas" de rondón componen un batallón más nutrido
que la retahíla de infantes de Marina y caballeros alumnos que aguantan
estoicos la que cae. Tiene guasa "la caló" en la Avenida de Gómez
Ulla . Suena la Marsellesa. Suena el "God Save the Queen". La
banda se recrea con el himno de España. Jugamos en casa. Hay unos
"marineros" que por momentos han roto filas. Son los
jardineros del Parque Genovés donde se desarrolla uno de los actos del
aniversario de la batalla. Visten de azul y han dejado los setos que ni
Eduardo Manostijeras. "Esto es precioso, una maravilla", dicen
echándose un cigarro.
Movimiento en la tribuna de personalidades. ¡Ahí está ella!
Espectacular en una chaqueta negra de lunares blancos, la alcaldesa de Cádiz,
Teófila Martinez, luce un color de cabello a lo Rafaela Carrá . Qué
estilo atusándoselo. Qué sombra de ojos enlutada. En la otra esquina
se atisba a Pedro Pacheco , el que fuera mítico alcalde de Jerez. Más
vivas a España (con perdón, que diría el desaparecido Fernando Vizcaíno
Casas ). Es el síndrome del Estatut. Habla el almirante Zaragoza Soto:
"No juzgamos el combate. Honramos a los héroes caídos en
Gibraltar". Risas discretas en la tribuna. Menudo patinazo.
Detecto a Arturo Pérez Reverte. Si echáis el ancla, lo cuento luego.
Salvas de honor durante la inauguración de un monolito en el Parque
Genovés
LA VOZ/CÁDIZ
Salvas de honor, la marcha fúnebre y la lectura de los navíos
participantes en la batalla de Trafalgar han servido como inauguración
de un monolito en memoria de los más de 4.000 muertos que produjo dicho
acontecimiento.
Tres corononas con las banderas española, francesa e inglesa han sido
depositadas a los pies del monolito conmemorativo, durante el acto se ha
tocado la marcha fúnebre y el subdelegado del Gobierno, Joaquín Arcusa,
ha leído los nombres de los navíos españoles y de los 60
internaciones que participaron en la batalla.
Al finalizar el acto ha comenzado un desfile por la avenida Gómez Ulla
de Cádiz en el que han participado la escuadra de gastadores, dos
secciones de la marinería, el regimiento inmemorial del Rey, la
escuadra de voluntarios de Cataluña y una sección de infantería de
marina de la Armada española. Además, de la escuadrilla de la marina
de guerra francesa y la RoyaNavy
Una sencilla ceremonia en el mar recuerda hoy a los
muertos en la batalla naval de Trafalgar
Bono arrojará al mar seis coronas de laurel desde el portaaviones Príncipe de
Asturias, escoltado por un navío francés y otro británico
ELPAIS.es / AGENCIAS - Madrid / San Fernando
- 21-10-2005 - 13:46
“Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su tarea”
Doce millas más allá del puerto de Cádiz. Allí es donde el ministro de
Defensa, Jose Bono, arrojará hoy al mar seis coronas de laurel para recordar a
los miles de marinos españoles muertos en la batalla naval que, hoy hace 200 años,
tuvo lugar frente al cabo Trafalgar. Al buque insignia de la armada, el
Portaaviones Príncipe de Asturias, le escoltarán en la tarea dos fragatas de
las otras dos flotas que participaron en la lucha, la británica Chatham, y la
francesa Montcalm.
Lejos de insistir en el peso histórico que los eruditos le atribuyen a la
batalla en la balanza de las potencias mundiales del siglo XIX, las autoridades
militares españolas han querido convertir este 21 de octubre en un recuerdo
discreto de quienes fallecieron en la batalla. En un homenaje a los más de
4.000 muertos, entre españoles y franceses, que cayeron ante el golpe imparable
del inglés Nelson.
Ceremonia religiosa, militar y política
Horas antes de esa culminación, a las 10 de la mañana, Bono ha asistido junto
a los embajadores de Reino Unido y Francia a un responso por el alma de los
fallecidos, oficiado por el arzobispo general castrense y un capellán inglés.
A la ceremonia religiosa también han asistido descendientes directos de los
principales protagonistas de la batalla: Nelson, el victorioso almirante,
Villeneuve, el depresivo comandante de la flota conjunta hispano francesa, así
como de los españoles Alcalá Galiano y Churruca, entre otros.
Poco después, un desfile de las unidades de honores de las tres armadas en Cádiz
ha añadido la nota castrense a la ceremonia religiosa, pero lo ha hecho con un
mensaje pacifista: “tres naciones y un proyecto compartido, memoria conjunta
con la que tributamos culto a la historia, no a la guerra, pero sí a los que
murieron en la batalla”, en palabras del almirante jefe del Estado Mayor de la
Defensa, Sebastián Zaragoza Soto. El acto militar ha concluido solemnemente con
la lectura, uno a uno, de todos los nombres de los buques que lucharon ese día.
El bicentenario de la batalla ha sido recordado en los tres países que
participaron en ella de modo muy distinto. Si Reino Unido viene celebrando desde
que comenzó el año grandes actos para recordar lo que algunos historiadores
denominan pomposamente como el comienzo del dominio de la talasocracia inglesa,
y con él el nacimiento del Imperio Británico, en Francia la fecha no ha pasado
de ser una efeméride más en el calendario. Cosa lógica si se tiene en cuenta
que los libros atribuyen el resultado de la batalla a la pericia de Nelson pero
sobre todo, al error de Villeneuve.
“Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su tarea”
Esta frase, de Horacio Nelson, ha cruzado esta mañana la rada del puerto inglés
de Portsmouth, y lo ha hecho igual que aquél 5 de octubre de 1805: con señales
de banderas, justo después de la izada de la bandera británica. A los 27 navíos
que respondieron a este mensaje, y a los hombres que los tripulaban ha rendido
homenaje esta mañana la Royal Navy, a bordo del HMS Victory.
Pero el de hoy era sobre todo un homenaje al comandante inglés, cuya memoria es
venerada en el Reino Unido, y cuya vida quedó segada por la bala de un
francotirador francés en el mismo lugar donde hoy una corona de flores ha sido
arrojada al mar. Una celebración muy distinta, en el espacio y en el
significado, a la que tendrá lugar frente a las costas de Cádiz.
Trafalgar 2005: El círculo se cierra
El Mundo 21/10/2005
A bordo del Príncipe de Asturias (17.45h).- Desconozco las coordenadas. Ignoro
si nos separan del cabo siete o nueve leguas. A bordo del Príncipe de Asturias,
con tierra firme fuera de foco, los parámetros emocionales certifican que
estamos en Trafalgar. Que bajo la eslora de este portaaviones yace el Santísima
Trinidad, las vidas anónimas de grumetes de pacotilla y brigadieres que salían
en los libros de texto.
El reloj marca las 16.45. La misma hora en la que hace 200 años el infierno
salió del mar. Un estallido. Las balas de cañón silban. La vida se astilla. Cáscaras
de nuez al pairo del monstruo de la guerra. Hay descendientes, como Ignacio
Churruca, que exigen su momento, piden estar solos para sintonizar con el
pasado. Sobrecoge una ofrenda floral que cae donde hubo maderos desarbolados, náufragos,
5.000 muertos y sangre como plancton. Hombres como rocas en una era permeable
tanto a los mosquetones como a las cuestiones de Estado. Hoy, el buque insignia
de la Armada, escoltado en formación de diamante por las fragatas Chatham y
Mont Calm, saldan una deuda.
En 1805 hubo bruma. Ahora el viento despeina los trajes. Por sorpresa, la emoción
se descompone. Imponen a Arturo Pérez Reverte la Gran Cruz del Mérito Naval
con distintivo blanco. Ya sabemos que los españoles nos movemos a centenariazos.
También con oportunismo, coyuntura y ventajismo.
Con el viento a favor de un homenaje de esta índole, el ministro José Bono
hace apología de la Alianza de Civilizaciones.
Descansen en paz los auténticos héroes de 1805.
En la máquina del tiempo
Diario El Mundo
Cádiz, 21 de octubre (17.20h).- El cóctel ha hecho las veces de almuerzo y ha
saciado el estómago y la curiosidad de prensa y autoridades. Por un lado, los
"juntapalabras", con las chaquetas colgadas en la silla y el micrófono
en el suelo. En otra sala contigua del Parador de Cádiz, descendientes de
Gravina, Escaño, Gardoqui y Cisneros se abrazan después de dos siglos de
espera. La prensa británica no ha agotado la cerveza, ¡válgame la reina!, y
la española ha sido una perfecta anfitriona. Aquí un Nelson, aquí un
Churruca, tanto gusto.
Como un francotirador de nombres ilustres enfilo la vista a Santiago Ibarra. No
le gusta que le digan que es el hermano del presidente del BBVA. Para los neófitos
en mass media, es el presidente del Grupo Correo, en su caso, un deporte de alto
riesgo. Pérez Reverte, a lo suyo, diplomacia comedida y apretones de manos para
todos. Su báculo es Gónzalez Aller, penúltimo director del Museo Naval y
hombre cabal cual rosa de los vientos. Leopoldo Stampa, alma mater de la Comisión
de actos del bicentenario, saborea una pipa al tiempo que una pantalla gigante
dispara imágenes del combate naval que truncó la historia. Con la última
cerveza en el gaznate, el autobús nos lleva al muelle de Cádiz. El aire
acondicionado es calma chicha y el vermut se escapa por los poros. Estación término.
El portaaeronaves Príncipe de Asturias nos zambulle en la máquina del tiempo.
Destino, Cabo Trafalgar: 21 de octubre de 1805.
Victory and duty of hero's battle
|
By Jules Botfield
BBC correspondent in Portsmouth
|
Above the quarter deck of Nelson's famous flag ship 31 patterned flags
are fluttering. They spell out the most famous naval signal ever
transmitted.
Royal Navy cadets raised Nelson's famous
signal "England Expects"
|
"England expects that every man will do his
duty".
They were raised this morning along with the white
ensign, the premier British maritime flag, the flag too of Nelson's white
squadron at the time of the Battle of Trafalgar.
On board Victory, historians are tapping their
watches, marking off the key events of the day.
'Humanity after victory'
At 6am Nelson was briefed that the combined French
and Spanish fleets were setting sail from Cadiz, to meet their destiny.
At 8am, Nelson was kneeling at his desk in the Great
Cabin, crafting his famous prayer, which includes the words: "May
humanity after victory be the prominent feature of the British fleet."
By now Nelson had less than nine hours to live and
he was facing the greatest challenge of his career. The future of the
country rested on his shoulders.
On a day like today it's impossible not to feel
history reaching out to you from the very fabric of this beautiful old
ship.
But the reality of the battle was hideous.
Leading Naval historian Coin White describes the
scenes below deck as a "living hell".
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The reality of the battle was hideous
|
Today the Orlot, an area below the waterline is
pristine but 200 years ago he says it would have been awash with blood and
filled with terrifying noises that dying men make.
Even today the light is low and eerie and it's
cramped - you have to stoop to just move around.
But this is where they brought the most famous man
in the British Navy for his long, painful death.
Today it's quite shocking to see the surgeon's table
laid out with the hacksaws, knives and chisels of his trade.
Macabre instruments all - hard to believe they could
do a man more good than harm.
Above deck it's good to get a lungful of fresh,
bracing sea air. But then the memorial service begins just before 0800 BST
and the heavens open.
On the poop deck, it's a blessing to dive under a
Royal Navy umbrella. But below, on the spot where Nelson fell, his spine
shattered by a musket ball, the Royal Marine band and Navy officers are
being lashed by the rain.
'Victory' lessons
It lasts until the final notes and suddenly the
sharpest sunlight falls on the crowd of uniforms.
BBC correspondent Jane Hall jokes with the Second
Sea Lord that he's never seen so much wet braid.
A dousing cannot dampen naval spirits.
Two hundred years on they are fiercely proud of
their hero and when you ask the First Sea Lord Admiral Sir Alan West what
Nelson's legacy is, he doesn't hesitate for a moment.
"Victory", he smiles, "He taught us
to win and that's what we're still doing."
One cannot help but reflect that, 200 years after
his death, Nelson has bequeathed another useful legacy: A whole year's
worth of good publicity for the navy.
|
Emotivo homenaje víctimas desde
portaaviones Príncipe de Asturias
Los 38.000 marineros que combatieron el
21 de octubre de 1805 en la Batalla de Trafalgar recibieron hoy un emotivo
homenaje con una ofrenda floral desde el portaaviones Príncipe de Asturias como
acto final de las actividades organizadas por Defensa para conmemorar el
bicentenario de la batalla.
Navegando a unas siete millas frente a la ciudad de Cádiz y
con numerosas personalidades civiles y militares a bordo, la cubierta del Príncipe
de Asturias fue el escenario del acto de entrega de tres coronas a la mar, una
por cada país que participó en la contienda -España, Francia y Reino Unido-,
en recuerdo de las numerosas víctimas que la batalla dejó en sus aguas.
Los embajadores de Francia y Reino Unido, Stephen Wright y
Claude Blanchemaison, respectivamente, lanzaron a la mar las coronas de laureles
abrigados por el paso por babor de las fragatas de sus respectivos países, 'Montcalm'
y Chatham'.
El ministro de Defensa, José Bono, fue el encargado de
repetir la escena al paso de la fragata 'Reina Sofía' así como de entregar
posteriormente al periodista y escritor Arturo Pérez Reverte la Gran Cruz del Mérito
Naval con distintivo blanco, por la que se le reconoce 'su manera de escribir
sobre unos hombres que eran de hierro en barcos de madera'.
Bono recordó durante su intervención a los 'cerca de 5.000
muertos de la contienda' y aseguró que en 1812 'nació la nación que con su
Constitución inició la singladura de la paz, la solidaridad y la justicia'.
Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel
Chaves, aseguró que el acto de hoy estaba cargado de 'significado y simbolismo'
porque los tres países 'cayeron luchando con idéntica bravura y fidelidad' y
las víctimas del desastre, en los momentos posteriores a la batalla,
'confraternizaban entre sí con los mismos semblantes de temor y esperanza',
dijo Chaves citando a Benito Pérez Galdós.
Con este recuerdo finalizan los actos organizados por Defensa
para conmemorar el bicentenario de la Batalla de Trafalgar, tras los homenajes
presididos esta mañana por Bono en el Panteón de Marinos Ilustres de San
Fernando y el Parque Genovés, en Cádiz.
Mañana sábado, en el Ayuntamiento de Cádiz, se celebrará
un acto cívico donde se dará lectura de los acuerdos adoptados en 1805 como
consecuencia de la batalla, y de diferentes extractos de textos de la época.
Al mediodía se llevará a cabo una parada naval en aguas de
Cabo Trafalgar con la participación de unas ochenta embarcaciones de recreo y
del patrullero 'Vigía' de la Armada española.
Reino Unido
conmemora la batalla de Trafalgar
|
LONDRES, 21 (EUROPA
PRESS)
La Reina Isabel II de Inglaterra iluminó hoy uno de los 1.000 faros que
se encendieron como "una cadena de luz" a través de Reino
Unido en memoria de la batalla de Trafalgar. La Reina se desplazó a la
localidad costera de Portsmouth y esta noche presidirá una cena en la
cabina del 'HMS Victory'.
Esta mañana marineros británicos depositaron coronas de flores en la
Catedral de San Pablo y en el barco de Lord Nelson para conmemorar la
victoria sobre las flotas española y francesa. A las 12 del mediodía
sonaron campanadas en los barcos de la 'Royal Navy' de todo el mundo
para marcar el momento en el que comenzó la batalla.
James Burnell-Nugent, representante de la Royal Navy, dijo que
"este es un momento muy especial para la Armada, una ocasión
especial para la nación y una ocasión especial para el mundo".
"Nelson es un héroe en todas las armadas porque la mayoría de los
países han tenido guerras en el mar".
El almirante Sir Alan West, que depositó una corona de flores en la
tumba de Nelson en la Catedral de San Pablo, dijo que estaba sorprendido
con cómo el aniversario de la batalla "ha unido el espíritu de
Reino Unido". Se espera que durante este fin de semana haya en
Reino Unido más de 6.000 actos para conmemorar la batalla. |
Unos 120 barcos participaron hoy en
la parada naval que se celebró frente a Trafalgar (Cádiz), dentro de los actos
conmemorativos del bicentenario de la batalla naval entre la flota inglesa y la
hispano-francesa en 1805.
Según fuentes de la Federación Andaluza de Vela, las
embarcaciones zarparon del puerto de Barbate (Cádiz) sobre las 12.00 horas y se
dirigieron a una ensenada próxima al Faro de Trafalgar, donde se concentraron y
navegaron en fila para rememorar la formación de los navíos de línea,
doscientos años después de la batalla.
De vuelta de nuevo al Faro, las embarcaciones se encontraron
con un patrullero de la Armada española que presidió el protocolo de homenaje
'en honor y gloria de los héroes de Trafalgar'.
Los participantes homenajearon a los caídos en la Batalla con
21 salvas y una ofrenda floral, así como con una oración por sus almas y un
minuto de silencio, tras el cual culminó el acto, casi a las 15:00 horas, con
la interpretación del himno de España.
En el acto, que resultó favorecido por la climatología, con
cielos despejados y mar en calma, participaron embarcaciones de motor y cruceros
de vela venidos desde los distintos puertos del litoral andaluz, indicaron las
fuentes.
La parada naval fue organizada por el Ateneo de Cádiz, con el
patrocinio de una empresa de telecomunicaciones y la colaboración de la Empresa
Pública de Puertos de Andalucía.
EFE 22/10/2005
El Ayuntamiento de Cádiz acogió
hoy un acto cívico en recuerdo de los caídos en la batalla de Trafalgar, de la
que se cumple el bicentenario, y en homenaje 'a los valores de piedad, humanidad
y solidaridad' de Cádiz y localidades del alrededor con los náufragos, los
heridos y los muertos.
El acto estuvo presidido por la alcaldesa de Cádiz, Teófila
Martínez, el vicepresidente de la Diputación Provincial, Manuel María de
Bernardo, y almirante jefe del Estado Mayor de la Flota, Sebastián Zaragoza
Soto.
Durante el acto se leyeron los acuerdos adoptados en 1805 como
consecuencia de la batalla y fragmentos de la correspondencia entre el almirante
Coollingwood de la Flota inglesa, que tomó el mando, y el Marqués de Solana y
del Real Socorro, como gobernador militar de Cádiz.
Con este homenaje, según destacó Martínez, se pretendía
recordar 'a los caídos por la batalla de Trafalgar y a los tantos gestos de
piedad y de humanidad que durante aquellas aciagas fechas se dieron, queriendo
enaltecer este espíritu de unión y entendimiento entre todos los que aquí
ahora representamos la sociedad a la que, desde nuestras responsabilidades,
servimos'.
Estos gestos de 'piedad y humanidad' aparecen reflejados en la
lectura del testimonio del capitán Castilla, testigo de la batalla, que escribió
que 'el espectáculo que presentaba Cádiz en los cinco o seis días que
siguieron al del combate, era en verdad desgarrador.No sólo estaban las playas
cubiertas de cadáveres,(...) sino que eran numerosísimos los fallecimientos de
heridos de las tres naciones que allí sin distinción se habían recogido'.
El acto contó con la asistencia de, entre otros invitados, el
Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, y familiares de
Churruca, de Alcalá Galiano y José María Solano, militares que intervinieron
en la batalla de Trafalgar, además del embajador del Reino Unido, Stephen
Wright.
Wright apeló en su discurso a la 'calidad de humanidad y
solidaridad' de aquellos días en 'la construcción de una Europa mejor'
coincidiendo así con la alcaldesa de Cádiz, que se congratuló de que 'tres
naciones que antaño fueran adversarias, compartamos como amigas y aliadas este
proyecto común de una Europa unida'.
El acto culminó con la interpretación de los himnos
nacionales de España, Francia y Reino Unido por un cuarteto de cuerda de
profesores del Conservatorio Manuel de Falla.
Tras el homenaje, se celebró en la Catedral de Cádiz una
ceremonia ecuménica para orar por el eterno descanso de los fallecidos en la
batalla.
EFE 22/10/2005
Cabra muestra
los linajes unidos a Alcalá-Galiano
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JOSE MORENO |
22/10/2005 Diario
Córdoba |
Con el estreno mundial del aria Lúultimo sogno di
Malaspina perteneciente a la ópera Malaspina que el neoyorkino José
Luis Greco está componiendo sobre libreto de Pierre Elías Mamou a
cargo de Loles y María José Villatoro Campaña, finalizó la pasada
noche en el IES Aguilar y Eslava de Cabra la quinta sesión de las II
Jornadas Internacionales en memoria de Dionisio Alcalá Galiano, que se
vienen celebrando durante toda la semana bajo la organización de la
asociación a la que da nombre.
Una jornada en la que la Real Academia de Córdoba
celebró sesión extraordinaria y en donde su director Joaquín Criado
trasladó a los participantes el mensaje "de que los pueblos que
honran a sus hijos ilustres son pueblos inteligentes y agradecidos, que
saben honrarse a sí mismos".
La ponencia estuvo a cargo del académico y catedrático
egabrense de la Universidas San Pablo-CEU de Madrid José Peña, que
versó sobre linajes históricos de la zona como los Alcalá, los
Galiano y los Valera.
El acto comenzó con un minuto de silencio en
recuerdo del marino egabrense, muerto en la batalla de Trafalgar un 21
de octubre de 1805
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La 'Union Jack' llora a Nelson en Barbate
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Europa Sur 22/10/2005 |
Un centenar de
miembros de la Asociación de la Legión Británica alza en Cabo
Trafalgar una oración por los caídos, entona el 'God Save the
Queen' y brinda con ron de la Royal Navy por la paz mundial
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LA
CRÓNICA DE J.J. MARQUÉS. Cádiz/barbate. Mientras el ministro
Bono presidía ayer en Cádiz un deliberado apatriótico acto oficial en
memoria de los caídos en Trafalgar después de lanzar el jueves un
discurso nacional-constitucional y poco estatutario –Cádiz fue
patria de una nación, que no se construye en tres noches–, una
representación británica hincaba en el mismísimo Barbate la Union
Jack y entonaba el God save the Queen, frente al escenario de
la batalla que se cobró la vida de 5.000 hombres, 449 de ellos ingleses,
el 21 de octubre de 1805.
Más que una izada de bandera, lo que se vio ayer en
el tómbolo de Trafalgar fue una siembra de todas las variantes
nacionales del emblema británico, entre las que abundaba la cruz roja de
San Jorge sobre fondo blanco de la enseña inglesa y en la que tampoco
faltaron enseñas gibraltareñas.
Al filo del mediodía, hubo una ofrenda floral, se
descubrió una placa conmemorativa al pie del faro, se izó un banderín
de la Royal Navy y un sacerdote anglicano elevó una oración por los
fallecidos, con mención especial para el almirante Horacio Nelson, "heroicamente
fallecido", según la versión británica de la historia. Luego se
brindó con ron añejo especialmente etiquetado con el escudo de la Armada
británica. Pese a que las copas se alzaron sin ánimo triunfalista
"por la paz mundial", a algún patriota español recalcitrante
le molestó el gesto, imaginó inexistentes botellas de champán
celebrando la victoria, doscientos años después, e incluso increpó a
los participantes. Afortunadamente fue una simple anécdota. Hasta el
propio alcalde de Barbate, Juan Manuel de Jesús (PP), que encabezaba otro
acto de homenaje casi a la misma hora, aceptó con fair play la
invitación y afrontó el brindis, según informa José María Ruiz
desde Barbate.
Esta improvisada delegación civil del Reino Unido
en Trafalgar la componía alrededor de un centenar de miembros de una
decena de grupos de la Asociación de la Legión Británica, una entidad
privada de la que forman parte unos 2.000 familiares de militares
ingleses, residentes en Andalucía, la mayor parte en la Costa del Sol.
Fundado en 1921, el colectivo tiene como fin social "la recaudación
de fondos para la asistencia sanitaria de soldados heridos y enfermos en
contiendas, en un país que carece de Seguridad Social", según
explicó Mary Lee Corney, una de sus portavoces.
Una hora después del acto británico, el alcalde de
Barbate, acompañado de miembros de su equipo municipal, y el diputado
provincial Hermenegildo García, rodeado de varios compañeros
andalucistas, lanzaban al mar una corona de flores en memoria de los
fallecidos en la bicentenaria batalla naval, pero también como homenaje a
aquellos que perdieron la vida recientemente en las peligrosas aguas que
cubren los Bajos de la Aceitera.
Coincidieron los ingleses en el tómbolo de
Trafalgar con una veintena de alumnos de Primaria españoles, británicos
y franceses del colegio Saladobreña de Zahora, que aprendieron, frente al
escenario de aquel acontecimiento decisivo en la Historia de España quiénes
fueron y qué rol jugaron Gravina y Churruca, Nelson y Villeneuve; los
nombres de los barcos que componían las flotas hispanofrancesa e inglesa;
las estrategias navales que allí se desplegaron y las consecuencias de la
batalla.
Ante esa fiebre conmemorativa, la carretera de
acceso al faro estaba en torno a las dos de la tarde atestada de coches.
Hasta un club portuense de automóviles antiguos aprovechó la efeméride
para retratarse en el lugar de los hechos históricos.
Entrada la tarde, los británicos se replegaron y
cedieron el paso a centenares de españoles que se desplazaron desde las
localidades vecinas con ánimo de atisbar, aunque fuera en el horizonte,
la silueta del portaaviones Príncipe de Asturias y su escolta naval, base
de una ofrenda floral. La visita resultó decepcionante porque, como era lógico
prever, el buque insignia de la Armada Española navegaba decenas de
millas mar adentro.
Más asequible a la vista del gran público resultará
hoy la parada naval conmemorativa del Bicentenario de Trafalgar, que
organizada por el Ateneo de Cádiz en colaboración con la Federación
Andaluza de Vela y bajo el patrocinio de Ono, surcará las aguas al través
del Cabo y los Bajos de la Aceitera entre las 12.00 y las 14.00 horas. La
Armada Española ya ha confirmado la participación del patrullero de
altura Vigia a bordo del cual presiderán el acto el almirante Juan
Ollero y la comisión organizadora del evento compuesta por Ignacio
Moreno, Hans Joseph Artz, José Pérez Díaz Alersi y Nicolás Mariño.
También está asegurada, si el tiempo no lo impide, la implicación de
casi un centenar de barcos deportivos y de recreo, de vela y motor, con
base en puertos de la provincia de Cádiz y algunos, en Huelva. Todos se
cruzarán a vuelta encontrada, rememorando así la clásica formación de
navíos en línea, mientras desde el buque de la Armada se lanzan salvas
"en honor y gloria de los héroes de Trafalgar" y claveles rojos
desde el resto de las embarcaciones. En la playa de La Aceitera se oficiará
una ofrenda floral. Los actos culminarán con un almuerzo marinero en el
puerto deportivo de Barbate. Paralelamente, el Ayuntamiento ha organizado
una serie de actividades lúdicas.
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El
portaaviones de la Armada rinde honores a los caídos en Trafalgar
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Europa
Sur
EL
REPORTAJE DE ANA DE ANTONIO / Cádiz. Poco antes de las doce de la
mañana de ayer, el Parque Genovés fue centro de la conmemoración de lo
que justo 200 años antes ocurrió. La batalla de Trafalgar cumplió ayer
su bicentenario y José Bono, ministro de Defensa, presidió todos los
actos que rindieron homenaje a quienes murieron en aquel combate naval.
Tras izar las banderas de cada país implicado en
Trafalgar, el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, el almirante
Sebastián Zaragoza Soto, recordó que tras el combate, Cádiz
"atendió generosamente a las víctimas, fueran de la bandera que
fuera". Después de 200 años, comentó, debemos "mantener la
paz que se ha ganado a un precio tan alto", pero si la patria exige
el sacrificio supremo "sepamos estar a su altura y les tengamos como
referencia". Ésta fue la idea que inundó los discursos de las
autoridades políticas y militares que participaron ayer en el recuerdo de
más de 4.000 hombres fallecidos. Tras su discurso, en Avenida Duque de Nájera
tuvo lugar un breve desfile militar en el que participó una llamativa
sección del Ejército de Tierra vestida con trajes de época.
Por la tarde, y después de que el Hotel Atlántico
ofreciera un almuerzo a las autoridades y familiares de los hombres
fallecidos en la batalla, comenzaba el acto más importante de la jornada.
A las cuatro de la tarde, el buque insignia de la Armada española, el
portaaviones Príncipe de Asturias, zarpaba rumbo a Trafalgar para
navegar sobre las aguas que en su día vivieron el combate. Coincidiendo
con el paso de la fragata española Reina Sofía, con toda su
dotación rindiendo honores al portaaviones español, el ministro Bono
lanzó al mar una corona. Lo mismo hicieron los embajadores de Francia e
Inglaterra, Claude Blanchemaison y Stephen Wright, respectivamente, al
paso de las fragatas Montcalm y Chatham.
La cortesía naval cuenta que, en la medida de lo
posible, la Armada española ha de tener siempre algún barco que ostente
nombres históricos. Es el caso del nombre Príncipe de Asturias.
El primer barco que así se llamó fue el velero que participó en la
batalla de Trafalgar. Aunque desarbolado, consiguió entrar en el puerto
de Cádiz con más de 50 muertos a bordo. Años más tarde, en 1903, entró
en servicio el crucero Princesa de Asturias y formaría parte de la
Armada hasta 1927. El buque que adquirió nuevamente el nombre Príncipe
de Asturias es el actual portaaviones, botado en 1982 en Ferrol y que
seis años más tarde entró en servicio.
El que fuera almirante del Príncipe de Asturias
en Trafalgar, el almirante Gravina, herido en combate y que falleció días
más tarde, tenía ayer a bordo del portaaviones a su descendiente José
María Castillejo y Oriol, conde de Floridablanca. En su opinión,
"es maravilloso que recuperemos la memoria de quienes dieron la vida
por nosotros". ¿Mereció la pena? "Sí, y además estuvo bien
que España perdiera porque, si la alianza franco española hubiera
ganado, no lo habría hecho España, lo habría hecho sólo Francia".
En este momento "vivimos una Europa diferente a la que habríamos
tenido en caso de que venciera España y Francia". El descendiente de
Gravina echó de menos ayer "a un representante de la Casa
Real". En Trafalgar, los combatientes españoles dieron "su vida
por su tierra, pero también por su rey". Por su parte, el capitán
de navío Nigel Dedman, agregado de Defensa en la embajada británica,
reconoció el valor de quienes entonces salieron a luchar a la mar,
"hoy en día es difícil entender esa valentía". Cádiz es el
lugar "para recordar lo que ocurrió y hoy me siento orgulloso de las
tres banderas". Esta jornada "me deja sin palabras", dijo
ayer el embajador británico, "me impresiona la actitud calurosa de
España". Recordó que tras la batalla hubo "una tormenta muy
fuerte que provocó problemas a los barcos y Cádiz manifestó su
solidaridad ayudando a los marineros".
Una dotación de 610 militares a bordo del Príncipe
de Asturias, el grupo aéreo embarcado y el personal de Estado Mayor
del grupo de proyección de la flota, con el almirante Palomino Ulla al
mando, tras casi un mes de navegación por Italia, han empleado cuatro días
más en el ensayo de un acto que pretendía reconocer la labor de quienes
lucharon por su país.
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Resucita
la flota hispano-francesa
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Europa Sur 23/10/2005
cabo
de trafalgar. La Crónica de Juan José Marqués. Mil
doscientos claveles rojos, casi tantos como vidas de marinos españoles
se cobró el fragor de la batalla aquel aciago 21 de octubre de 1805, y
una corona de laureles rodeada de un patriótico crespón rojo y gualda,
flotan hoy a la deriva sobre las aguas de Cabo Trafalgar, muy cerca del
lugar donde la flota franco española resistió, pero al fin sucumbió,
al ataque de la inglesa. Ayer, las tripulaciones de más de un centenar
de veleros y la dotación de un patrullero de la Armada, El Vigía,
resucitaron por unas horas la formación en línea de la escuadra franco
española y rindieron homenaje a las víctimas y a la ciudad de Cádiz,
que las acogió. Fue en el transcurso de una parada náutica organizada
por el Ateneo de Cádiz y la Federación Andaluza de Vela, bajo el
patrocinio de Ono, que se convirtió en el acto central de la
conmemoración civil del Bicentenario en la provincia. En tierra, a los
pies del faro de Trafalgar, miembros de la Asociación Napoleónica
ataviados con uniformes de época, rememoraban también el
acontecimiento.
Quiso la casualidad que ayer, doscientos años y
un día después de la efeméride, amaneciese la mañana en la Ensanada
de Trafalgar con un cielo pintado de rotundas nubes grises y azules, idénticas
a las que coronan algunos de los óleos decimonónicos que reproducen la
histórica contienda naval. Como entonces, los partes meteorológicos no
eran favorables para la navegación, hasta el punto que se barajó
seriamente la posibilidad de suspender o aplazar el evento. "El espíritu
es rememorar el acontecimiento, no que se pueda hundir algún
barco", comentó con ironía un miembro de la organización.
Afortunadamente, el cielo, el viento y el estado de la mar contradijeron
las predicciones y a las 11.30 horas zarpaban del puerto de Barbate dos
embarcaciones con periodistas a bordo. Nada más abandonar la bocana,
comenzaron a divisarse las primeras embarcaciones participantes que, o
ponían proa o ya se encontraban en la zona de partida, en espera del
resto de los barcos. La imagen de decenas de velas en el horizonte y la
formación de soldados napoleónicos a los pies del faro –qué blanco
tan fácil debían proporcionar al enemigo esas casacas rojas y las
humaredas de cañones y mosquetes– transportaban a una época en la
que la navegación todavía era un arte impregnado de mucho sufrimiento.
Si asistidos de potentes motores, emisoras de radio y posicionadores vía
satélite resulta difícil coordinar los movimientos de varias decenas
de embarcaciones deportivas, qué no sería tripular y dirigir una
escuadra de grandes navíos, a brazo partido y a golpe de garganta, con
la amenaza cierta del enemigo enfrente.
El enemigo de ayer es el amigo de hoy, debió
pensar el patrón de un yate británico que no captó del todo el espíritu,
fraterno primero y solemne después, del acto: no paró de lanzar
cohetes y bengalas. Estaría celebrando algo. También llevaba el rumbo
cambiado el capitán de un velero que navegaba bajo pabellón pre y
anticonstitucional. Disfrutaría de los vítores patrióticos y los
clarines taurinos que sonaron por la radio. Espontáneos, anécdotas y
alguna deriva en el rumbo aparte, el evento salió bien y resultó muy
vistoso. Prueba de ello fue que se cumplió el horario previsto. Una vez
ajustada la línea de barcos encabezada por el Pasay, la caravana
avanzó sobre los Bajos de La Aceitera hasta alcanzar al patrullero El
Vigía, que ya había iniciado la andanada de salvas "en honor
y gloria de los héroes de Trafalgar y de la ciudad de Cádiz, que acogió
a las víctimas de la batalla". Una oración, un minuto de
silencio, un viva España y la Salve Marinera cerraron el acto. En
tierra esperaba a las tripulaciones, entre las cinco y las seis de la
tarde, un almuerzo-merienda marinero. Hasta dentro de cien años.
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Un
concierto cierra las jornadas académicas sobre Alcalá-Galiano
Una misa en las Agustinas, abre hoy el fin de las conmemoraciones
A la espera sólo de que a las 12,45 horas de
hoy, domingo 23 de octubre, se descubra una placa conmemorativa en la
casa donde en 1760 naciera el marino Dionisio Alcalá-Galiano en la céntrica
Plaza de España de Cabra, con la presencia de los ministros de
Cultura y de Defensa, Carmen Calvo y José Bono, respectivamente,
entre otras autoridades y representantes diplomáticos en España de
primer nivel del Reino Unido, Canadá e Italia finalizaban anoche las
sesiones académicas de las II Jornadas Internacionales celebradas en
su memoria.
Lo hacían en la capilla del colegio de las
Escolapias con un concierto a cargo del Coro de Cámara Juan Navarro
Hispalenses, tras las conferencias pronunciadas en el Cinestudio
Municipal sobre diversos aspectos de la vida y la época del marino,
muerto en la batalla de Trafalgar en 1805.
Las ponencias estuvieron a cargo de Darío
Manfredi, director del Centro de Estudios Alessandro Malasp¬na ,
de Mulazzo (Italia); Barry Gough, profesor emérito de la University
de Toronto (Canadá); el escritor, José Manuel Alonso Ibarrola; y
Juan R. Cabrera, director de la Real Academia Hispano Americana de Cádiz.
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NAVARRO
EL PAÍS - 23-10-2005
Una bala de cañón le alcanzó en la
pierna derecha, con tal acierto, que casi se le desprendió del modo más
doloroso por la parte alta del muslo". Así cuenta Benito Pérez Galdós
el momento en que el brigadier Churruca fue herido de muerte en el combate
de Trafalgar. Churruca siguió mandando su barco, con la pierna destrozada
en un tonel de harina para frenar la hemorragia. No encuentro este detalle
en Galdós, pero es un recuerdo de mi infancia, de las lecturas del
colegio, cuando España y sus héroes eran asuntos legendarios. Galdós
imagina a un chiquillo, Gabriel de Araceli, que, viejo ya, cuenta lo que
fue Trafalgar, donde sirvió como grumete. El pelo, ahora blanco, se le
eriza al rememorar aquellos navíos, gigantes vivos, gladiadores en lucha
entre sí. Una bala arranca la mitad de la cabeza de un oficial y la
sangre salpica la cara de Gabriel mientras el barco cae desarbolado.
Churruca era rubio, débil, enfermizo, de
hermoso y triste semblante, dice Galdós. La portada de mi edición de
bolsillo de Trafalgar reproduce un cuadro de Eugenio Álvarez
Dumont: Muerte de Churruca. Yo veo en esta pintura una nobleza de
tebeo juvenil. La muerte en Trafalgar del héroe inglés Horatio Nelson
fue pintada por Benjamin West, amigo de reyes y emperadores, el primer
artista americano que viajó a Roma, especialista en muertes heroicas.
"Histriónico fracaso" llama Simon Schama al óleo luctuoso que
West dedicó a Nelson. Si Álvarez Dumont registró teatralmente el
instante del balazo en pleno movimiento guerrero, en La muerte de
Nelson, de West, todo se ha detenido para que marineros y oficialidad
formen un coro operístico alrededor del mártir agonizante.
Lord Byron llamó a West el peor pintamonas
de Europa y el mejor de la pobre Inglaterra. Conocido como el Rafael
americano, West vendía cuadros a 3.000 guineas cuando un Velázquez no
llegaba a mil. La maldad de Byron es notable: para celebrar el Quijote,
diagnosticó que, desde que Cervantes se riera de la caballería española,
no había héroes en España. Byron equiparaba erróneamente héroes y
victorias, pero precisamente Trafalgar fue un desastre heroico para España,
alineada obligatoriamente bajo el mando de Francia. Trafalgar supuso la pérdida
de nuestra flota, su hundimiento militar y comercial, el anuncio seguro de
la futura pérdida de Hispanoamérica, siete años antes de que, también
en Cádiz, las Cortes proclamaran a España como la unión de los españoles
de los dos hemisferios.
Ahora conmemoramos Trafalgar, cinco horas
de combate, dos horas especialmente intensas, entre las dos y las cuatro
de la tarde, dice Galdós, de un día de hace exactamente 200 años. Es
una gran conmemoración. Lo más triste ha sido la adaptación de los
discursos oficiales a las circunstancias políticas del momento, octubre
de 2005, días de imaginario catastrofismo nacional. Las alusiones del
ministro del Ejército a la unidad de España y la nación unida suenan
especialmente teatrales, vanas y tristes en el Cádiz de las Cortes de
1812 y la batalla de hace 200 años, si tenemos en cuenta que Trafalgar
redujo a retórica, con siete años de anticipación, la definición ideal
de nación española de las Cortes de Cádiz.
El consistorio de Mutriku dice que el 'Año
Churruca' ha «superado las expectativas»
La exposición sobre el marino ha
recibido más de 2.000 visitas y ha ayudado a resaltar su figura y a
la promoción turística del municipio
MIREYA A. BASURKO/MUTRIKU
El Correo Digital 223/10/2005
ADIÓS. El cañón de la tamborrada donostiarra protagonizó
la despedida de los homenajes. /J. CALLEJA
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EL
'AÑO CHURRUCA' |
Inauguración
oficial: se inauguró el pasado 10 de mayo
Actos: exposición, talleres de cuentos, planetarium,
concierto del Orfeón, ciclo de cine, concurso de pintura,
conferencias, Curso de Verano
Clausura: el pasado 21 de octubre. |
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El pasado 30 de junio la casa de Cultura Zabiel de
Mutriku inauguraba la exposición 'Cosme de Churruca, hijo del mar y
de las luces', una completa muestra sobre la vida del marino
mutrikuarra y su entorno, que repasa aspectos sobre su figura y su
papel en la batalla de Trafalgar en la que perdía la vida.
La muestra, que ha constituido uno de los principales atractivos del
programa 'Churruca 2005', desarrollado a lo largo de este año con
motivo de la celebración del bicentenario del enfrentamiento naval,
ha recibido hasta la fecha un total de 2.454 visitas, el 70% de las
cuales correspondían a particulares que se han acercado a la villa a
conocer un poco mejor a Churruca. Se han ofrecido 50 visitas guiadas y
han destacado las vistas realizadas por parte de empresas turísticas,
grupos de profesores, empresas de la comarca de Debabarrena y grupos
de escolares.
Desde la Oficina de Turismo, su responsable, Marta Amonárriz, desea
animar sobre todo a los mutrikuarras a que se acerquen a la exposición
en esta su última semana de apertura (cerrará sus puertas el próximo
30 de octubre) ya que sólo el 12% de lo vecinos del municipio se han
animado. «Queremos animar también a los centros de la comarca y
alrededores a que aprovechen esta última semana para conocer más de
cerca los contenidos de la muestra, la única de estas características
que se ha realizado hasta el momento en torno a Trafalgar», apunta.
El pasado viernes, día de la efeméride de la batalla, Mutriku
clausuraba el amplio programa de actividades que, desde el mes de
mayo, ha ido desarrollando conferencias, talleres infantiles,
conciertos como el ofrecido por el Orfeón Donostiarra, ciclos de cine
e incluso un curso de verano que la UPV impartió el pasado agosto en
torno a Churruca y Trafalgar.
Promoción turística
Según el concejal de Cultura y Turismo del Mutriku, Ion Gambra,
«el programa ha logrado superar todas las expectativas. A la hora de
organizar el bicentenario establecimos dos objetivos; dar a conocer el
municipio como destino de un turismo cultural y acercar la vida y obra
de Cosme de Churruca, tanto a los propios mutrikuarras como a los
visitantes», afirma. Para el Ayuntamiento guipuzcoano, «ambos se han
cumplido debido a que la promoción lograda ha sido muchísimo mayor
de la esperada, y al gran interés suscitado, tanto entre los
visitantes, los mutrikuarras como los medios de comunicación»,
confirma Gambra.
La imagen de la villa y del marino ha traspasado fronteras, «además
de los procedentes de la Comunidad autónoma, han venido muchos
visitantes de Madrid, Cataluña, Francia y Castilla y León, incluso
hemos podido ver autobuses turísticos de Guipuzcoa con la publicidad
de Mutriku y la emisión de un anuncio publicitario en la televisión
navarra todos los días de agosto», apunta el concejal.
El usurbildarra Tomás de Ayala participó
en la batalla de Trafalgar
Nacido en 1761, participó en el rescate
de heridos y náufragos
JOSU ARANBERRI/ El Diario Vasco
USURBIL. DV. El viernes día 21 se celebró el 200
aniversario del combate de la batalla de Trafalgar que enfrentó en las
aguas gaditanas a la flota británica con la hispanofrancesa. La batalla
comenzó la mañana del 21 y concluyó con la victoria de los británicos,
engrosando ambos los casi 5.000 muertos y 4.000 heridos del total
aproximado de las tres armadas.
Muchos guipuzcoanos, vizcaínos y alaveses integraban y se cree que
ocupaban una importante porción de hombres en aquella Escuadra. Es de
reseñar que un usurbildarra fue participe en aquella batalla naval. Tomás
de Ayalde fue uno de los protagonistas en los difíciles sucesos de
rescate de heridos y náufrago de Trafalgar. Nacido en Usurbil en 1761 era
hijo de Gerónimo de Ayalde y Ana María de Ibarrola y llegó a ser
teniente general de la armada naval española.
Entró como guardia-marina en la Armada durante el año 1776, siendo por
tanto de la promoción de Gomendio y de Churruca. Junto a José Gardoqui
participó en el combate contra el almirante Howe a las órdenes de Luis
de Córdoba. Entre el final de la Guerra de Independencia de los Estados
Unidos y la Segunda Coalición se encontró destinado primero a la Comisión
de Filipinas, colaborando con Ignacio María de Álava, y luego al control
de las rutas del Caribe. Hallándose al mando de la fragata Mahonesa fue
capturado por los británicos, que además requisaron la nave.
Tras su liberación posterior en un canje de prisioneros, Ayalde solicitó
a principios de 1804 un nuevo puesto en Cádiz, donde se le adjuntó como
segundo mando al navío San Leandro
Según José Cayuela de la Universidad de Castilla la Mancha, estuvo en el
navío San Leandro en el momento de iniciarse la batalla en el año 1805.
Fue uno de los pocos buques que consiguió entrar en Cádiz horas después,
junto al navío de Gravina, tras el terrible combate. No obstante, tuvo 8
muertos y 22 heridos.
Pero la actuación de Ayalde se manifestaría excepcional los días
siguientes, durante los difíciles sucesos de rescate de heridos y náufragos.
Como capitán de navío y ayudante general de la Escuadra se encontraba
entre los que intentaban llevar a puerto a los buques desarbolados en la
batalla. Especialmente en el caso del navío Neptuno . Por encargo de
Antonio de Escaño, y en reunión de mandos del mismo día 22 de octubre,
se resolvió crear una flotilla de salvamento al efecto de recuperar
buques y víctimas. Ayalde sería entonces nombrado Ayudante General de la
Escuadra.
Tomás de Ayalde intervino decisivamente en el rescate de la marinería de
la navío Neptuno, quien con una falúa logró sortear las enormes olas de
casi tres metros, mantener la disciplina entre los tripulantes de la
embarcación, llegar al Neptuno y comenzar a sacar gente con sumo cuidado
a fin de salvarles la vida.
Tomás de Ayalde fue ascendido a brigadier de la Armada tras la batalla,
quedando asignado en 1806 al mando del Príncipe de Asturias . Allí
permaneció hasta el final de la guerra contra Gran Bretaña en 1808 y
murió en Cádiz en el año 1836.
OPINIÓN
Sobra un barco, falta un
hervor
La Voz de Cádiz 23/10/2005
Así somos. Los hechos nos retratan mejor
que las palabras. La breve pero intensa conmemoración deja la
alegría de comprobar qué lejos quedan los tiempos en que
5.000 vidas se tiraban al agua por la mezcla de soberbia,
ambición, capricho y chapuza. Dos siglos después, España e
Inglaterra han evolucionado lo suficiente para, como aliadas,
permitir que sólo se pierdan 50 en otras batallas mucho más
lejanas y en las que no se divisa Barbate. Son nuevas guerras,
ahora impulsadas por otro tipo de avaricias que funcionan con
gasolina. Recortar la cifra de bajas entre los mártires
descamisados y los militares profesionales a la centésima
parte es un avance para ambas naciones aliadas. Los franceses,
como entonces, van por libre.
En el debe, la semana de Trafalgar deja una moderada y
contradictoria sensación que se parece al desencanto. El
programa de actos ha sido un éxito parcial y particular
gracias al empeño de personas o instituciones que han
soportado un peso que no les corresponde (Joaquín Arcusa,
Stampa, el Ateneo... y otros muchos que resulta ingrato no
mencionar) para compensar el que otros dejaban caer por
imprevisión, incapacidad o sectarismo.
Los herederos de aquella Marina ilustrada que se hundió el
mismo día que el Santísima Trinidad han sabido insistir,
pensar, proponer, seducir e implicar a otros para conseguir un
repertorio de acontecimientos de indiscutible brillo. Todo lo
que ha tenido que ver con los marineros (militares o no) y con
el escaso y peculiar reducto de organización que le queda a
la pasiva sociedad civil gaditana ha superado las
expectativas. Todo lo ligado a banderas, religión, desfiles,
paradas y barcos ha sido suficiente y emocionante.
Sin embargo, ha faltado equilibrar la balanza con la ciencia,
la curiosidad popular, la implicación de la gente corriente,
la legítima explotación turística, el recuerdo del heroísmo
ciudadano de los gaditanos de la época, la reivindicación de
la provincia como enclave histórico de imprescindible
visita... Todo lo que, al cabo, compete a las instituciones públicas,
laicas y desarmadas ha resultado finalmente escaso, errático,
descreído, superpuesto, confuso y tardío.
La inegable amenidad que transmiten algunas exposiciones,
algunas propuestas, sólo son el atisbo de lo que pudo haber
sido y no fue. Ayuntamiento, Junta, incluso Diputación y
Universidad, el Gobierno (más allá de los esfuerzos aislados
de algunos altos funcionarios de Defensa) han parecido actuar
a remolque, a base de piques de molesto pestazo electoralista.
Poco y mal, pero sobre todo tarde.
Incluso una institución más alta -que cuesta mencionar
cuando se tiene una hipoteca, háganse cargo- ha brillado por
su ausencia cuando tenía un papel imposible de suplir. Tiene
su mayor sustento en la Historia y su mejor función en la
representación, pero si se le despoja de la memoria y de la
presencia, deja a los súbditos hechos un mar de dudas.
Costaba poco acercarse para demostrar que todos se toman en
serio las grandes palabras y, sobre todo, las brillantes ideas
de otros. Habría aportado mucho en atención, en respaldo,
pero no se dio. A unos cuantos, como al gran Churruca, les han
dejado tirados. Aún así, han peleado por mantener vivo el
pasado de todos los demás.
Un
error ilustrativo
Los hechos valen más que cualquier opinión. A los que
quieran una muestra del desinterés y la prisa, les vale un
ejemplo. Los paneles que explican la Batalla de Trafalgar, en
las playas que circundan el faro, incluyen un error garrafal,
descubierto por el estudioso Miguel Ángel García y que
provocaría risa si no fuera por lo triste que resulta lo que
demuestra. Ese gráfico, de gran tamaño y firmado por
Diputación, Junta de Andalucía y Unión Europea, incluye
entre los barcos participantes en la contienda un navío que
nunca existió: el Antilla. Ese barco es el que Arturo Pérez-Reverte
se inventó para su novela Cabo Trafalgar como recurso
narrativo. Igual que inventó nombres de algunos marinos
combatientes que jamás vivieron, que son pura ficción.
Alguien, en Diputación, en la Junta de Andalucía o donde
fuere, vio el nombre del barco en la novela y lo ha incluido,
sin anestesia ni nada, en la flota que aparece en los
cartelones... como si hubiera combatido de verdad.
La
mejor lección
Pero incluso de los aspectos menos alentadores de la
semana vivida en Cádiz pueden sacarse conclusiones
ilusionantes. Al menos, la ciudad (La Isla, la provincia...)
han tenido la ocasión de hacer un ensayo general de cara a
2012. Eso no sucede siempre. Es una gran ocasión hacer una
prueba con vestuario, en escenarios reales. El Bicentenario de
La Pepa, de la primera Constitución de España, de la mejor
versión que ha conocido la sociedad gaditana, no puede sufrir
las mismas taras.
Entonces no habrá excusas patrióticas, antimilitaristas ni
de ideología en las que ampararse. Será la mayor cita de Cádiz
con su Historia. Será, es, la mejor excusa para ponerse al día
y habrá perdón político para los que pongan trabas con tal
de fastidiar al oponente, con tal de menear el rabo ante un
jefe de su partido, con tal de trepar a un despacho más
grande. Para entonces, hay mucho que hacer, margen para
preparar paneles, actos, puentes, visitas y encuentros. Hemos
hecho una prueba y ha salido poco más que regular, pero es un
lujo tener ensayos tras los que anotar errores a solventar,
aciertos a mantener, carencias a cubrir y patrimonios que
explotar.
Quedan siete años para recibir a La Pepa y tienen que
enterarse todos de que llega. Los primeros, los gaditanos, que
a la hora de contribuir, exigir, actuar y organizarnos, nos
falta un hervor. O dos.
|
Homenaje
a Dionisio Alcalá en el bicentenario de Trafalgar
EFE / CABRA 24/10/2005
El ministro de Defensa, José
Bono, que clausuró ayer junto a su homóloga de Cultura, Carmen Calvo, unas
jornadas internacionales en memoria de Dionisio Alcalá Galiano, marino
egabrense muerto en la batalla de Trafalgar, destacó que el "concepto de
nación no es rancio; lo único rancio es el privilegio".
Bono aseguró durante el acto institucional de clausura de estas jornadas,
coincidentes con el bicentenario de la batalla de Gibraltar y celebradas en el
Ayuntamiento de Cabra, localidad natal de Alcalá Galiano, que "somos una
Nación que podemos sentir orgullo por recordar a las personas que dieron su
vida por su país".
Añadió que "no debemos considerar el concepto de nación como algo
rancio" ni pasado de moda, puesto que "lo único rancio es el
privilegio", además de que "lo moderno es la igualdad, la nación
que iguala y la Constitución que emana de la nación". Recordó la
figura histórica de Dionisio Alcalá Galiano y la importancia de la labor y
el sacrificio de los españoles que murieron defendiendo a su patria.
Trafalgar. "Creo que es de justicia evocar la batalla de Trafalgar, no
para evocar la guerra, sino para evocar la paz de la que hoy gozamos los tres
países que participamos en ella, en la misma Unión Europea y en la misma
Alianza Atlántica", añadió el ministro.
En la misma línea resaltó que ese es el sentido que tiene hoy "evocar a
un marino ilustre y un científico en una ciudad como Cabra, que ha dado muy
importantes personalidades a la vida pública española desde la literatura,
la política y la ciencia".
CBBC NEWSROUND 24/10/2005
Show ends Trafalgar celebrations
|
A spectacular show was the finale of public
celebrations to mark the 200th anniversary of the Battle of Trafalgar.
Thousands watched in London's Trafalgar Square
on Sunday evening as the night sky lit up and listened to a history of
the Royal Navy.
Earlier there had been a special parade and the
Duke of York had laid a wreath at the base of Nelson's column.
The Archbishop of Canterbury is making his first
official visit to the Royal Navy on Monday.
Dr Rowan Williams' visit is part of the
anniversary celebrations and he will tour Portsmouth Naval Base before
flying in a Merlin helicopter to the Royal Marines base at Poole,
Dorset.
It is his first official Royal Navy visit since
his appointment in 2003.
Admiral Nelson led British forces to victory on
21 October 1805, outwitting the French and Spanish forces to win the
battle.
Nelson died soon after it ended.
The victory put an end to the threat of
Napoleon's armies invading Britain.
|
Los nuevos paneles turísticos
sobre la batalla de Trafalgar incluyen un barco falso
Las vallas, inauguradas hace diez días,
incluyen en el gráfico de la contienda el ficticio navío
'Antilla' que Arturo Pérez-Reverte inventó para su novela
UBICACIÓN. Detalle del panel en
el que aparece el barco inventado -segundo por
arriba- y su localización bajo el faro. / MIGUEL ÁNGEL
GARCÍA
|
En el fragor de la batalla, alguien se ha
inventado un barco. Los paneles instalados el pasado 14 de
octubre bajo el Faro de Trafalgar y en las nuevas rutas turísticas
que recorren espacios costeros de Barbate, Conil y Vejer
incluyen un error histórico. Estos carteles, que pretenden
ilustrar sobre los datos y detalles de la contienda sufrida hace
dos siglos ante la costa atlántica de la provincia, dan como
participante a un barco que nunca existió: el Antilla. Este
buque es una invención de Arturo Pérez-Reverte para su novela
Cabo Trafalgar, tal y como el autor aclara en un apartado de la
obra.
Como recurso literario, el escritor cartagenero decidió añadir
un barco, el mencionado Antilla, y varios personajes inventados
-Marrajo, especialmente- para ganar herramientas con las que
transmitir su versión del histórico episodio bélico.
Sin embargo, los técnicos responsables de confeccionar los
carteles, que firman colegiadamente los tres ayuntamientos, la
Unión Europea, Junta de Andalucía y Diputación de Cádiz, han
considerado que todos los barcos que aparecían en la obra eran
reales y así los han reproducido, sin distinguir que uno de
ellos es falso.
Para mayor sorpresa de los ciudadanos que han descubierto el
error (denunciado inicialmente por la página www.batalladetrafalgar.com
y, posteriormente, por miembros del Ateneo de Cádiz), ese navío
aparece en lugar destacado en la línea de combate, en el
segundo lugar de la fila que Nelson y Collingwood destrozaron
con un ataque lateral.
Responsables de la mencionada página web y del Ateneo gaditano
se han mostrado convencidos de que los paneles «serán
retirados inmediatamente» para subsanar un error que entienden
involuntario pero consideran «vergonzoso» por estar expuesto a
los ojos de miles de visitantes.
Como medida cautelar, la reproducción del erróneo gráfico que
aparecía en algunas páginas web institucionales, propiedad de
la Junta o de la Diputación Provincial, fueron eliminadas ayer,
previsiblemente para su inmediata corrección.
Diario de Cádiz 25/10/2005
Un placa recordará a las víctimas de la batalla de
Trafalgar
JOSÉ MARÍA RUIZ
vejer. El salón de actos del Convento de las Monjas Concepcionistas de Vejer
acogerán a las ocho de esta tarde el acto central de la conmemoración del
bicentenario de la Batalla de Trafalgar, con la que Vejer estuvo muy
vinculada, ya que fueron las costas vejeriegas las que sirvieron de escenarioy
los vecinos de esta localidad los primeros en asistir a las víctimas de aquel
combate naval que dejó un número superior a los 4.000 muertos y varios
cientos de heridos.
Una obra digital que reproduce el antes, el durante y el después de la
batalla, en formato DVD, recrea escenas cuyas imágenes llevan al espectador a
la realidad de aquellos momentos. Este trabajo ha sido financiado por la Junta
de Andalucía, la Diputación de Cádiz, a través del Instituto de Empleo y
Desarrollo Económico (IEDT), la Universidad de Cádiz (UCA), la Mancomunidad
de La Janda y los ayuntamientos de Barbate, Conil y Vejer.
La comitiva sandrá a la calle Trafalgar donde se descubrirá una placa junto
al arco de Puerta Cerrada con la que se quiere rendir homenaje a los hombres y
mujeres de estas costas que socorrieron y prestaron auxilio a las víctimas de
la batalla.
Diario de Cádiz 25/10/2005
Exposición 'cádiz y trafalgar. la ciudad ilustrada de
1805'
Homenaje a Cádiz, la ciudad moderna de 1805
AIDA R. AGRASO
Cádiz. "Hacer un homenaje a tantos hombres y mujeres que hicieron
posible que Cádiz, hacia 1805, fuera un ejemplo de ciudad moderna con una
cultura refinada, con centros de investigación científica de primer orden,
con un planteamiento urbanístico excepcional cuyo conjunto histórico aun
disfrutamos, con un desarrollo comercial con las Indias que alcanzó un nivel
extraordinario... En resumen, una gran ciudad". Ésta es la intención,
según explica la consejera de Cultura, Rosa Torres, con la que nacía la
exposición Cádiz y Trafalgar. La ciudad ilustrada de 1805, instalada en el
Museo de Cádiz. Y la intención se ha plasmado en un recorrido en el que no
faltan objetos de la vida cotidiana de principios del XIX, pero también en
"reliquias" de los personajes que batallaron en Trafalgar.
Fernando Amores, comisario de la exposición, que ayer no pudo asistir a la
reinauguración de la muestra, indica en el texto elaborado para el catálogo
que se ha querido realzar "dentro de nuestras posibilidades espaciales y
económicas" la dimensión de la ciudad dentro de la cultura española, y
evocar una época desde una panorámica cultural, artística, científica, técnica
y conmemorativa. Así surge una exposición especial, intensa, que comienza en
el patio del centro cultural, dedicado a una museografía escenográfica.
Una ampliación de la litografía La flota combinada franco-española saliendo
de Cádiz para Trafalgar preside la vista al frente. En ella se reúnen dos términos
hermanados en la exposición: los navíos que partieron para la batalla y la
ciudad por encima. Porque, en esta muestra, Cádiz como ciudad, como urbe
neoclásica, queda por encima de la contienda. Y a ambos lados del patio, se
han colocado dos montajes que representan los dos mundos de la ciudad de Cádiz:
el puerto como órgano esencial "que permite la vida de la urbe a través
del comercio y la defensa y que genera una vida especial en su entorno",
comenta Amores, y la ciudad, "a partir de la presencia de dos vehículos
de transporte", elementos "imprescindibles para garantizar la propia
dinámica social y económica" y que en el Museo están representados por
un carro y una litera de mano.
A partir de ahí, comienza el recorrido en circular. Piezas llegadas de Cádiz,
San Fernando, Sevilla y Madrid combinan aspectos sociales y de la vida
cotidiana con otros culturales y científicos. Comienza la muestra destacando
en un apartado La Ciudad Neoclásica, puerto de las Indias, donde se narra el
desarrollo urbanístico vivido entonces por la capital gaditana y se expone un
retrato de Torcuato Benjumeda, arquitecto del Ayuntamiento, del Oratorio de la
Santa Cueva y la Cárcel Real. Frente a él, los Marinos ilustrados: la
ciencia y la milicia, con objetos de la vida cotidiana del siglo XVIII, como
pipas, botellas de cerámica para contener ginebra, platos y cubiertos y un
octante de 1794. "Son marinos de altísimo nivel ilustrado -dice Fernando
Amores-, militares a la par que científicos a cuyo homenaje nos sumamos con
retratos y, en especial, con los documentos testamentarios de Gravina y Alcalá
Galiano", textos de sus puños y letras, escritos antes de morir. Un
testimonio !
sobrecogedor de un momento histórico. No les tembló el pulso a la hora de
redactar unas líneas que posiblemente supieran que serían las últimas que
llegarían a garabatear en un papel. La letra es firme, no hay tinta de más.
Como dice Fernando Amores, "no existe mejor momento que el actual para
contemplarlos", en su justo contexto.
De ahí los invitados pasan al salón burgués. Trajes llegados del Museo del
Traje -qué belleza de ornato, qué lujo en la confección- que se muestran
junto a una consola Imperio. Sorprenden a continuación la suavidad de los
abanicos, el diseño en punta de los zapatos de finales del XVIII -los podría
firmar hoy Manolo Blahnik- y los pendants, unos pequeños retratos que a modo
de relicarios constituían los recuerdos personales por las ausencias de la
pareja, y que las damas llevaban en los vestidos.
Enfrente se encuentra el lugar reservado para El Libro y La Música. En el
primero de ellos, se exponen un Atlas Marítimo de 1789, la Tauromaquia: el
toreo escrito de Pepe Yllo, de 1796, un Quijote de 1780 o una Historia natural
de París, 1754, con unos minuciosos y delicados dibujos de caracolas. En La Música
se expone una guitarra española de 1788, castañuelas con madroños y un arpa
de estilo Imperio. Se nos avisa, además, de que la música que flota en el
aire, y que acompaña al espectador en todo el recorrido, pertenece a Haydn,
Boccherini, Corrette, Cherubini, Händel, Manuel García, N. Paz, Joaquín T.
Murguía y Thomas A. Arne.
Llega el espacio para las grandes expediciones, como la de Malaspina, nacido
en Palermo pero que comenzó su andadura militar como guardiamarina en Cádiz,
ciudad desde la cual inició -junto a su compañero José Bustamante- una
expedición semejante a las de Cook y Perouse. Este viaje se desarrolló entre
1789 y 1794, recorriendo toda la costa Atlántica de América y la costa del
Pacífico desde el cabo de Hornos hasta Alaska, tocando las islas Marianas,
Filipinas, Macao, Australia y Nueva Zelanda. Se muestran anteojos, pliegos de
herbarios del siglo XVIII y otros objetos de las Indias traídos por otros
expedicionarios.
La exposición se cierra con el papel de las Instituciones Ilustradas -la
Escuela de Nobles Artes, fundada por iniciativa de Conde O'Reilly en 1785; el
Real Colegio de Cirugía de la Armada, de la que se muestran modelos anatómicos,
botes de farmacia y jeringas para atajar la sífilis; y el Real Instituto y
Observatorio de la Armada, acompañado por un Atlas Marítimo de 1789
considerado el punto de partida de la cartografía española- de la sociedad y
la religión.
Cádiz, ciudad ilustrada. Cádiz, ciudad neoclásica floreciente, bien trazada
urbanísticamente, donde vivía un pueblo culto y cosmopolita. Y de todo ello
somos, como recordó Antonio Álvarez, los herederos. O debemos serlo.
Diario de Jerez 26/10/2005
"Con Grandallana al mando de la flota Trafalgar habría
sido diferente"
El magistrado Manuel de la Hera defendió ayer en la Academia que el general
jerezano "no hubiera salido de la Bahía"
PILAR NIETO
jerez. El magistrado Manuel de la Hera inició ayer el ciclo de conferencias
de la Academia de San Dionisio con una charla sobre Jerez y Trafalgar en la
que defendió la tesis, corroborada también entre otros por Hugo O'Donnell,
académico de la historia y descendiente del general O'Donnell, de que
"si el jerezano Domingo Pérez de Grandallana hubiera mandado la flota
española, la historia de esta batalla hubiera sido muy distinta".
De la Hera comenzó su intervención recordando que "aunque Jerez es una
ciudad de tierra adentro, en el siglo XVIII tenía un conjunto de personas que
vivían del mar. Trabajaban en El Portal y desde allí se dedicaban al
comercio del vino transportándolo desde la Bahía de Cádiz. Era una
corporación de marineros, ya que desde Jerez se exportaba, a través de esas
barcas que se construían en El Portal, los marineros de Jerez se iban a la
Bahía y desde ahí a América, Europa, África... pero esos marineros de
Jerez a su vez estaban matriculados por la marina, que los podían llamar para
servir en los barcos de guerra".
Pero según el magistrado la relación más importante de esta ciudad con la
batalla de Trafalgar fue un jerezano llamado Domingo Pérez de Grandallana,
general de la Real Armada y la persona que en principio Godoy tenía previsto
que fuera el jefe de la flota española".
De la Hera explicó que "Gravina era un gran marino y había sido además
embajador en París, pero se le consideraba demasiado pro francés. En cambio
Grandallana era un hombre de la misma categoría marinera de Gravina y
posiblemente mucho menos pro francés, por lo que se esperaba de él que fuese
mucho más crítico con las órdenes francesas para no comprometer
excesivamente a la flota española".
Pero finalmente el intercambio de generales no pudo llevarse a cabo porque,
según el magistrado, los dos se pelearon en El Ferrol por quién llevaba su
insignia en el barco de Grandallana, si Gravina o Grandallana".
De la Hera está convencido de que "si el jerezano Grandallana hubiera
mandado la escuadra española la cosa no hubiera sido igual. La escuadra española
no hubiera salido a la mar a morir, y hubiéramos hecho bien en no salir y
esperar en la Bahía de Cádiz a que Nelson atacara. Es muy probable que
Grandallana hubiese plantado cara al almirante Villeneuve de una forma mucho más
enérgica que Gravina".
En opinión del magistrado, "Grandallana hubiera dejado a la flota española
protegida por la Bahía, por la artillería de la plaza, de Rota y El Puerto.
Hubiésemos hecho un daño tremendo a Nelson en el caso de que hubiera
intentado encerrarnos".
En este sentido recordó que "eso Nelson ya lo había hecho anteriormente
y había ganado, pero sin que hubiera protección artillera desde la costa, y
aquí sí la había. Pudo haber sido, y esa es la relación de Jerez con
Gibraltar. Ese cambio de generales que estaba previsto, que mandase
Grandallana la escuadra española y no Gravina, podría haber cambiado la
historia. No se hizo por el durísimo carácter de Grandallana que se peleó
con Gravina en El Ferrol, pero el plan inicial de Godoy era sustituir a
Gravina por Grandallana al frente de la escuadra española".
No obstante, de la Hera también reconoció que "Trafalgar tan sólo fue
una pieza más de un plan mucho más amplio".
Diario de Cádiz 25/10/2005
Exposición 'cádiz y trafalgar. la ciudad ilustrada de
1805'
Homenaje a Cádiz, la ciudad moderna de 1805
AIDA R. AGRASO
Cádiz. "Hacer un homenaje a tantos hombres y mujeres que hicieron
posible que Cádiz, hacia 1805, fuera un ejemplo de ciudad moderna con una
cultura refinada, con centros de investigación científica de primer orden,
con un planteamiento urbanístico excepcional cuyo conjunto histórico aun
disfrutamos, con un desarrollo comercial con las Indias que alcanzó un nivel
extraordinario... En resumen, una gran ciudad". Ésta es la intención,
según explica la consejera de Cultura, Rosa Torres, con la que nacía la
exposición Cádiz y Trafalgar. La ciudad ilustrada de 1805, instalada en el
Museo de Cádiz. Y la intención se ha plasmado en un recorrido en el que no
faltan objetos de la vida cotidiana de principios del XIX, pero también en
"reliquias" de los personajes que batallaron en Trafalgar.
Fernando Amores, comisario de la exposición, que ayer no pudo asistir a la
reinauguración de la muestra, indica en el texto elaborado para el catálogo
que se ha querido realzar "dentro de nuestras posibilidades espaciales y
económicas" la dimensión de la ciudad dentro de la cultura española, y
evocar una época desde una panorámica cultural, artística, científica, técnica
y conmemorativa. Así surge una exposición especial, intensa, que comienza en
el patio del centro cultural, dedicado a una museografía escenográfica.
Una ampliación de la litografía La flota combinada franco-española saliendo
de Cádiz para Trafalgar preside la vista al frente. En ella se reúnen dos términos
hermanados en la exposición: los navíos que partieron para la batalla y la
ciudad por encima. Porque, en esta muestra, Cádiz como ciudad, como urbe
neoclásica, queda por encima de la contienda. Y a ambos lados del patio, se
han colocado dos montajes que representan los dos mundos de la ciudad de Cádiz:
el puerto como órgano esencial "que permite la vida de la urbe a través
del comercio y la defensa y que genera una vida especial en su entorno",
comenta Amores, y la ciudad, "a partir de la presencia de dos vehículos
de transporte", elementos "imprescindibles para garantizar la propia
dinámica social y económica" y que en el Museo están representados por
un carro y una litera de mano.
A partir de ahí, comienza el recorrido en circular. Piezas llegadas de Cádiz,
San Fernando, Sevilla y Madrid combinan aspectos sociales y de la vida
cotidiana con otros culturales y científicos. Comienza la muestra destacando
en un apartado La Ciudad Neoclásica, puerto de las Indias, donde se narra el
desarrollo urbanístico vivido entonces por la capital gaditana y se expone un
retrato de Torcuato Benjumeda, arquitecto del Ayuntamiento, del Oratorio de la
Santa Cueva y la Cárcel Real. Frente a él, los Marinos ilustrados: la
ciencia y la milicia, con objetos de la vida cotidiana del siglo XVIII, como
pipas, botellas de cerámica para contener ginebra, platos y cubiertos y un
octante de 1794. "Son marinos de altísimo nivel ilustrado –dice
Fernando Amores–, militares a la par que científicos a cuyo homenaje nos
sumamos con retratos y, en especial, con los documentos testamentarios de
Gravina y Alcalá Galiano", textos de sus puños y letras, escritos antes
de morir. Un testimonio sobrecogedor de un momento histórico. No les tembló
el pulso a la hora de redactar unas líneas que posiblemente supieran que serían
las últimas que llegarían a garabatear en un papel. La letra es firme, no
hay tinta de más. Como dice Fernando Amores, "no existe mejor momento
que el actual para contemplarlos", en su justo contexto.
De ahí los invitados pasan al salón burgués. Trajes llegados del Museo del
Traje –qué belleza de ornato, qué lujo en la confección– que se
muestran junto a una consola Imperio. Sorprenden a continuación la suavidad
de los abanicos, el diseño en punta de los zapatos de finales del XVIII
–los podría firmar hoy Manolo Blahnik– y los pendants, unos pequeños
retratos que a modo de relicarios constituían los recuerdos personales por
las ausencias de la pareja, y que las damas llevaban en los vestidos.
Enfrente se encuentra el lugar reservado para El Libro y La Música. En el
primero de ellos, se exponen un Atlas Marítimo de 1789, la Tauromaquia: el
toreo escrito de Pepe Yllo, de 1796, un Quijote de 1780 o una Historia natural
de París, 1754, con unos minuciosos y delicados dibujos de caracolas. En La Música
se expone una guitarra española de 1788, castañuelas con madroños y un arpa
de estilo Imperio. Se nos avisa, además, de que la música que flota en el
aire, y que acompaña al espectador en todo el recorrido, pertenece a Haydn,
Boccherini, Corrette, Cherubini, Händel, Manuel García, N. Paz, Joaquín T.
Murguía y Thomas A. Arne.
Llega el espacio para las grandes expediciones, como la de Malaspina, nacido
en Palermo pero que comenzó su andadura militar como guardiamarina en Cádiz,
ciudad desde la cual inició –junto a su compañero José Bustamante– una
expedición semejante a las de Cook y Perouse. Este viaje se desarrolló entre
1789 y 1794, recorriendo toda la costa Atlántica de América y la costa del
Pacífico desde el cabo de Hornos hasta Alaska, tocando las islas Marianas,
Filipinas, Macao, Australia y Nueva Zelanda. Se muestran anteojos, pliegos de
herbarios del siglo XVIII y otros objetos de las Indias traídos por otros
expedicionarios.
La exposición se cierra con el papel de las Instituciones Ilustradas –la
Escuela de Nobles Artes, fundada por iniciativa de Conde O'Reilly en 1785; el
Real Colegio de Cirugía de la Armada, de la que se muestran modelos anatómicos,
botes de farmacia y jeringas para atajar la sífilis; y el Real Instituto y
Observatorio de la Armada, acompañado por un Atlas Marítimo de 1789
considerado el punto de partida de la cartografía española– de la sociedad
y la religión.
Cádiz, ciudad ilustrada. Cádiz, ciudad neoclásica floreciente, bien trazada
urbanísticamente, donde vivía un pueblo culto y cosmopolita. Y de todo ello
somos, como recordó Antonio Álvarez, los herederos. O debemos serlo.
Diario de Cádiz
28/10/2005
"Cádiz gastó la pólvora inglesa en fuegos
artificiales"
De enemigo a colaborador, el hombre que 'rompió' la escuadra franco española
en Trafalgar, ayudó años después a los gaditanos a resistir el ataque de
los franceses durante la Guerra de Independencia. Ahora lo relata Angus
Conllingwood, que hoy da una conferencia en Cádiz.
FRANCISCO ANDRÉS GALLARDO
Cádiz. En 1775 el buque Liverpool encallaba en La Caleta. Fue el primer
contacto naval del almirante inglés Cuthbert Collingwood con Cádiz, en un
encuentro accidentado, ya que los vecinos gaditanos se negaron a auxiliares.
Esa mala experiencia fue redimida 30 años después, cuando el propio
Collingwood envió una carta de agradecimiento por las atenciones recibidas a
los súbditos británicos que naufragaron frente a las costas gaditanas tras
la batalla de Trafalgar. Desde entonces el almirante, segundo de Nelson en el
crucial combate, mantuvo un especial vínculo sentimental con Cádiz hasta su
muerte en 1810. Un descendiente de Cuthbert, Agnus Collingwood, quien está a
cargo del mayorazgo y archivo de su antepasado, ofrece hoy una conferencia en
el Ateneo gaditano. La idea de ofrecer esta personal versión inglesa de
Trafalgar partió del ateneísta José Luis de la Rosa, familia rival de
Collingwood en combates de antaño.
–¿Qué papel jugó Collingwood en la conexión de Inglaterra con la
'resistencia española' de Cádiz durante la Guerra de la Independencia?
–Fue fundamental, como demuestra la correspondencia que se encuentra en el
archivo de la familia. Collingwood, que era el supervisor de la Armada Británica
en el Mediterráneo y un diplomático que mantenía y buenas relaciones con
casi todos los países europeos, se convirtió en el primer enlace entre ambas
partes. De hecho es el primero en atender el auxilio de los resistentes en Cádiz
y les envía inmediatamente un importante cargamento de municiones, armas y pólvora
–Una pólvora, que como ha apuntado José Luis de la Rosa, tuvo un destino
muy peculiar...
–Los gaditanos se gastaron la pólvora inglesa en hacer fuegos artificiales,
como reconocieron en su respuesta. Mi antepasado, con ironía y con cierto
enfado, les recomendó que la usaran "contra los pecadores y no contra
los santos".
–La simpatía de Collingwood por Cádiz se produce a raíz del auxilio de
los gaditanos tras la batalla ¿fue aquél un comportamiento excepcional?
–Sí, y creo que en aquel momento a ambas partes les unió el odio a los
franceses. Collingwood y el pueblo de Cádiz se ganaron de forma mutua la
confianza ante la guerra que se presentía. El almirante suministró a la
ciudad ayuda material, mientras, a su vez, recibió información que fue
fundamental para el bloqueo de la Armada a los navíos franceses en Toulon y
las futuras operaciones del duque de Wellington en España.
–¿Ha recibido su antepasado el debido reconocimiento a su constante labor a
Su Majestad?
–Siempre estuvo bajo la sombra de Nelson, y así ocurre en su recuerdo. De
todas formas hasta la Primera Guerra Mundial se celebraba el Día de
Collingwood como fiesta nacional .
–¿Su antepasado era tal vez más brillante que Nelson?
–Al menos era mejor diplomático y hasta su muerte prestó unos servicios
fundamentales a su país. Era valiente y muy inteligente en las relaciones
internacionales. Embarcó en 1803 y no volvió a ver a su mujer, ya que hasta
su fallecimiento en 1810 estuvo navegando continuamente por el Mediterráneo.
Como nunca regresó a Inglaterra, nunca se le rindieron honores en vida
Diario de Cádiz
28/10/2005
El legado de Trafalgar
Hace doscientos años tuvo lugar muy cerca de aquí un encuentro entre dos
escuadras que decidió, o más bien sentenció, quien había de regir el
control de los mares durante todo el siglo siguiente.
Si digo sentenció es porque no podía ser de otra forma. Aún en el caso de
que el resultado de Trafalgar hubiera sido otro, si la escuadra británica
hubiese sido derrotada, aún quedaban barcos y, sobre todo, tripulaciones
experimentadas dispuestas a todo con tal de que su solar patrio no fuese
hollado por el ejército francés.
Mucho se habla estos días de aquella batalla que, como digo, en caso de haber
sido perdida por quienes la ganaron, dudo mucho que hubiera supuesto el fin de
la hegemonía naval de Gran Bretaña y, por supuesto, hubiera pasado a la
Historia como la gran victoria naval de Napoleón porque España, ya entonces,
carecía de peso en la política exterior y la alianza con Francia no pasó de
ser un vasallaje mal correspondido.
Aún hay muchos despistados que no se sonrojan ni lo más mínimo cuando
largan majaderías del tipo de "qué suerte tienen los ingleses" o
"en Trafalgar nos traicionaron los franceses que siempre nos han tenido
envidia" o, peor aún, "con esto del bicentenario le estamos
haciendo la pelota a los ingleses". Este tipo de sandeces, fruto, en
algunos casos de la ignorancia y en otros de infantil rabieta por ese eterno
complejo de quiero-y-no-puedo que es tan nuestro, nos permite conocer hasta
donde llega el desconocimiento o, como poco, la falta de deportividad.
Porque en la guerra se pude tener suerte una, dos, tres veces a lo sumo pero
el resto de las veces los triunfos hay que debérselos a la audacia, la
astucia y la pericia y en esos extremos, guste o no guste, los británicos nos
llevaban la delantera. Sobre la fantasía de la traición francesa nada que
decir salvo que el mando en Trafalgar lo tenía un francés, que los buques
franceses superaban en número a los españoles y que Napoleón se jugaba el
desembarcar o no en Gran Bretaña. A ello debemos sumar que no había habido
colaboración táctica entre ambas Armadas, con lo que no había un criterio
unificado para la hora del combate, y el nivel general de las tripulaciones
era bastante inferior al de sus enemigos. Y sobre esa teoría del
"peloteo" a los ingleses decir solamente que honrar a un enemigo que
te ha derrotado con limpieza y caballerosidad no denota actitud rastrera sino,
más bien, elegancia y señorío.
Antes he hablado de la falta de deportividad a la hora de reconocer el
resultado de Trafalgar. Abundando en esta premisa me voy a permitir citar un
ejemplo de cómo una derrota apabullante ha pasado a formar parte de la
Historia Militar de una gran nación, que se ha llevado incluso al cine y que
se sigue conmemorando en la actualidad sin que nadie digno de crédito se
rasgue las vestiduras o patalee invocando a la suerte o a supuestas
traiciones.
Imaginemos a soldados europeos, bien armados, instruidos y equipados,
derrotados por un pueblo armado solo con lanzas y escudos. Esto, que debía
ser el colmo de la humillación, de la vergüenza nacional y sabe Dios cuantas
miserias más, le ocurrió a los mismos que nos derrotaron en Trafalgar el 22
enero de 1879 en un paraje de Sudáfrica llamado Isandlwana y quienes les
infligieron tal golpe, que costó más de mil muertos, fueron los zulúes que,
en la perspectiva armamentística, no andaban muy allá de la edad de piedra.
No es ninguna deshonra perder frente a quien ha demostrado mejores cualidades
y aptitudes. Lo que sí es una vergüenza es que, a día de hoy, muchos
atribuyan a España un papel de mera comparsa en Trafalgar frente a un
desmesurado, y erróneo, protagonismo francés. Como marinos éramos mejores
que los franceses, como constructores de barcos no teníamos rival y en cuanto
al valor solo un dato: los británicos le tenían una especial aversión a ser
abordados por españoles… por algo sería.
Esta vergüenza, esta desinformación que perdura en nuestros días es una
consecuencia directa de un mal que nos corroe hasta las entrañas y es la
indiferencia, cuando no el desprecio, que la Historia de España suscita en
sus propios hijos. Somos un país que tenemos la mala costumbre de creernos
peores que nadie. Esta mala costumbre derivada no ya de nuestras derrotas y
fracasos sino alimentada por la perfidia de algunos que se dicen españoles
que, copando cátedras y medios de masas, se empeñan en hacernos aparecer
como criminales en América o en Marruecos y, de paso, dar pábulo a los que
nos difaman cuando lo cierto es que estos mismos que nos tachan de salvajes
hicieron lo mismo o cosas peores pero con la enorme salvedad de que ellos no
se avergüenzan de su pasado y nosotros parece que tenemos que pedir perdón
por todo.
Han pasado doscientos años desde aquella jornada de Trafalgar pero hoy su
legado ha de estar más vivo que nunca. Un legado muy simple que se cifra en
una sola frase: "Mal futuro aguarda a la nación que cierra los ojos a su
pasado".
La Voz de Cádiz 30/10/2005
Los paneles turísticos que incluyen un barco ficticio serán
retirados y corregidos
Los carteles dan como participante al 'Antilla' fabulado por Pérez-Reverte La
reparación se hará antes de fin de año
JOSÉ LANDI/CÁDIZ
Los paneles turísticos presentados el pasado 14 de octubre en distintas rutas
que parte del faro del Cabo de Trafalgar y recorren los términos municipales
de Vejer, Conil y Barbate serán reparados antes de que termine el año, según
confirmaron fuentes de la Diputación Provincial de Cádiz.
Los carteles, firmados conjuntamente por Junta de Andalucía, Corporación
Provincial y los ayuntamientos de las tres localidades mencionadas, incluyen
unos gráficos en los que se muestra la situación y la estrategia de todos
los buques participantes en la batalla del 21 de octubre de 1805.
Por error, en esas flotas pretendidamente reales se incluye el navío Antilla,
que nunca existió y que Arturo Pérez-Reverte inventó para su novela Cabo
Trafalgar, tal y como el autor especifica en un apartado de la obra que no se
presta a confusión alguna. Aunque, formalmente, ni la Junta de Andalucía, ni
la Diputación, ni los tres ayuntamientos admiten que ninguno de sus
trabajadores sea responsable del error, fuentes oficiales de la Corporación
Provincial han anunciado que los paneles serán retirados antes de fin de año.
Según estas mismas fuentes, el error se produjo al encargar a una empresa de
cartelería de Madrid los gráficos de la batalla. Siempre según esta versión,
esa firma copió un gráfico del libro de Pérez-Reverte sin comprobar si
respondían a la realidad histórica. Posteriormente, ningún funcionario de
ninguna administración los revisó.
La
madera de la flota maltrecha de Trafalgar se usó en la
construcción
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Europa Sur 6/11/2005 |
El carpintero
de ribera Vaquerizo compró al Almirantazgo inglés los barcos
inservibles fondeados en la bocana de Gibraltar y fueron
desguazados en Campamento
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R. GR.
algeciras.
Al término de la batalla de Trafalgar, un éxodo de barcos maltrechos
inició un camino de retorno a los puertos de Cádiz y Gibraltar. Este
encuentro naval supuso el último de barcos de vela, pues la máquina de
vapor supondría una revolución en el mundo marítimo sin igual hasta
entonces y que afectaría tanto a la navegación comercial y de
pasajeros como la militar.
¿Qué ocurrió con los barcos malparados que
recalaron en el puerto de Gibraltar después de la batalla de Trafalgar?
Pocos podían imaginar que años más tarde fueran desguazados en la
playa de Campamento y su madera aprovechada para la construcción en
diversos puntos de la geografía comarcal. Hoy se conoce esta
circunstancia gracias a la memoria de Antonio Bernal, un industrial de
la hostelería de esta barriada de San Roque que a sus setenta y seis años
recuerda con toda nitidez el interminable relato que un nieto de un carpintero
de ribera (constructores navales de la época) le contaba a su padre
cuando él tenía catorce años.
"Corría el año de 1945 cuando don Adolfo
Vaquerizo, importador de carne que abastecía a Gibraltar y a los barcos
que atracaban en la Roca, contaba a mi padre con puntos y comas lo que
ocurrió con los barcos que regresaron a Gibraltar después de la
batalla de Trafalgar. Él lo sabía por su abuelo, que fue carpintero
de ribera".
Antonio Bernal sustenta sus opiniones, además de
en la tradición oral, por la envidiable colección que tiene de periódicos
gibraltareños de la época y por un grueso libro, escrito en inglés,
que detalla con precisión todos los acontecimientos que tuvieron lugar
en el Campo de Gibraltar y en la colonia británica bien entrado el mil
ochocientos.
La historia que sigue, es así. Terminada la
batalla de Trafalgar, en torno a una treintena de buques, tanto de la
flota combinada franco-española como ingleses, recalan en el puerto de
Gibraltar. Los ingleses deciden reparar los barcos que en mejor condición
han quedado, siendo estos mayoritariamente españoles pues eran los que
estaban mejor construidos. Los inservibles, los abandonaron en la bocana
del puerto. Estamos en el año 1805, y las autoridades británicas no
dejan pernoctar a los que no están en posesión de la cédula que
acredita su residencia en Gibraltar. Por tal motivo, a las seis de la
tarde, una salva de cañón es la señal para que abandonen el
territorio inglés de la Roca el gentío, en su mayoría malteses,
genoveses y portugueses, además de españoles, que no pueden esgrimir
ese documento. El retorno a la colonia británica lo determinará otra
salva de cañón, pero esta vez a las seis de la mañana. En este
intervalo de tiempo, estos "indocumentados" buscan alojo en
los buques fondeados en la bocana del puerto, los mismos que quedaron
inservibles después de Trafalgar.
Esta situación se mantendría hasta la década de
1840-50, donde el puerto gibraltareño ya es de notoria importancia para
la navegación británica como lugar de escala y avituallamiento en las
rutas hacia el nuevo continente. Esta nueva situación es la que
propicia la búsqueda de nuevos espacios, motivo por el que las
autoridades inglesas deciden despejar la bocana del puerto de los restos
de la batalla de Trafalgar.
El carpintero de ribera Vaquerizo entra en acción
al comprar estos barcos al Almirantazgo inglés que, una vez en su
poder, los lleva hasta la playa de Campamento y procede a su desguace.
Esta madera, mejor para la construcción que para navegar, es de tres
tipos de pino: Flandes, Riga y Teca. Los barcos españoles que la armada
británica rehabilitó después de la batalla eran de roble, madera óptima
para la navegación.
Tras la operación de desguace, la madera
permanecerá por espacio de nueve o diez años secándose en esta playa,
y es a partir de 1860 cuando se usa para la construcción. "Eran
tablones de hasta medio metro de diámetro, que eran cortados en función
de la utilidad que se le iba a dar. Hasta de Tahivilla venían a por
madera y se la llevaban en carros de seis ruedas tirados por
mulos", afirma Bernal.
Para la historia queda, a modo de ejemplo, casas
como la de Antonio Bernal (1886), la Rosaleda (1875) (incendiada por
motivos espurios), o la casa-cuartel (1875) que contienen madera de
barcos de la batalla de Trafalgar.
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Nicolás
Farto: un cirujano asturiano en la batalla de Trafalgar |
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La Nueva España 3/11/2005
ENRIQUE MARTÍNEZ
En los últimos días se prodigan en los
medios de comunicación españoles y europeos referencias a la
batalla de Trafalgar con motivo de su bicentenario. También en
nuestra región se han publicado artículos sobre personajes de
origen asturiano destacados en aquella batalla, especialmente el
brigadier Cayetano Valdés, descendiente de asturianos y
comandante del buque «Neptuno», que encabezaba la formación
franco-española tras la última disposición táctica adoptada
por el almirante Villeneuve. Es por ello que parece oportuno, y
merece ser recordado, un cirujano asturiano que participó de
forma muy destacada en aquella batalla: Nicolás Farto.
Nicolás Farto López era natural de la villa de Luanco e ingresó
en el Real Colegio de Cirugía de Cádiz, destinado a formar
cirujanos para la Armada, en 1784. Seis años después, ya
titulado, fue destinado al buque «San Carlos». En 1802 fue
nombrado disector anatómico del real colegio gaditano y en 1812
catedrático de Anatomía en propiedad en el mismo centro (en
aquellos tiempos la anatomía y la cirugía eran aspectos
complementarios de una misma disciplina). Sus servicios como
cirujano ayudante de embarco, como se denominaba a los que eran
destinados a los buques, han sido numerosos y muy importantes.
Además de diversas travesías por varias partes del mundo,
participó en casi todas las batallas navales de aquel tiempo
tan agitado: sitio de Tolón, Brest, Túnez, Antillas, Caba de
San Vicente y, de forma muy especial, en la de Trafalgar, que
tuvo lugar el 21 de octubre de 1805. Falleció en Cádiz el 14
de agosto de 1827.
Ciñéndonos a la batalla de Trafalgar, Farto era primer
cirujano del buque «Santa Ana», que enarbolaba la insignia del
teniente general Ignacio María de Alava (segundo jefe de la
flota española) y que estaba al mando del veterano capitán de
navío José Gardoqui. El «Santa Ana» estaba situado en la
mitad de la formación de la escuadra combinada precediendo al
buque francés «Fougueux», que realizó el primer disparo en
aquel día memorable sobre el «Royal Sovereign»; este buque
inglés enarbolaba la insignia del vicealmirante Collingwood,
que comandaba la columna de sotavento de las dos en que el
almirante Nelson dividió la flota británica y que pasaría a
ser jefe supremo tras la muerte de este último. Ambas columnas
se dirigieron hacia la formación hispano-francesa por su
costado de babor. El «Royal Sovereign» penetró entre el «Fougueux»
y el «Santa Ana» contestando al ataque aliado con una andanada
de cincuenta cañonazos contra la popa de este último
provocando multitud de muertos y heridos, de tal forma que Farto
fue el primer cirujano de la escuadra combinada que necesitó
actuar en aquella terrible batalla. Uno de los heridos fue el
teniente general Ignacio María de Alava, que, según reza en el
informe facultativo del cirujano Farto «... sufrió una herida
contusa en la región iliaca derecha con la que se conservó
dando órdenes sobre el alcázar hasta que herido por segunda
vez cayó sin sentido y fue tenido por muerto y conducido al
sollado, donde reconocí una herida con sufusión de sangre
situada en la frente que se extendía desde los huesos de la
nariz, que estaban quebrados y fuera de su sitio, y descubierto
el hueso coronal hasta la raíz de la ceja con pérdida de los
tegumentos y carnes que cubren estas partes, hecho este destrozo
por metralla menuda, y, además, otra contusa en la parte
lateral del muslo derecho con hinchazón de esta parte por estar
contundida la fascia lata...». También resultó herido el
comandante de la nave José Gardoqui. El «Santa Ana», tras el
duelo con el buque insignia de Collingwood, quedó desarbolado y
fue abordado, siendo capturada la tripulación por los ingleses
después de una feroz lucha cuerpo a cuerpo, pero lograron
reducir a sus guardianes y escapar hasta ser remolcados,
curiosamente junto al «Neptuno», comandado por Cayetano Valdés,
por buques españoles y franceses hasta entrar en la bahía de Cádiz
cuatro días después cubierto de gloria; no así el «Neptuno»,
que se hundió frente al puerto de Santa María.
El comportamiento del cirujano asturiano fue tan ejemplar que el
propio Federico Gravina, comandante general de la flota española,
en oficio dirigido al príncipe de la Paz (Manuel Godoy) un mes
después de la batalla, solicita sean recompensados «... todos
aquellos capellanes y cirujanos del número y provisionales de
la escuadra por el celo y esmero con que cumplieron su deber en
la curación y auxilios espirituales de todos los heridos y
moribundos, tanto en el acto del combate como en los días
sucesivos, en que la duración de los temporales dificultó su
pronto desembarco, habiéndose particularizado con especialidad
los ayudantes cirujanos de embarco habilitados, doctor Fermín
Nadal, doctor Nicolás Farto y don Juan Guerrero...». El
teniente general Ignacio María de Alava, ya restablecido,
oficia en enero de 1806, también al príncipe de la Paz,
solicitando un reconocimiento a aquel cirujano que «... además
de sus conocimientos facultativos a que deben la vida, como yo,
muchos otros heridos en aquella acción, ha sido ejemplo de
humanidad, abandonarse a sí mismo para atender al cuidado del más
miserable...».
Nicolás Farto, tras la batalla, fue destinado nuevamente al
Real Colegio de Cirugía de Cádiz donde ejerció hasta su
muerte. Son numerosas las referencias a su actividad
profesional, participando activamente en las llamadas «tertulias
literarias» de aquella institución (hoy diríamos sesiones clínicas).
Sirvan estas líneas como homenaje a uno de nuestros más
destacados cirujanos, aunque prácticamente desconocido, de la
tormentosa época de finales del XVIII y principios del XIX.
Enrique Martínez es catedrático de Cirugía de la Universidad
de Oviedo. Miembro de número del Real Instituto de Estudios
Asturianos.
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Uncovered:
A French eyewitness account from Battle of Trafalgar
By
Matthew Beard
Published: 04
November 2005 Independent Online Edition
A French eyewitness account of the country's dramatic
defeat at the Battle of Trafalgar has been discovered, shedding light on the
historic battle.
Details of the
sea battle, in which British ships chased and captured the French vessels,
appear in the helmsman's log. The document, taken from the French ship Mont
Blanc, was discovered by researchers from the British National Archives among
the vessel's muster roll, the lists of payments to the crew on board.
Alistair Hanson,
a historian at the National Archive, said: "This discovery is of
significance because it provides us with a rare French eyewitness account of
the battle. It will also be valuable to French genealogists who will be able
to track those seamen who died."
The incident
occurred towards the end of the Battle of Trafalgar as the boats Mont Blanc,
Scipion, Duguay-Trouin and Formidable formed part of a vanguard of a combined
fleet commanded by Rear Admiral Dumanoir Le Pelley.
Because of a
breakdown in communication and a lack of wind, the ships were out of range for
most of the battle. By the time they came face to face with the English, the
battle had been all but won. The French fled but they were soon captured and
became the only enemy vessels to be brought back to the UK.
Bruno
Papparlardo, a naval historian at the National Archives, said: "The log
is one of the most exciting finds in recent times for naval historians and
anyone interested in the Battle of Trafalgar.
"Together
with the muster rolls for the ship and rolls for the Duguay-Trouin, the
Scipion and the Formidable, this unique find will allow us to be able to make
direct comparisons between the British and the French ships and give us a
better insight into their battle plans."
Dated 21 October
to 22 October, 1805, one entry in the log reads: "At 3pm, our topgallant
mast was damaged, at 4pm we recommenced firing, at 4.30pm a vessel caught fire
whose nationality we assumed was English.
"Two
English vessels were alongside at the same time. We were fighting each other
in disorder and the two vessels mentioned were de-masted. While boarding we
saw 15 de-masted vessels, including one on fire.
"At 5pm,
the battle ended; at 5.30pm the sunset saw Cape Trafalgar to the east by south
6 or 7 leagues distant; at 6 in the evening the vessel that was on fire
exploded."
On retreat, the
French ships headed towards the Bay of Biscay and on 2 November, the entry
reads: "At 10pm, we changed course under the wind, all sail on the port
quarter, the enemy pursuing us always very closely. Weather very overcast and
rainy."
But eventually
the French were forced to capitulate and were taken captive by Captain Richard
Strachan. Dated 4 November, 1805, the log reads: "The enemy's fire was
most violent to leeward of us.
"Our
squadron lay to windward. At 2 o'clock the Scipion lost her main top mast. The
fire was most rapidly kept up on both sides. All our rigging was cut to pieces
- moderate weather and a calm sea alone kept our masts up."
William Spencer,
military historian at the National Archives, said: "The files were found
by an intern who was researching some High Court Admiralty papers for the
organisation. These rolls had gone unnoticed for a number of years.
"When a
ship was captured in battle, the British sailors would be expected to bring
the ships and the prisoners back to shore.
"They would
take the ships' documents and muster rolls to the High Court Admiralty as
proof of their capture in exchange for head-payments that would be shared
amongst the seamen.
"Once
payments had been made, the papers would have been filed as court evidence
rather than as war documents, which is how they had lain hidden among the
catalogue of documents for so long."
Piden
una calle para el navío 'Algesiras' |
Europa Sur 13/11/2005 |
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algeciras.
El historiador Manuel Tapia Ledesma ha elevado al Ayuntamiento una
solicitud para que se bautice una calle de la ciudad con el nombre del navío
Algesiras, embarcación que participó en la batalla de Trafalgar
bajo pabellón francés. El promotor de la idea recuerda que el callejero
algecireño ya ha bautizado algunas vías de la ciudad con los nombres de Batalla
de Trafalgar y Aníbal, otro de los navíos que participó en
la famosa batalla. "No deja de ser una incongruencia histórica que
se recuerde el hecho que motivó la construcción del navío Algesiras así
como la batalla naval y en cambio no se recuerde al navío protagonista
que sirve de nexo de unión entre ambos hechos históricos",
argumenta Tapia.
Según explica el propio Manuel Tapia en sus
trabajos, el Algesiras fue botado el 9 de julio de 1804, en el
puerto de L 'Orient. "Posteriormente se procedió a realizar los últimos
trabajos sobre su cubierta; finalizando su total construcción con la
incorporación del armamento –74 cañones, aunque estaba preparado para
llegar hasta las 86 bocas de fuego-, el 27 de agosto del mismo año",
detalla el historiador. El buque se haría a la mar el día 10 de enero de
1805. "Su primer comandante será el capitán Willaumez, siendo su
destino, el puerto de Rochefort, donde se encuentra la flota al mando de
Missiessy –continúa Tapia en su trabajo sobre la historia del Algesiras–
El navío Algesiras en ese momento pasa a convertirse en una pieza
más del plan concebido por Napoleón, que tendrá como tablero de juego
el océano Atlántico y como objetivo, la invasión de Inglaterra".
Tapia da cuenta en su estudio sobre el navío de la
participación que éste tuvo en la célebre batalla naval. "El
Algesiras alcanzó el puerto gaditano y las autoridades españolas
permitieron que el teniente Bennet y sus hombres volvieran con sus
compatriotas, poniendo a su disposición una fragata –cuenta el autor–
El navío francés había perdido 450 hombres, incluido el contralmirante
Magón; pero el Algesiras, de un modo especial como no podía ser
menos, se había salvado".
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EXPOSICIÓN.
TRAFALGAR, LA DERROTA GLORIOSA
La Fundación Zaragoza 2008 ha organizado su tercera exposición tras los éxitos
logrados con las anteriores. El escenario en esta ocasión es el Centro de
Historia de la Ciudad, que abre sus principales salas para acoger entre las
festividades de San Valero y de la Cincomarzada, la exposición Trafalgar: la
derrota gloriosa, una muestra de formidables maquetas navales que reproducen los
principales navíos que tomaron parte en la famosa batalla librada en aguas del
golfo de Cádiz hace doscientos años.
Trafalgar: la derrota gloriosa llega a nuestra ciudad por iniciativa de la
Fundación 2008 y del Área de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Zaragoza y
constituye una cotizada realidad gracias a la conjunción de esfuerzos de la
Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, el Ayuntamiento de Móstoles, la Asociación
Histórico Cultural 2 de Mayo, el Museo Naval de Madrid y las asociaciones de
Modelismo de Navarra y Aragonesa, a la que se han sumado entusiastamente otros
coleccionistas.
La exposición cuenta con una serie de paneles complementarios que permiten
adentrarse de manera gráfica y muy didáctica en el contexto histórico de la
época y terminar entrando de lleno en el combate naval que vino a cambiar el
curso de los acontecimientos históricos en los comienzos del siglo XIX. Se
analizan también gracias a estos elementos de apoyo los protagonistas que la
hicieron posible, los grandes almirantes de las tres escuadras y los navíos en
liza que configuraban la mayor potencia marítima desplegada en la historia, la
resultante de la confrontación entre la marina inglesa y la combinada de España
y Francia.
Trafalgar: la derrota gloriosa cuenta asimismo con una singular aportación
aragonesa, recuperando desde la memoria de la época la original participación
de marinos destacados en Zaragoza durante Los Sitios, como el montisonense José
Mor de Fuentes, responsable junto con José Primo de Rivera del código de señales
náuticas que se implantó desde la atalaya de la Torre Nueva para conocimiento
y fácil interpretación de la ciudadanía durante las trágicas jornadas que
constituyeron los dos asedios.
TRAFALGAR, LA DERROTA GLORIOSA
Centro de Historia de Zaragoza.
Plaza San Agustín nº 2. 50002 Zaragoza.
27 de enero ‑ 5 de marzo de 2006
Levante - El Mercantil Valenciano
2/4/2006
Los robles valencianos y Trafalgar
FRANCISCO CARDELLS - DOCTOR INGENIERO DE MONTES
En España, la construcción de grandes barcos fue fomentada sobre todo por los
Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II, tal como se ordena en 1498: «porque más
seguramente puedan navegar, que se hagan a nuestros reinos navíos de grande
porte». En esta época, la flota castellana alcanza las 300.000 toneladas, lo
que significaba una gigantesca selva de 6 millones de árboles, equivalente a
120.000 hectáreas de los mejores bosques. Puesto que con los árboles de buena
calidad se apeaban también los árboles menores para leña y carbón, el triste
resultado final de estas talas era que los bosques quedaban arrasados.
Así pues, el siglo XVI vivió el gran apogeo de la Marina española. La famosa
Grande Armada Invencible que Felipe II mandó a luchar contra Inglaterra era una
verdadera selva del mar de acuerdo con la expresión poética de Lope de Vega.
Cuando salió del puerto de Lisboa contaba con 130 navíos de guerra y 10
carabelas de servicio. De este modo, navegaron hacia el norte nada menos que
57.000 toneladas, lo que significaba más de un millón cien mil metros cúbicos
de madera.
Entre tanto, el régimen foral valenciano había concedido a los habitantes de
la ciudad de Valencia el derecho de los aprovechamientos comunales en todo el
reino. Entre estos derechos estaba el de «pendre, levar, trer, fer portar e fer
talar futsmenuts, grosses e grans», lo que hizo que en esa etapa los únicos
jueces reconocidos fueran los jurados de Valencia, quienes en el transcurso del
tiempo adoptaron diversas medidas tendentes a la conservación de los bosques y
a su explotación sostenible.
Pero en 1707 son abolidos los Fueros valencianos mediante el decreto de nueva
planta. A partir de este momento se van a aplicar las normativas Borbones, por
las que se conceden nuevos privilegios a la Marina para la explotación de los
montes con el objeto de reconstruir la flota. Así, en 1748, Fernando VI publica
la Real ordenanza para la conservación y aumento de los montes de Marina, en la
que se dispone, entre otros extremos, el cuidado y la conservación de los
montes situados en las inmediaciones del mar y ríos navegables a distancias
inferiores a 25 leguas (= 138 km).
Con la promulgación de la citada real ordenanza comienzan a efectuarse las
visitas de la Marina a los montes y, por primera vez, se realiza una descripción
de nuestra riqueza forestal. De entre las visitas de la Marina, merece
destacarse la girada en 1751 con el título Estado en que se manifiesta el número
de árboles de todas las especies existentes en los montes, hacienda de
particulares, riveras, azequias, alamedas y otros plantíos en diferentes
pueblos de las gobernaciones de Morella y Peñíscola. La lista se refiere a 70
localidades y en ella se contabilizan, entre otros, 313.184 ejemplares de roble
(Quercus faginea).
En la Memoria premiada sobre los montes del Reyno de Valencia de don Joaquín de
la Croix, se incluye la visita general de montes practicada por don Pedro
Villanueva entre 1771 y 1772 titulada Estado en que se manifiesta el número de
árboles que quedaron existentes en las gobernaciones de Peñíscola, Castellón
de la Plana, Alcira y Valencia, por resultas. Se trata de la última visita
general a los montes girada por la Marina en nuestro territorio, y en ella se
contabilizan tan sólo 5.139 ejemplares de roble.
En la primavera de 1791, Antonio J. Cavanilles comienza a recorrer nuestro
territorio por orden del rey Carlos IV, lo que se traducirá en su gran obra
Observaciones sobre el Reyno de Valencia. En ella se hace referencia a la
existencia de robles (que llama roures) en tan sólo seis ocasiones. Aunque
Cavanilles no recorriera toda la geografía valenciana ni nombrara todos los árboles
que fue observando, el bajo número de notas nos indica la casi desaparición de
los robles en nuestro territorio en aquellas fechas.
Por tanto, el período comprendido entre 1751 y 1791 es una etapa en la que se
modifica en gran medida la composición del arbolado de nuestra Comunidad, al
reducirse drásticamente el número de ejemplares de determinadas especies como
robles, encinas y nogales, necesarios para la construcción de los navíos de la
Marina. Tengamos en cuenta que la cantidad de madera necesaria para construir un
barco de alta mar era muy cuantiosa, pues se precisaban alrededor de veinte
metros cúbicos de madera por cada tonelada de desplazamiento, de ellos más de
la mitad eran madera de roble.
En el amanecer del día 19 de octubre de 1805, la escuadra hispano-francesa al
mando del almirante francés Villaneuve dejaba la bahía de Cádiz y ponía
rumbo a alta mar. En la mañana del día 21 se inició frente al cabo de
Trafalgar el choque de dos bosques flotantes: la flota aliada compuesta por 33
navíos y la flota inglesa compuesta de 27 navíos. Nelson desde el Victory7 y
Cosme Churruca en el San Juan de Nepomuceno exhortaban a sus tripulantes a
cumplir su deber con valor. El final de la batalla presentó un panorama
horroroso para los dos bandos, ya que perdieron la vida ambos héroes.
En Trafalgar, la mayor parte de los navíos aliados fueron hundidos o
capturados, ya que regresaron a puerto tan sólo 9 de los 33 barcos que habían
participado en la contienda. Con esta derrota quedaban las posesiones españolas
de ultramar indefensas ante el poderío británico y éste se convertía en el
imperio marítimo de la época moderna. La inteligente estrategia marcada por
Nelson de atacar en cuña nuestra flota convirtió las costas de Cádiz en un
cementerio donde hoy descansan no sólo los marinos que perecieron en la
batalla, sino también los restos de los robles valencianos que habían sido
utilizados en la fabricación de aquellos navíos.
La Isla recupera la primera victoria sobre las tropas
napoleónicas
Cultura y la Guardia Salinera iniciarán mañana un programa
de actividades que recordará la batalla de la Poza de Santa Isabel
A.R. / SAn Fernando
Diario de Cádiz 12/6/2008
La Guardia Salinera vuelve al ataque. En colaboración con
la Fundación Municipal de Cultural recordarán esta semana el 200 aniversario de
la primera victoria española sobre las tropas napoleónicas en el año 1808: la
batalla de la Poza de Santa Isabel, la gran olvidada de la Guerra de la
Independencia .
La contienda, que ni siquiera resulta conocida para los isleños, se desarrolló
entre Punta Cantera y La Clica un mes después del levantamiento del pueblo
madrileño contra los invasores franceses. Sin embargo, tuvo un carácter decisivo
en el curso posterior de la guerra ya que supuso la derrota de la escuadra
francesa del almirante Rosily, que pasó a manos de la Armada española comandada
por el almirante Ruiz de Apodaca y que, además, libró a la Bahía de Cádiz del
dominio de la flota napoleónica.
La batalla de la Poza de Santa Isabel tiene también una importancia simbólica
por ser la primera derrota francesa de la Guerra de la Independencia y, en La
Isla, adquiere un carácter muy significativo no sólo porque se desarrolló en la
localidad, sino porque en ella fue decisiva la intervención de las baterías de
Punta Cantera y en la que participaron muchos isleños sirviendo como artilleros
y embarcados en pequeñas lanchas cañoneras.
Toda esa parcela desconocida de la historia isleña es lo que Cultura y la
Guardia Salinera quieren conmemorar, recordar y, sobre todo, divulgar entre la
población con un nutrido programa de actividades que arrancará mañana mismo en
el Museo Histórico Municipal con una exposición y que culminará el próximo
sábado con una recreación histórica del combate en las inmediaciones de Caño
Herrera.
También la Armada española participará en todos estos actos en los que el sábado
se rendirá homenaje a todos los que intervinieron en la batalla de la Poza de
Santa Isabel. En su recuerdo se descubrirá una placa antes de comenzar la
recreación histórica.
La Armada participará en la actividad con varios vehículos hammer de diferentes
usos, una embarcación supercat y otra tipo piraña y una decena de uniformados de
época, dos helicópteros de la quinta escuadrilla -uno de los cuales hará un
ejercicio de rappel- y un avión harrier.
La exposición del Museo, que completará la recreación histórica de la primera
batalla ganada por los españoles en 1808, contará también con un centro de
interpretación del combate -tal y como la Guardia Salinera lo ha denominado en
el que se ofrecerá a los visitantes la posibilidad de conocer cómo fue la
contienda a través de un escenario virtual de la misma.
A la vista El Escorial de los Mares
Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
De niño, Juan Carlos Zuloaga Izquierdo se bañaba y pescaba en la zona del
litoral cercano al conocido Mesón de la Chorrera –frente a su casa natal–,
en el Vedado. El antiguo torreón colonial despertó siempre la pasión del
pequeño, quien logró pintarlo con varias técnicas –acuarela, tempera,
espátula– y, en cierta ocasión, lo esculpió en un bloque de ciforé y lo
montó en una base de madera.
El joven Zuloaga también soñaba con barcos, y comenzó a visitar un astillero
próximo, donde se fabricaban embarcaciones pequeñas; allí observaba
atentamente cómo estas se construían, y luego buscaba trozos de madera y
pequeñas puntillas para armar botecitos, a los que les insertaba velas y
tiraba al mar. El interés del joven fue in crescendo, consultó innumerables
publicaciones y, como él mismo expresara, “se le empezó a abrir la mollera”
y decidió que podía modelar barcos con mayor calidad.
A los 19 años de edad (hace casi dos décadas) comenzó a concebir con
seriedad modelos navales. “Es increíble, pero es una pasión que te empieza a
atrapar y no dejas de hacerlo, si te gusta de verdad. Me fui interesando en
la historia para aprender del interior de los barcos, que es la parte más
complicada. Tú puedes ver un barco por fuera, quizás lo puedes ver navegando
desde el Malecón o en una imagen, pero sus interiores son más difíciles. No
es que me haya convertido en un especialista de la historia naval universal,
sino más bien, en un investigador y, gracias a ello, he podido realizar
trabajos con más rigor y seriedad, los cuales han formado parte de
exposiciones”, comenta el joven autodidacta.
El año 2003 fue muy importante para este creador, pues se vinculó al Museo
Castillo de San Salvador de La Punta y fabricó –en una escala de 1:35– el
modelo Nuestra Señora de Atocha, motivado por la donación realizada al museo
de una planchuela de cobre perteneciente a ese galeón, construido en el
siglo XVII en La Habana, el cual naufragó en 1622 en las costas de La
Florida y fue encontrado en los 90 de la pasada centuria, después de más de
30 años de búsquedas incesantes por un equipo de norteamericanos.
El proyecto del
Santísima Trinidad
Desde
hace casi un año Juan Carlos Zuloaga Izquierdo trabaja en el modelo naval
del Santísima Trinidad, luego de
recopilar valiosa información documental proporcionada fundamentalmente por
especialistas canadienses y del Museo Naval de Madrid.
El proyecto, dirigido por Zuloaga, se construye en una de los espacios del
Castillo de San Salvador de La Punta, y es fruto de la cooperación de la
Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana con la organización no
gubernamental canadiense Amigos del Santísima Trinidad; también participan
en la fabricación del navío en escala de 1:25 los modelistas Nelson García y
Lázaro García, este último especialista en figurillas; la artista Duchi Man
y el ingeniero eléctrico Vladimir Torres.
Juan Carlos explicó la labor de cada especialista en el proyecto: “Nelson es
el encargado de la fortificación del barco; “previamente analizamos todas
las escalas y, entonces, elaboramos los prototipos de cada pieza, para luego
repetir en serie: cañones, ruedas, cadenas, y todos los detalles –en
madera–, que forman parte de un barco de guerra”. Con marcado rigor ambos
modelistas han puesto a prueba su experiencia y claridad en cada trabajo.
Una labor también muy dedicada y creativa han desarrollado Lázaro y Duchi.
El primero, en la realización de las figurillas, que imitan la vida a bordo
de la embarcación; el ser humano y su trasiego en las bodegas del navío, los
camarotes, las hamacas, el vestuario de la época…; todo ello podrá verse con
mucha precisión, pues habrá luces y una pantalla interactiva con el público
visitante. Por su parte, Duchi asumirá la confección de las velas y las
banderas del barco.
Dada la complejidad del proyecto, Juan Carlos opina que este no podrá
terminarse en un plazo menor de dos años y precisa que, cuando ya concluyan
el casco y la arboladura del navío, se trasladarán al Castillo de la Real
Fuerza. “Ya una vez allí mi colega Nelson y yo comenzaremos a arbolar el
modelo; la arboladura es la parte de las velas, las cuerdas, las escaleritas
de soga por donde suben los hombres”, refiere.
Y mientras Juan Carlos y su equipo trabajen en ese salón del Castillo de La
Fuerza, el público podrá ir viendo cómo se fabrica el modelo del
Santísima Trinidad, en tanto en la
fortaleza de La Punta un panel con imágenes ofrecerá un seguimiento del
proyecto, desde su comienzo hasta el momento de su terminación.
El más grande y artillado de su tiempo
Para la construcción del navío español del Santísima Trinidad se emplearon
maderas preciosas americanas –caoba, júcaro y caguairán. La embarcación fue
botada por el Real Astillero de La Habana en 1769 y, luego de ser probada en
alta mar, se le detectaron varios desperfectos, que se corrigieron en los
astilleros de Ferrol y Cádiz.
De tres puentes iniciales, el buque pasó a tener cuatro, y se convirtió así
en el más grande y artillado de su tiempo, con 140 bocas de fuego y una gran
capacidad para una tripulación de cientos de marinos; por ello fue llamado
con el sobrenombre del Escorial de los Mares. El galeón intervino en muchas
batallas hasta que fue capturado por los ingleses en muy malas condiciones,
tras una dura y heroica lucha en la Batalla de Trafalgar en 1805. Los
vencedores pusieron todo su empeño en salvarlo y trasladarlo a Gibraltar,
pero finalmente se hundió a unas veinticinco o veintiocho millas al sur de
Cádiz.
Las dimensiones del Santísima Trinidad
al ser botado, con tres puentes, en octubre de 1769 en los astilleros de La
Habana eran las siguientes:
- Eslora: 213 pies de Burgos y 8 pulgadas (61,40 m)
-Quilla: 182 pies y 5 pulgadas (52,72 m)
-Manga: 57 pies y 9 pulgadas (16,59 m)
-Puntal: 28 pies y 11 pulgadas (8,31 m)
-Arqueó: 4 902 toneladas (7 443,69 m3) un lastre de 1 546 quintales (71,12
tn)
-Costo de fabricación: 40 000 pesos
Una vez corregidos sus errores en los astilleros de Ferrol y Cádiz fueron:
-Eslora: 220 y 6 pulgadas (63,36 m),
-Quilla limpia: 188 pies (54,02 m), manga 58 (16,67 m)
-Puntal: 28 y 9 pulgadas (8,26 m),
-Plan: 29 pies y 10 pulgadas (8,57 m),
-Calado a popa: 29 pies y 7 pulgadas (8,50 m)
-Calado a proa: 27 pies (7,76 m);
-Arqueó: 20 000 quintales (920 tn) de lastre, medía 2 475 toneladas (3.758
m3)
-Tripulación y guarnición: 1 071 plazas y 25 criados
Publicada: 28/11/2007
Dirección de Patrimonio Cultural (La Habana), junio de 2008
El tatarabuelo luchó en Trafalgar
Los barcos que escaparon de Nelson y se refugiaron en la bahía de Cádiz se
rindieron a los españoles hace 200 años. Un timonel francés lo vivió. Su
tataranieto rescata el testimonio
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA 22/06/2008 - El País
El chiringuito se encuentra en un esquinazo de la bahía de Cádiz, cerca de
San Fernando, y a la hora de comer se llena de gente de la zona y de gatos
esqueléticos que acuden a ver si cae una raspa de caballa. La historiadora
Lourdes Márquez Carmona es gaditana y lo sabe todo sobre la batalla de Trafalgar
y la suerte (pésima) que corrieron los españoles y franceses tras enfrentarse a
los ingleses de Nelson y salir vapuleados.
En una servilleta dibuja un esquema de cómo era la bahía hace 200 años, con
los lugares en los que los españoles instalaron cañones. Luego señala con el
dedo el suelo, por donde se pasea un gato marroncito, y asegura: "Este
chiringuito, de hecho, se levanta sobre la base de una batería de costa desde la
que los españoles dispararon a los barcos de los franceses. En uno de ellos
estaba Michel Maffiotte, un timonel francés de 20 años que resultó un superhéroe
y del que existe una foto".
¿Quién es este Maffiotte? ¿Qué hacía embarcado en la bahía de Cádiz? ¿Por qué
es un superhéroe? ¿Quién le hizo esa foto? Y sobre todo, ¿por qué le disparan
los españoles si se supone que eran aliados en Trafalgar?
Hace unos años, la historiadora Márquez localizó una llamativa página web:
un tal César Rodríguez Maffiotte, médico de Tenerife, contaba varias
aventuras de su tatarabuelo Michel, que había servido como timonel en Le
Indomptable en Trafalgar, que había naufragado cerca de El Puerto de Santa
María, que sobrevivió y que fue rescatado por otro navío francés gracias a que
se agarró a un tablón providencial. Su testimonio fue recogido en su tiempo por
un autor francés, Sabino Berthelot, que residió por un tiempo en Tenerife y que
relató algunas de las peripecias de Maffiotte, al que conoció.
Así lo contaba el tataranieto en su web. Así lo encontró la
historiadora, que, tras ponerse en contacto con el tataranieto, trasladó las
aventuras del timonel a un capítulo de su reciente libro Trafalgar y el
pescador de náufragos. A su presentación invitó al médico tinerfeño, y le
hizo un regalo especial: conducirle al lugar exacto en el que naufragó su
antepasado doscientos años atrás.
También el descendiente del bravo timonel había acudido con un regalo
inesperado para la experta: una copia de seis hojas manuscritas en francés que
comenzaban así: "Un destino adverso. (Memorias de Michel Maffiotte). Llegué a
Port Royal el 14 de mayo...". La historiadora comprendió que se hallaba ante una
joya. Ya no se trataba del testimonio recogido por otro autor. Ahora era el
timonel el que contaba su vida de su puño y letra. El tataranieto había
encontrado los papeles en la biblioteca municipal de Santa Cruz de Tenerife,
después de que un amigo suyo, director del Museo Arqueológico, le avisara de la
existencia de documentos antiguos relativos a los Maffiotte. Había dos copias
idénticas: una había sido escrita con la caligrafía algo insegura de un hombre
joven. La segunda, copiada años después, presentaba la letra firme de una
persona mucho más madura.
Con todo, lo que más sorprende es la capacidad de síntesis de Maffiotte, que
más parece redactar un currículum que narrar las dos veces que se cruzó con la
historia de Europa. Su paso por la batalla de Trafalgar, en la que participaron
más de 60 descomunales navíos de línea y miles de marineros, la resume así:
"Salí de Cádiz el 20 de octubre [de 1808]. Combatí el 21 y fondeé en las afueras
de la misma el mismo día. Naufragué el 25 de octubre".
Maffiotte no sólo obvia el combate, sino la retirada, en la que, desarbolados
por la artillería inglesa, sin anclas, ni velas, ni posibilidad de gobierno, y
zarandeados además por un temporal repentino, los navíos franceses y españoles
se arrastraron por la costa intentando entrar en puerto. Muchos, como el de
Maffiotte, inútilmente: hay 15 navíos de línea hundidos entre el cabo de
Trafalgar y Huelva. Después, el timonel se salta tres años y medio: "El 9 de
junio de 1808, estando fondeado en la bahía de Cádiz, los españoles nos han
bombardeado...".
¿Qué ha pasado en todo este tiempo?
En primer lugar, que una decena de navíos franceses y españoles
supervivientes de Trafalgar han permanecido encerrados en la bahía de Cádiz,
prisioneros de la potente armada británica, que, desplegada a la altura de Rota,
bloquea la salida. En segundo, que el levantamiento del Dos de Mayo de 1808 en
Madrid, que significa el inicio de la guerra de la Independencia, ha convertido
en enemigos a los que antes eran aliados. Así, los navíos españoles se han
apartado de los franceses dejándolos solos en medio de una bahía de no mucho
calado que, para embarcaciones de esta envergadura, es poco más que una bañera
en la que es imposible moverse sin tropezar.
Maffiotte y los suyos comienzan a ser hostigados. El timonel es ahora mucho
más explícito. "El fuego ha comenzado por una batería de morteros establecida en
la costa (...) Nos cayó una bomba en el castillo de proa que explotó (...)
dejando a 16 o 17 hombres fuera de combate".
Los españoles cañonean desde varios puntos. Los franceses se encuentran en el
centro de un círculo de fuego. Deben hacer frente también a las cañoneras
españolas, un tipo de embarcación liviana artillada con morteros que ataca con
eficacia a los cinco colosos franceses, torpones y lentos debido a que están
obligados a maniobrar en una charca sin profundidad. "El día 13, mucho
movimiento en el enemigo, que levanta baterías por todas partes (...) El día 14,
a las cinco horas, 31 cañoneras tomaron posiciones (...) zafarrancho de combate
a las seis y media. El almirante [el conde François-Etienne de Rosily-Mesros]
llama a los comandantes de los navíos a las siete horas. A las ocho [se rinde] y
arría su pabellón".
Termina la batalla y Maffiotte recupera su ritmo vertiginoso a la hora de
contar. Se limita a consignar que fue hecho prisionero y recluido en uno de los
pontones que había en la bahía, esto es, barcos desarbolados e inútiles que
servían tan sólo de prisión flotante y, con frecuencia, de ataúd. Compartió esa
suerte miserable con 3.700 marineros franceses. Muchos murieron.
Maffiotte sobrevivió. Como sobrevivió a Trafalgar. Por eso la historiadora
Márquez le considera un superhéroe. Permaneció en Cádiz hasta el 25 de abril de
1809. Ese día fue embarcado rumbo a Canarias junto a 1.500 compatriotas. "El 2
de junio partí del puerto de Candelaria para Santa Cruz de Tenerife haciendo la
ruta por tierra...".
Aquí se interrumpen las memorias. No dice que jamás volvió a Francia, que se
casó con una canaria, que tuvo cuatro hijos, que prosperó y que, con el tiempo,
fundó la escuela de náutica de Santa Cruz de Tenerife. De ahí que le hicieran la
foto.
No dice nada de eso porque, según piensa su tataranieto César, el timonel
escribió estas memorias recién desembarcado, amargado por un destino que
consideraba infausto, recluido en un lugar apartado del mundo. De ahí el título,
Un destino adverso, y la caligrafía insegura de los 20 años. Décadas
después se limitó a pasarlas a limpio, con una letra mucho más segura. Su
tataranieto César está convencido de que lo hizo para dejar constancia de lo
vivido. Por eso no cambió nada. -
La Isla saca a flote la Batalla de la Poza de Santa
Isabel
La Guardia Salinera recordó ayer la primera victoria
española sobre tropas napoleónicas
ROCÍO TOLEDO
15 de junio 2008 - La Voz Digital
La Guardia Salinera logró ayer desenterrar uno de los tesoros más
desconocidos de la historia de la ciudad después de doscientos años fondeado
en las aguas de la indiferencia. Se trata de la batalla de la Poza de Santa
Isabel, primera victoria española sobre las tropas napoleónicas un 14 de
junio de 1808.
Ese día la escuadra que mandaba el Almirante francés Rosily, en aguas
gaditanas desde la Batalla de Trafalgar, fue derrotada frente a San Fernando
por la Armada Española durante un combate en que fue decisiva la
intervención de las baterías de Punta Cantera y en el que intervinieron
muchos isleños, sirviendo las baterías y embarcados en pequeñas lanchas
cañoneras.
Esta contienda tiene su relevancia para el curso de la Guerra de la
Independencia por cuanto supuso que toda la escuadra comandada por Rosily
pasara a manos de la Armada española, comandada por el Almirante Ruiz de
Apodaca.
Al objeto de que los hechos no vuelvan a hundirse en el olvido, Cultura y la
Guardia Salinera celebraron ayer una recreación histórica del combate en las
inmediaciones de Caño Herrera, donde conjuntamente con la Armada Española se
quiso rendir homenaje a los que participaron en la batalla, hace 200 años, y
en su recuerdo se descubrió una placa. El acto congregó a más de un centenar
de personas. La Armada participó con una embarcación supercat y otra tipo
piraña, dos helicópteros de la quinta escuadrilla y un avión harrier. Al
acto se unió la presencia de 50 veleros, coincidiendo con la concentración
que cada año organiza en dicha fecha el Club Náutico La Casería.
Izado de banderas
El vicealmirante Juan Francisco Serón Martínez, Almirante Jefe del
Apoyo Logístico en la Bahía de Cádiz y Almirante del Arsenal de la Carraca
se encargó de representar a la Armada. Tras el izado de las banderas
nacionales de España y Francia y el homenaje a los caídos se pudo visitar
una exposición de material militar.
Cádiz se unió a la conmemoración con la inauguración de una exposición sobre
la rendición de la escuadra francesa. La muestra que permanece abierta al
público desde ayer alberga maquetas de los barcos de la época e importantes
documentos, entre otras curiosidades.
Auction marks Nelson anniversary
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The oak box is expected to fetch up to £1,200 at auction (Pic:
Bonhams)
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An auction of memorabilia associated with Admiral Lord
Nelson is to be held 250 years after his birth.
BBC NEWS 11/9/2008
Horatio Nelson was born in Burnham Thorpe, Norfolk, in 1758, and died on
board his ship HMS Victory during the battle of Trafalgar in 1805.
The sale includes an oak box thought to have been made from the barrel
which held Nelson's body on his voyage back to England, Bonhams auctioneers
said.
The box is expected to fetch £1,200 at the London auction on 23 September.
Letters from Nelson are also being sold in the auction as well as items
from his funeral, including a rare mourning ring, tickets and invitations.
Se subasta una caja hecha del
barril que transportó el cadáver de Nelson
Terra Actualidad / EFE 23/9/08
Una cajita supuestamente
elaborada con la madera del barril que transportó el cadáver del almirante
Nelson de vuelta a Gran Bretaña en 1805 se subastó por 8.160 libras (unos
10.200 euros), casi 7.000 libras por encima del precio estimado.
La caja conmemorativa, de roble con adornos de plata, fue adquirida por un
coleccionista anónimo en una puja que, según la casa londinense Bonhams,
confirmó una vez más la popularidad de los objetos relacionados con el héroe
naval, sobre todo este año, cuando se celebra el 250 aniversario de su
nacimiento.
Se cree que la madera de la cajita procede del barril de agua en que se
guardaron los restos del marino durante el viaje de regreso en el HMS
Victory tras haber perdido la vida en la batalla de Trafalgar, el 21 de
octubre de 1805. Para conservar el cuerpo, el barril se llenó repetidas
veces con brandy, según indicó la casa de subastas.
Otro lote de esta puja, un anillo de una serie de 58 que llevaron familiares
y amigos de Nelson en señal de duelo, también superó las expectativas al
adjudicarse por 18.000 libras (en torno a 22.500 euros), frente a las 12.000
estimadas. Horacio Nelson nació en Norfolk (este inglés) el 29 de septiembre
de 1758, el sexto de once hermanos.
En 1771 empezó su carrera naval a bordo del buque de guerra Raissonable,
para posteriormente ir subiendo en el escalafón de la Armada británica hasta
convertirse en capitán de la fragata Hitchenbroke en 1779. En 1794 perdió un
ojo en Córcega, y en 1797, el brazo derecho en la batalla de Santa Cruz de
Tenerife.
Tras una célebre carrera militar, murió de un tiro en el abdomen a bordo del
HMS Victory en la batalla de Trafalgar contra las escuadras aliadas de
Francia y España. |
El País
Pleito por 17.000 kilogramos de oro y plata
Los 130 dueños del tesoro de Odyssey
El Archivo de Indias demuestra que el oro y la
plata de 'La Mercedes' era la fortuna personal de mercaderes españoles - Sus
descendientes podrían reclamar la carga
ÁLVARO DE CÓZAR
- Madrid -
07/09/2008
Miles
de descendientes de los propietarios de la carga de oro y plata que se
hundió con la fragata La Mercedes podrían reclamar sus derechos
sobre este tesoro, hallado por la empresa estadounidense Odyssey Marine
Exploration en mayo de 2007.
Documentos depositados en el Archivo de Indias
(Sevilla), a los que ha tenido acceso EL PAÍS, prueban que gran parte de la
carga (697.621 pesos) del barco pertenecía a unos 130 mercaderes españoles. El
resto (253.606 pesos) era dinero de la Corona.
La lista de los 130
propietarios da un vuelco al caso que mantiene enfrentados a Odyssey y al
Gobierno español desde hace más de un año porque multiplica el número de
posibles reclamantes. Los descendientes directos de aquellos mercaderes se
podrían unir así como reclamantes al Estado español, que asegura haber sufrido
un expolio de una fragata de guerra española, a Odyssey, que encontró el tesoro;
y a Perú, que alega que el oro y la plata salieron de sus minas. El juez Mark
Pizzo, que lleva el caso en Tampa (Florida), tendrá que decidir en los próximos
meses qué derechos prevalecen.
La fascinante historia de
La Mercedes se encuentra en varias fuentes bibliográficas. El capitán de
navío de la Armada Española, Cesáreo Fernández Duro (1830-1908), narró el suceso
a partir de los diarios de a bordo. El barco sale de El Ferrol en 1802 hacia las
Indias con la orden dispuesta por el ministro de Marina, Domingo de Grandallana,
de traer los caudales de la Real Hacienda que hubiese en América. El barco está
en Lima en marzo de 1804. Los legajos Lima 648, Lima 1440 y Lima 1535, todos
ellos en el Archivo de Indias, dan cuenta exacta de la carga que fue registrada
en el buque destinada a "Su Majestad el Rey", por entonces Carlos IV.
Exactamente 253.606 pesos en distintas monedas de plata y oro y para distintos
fines; "mesadas eclesiásticas", "préstamo patriótico", "por donativo para la
pasada guerra" y "a disposición del Exmo. Ministro de Hacienda".
La otra parte que se
transporta en el barco pertenece a "los particulares", según aparece en los
registros de aduana. Son 187 páginas del legajo Lima 648, donde se documenta
cómo durante marzo de 1804 los mercaderes depositan su fortuna personal y otros
enseres. Todos los documentos, escritos en letra de imprenta, empiezan igual y
van firmados por el maestre del barco, Vicente Antonio Amurrieta: "Sírvase V.
mandar se forme partida de Registro a D. Juan González para cargar en la fragata
de S.M. nombrada Mercedes, de la que soy Maestre, y se halla próxima a
regresar al Puerto de Cádiz, con registro de Oro, Plata y Frutos de las especies
siguientes". Idéntico registro, con otros nombres, aparece en cada una de las
187 páginas. Algunos de los mercaderes depositan oro y plata en más de una
ocasión. Unos meten cantidades de 200 pesos, otros de 7.000. Los caudales pasan
a estar en algunos casos bajo la custodia de algunos miembros de la tripulación.
Los documentos también incluyen los nombres de los destinatarios que tendrían
que recibir el dinero en Cádiz. Así se va configurando la lista hasta alcanzar
la cifra de 130 mercaderes y 697.014 pesos, además de otros artículos ("Cueros
de leones y lobos marinos, pieles de guanaco, perfumes, docenas de
chinchilla..."). La lista elaborada por EL PAÍS a partir de esos documentos ha
de considerarse incompleta, pues en ellas no aparecen, por ejemplo, las
cantidades que llevaban algunos militares y otros miembros de la tripulación.
La Mercedes
parte meses después con algunos de esos mercaderes a bordo. Le acompañan otras
fragatas de guerra (La Clara, La Medea y La Fama) y un
grupo de cuatro fragatas de comercio (El Castor, La Joaquina,
El Astigarraga, La Dos Amigas). Comanda la flota don José de
Bustamante y Guerra, un marino con mucha mar. El 5 de octubre de 1804, a las
ocho de la mañana y cuando la escuadra está muy cerca de Cádiz, frente al cabo
de Santa María, La Clara hace señal de cuatro velas indicando al resto de
la flota la aparición de fragatas inglesas en el mismo rumbo.
España está en paz con
Inglaterra pero, aun así, la flota del comodoro Graham Moore ataca a los
españoles. La Mercedes saltó en pedazos a los pocos minutos de combate y
el mar se tragó el oro, la plata y las 249 personas que viajaban en el buque.
España declaró la guerra al Reino Unido el 14 de diciembre de 1804 con motivo de
este suceso, que se considera la antesala de la batalla de Trafalgar que tuvo
lugar el año siguiente.
Dos siglos después, una
empresa estadounidense llamada Odyssey Marine Exploration, especializada en la
búsqueda de pecios submarinos, anuncia el hallazgo de un tesoro de 500.000
monedas de oro y plata, con un peso de 17 toneladas. Desde el primer momento,
España sospechó que se trataba de La Mercedes y Odyssey confirmó
recientemente que ésta es la hipótesis más probable, aunque asegura que aún no
hay pruebas suficientes para determinar la identidad del barco. Si los
descendientes de aquellos mercaderes pueden reclamar o no es algo que tendrán
que decidir el juez. Odyssey y España defienden dos posturas opuestas. La
empresa considera que los descendientes tienen derecho a reclamar, aunque se
reserva una recompensa de entre el 80% y el 90% del valor actual de la carga por
haber rescatado el tesoro. España sostiene que La Mercedes era un buque
de guerra, patrimonio exclusivo del Estado y, por tanto, expoliado por Odyssey.
Si el juez determina que
España tiene razón, que el tesoro pertenece a La Mercedes, y que el
Estado es soberano, entonces los descendientes tendrían que reclamar ante los
tribunales españoles y sus demandas tendrían que sustentarse en leyes que jamás
plantearon la posibilidad de que los herederos hiciesen valer sus derechos sobre
algo perdido 200 años antes en el fondo del mar. El abogado que defiende los
intereses de España en Estados Unidos declaró el pasado mayo que ese hundimiento
"fue un acontecimiento en la historia mundial y en la de España equivalente a lo
que sucedió en la batalla de Pearl Harbor", que precipitó la participación
activa de Estados Unidos en la II Guerra Mundial.
Todos los ojos se vuelven
ahora hacia el juez Pizzo, que tendrá que pronunciarse a finales de este año
sobre quién es el dueño de las 500.000 monedas de plata y oro. Si puede, ya que
en sus manos tiene un proceso enrevesado, plagado de lagunas legales, que podría
prolongarse durante años.
Lista de los
propietarios
En marzo de 1804 unos 130 mercaderes
españoles cargaron las fortunas que habían hecho en las Indias en la
fragata La Mercedes. El barco salió de Lima meses más tarde con
destino a Cádiz y se hundió frente a las costas del Algarve tras un
combate naval con los ingleses. Documentos del Archivo de Indias, en
Sevilla, prueban que parte de la carga era de la Corona, 253.606 pesos
en monedas de plata y oro. El resto, 697.621 pesos, pertenecía a los
mercaderes. Sus descendientes podrían reclamar hoy esos caudales. En los
registros aparecen los nombres y las cantidades cargadas. Ésta es la
lista provisional de propietarios: Jacinto de Aguerro. Ángel Tomás de
Alfonso. Luis Albo. Sebastián Aliaga. Manuel AltimaAntonio Álvarez de
Villar. Diego de AlvearSilvestre de Amenábar. Martín de Aramburu.
Domingo de Aresmendi. Dámaso de Arias. Manuel Arredondo. Manuel de
Arrieta. José Antonio Balanda. Juan Baptista de Gárate. Antonio Baras.
Juan Bautista de Biana. Nicolás Bezanilla. Joaquín Blanco. Felipe Bosch.
Agustina Bustillo Concha. Ramón Caballero. José Calvo Izquierdo. Joaquín
Camilo. Faustino del Campo. Santiago Campos. Domingo de Cardas. Salvador
María de Cárdenas. Juan Miguel de Castaneda.Luis de Castillo y
Bustamante. José Leandro Cendefa. Antonio Chacón. Lorenzo José Chávez.
Benito Christi. Juan Antonio Comparet. Francisco Concha. Agustín de
Caldas. Bernardino de Eguía. Antonio de Elizalde. José de Erausquin.
José Antonio Errea. Juan Bautista de Errea. Pedro Espinosa. Juan
Francisco Ezpelosín. Pedro Fernández de Navarrete. Francisco Fernández.
Gabino Gainza. Miguel de Gárate. Gabriel García de la Plaza. Miguel de
García Rasillo. José de Goicoa. Juan González. Manuel González.
Francisco Antonio Goytisolo. Juan García de Ponte. Sebastián Grana.
Martín Guirasola. José Gutiérrez Vegarbarín. Manuel de Henos. Juan
Hernández. Diego Antonio de la Casa. Francisco de la Fuente y Loayza.
Melchor de la Fuente. Domingo Antonio de la Yntiesta. Juan Miguel
Lazcuna. Antonio Lama. Domingo Landazuri. Matías Larreta. José Lasarte.
Simón de Lavalle. Juana de Lions. Carlos Lisón. Manuel Luciano López.
Lorenzo de Machiranda. Juan Antonio Macho. Joaquín Mansilla. Manuel
María del Valle. Antonio Matías de Elizalde. Vicente Antonio Murrieta.
Juan Antonio Mayo. Rafael Francisco Menéndez. Francisco Miango Lasina.
José Francisco Miranda. Pedro Moreno Altuzarra. Francisco Moreno y
Herrera. José Pablo Morera. Antonio de Olano. Tomás Ortiz de Zevallos.
José de Ostolaza. Fernando de Oyos. Tomás Parrizo y Toronda. Antonio
Pérez de Cortiguera. Agustín Querefazu. Domingo Ramírez. Simón Ravago.
Andrés Rebonedo. Gaspar Rico. Lorenzo Robledo. Matías Rodríguez. José
Román de Ydiaquez. Manuel de Rozas y Zorrilla. Hipólito Ruiz. Francisco
Sagasi. Andrés de Salazar. María Josefa de San Javier. Francisco Sánchez
Lamizo. José Sancho Dávila. Ignacio Santiago y Rotalde. Antonio Sanz de
Tejeda. Señores Sanz Ysasi y Escribano. José Antonio de Sarriá. Pablo de
Saursiaga. Francisco Javier de Trau. Tomás de Ugarte. Domingo de Urquijo.
Francisco Vázquez de Ucieda. Francisco Vázquez de Vereda. Ángel Vidal.
Pedro Villa Campa. Francisco Javier de Ynda. Francisco Javier de Yrue.
José Hermenegildo Ysasi. Domingo de Zepeda. Francisco María Zuloaga.
José de Zaldivar. Sr. Conde de Premio-Real. Marqués de Zelada de la
Fuente. Marquesa de Medina.
La
Voz Digital.es
Descendientes gaditanos de 'La Mercedes' estudian reclamar el
tesoro de Odyssey
Los familiares de
los 130 posibles propietarios de la carga extraída por los cazatesoros esperan a
que el juez Pizzo aclare si provienen de la fragata para exigir su parte
24.09.08 -
FRANCISCO APAOLAZA
La
burocracia tiene sus ventajas, aunque se tarde dos siglos en verlas. Pese a que
la tripulación no veía el momento de largar amarras, los encargados del comercio
de Indias retrataron en decenas de papeles la estiba de la fragata Nuestra
Señora de las Mercedes, una cuenta con más ceros de lo normal y dieron fe de los
nombres de sus opulentos propietarios. La Mercedes traía a España la bodega
cuajada con decenas de toneladas de oro y de plata que han vuelto a salir
presuntamente a la luz cuando Odyssey Marine Explorations reflotó 17 toneladas
de monedas. Los descendientes de sus 130 propietarios, algunos de ellos
afincados en la provincia de Cádiz, estudian echarle un pulso a la historia y
acudir a los tribunales a pedir lo que es suyo.
El responsable del Proyecto Poseidón de protección y puesta en valor del
patrimonio subacuático, Gonzalo Millán del Pozo, ha tirado de árbol genealógico
para dar con algunos de los descendientes de aquellos comerciantes, muchos de
ellos poseedores aún de importantes patrimonios. «Estamos buscando a los
descendientes para reunificar a las familias y ayudarles a que tomen parte en
este proceso». De momento, han dado con los descendientes de personajes como
Antonio Mu-rrieta, la Casa de Medina Sidonia, los Caballero, Castillo de
Bustamante o Moncasi de Alvear, además de los descendientes de Aramburu entre
los que se encuentran apellidos arraigados en Cádiz como Pe-mán, Díez o Sicre.
Según Millán del Pozo, en todos los casos la reacción ha sido «muy positiva» y
muchos de ellos están estudiando juntarse en una asociación para personarse como
herederos en el proceso que se está llevando a cabo en el juzgado de Tampa y que
aclara la legalidad de la intervención de Odyssey en el yacimiento y la
extracción de las toneladas de monedas que reclama el gobierno español ante un
presunto delito de expolio.
Los descendientes tendrían algo que decir en el proceso en el caso de que el
juez confirme que el pecio era el de La Mercedes. Esta fragata se encontraba
frente al Cabo de Santa María del Algarve junto a otras naves españolas
portugués cuando fue atacada por la Amphion, de la flota del capitán Moore.
El segundo comandante de aquella flota era el general Diego de Alvear y Ponce de
León, que vio desde La Medea cómo morían su esposa y siete de sus hijos. El
militar, responsable más tarde de la defensa de Cádiz frente a Napoleón se
volvió a casar en Inglaterra. José María Moncasi de Alvear es su tataranieto. A
partir de la posibilidad de difundir su blog (moncasidealvear.com) en un
periódico argentino, y tras publicar la lista de los 130 descendientes de
particulares que murieron en el buque, se pusieron en contacto con él un buen
número de familiares, tanto argentinos, como peruanos y españoles.
A la espera
«Mi familia, y el resto de descendientes con los que me he puesto en
contacto, estamos a la espera de la decisión del juez Pizzo», dice el consultor
de comunicación que valora «la seriedad y responsabilidad con la que esta
afrontando el Gobierno de España» este caso que «sin duda marcará un antes y un
después en la protección del patrimonio nacional subacuático».
El descendiente de Diego de Alvear reconoce la complejidad de las claves del
juicio en el que Pizzo valora las pruebas presentadas ayer por el gobierno
español, «abundantes y definitivas», en lo que se refiera a la identidad del
barco, es decir, si el barco era La Mercedes o no.
Este es el primer punto. En caso de que el barco navegara con bandera nacional
el juez -«hay precedentes»- no será competente para juzgarlo y «el buque con su
tesoro será devuelto a España. Probablemente, si es el caso, Odyssey apelará y
volverá a suceder lo mismo».
Una vez se aclare la titularidad del navío y del tesoro, los descendientes de
Diego de Alvear prefieren «negociar» y sentarse «con aquel al que le corresponde
el buque y el tesoro». De todos modos, su familia -«por ser coherentes con la
memoria de nuestro antepasado y su lealtad a la Corona y España»- piensan que el
tesoro de La Mercedes no «sólo debe de ser devuelto a España sino también a
aquellos a los que les pertenece».
apaolaza@lavozdigital.es
ABC.ES
Lunes, 13-10-08
MADRID. Gran Bretaña sí indemnizó a don Diego de Alvear, el militar
español que vio hundirse a su mujer, siete de sus hijos y toda su fortuna
cuando estalló «La Mercedes». Según informaciones publicadas en Gibraltar,
el Gobierno británico estudia con algunos abogados si exigir una parte del
tesoro por esa reparación. Según el abogado José María Lancho, a la luz de
la historia esa reclamación es puramente nula. ¿El motivo? Que Inglaterra
indemnizó «por daños morales» causados a don Diego de Alvear debido, como
escribió el propio rey Jorge III, a «las peculiares circunstancias de este
infortunio tan grande», esto es la pérdida de los siete hijos y su esposa
como consecuencia de un ataque en tiempos de paz. Lancho recuerda que ese
daño moral irresarcible fue cuantificado en la medida de los caudales de
este español hundidos con la fragata. Pero que no se compensó a don Diego
su pérdida económica, como tampoco hizo Inglaterra con los demás
supervivientes de «La Mercedes» ni con los herederos de las otras 263
víctimas de aquel infame ataque. «Es evidente la carencia de título
jurídico alguno por parte del Reino Unido, lo que no deja de resultar
llamativo semejante intento de resarcirse sobre los despojos de los
asesinados en el suceso de la Mercedes, lo que viene a demostrar que
estamos ante gentes muy lejos de la altura de Fox o Pitt, y de quienes se
enfrentaron al tirano de Europa, aunque visto el papel del embajador en el
asunto de Gibraltar y el contencioso con Odyssey el público no espera
menos».
Cabe recordar que la indignación de la opinión pública por la crueldad de
la agresión a la flotilla española presionó al Gobierno británico de 1804.
Y resulta desde el derecho difícil de entender que aquel ataque a traición
vaya a tener, para más inri, otra compensación. Según documenta el
historiador Agustín Ramón Rodríguez las fuerzas no estaban igualadas,
debido al mayor calibre de los cañones británicos, ya que aquellos
corsarios no corrían riesgos durante su rapiña.
El pacense Máximo Agudo Mangas reproduce en su taller del casco antiguo un
diorama sobre la Batalla de Trafalgar único en el mundo
J. LÓPEZ-LAGO
Los barcos del acoso al 'Santísima Trinidad' a medio hacer. / J.V.A.
No fue la batalla que más alegrías dio a España, pero sí la que puede lanzar
al estrellato a un pacense, Máximo Agudo Mangas, conocido como 'Curro'. Al
menos en el reducido universo del modelismo su reproducción de lo que
ocurrió en 1805 frente al Faro de Trafalgar (Cádiz) está despertando un
interés inusual en todo el mundo gracias a internet, la herramienta que
desde hace años ha dado un vuelco a la afición al maquetismo y tiene a
muchos expertos con el foco puesto en el taller de 'Curro', una entreplanta
del casco antiguo que bien podría ser un museo de reproducciones navales.
Aunque en la Batalla de Trafalgar entraron en combate 33 navíos por parte
del bando aliado franco-español y 27 por el bando inglés con el almirante
Nelson al frente, «si tuviera que reproducirla entera necesitaría una nave
de 1.000 metros cuadrados y un equipo de modelistas ayudándome, así que he
optado por reflejar lo que ocurrió entre las dos y las cuatro de la tarde de
aquel 21 de octubre de 1805 (hoy hace 203 años), cuando comenzó el asedio al
buque español Santísima Trinidad, el más importante de la armada española
que salió derrotada aquel día. Con este buque y siete más que estaban
alrededor acosándolo a cañonazos estoy reproduciendo un diorama con 800
figuras humanas único en el mundo. Varios museos están interesados, pero
primero hay que terminarlo ... y después destruirlo a conciencia como
ocurrió aquel día de 1805». Por las horas, invertidas, el resultado final
que espera y la singularidad del diorama, según los cálculos de este pacense,
«si alguien quisiera comprarlo el precio no bajaría de 150.000 euros».
25 horas a la semana
'Curro' tiene 44 años, empezó a construir maquetas con 18, ha
ganado varios premios y dice que éste es su proyecto más ambicioso. «Le
dedico entre 20 y 25 horas a la semana porque ahora estoy opositando»,
declara.
Su interés por reproducir la Batalla de Trafalgar empezó por un amigo que le
retó dicéndole que nadie se había atrevido con semejante escena bélica. Se
puso manos a la obra hace tres años documentándose y consiguiendo planos de
los navíos y empezó a ejecutar la idea hace año y medio siguiendo fielmente
los detalles constructivos de la época y el uniformado de los tripulantes.
«Opté por una proporción de 1:50, es decir, cincuenta veces más pequeña que
la realidad aunque algo más grande de lo habitual para mostrar mejor los
matices de la escena (y saca una figura que está prendiendo la mecha de un
cañón). Todavía quedan un par de años de trabajo», calcula mientras cita con
soltura piezas en argot náutico: arboladura, cuadernas, jarcia, bauprés, ...
«y no he navegado nunca», reconoce.
Sólo el Santísima Trinidad mide 1,60 metros hasta el palo mayor y dos metros
de eslora. Cada barco terminado pesará entre 20 y 25 kilos y las maderas que
usa son de tilo para hacer el casco y ramín, haya, cerezo o nogal para el
resto de detalles. Su zona de trabajo está rodeada de escenas de aquella
épica batalla que, por suerte para él, está perfectamente documentada.
Pero más allá de cómo le quede su batalla naval, lo que 'Curro' desearía es
recibir ayudas de las instituciones para potenciar esta afición en Badajoz y
ofrecer sus piezas a un museo, «aunque bien podría convertir en visitable mi
propio taller», sugiere orgulloso.
HMS Victory bucket is up for sale
|
The fire bucket is thought to have been used during the Battle of
Trafalgar
|
A leather fire bucket that is believed to have been used
on HMS Victory during the Battle of Trafalgar is to go under the hammer.
BBC NEWS 22-4-09
The vessel which bears the ship's name and the letters GR, thought to
stand for monarch George III, is expected to fetch more than £1,500 at
auction.
The bucket is 10in (25cm) high and has a copper rim.
It will go on sale at the Wallis and Wallis auction house in Lewes, East
Sussex, on 29 April.
A spokeswoman for the auction house believes it will fetch more than its
£1,200 to £1,500 guide price.
She said: "There's been a lot of interest as it is in very good condition
and is a very collectable item."
The spokeswoman said it was likely to have been used during the Battle of
Trafalgar in 1805.
Horatio Nelson died during the victory at the Battle of Trafalgar against
the combined French and Spanish fleets. |
ÚBEDA
Narra la historia de los troncos talados en la sierra y que sirvieron a la
Armada Española
ALBERTO ROMÁN Ideal.es
| ÚBEDA
Un momento del acto. /ROMÁN
El pasado viernes tuvo lugar en Úbeda la presentación del libro titulado
'De Segura a Trafalgar', del que es autor el historiador y profesor
ubetense Vicente Ruiz García. Fue en el salón Palma Burgos del Palacio de
Don Luis de la Cueva, que se mostró ocupado en su totalidad de personas
que quisieron conocer de primera mano el contenido del libro. Y el acto
corrió a cargo de la vicepresidenta del Instituto de Estudios Jienenses,
Adela Tarifa Fernández.
Este libro, que ha visto la luz de la mano de la editorial El Olivo,
ahonda en la historia de los troncos talados en las Sierras de Segura que
ayudaron a construir los navíos que intervinieron en la batalla de
Trafalgar en octubre del año 1805.
Así, 'De Segura a Trafalgar' es la crónica de unos barcos, de unos
hombres, de una Marina Española y, en definitiva, de un sueño que se
levantó sobre pinos segureños y navegó hacia la derrota, pero también
hacia la historia.
Gracias a la rigurosa investigación realizada por Vicente Ruiz, se intenta
desvelar qué pasó con una Armada que compitió con Inglaterra y Francia en
poder, qué ocurrió en el camino de Segura a Trafalgar. De esta manera, se
da forma a la historia de una ilusión, la de la Real Armada Española y la
de un selecto grupo de políticos, marinos y científicos influidos por las
corrientes filosóficas de la Ilustración, que tuvieron el sueño de hacer
de España un país avanzado científica, tecnológica y culturalmente. Y con
ello, se narra un episodio de la historia prácticamente desconocido, en el
que la provincia de Jaén fue protagonista junto a las tierras y gentes del
sur de España.
Vicente Ruiz García es licenciado en Geografía e Historia y Graduado
Social Diplomado por la Universidad de Granada. En la actualidad es
profesor de Geografía e Historia del Instituto Gil de Zático de
Torreperogil, habiendo desarrollado su labor docente en más de una
quincena de institutos de Andalucía.
FARODEVIGO.ES 25/4/09
Carlos León: ´Odyssey ha mentido, ha robado y se ha saltado
todo a la torera´
El arqueólogo cree que los buques de Rande se encuentran "bajo varios
metros de fango" y que uno de los galeones "podría estar en cualquier sitio al
sur de las Cíes"
RAFA LÓPEZ - VIGO
“Odyssey ha mentido, ha expoliado, ha robado y se ha saltado todo a la
torera”. En estos categóricos términos se expresó ayer el arqueólogo submarino
Carlos León Amores, que habló en el Club Faro de “Los grandes naufragios de la
historia”. Buceador profesional y crítico con los “cazatesoros”, León Amores
denunció la labor de la compañía estadounidense especializada en la búsqueda
de pecios, con la que el Gobierno de España mantiene un litigio por el
fabuloso tesoro del buque “Nuestra Señora de las Mercedes”, hundido en 1804
frente a las costas del Algarve portugués.
El experto reveló que la empresa norteamericana comenzó sus trabajos en 2003
con un permiso de prospección otorgado para buscar un barco inglés, el “Sussex”.
Sin embargo, mintió en cuanto a su objetivo, ya que en realidad pretendía
hallar el “Nuestra Señora de las Mercedes”. Para tal fin contrataron a una
historiadora especialista en el Archivo General de Indias. “Cuando lo
encontraron apagaron la radio para evitar ser detectados y se llevaron todo lo
que había, hundido a 1.500 metros de profundidad”, indicó León Amores, que
destacó que el buque de prospección norteamericano burló la vigilancia de la
Guardia Civil.
Tras ser presentado por la periodista de Cope Vigo María Jesús Argibay, y
apoyado por la proyección de numerosas imágenes, el arqueólogo madrileño
describió con detalle algunos de los mayores hallazgos en la historia de la
arqueología submarina, de la Edad del Bronce a la Batalla de Rande.
Sobre este último hecho histórico señaló que, antes del ataque, se descargó
casi toda la mercancía que portaba la flota española, y que los barcos yacen,
probablemente, bajo varios metros de fango en la Ría de Vigo, con la
dificultad añadida de la escasa visibilidad en las aguas y de los sedimentos
producidos por las mejilloneras.
“Santo Cristo de Maracaibo”
El propio Carlos León participó en una investigación impulsada por la Comisión
del Quinto Centenario del Descubrimiento de América (1992) para localizar el
“Santo Cristo de Maracaibo”, un galeón apresado por los ingleses en la célebre
batalla de 1702. Se utilizó un sónar de barrido lateral y un magnetómetro de
protones, sin resultados. “Sabemos, por el diario de John Baker, que el barco
chocó con un bajo pasadas las islas Cíes y que pasó un tiempo hasta que se
hundió –explicó el arqueólogo–. Podría estar en cualquier sitio al sur de las
islas”. En cualquier caso, puntualizó que este galeón no se utilizaba para
transportar cargamento ni probablemente llevaba una gran carga.
Para este experto, que ha trabajado en el Centro Nacional de Investigaciones
Submarinas de Cartagena, la investigación de los pecios de Rande “no es,
políticamente, una prioridad porque están bajo el agua y no se ven, y además
es muy costoso”.
Expolio constante
Según ha podido comprobar, llevamos sufriendo un expolio constante de quienes
han sido pioneros en el buceo, los franceses. “En Mallorca y la Costa Brava
algunos solían expoliar los fondos para luego vender ánforas y otros objetos
en el mercado de las antigüedades”, comentó durante el coloquio.
También el estamento militar ha tenido un papel en el proceso. “En el Centro
de Buceo de la Armada hay muchas más piezas arqueológicas que en el propio
Museo Arqueológico de Cartagena”, subrayó.
Destacó que la Guardia Civil del Mar tiene cada vez mayor conocimiento de los
naufragios en aguas españolas, aunque su prioridad sea evitar el narcotráfico
y el tráfico ilegal de personas.
La ley española de 1985 establece que toda excavación o prospección
arqueológica deberá ser autorizada por la Administración competente. Sin
embargo, esta legislación no ha amparado a numerosos barcos españoles
expoliados en América. “Vengo de la República Dominicana y allí el buscador de
tesoros se queda con la mitad del cargamento”, lamentó Carlos León.
“El de Mazarrón es el barco antiguo mejor conservado del Mediterráneo”
Carlos León Amores relató las historias de fascinantes hallazgos de
naufragios, desde la Edad del Bronce al siglo XVIII. Barcos romanos, fenicios,
vikingos y del siglo XVI, como el “Mary Rose”, buque de la flota de Enrique
VIII, quien tuvo la idea de colocar cañones en el costado del barco. En plena
batalla contra los franceses, el agua entró por las portas de los cañones y el
barco se fue a pique.
Otro naufragio más bien vergonzoso fue el del “Wasa”, ocurrido durante su
misma botadura en Estocolmo, en 1626. Por su deficiente diseño, indicado por
el rey Gustavo II, el galeón se hundió rápidamente y pudo ser recuperado
entero en el siglo XX para convertirse en la pieza central de un museo.
Más modesto pero igual de apasionante fue el hallazgo de una embarcación
fenicia del siglo VII a. C. en la concurrida playa de Mazarrón (Murcia), hace
unos años, y a tan solo 2.5 metros de profundidad. Según Carlos León, que
participó en la investigación, “el de Mazarrón es el barco antiguo mejor
conservado del Mediterráneo”.
El tesoro de 'La Mercedes' tendrá que volver a España
Un juez de Florida dictamina que las 500.000 monedas recuperadas por Odyssey
pertenecen al buque. - González-Sinde: "Sienta un precedente". - La compañía
estadounidense recurrirá la decisión.
ÁLVARO DE CÓZAR / ROCÍO GARCÍA - Madrid - 04/06/2009
ELPAÍS.com
El tesoro de La Mercedes debe volver a España. Esa es la recomendación
del juez Marck Pizzo en un fallo con el que zanja dos años de
la batalla legal que ha enfrentado a España y a la empresa
estadounidense Odyssey Marine Exploration por la propiedad de las
500.000 monedas de plata y oro. "Es una decisión muy importante", ha señalado la
ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, a la entrada de la Comisión de
Cultura en el Senado. Aunque ha advertido que "tenemos que esperar a que
concluya el proceso", considera que la sentencia "sienta un precedente de cara a
acontecimientos futuros".
Odyssey encontró el tesoro en mayo de 2007 muy cerca de las costas del
Algarve, en Portugal. Las primeras hipótesis de la compañía (no reveladas hasta
mucho después) apuntaban al barco Nuestra Señora de la Mercedes, un buque
español hundido en 1804 en la batalla del cabo de Santa María, tras una cruenta
batalla naval con la flota inglesa. La empresa siguió entonces el procedimiento
que suele emprender cada vez que hace un descubrimiento: registrar los derechos
del hallazgo en un tribunal de Tampa (Florida). "Me alegro de que el juez haya
visto que el barco y el tesoro pertenecen a España", ha añadido la ministra de
Cultura.
Pero España sospechó desde un primer momento de la identidad del pecio
codificado por la compañía con el nombre en clave de Black Swan (Cisne negro)
y reclamó sus derechos históricos en el mismo tribunal.
Tras dos años de deliberaciones, acusaciones, persecuciones de la Guardia
Civil a los barcos de Odyssey, y un buen gasto en abogados por las dos partes,
el juez Mark Pizzo decidió ayer (madrugada del jueves en España) que no tiene
jurisdicción sobre el caso y recomienda que toda la carga sea devuelta a España.
El magistrado entiende así que el pecio encontrado por Odyssey es La Mercedes,
algo que la compañía señalaba únicamente como una hipótesis.
Odyssey anuncia un recurso
La reacción de Odyssey se produjo poco después. La compañía anunció en un
comunicado que recurrirá la decisión judicial. La empresa argumentó que el juez
no ha tenido en cuenta algunos aspectos del caso como el hecho de que el buque
estaba realizando una misión comercial en el momento de hundirse y que por tanto
los propietarios de la carga son los herederos de las más de 200 personas
fallecidas en la explosión del barco. "Creemos que estas personas se unirán a
nuestra reclamación", señaló Melinda MacConnel, vicepresidente y abogada de
Odyssey.
"Estoy muy sorprendido", afirmó Greg Stemm, presidente y cofundador de la
empresa. "Confío en que finalmente el juez o el tribunal de apelación vean la
debilidad de los argumentos de la reclamación de España".
"Un gran día" para los descendientes del almirante Diego de Alvear
ADN.ES
EFE
Los descendientes del almirante Diego de Alvear celebran hoy "un gran día"
después de que un juez estadounidense dictaminara que el tesoro rescatado por la
empresa Odyssey del fondo del Atlántico debe ser devuelto a España.
"Odyssey ha ultrajado, robado y profanado la tumba de nuestros antepasados
sin tener en cuenta que esos yacimientos arqueológicos subacuáticos representan
la historia de personas que contribuyeron a la historia de España", ha afirmado
hoy a Efe José María Moncasi de Alvear.
Moncasi de Alvear representa a "un gran número" de los 1.500 descendientes
del almirante Diego de Alvear y Ponce de León (1749-1830), militar y político
español que perdió a su esposa, a siete de sus ocho hijos y toda su fortuna en
el ataque de la flota inglesa a la nave "Nuestra Señora de las Mercedes" el 4 de
octubre en 1804.
De los restos de esta nave Odyssey extrajo un tesoro valorado en 500 millones
de dólares, según ha defendido el Gobierno español en el tribunal de Tampa
(Florida) encargado de pronunciarse sobre la propiedad del hallazgo submarino.
José María Moncasi de Alvear recuerda hoy que en 1802 su antepasado emprendió
desde América viaje de regreso a su país, "tras haber servido fielmente a la
Corona y España" como segundo comisario de la Demarcación de Límites entre
España y Portugal, dentro de una flota de navíos que había zarpado de Buenos
Aires.
Entre ellos se encontraba la "Mercedes", en la que viajaba junto a su familia
Diego de Alvear, hasta que tuvo que trasladarse, acompañado de su primogénito, a
la "Medea" para capitanear la flota en sustitución de Tomás Ugarte, quien había
caído enfermo.
Cuando las naves españolas se acercaban a las costas de Cádiz, fueron
interceptadas por una flota británica. "Francia e Inglaterra estaban en guerra y
Jorge III sospechaba que Napoleón financiaba las campañas militares con oro y
plata procedentes de América", explica José María Moncasi de Alvear.
Los británicos trataron de confiscar el cargamento de la flota y la negativa
de los españoles provocó una batalla. Un cañonazo alcanzó la santabárbara
(paraje destinado en las embarcaciones para custodiar la pólvora) de la
"Mercedes".
Desde la "Medea", el almirante Diego de Alvear vio saltar por los aires la
fragata en la que viajaban sus familiares y su fortuna.
Un gran número de sus descendientes directos se felicitan hoy por la
sentencia de la justicia norteamericana y agradecen al Gobierno español "sus
esfuerzos en la defensa del ingente patrimonio subacuático español".
José María Moncasi de Alvear asegura que, desde el momento en que decidió
"apropiarse de este yacimiento arqueológico", Odyssey "despreció parte de la
historia de España, al obviar uno de los elementos principales de la
arqueología: investigar, estudiar, custodiar y conservar ese patrimonio
histórico que descansa en el fondo de los mares del mundo".
"Un gran número de descendientes del almirante Diego de Alvear (somos más de
mil quinientos) pretendemos únicamente que se reconozca el legado de nuestro
antepasado y su contribución a la historia de España", añade.
|
Diario Bahía de Cádiz
23/6/2009
Protegidos una treintena de yacimientos
arqueológicos subacuáticos gaditanos |
23/06/2009. Redacción
El Consejo de Gobierno ha acordado inscribir en el Catálogo General
del Patrimonio Histórico Andaluz, como Zonas Arqueológicas, 56
yacimientos situados bajo aguas continentales e interiores, del mar
territorial y de la plataforma continental ribereña. Andalucía se
convierte así en la primera comunidad autónoma española que aplica un
régimen de protección jurídica a los enclaves arqueológicos
subacuáticos, de acuerdo con las recomendaciones de la Unesco.
Los yacimientos, que abarcan todas las culturas desde la Protohistoria
hasta la Edad Contemporánea, se distribuyen por todas las provincias
andaluzas, incluidas las interiores, ya que la lista recoge tanto restos
submarinos como sumergidos en embalses. Las que presentan un mayor
número son Cádiz, con 31, y Huelva, con 10.
Entre los enclaves de mayor antigüedad figuran el de Punta del Nao en
Cádiz, con abundantes hallazgos púnicos y romanos, y la Ría de Huelva,
con restos de finales de la Edad del Bronce. Entre los más modernos, se
incluye el pecio del Empire Warrior, buque británico hundido en Huelva
en 1941 por tres aviones alemanes.
La protección de este patrimonio, según subraya la Junta en una nota
remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, es el resultado de años de
investigaciones, que se vieron impulsadas en 1997 a raíz de la creación
del Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía, con sede en la
ciudad de Cádiz. No obstante, la relación aprobada ahora por el Consejo
de Gobierno podrá ampliarse con la incorporación de nuevos yacimientos
que se localicen y documenten en el futuro.
La declaración como zonas arqueológicas, que también se adelanta al plan
de ámbito nacional diseñado por la Administración central, tiene como
principal objetivo preservar del expolio todo el patrimonio subacuático
de carácter histórico. Entre otras medidas de protección, establece la
obligatoriedad de una autorización de la Consejería de Cultura para las
obras e intervenciones de remoción de terrenos en las zonas delimitadas
(construcción de gaseoductos y puertos, dragados, regeneración de
playas, parques eólicos-marítimos, etc.).
A los 56 yacimientos incluidos en el Catálogo General del Patrimonio
Histórico con el máximo nivel de protección, se añaden otros 42 espacios
subacuáticos declarados recientemente por la Consejería de Cultura como
Zonas de Servidumbre Arqueológica y definidos como aquellas áreas en las
que se presupone fundadamente la existencia de restos, aunque sin
conocimiento documentado.
LA CALETA Y SANCTI PETRI, DOS ÁREAS DESTACADAS
En Cádiz, provincia que alberga el mayor número de zonas protegidas,
destaca el área de La Caleta, al noroeste de la capital, que en la
antigüedad debió concentrar las actividades relacionadas con el
comercio, la pesca, el tráfico marítimo general y los lugares de culto.
En ella se localizan yacimientos como el de Bajo de Chapitel, donde se
han hallado 28 cañones de hierro y numerosos restos cerámicos de
diferentes cronologías (púnica, romana, medieval y moderna). El estudio
del material de artillería indica la existencia de un buque de guerra
francés de gran porte, cuyo naufragio podría coincidir con el marco
cronológico de la Batalla de Trafalgar y, por tanto, tratarse del
Bucentaure.
Otro yacimiento significativo del área de La Caleta es el de Punta del
Sur, en las proximidades del Castillo de San Sebastián, con abundantes
elementos de fondeo, cerámicas pertenecientes al cargamento de un navío
de época romana y restos de un mercante de época moderna.
La segunda gran zona gaditana de importancia arqueológica se sitúa en
torno a la isla de Sancti Petri, nombrada por los autores clásicos como
el lugar donde se enclavaba el mítico templo de Hércules. Entre sus
yacimientos más interesantes figura el pecio de Camposoto, frente a la
playa del mismo nombre, donde se han contabilizado 30 cañones de hierro,
abundante munición y un ancla de seis metros de caña, entre otros
materiales que podrían pertenecer al navío francés Fougueux, que también
combatió en Trafalgar.
LISTADO DE ZONAS GADITANAS PROTEGIDAS
-Punta Candor
Se localizan varios cañones de hierro en esta zona del municipio de
Rota. También hay referencias orales de la existencia de artillería de
bronce. Igualmente, se tiene constancia documental del naufragio en esta
área de distintas embarcaciones. Los restos pertenecen a la Edad Moderna
(desde finales del siglo XV al XVIII).
-Canal de Entrada al Puerto de Cádiz
Gran cantidad de hallazgos desde la época prehistórica a la
contemporánea, aunque con singular abundancia de materiales de la Época
Moderna (siglos XVII-XVIII). La zona, ámbito natural de abastecimiento
de arena para la regeneración de las playas y objeto de intervenciones
para facilitar el paso artificial de entrada en la bahía, presenta
especiales necesidades de protección del patrimonio.
-El Aculadero
Sobre el fondo marino, frente a la playa de la Caleta (Cádiz), muy
colmatado por el efecto de la dinámica litoral, se observa una
agrupación de restos de cerámica de épocas púnica y romana.
-Bajo de Chapitel
Se localizan 28 cañones de hierro a lo largo de una laja de piedra en
contacto con la arena. El estudio de la artillería y de los materiales
arqueológicos indica que nos encontramos ante un buque de guerra de gran
porte de nacionalidad francesa, cuyo naufragio podría coincidir con el
marco cronológico de la batalla de Trafalgar. Esta información, junto a
la aportada por las fuentes documentales que señalan el naufragio del
Bucentaure en una zona muy determinada de la bahía de Cádiz, la cual
coincide plenamente con la ubicación de este yacimiento, lleva a la
conclusión de que se trata de este buque. Gran cantidad de materiales
cerámicos de diferentes cronologías: púnica, romana, medieval y moderna.
-Punta del Nao
Esta zona, de gran dificultad para la navegación, ha deparado desde
antiguo gran cantidad de hallazgos arqueológicos. Localizada en la playa
de la Caleta, al oeste del castillo de San Sebastián. Existe abundante
material cerámico romano y púnico muy mezclado, así como piedras de
molino y cantos rodados de gran tamaño, posiblemente el lastre de alguna
embarcación. Otra teoría indica la posible existencia de un templo,
avalada por los textos clásicos y por la presencia de materiales
rituales de navegantes.
-Cepo de Plomo
En este yacimiento, próximo al Bajo de Chapitel, se localizó un cepo de
plomo de unos dos metros de longitud, asociado a otros restos.
-Piedras de Molino
Agrupación en la playa de la Caleta de piedras circulares y
semicirculares talladas, de distinto diámetro y muy cercanas unas de
otras. Junto a ellas aparecen fragmentos de ánforas de época moderna y,
en las cercanías del conjunto, tres piedras de molino de gran tamaño.
-Punta del Sur
A lo largo del cantil interno del castillo de San Sebastián, en Cádiz,
abundan los elementos de fondeo, tanto de piedra como de hierro.
Igualmente, existe constatación arqueológica de la existencia de
diversos pecios. Entre ellos destacan los siguientes:
• Bucentauro I: restos del navío que se asocia por tradición al buque
insignia francés de la batalla de Trafalgar, que se hundió en una zona
cercana al castillo de San Sebastián. De su estructura se observan
restos de la quilla y algunas cuadernas, mientras que de la artillería
se han contabilizado un total de cinco cañones junto con otros objetos
metálicos y un ancla de hierro.
• Bucentauro II: ocho cañones de hierro y un ancla tipo almirantazgo.
• Pecio de la sigillata: piezas de cerámica sigillata con marcas de
estampillado, procedentes del cargamento de un navío de época romana.
En el entorno, y muy disperso, se localizan restos anfóricos y pequeñas
anclas de piedra.
• La Albujera: a los pies del castillo de San Sebastián, mantiene parte
de los restos arqueológicos enterrados por arenas y limos. Agrupación
significativa de material cerámico de época romana como ánforas
fragmentadas y restos de ollas, junto a elementos de fondeo de piedra.
• Mercante del bajo de San Sebastián: restos de un navío que se asociaba
por tradición al barco insignia francés de la batalla de Trafalgar. De
su estructura se observan restos de la quilla y algunas cuadernas,
mientras que de la artillería se han contabilizado un total de cinco
cañones junto a la presencia de otros objetos metálicos y un ancla de
hierro. Estudios recientes indican no obstante que se trata de un navío
mercante.
• Cañones de la laja del Norte: el yacimiento, adscrito a la Edad
Moderna-Edad Contemporánea, consta de un ancla tipo almirantazgo y de un
total de ocho cañones de hierro distribuidos en dos grupos.
-El Puerto de Santa María
En 1993 se realizó en una parte del río un dragado en el que apareció un
número importante de piezas arqueológicas, que pueden ayudar a aportar
datos sobre la actividad económica desarrolladas en la zona desde la
Protohistoria a la Edad Contemporánea.
-La Cabezuela
En los trabajos de dragado para la construcción del muelle de La
Cabezuela (Puerto Real), aparecieron restos de madera con clavazón de
una embarcación de finales del siglo XVIII o principios del XIX.
-Fuerte de San Luis – Puente Carranza
Esta zona de la Bahía de Cádiz, entrada del caño de Trocadero, jugó un
importante papel en las reparaciones y carenados de barcos en época
moderna. Por referencias orales se conoce la existencia de gran cantidad
de restos cerámicos en la desembocadura del caño, procedentes de
naufragios o del fondeo de las naos en espera de carena. Durante los
trabajos de construcción del Puente Carranza se descubrió un barco
romano con argamento de ‘dolias’ o vasijas cerámicas.
-Río San Pedro
Restos de cerámica romana cercanos al municipio de Puerto Real. Se
conservan bastante completos aunque cubiertos de fangos. En superficie
se ha podido comprobar la existencia de fragmentos de ánforas. La
cronología del posible pecio se sitúa en los siglos I AC y I DC.
-La Carraca
Durante los últimos tres siglos, el área de La Carraca (San Fernando) ha
estado vinculada a la construcción naval y a la actividad industrial y
artesanal del armamento de bajeles. Consta la extracción de fragmentos
de cascos de barcos, actualmente depositados en el Museo Naval de San
Fernando. El Museo Municipal de esta población también alberga material
arqueológico procedente de La Carraca. Gracias a un control arqueológico
llevado a cabo en las obras de la factoría de Izar, se localizaron
restos de al menos otras dos embarcaciones.
-Camposoto
Frente a la playa del mismo nombre, en el municipio de San Fernando. En
un fondo arenoso, se han contabilizado 30 cañones de hierro, aunque es
muy probable que el número sea mayor pues la arena cubre gran parte del
yacimiento. La zona también alberga abundante munición, un ancla de seis
metros de caña, restos de madera de la estructura de un barco y pernos
de bronce, entre otros objetos. El estudio de los materiales
arqueológicos apunta a que se corresponde con un buque de guerra de gran
porte de nacionalidad francesa, cuyo naufragio podría coincidir con el
marco cronológico de la batalla de Trafalgar. Todo indica que podría
tratarse del navío de línea francés Fougueux.
-Cobre
Pecio romano que se sitúa a poniente del islote de Sancti Petri. El
cargamento estaba compuesto por lingotes de plomo, tanto circulares como
alargados, de tipo imperial romano. Se recuperaron un total de 47
ejemplares.
-Sillares del Castillo de Sancti Petri
Espigón de sillares construido sobre roca natural. Cronología de Edad
Moderna y Contemporánea.
-Cañones del Arrecife de Sancti Petri
Casi en el centro del arrecife, en su cara exterior, se localiza un
arganeo o argolla de hierro de la caña del ancla de grandes dimensiones,
mientras que en la pendiente se detectan un total de siete cañones de
hierro. El yacimiento pertenece cronológicamente a la Edad Moderna
(finales siglos XV al XVIII).
-Desembocadura del Caño de Sancti Petri
Gran acumulación de material cerámico correspondiente a tres periodos:
siglos I-II, IV-V y XI-XII.
-La Piedra que Revienta
Pecio de época moderna-contemporánea localizado cerca de Conil. Se ha
constatado la presencia de 61 cañones de hierro y cuatro anclas de
distintas proporciones.
-Bloques de Piedra
Sobre un claro de arena, próximo a la ensenada de Bolonia (Tarifa),
existe una concentración de bloques de piedra procedentes de las
canteras cercanas, y posiblemente utilizados en las construcciones de la
ciudad romana de Baelo Claudia.
-Los Cañones
Área donde se han localizado dos cañones de hierro, así como munición de
este mismo metal. Bajo un ancla de hierro aparecen restos de madera,
probablemente de un pecio. Los restos son de época moderna y también se
encuentran cerca de Bolonia.
-Fondeadero Nordeste de la Isla de Tarifa
Amplia zona en la que se localizan numerosas anclas líticas, así como
una piedra de molino y un cepo de plomo romano.
-San Andrés
Localizado en la cara Este de la Isla de Tarifa, a una profundidad que
oscila entre los 25 y los 45 metros, este pecio es conocido como San
Andrés, aunque podría tratarse de los restos del naufragio del vapor
Miño, acaecido en 1856. Alberga fundamentalmente los restos de un barco
de palas de hierro, lingotes de plomo con la marca San Andrés, planchas
de hierro y una escalera.
-Punta Marroquí
Agrupación de siete piedras de molino situadas al pie del cantil de la
isla de Tarifa. No se han localizados materiales arqueológicos asociados
a las piedras que permitan establecer una cronología de las mismas.
-Laminarias
El yacimiento, frente a las costas de Tarifa, se corresponde con el
denominado pecio de Rompemuros, al que se vinculan dos áreas asociadas
con material muy disperso y es de cronología variada: romana, púnica y
moderna.
-Punta Carnero
Cepos de plomo de gran tamaño próximos a la costa de Algeciras, junto
con material cerámico disperso. Los datos indican que estos restos de
época romana serían consecuencia de maniobras extremas de embarcaciones
que se veían arrastradas a naufragar contra la costa.
-La Ballenera
Yacimiento ubicado en la ensenada de Getares (Algeciras), junto a Punta
Carnero, que engloba dos zonas:
• Pecio La Ballenera: barco de finales del siglo XVI o principios del
XVII con un cargamento de cerámica de procedencia italiana. Junto a la
cerámica aparecieron cañones de hierro, lingotes de plomo con marcas,
restos metálicos indeterminados y vidrios, entre otros materiales.
• Fondeadero de Getares: zona de la que se han recuperado gran cantidad
de cepos de anclas de plomo, de entre 50 y 80 kilogramos, pertenecientes
a barcos de porte medio. Su distribución define el lugar en el que se
refugiaban las naves al llegar o salir del Estrecho, aunque también
existe la posibilidad de que aquí se ubicara una almadraba. Los restos
datan de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII.
-Fondeadero Arroyo de Los Patos
El enclave, situado en las proximidades del yacimiento de Carteia (San
Roque), alberga abundantes restos fenicios, de cerámica campaniense,
sigillata romana, pesas de red, ánforas y cerámica medieval y moderna,
así como restos de madera de un pecio hundido. También aparecen sillares
relacionados con estructuras portuarias.
-Estrecho
En aguas del Estrecho de Gibraltar, a una profundidad aproximada de 282
metros, restos de ánforas y maderas de la embarcación hundida de época
tardopúnica.
-Punta Europa
Restos de un naufragio, posiblemente el del navío inglés HMS Sussex,
hundido en el año 1694.
-Paraje de Monte Bajo (Embalse de Barbate)
Grupo de enterramientos de la Prehistoria Reciente localizado en el
embalse de Barbate (término municipal de Alcalá de los Gazules). |
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ElPaís.com
Guardianes del pasado bajo el agua
Andalucía es referente nacional gracias al Centro de Arqueología
Subacuática
PEDRO ESPINOSA - Cádiz - 28/06/2009
n los laboratorios hay enormes cajas blancas. Guardan anclas, vasijas y
trozos de ánforas. En otros dos grandes barreños el agua custodia dos
enormes cañones. Ahora son inofensivos pero abrieron fuego más de 200 años
atrás en la batalla de Trafalgar. A través de la ventana se ve la playa de
la Caleta. Un mar plagado de piezas del pasado. Los trabajadores del
Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía (CAS), con sede en el
balneario de la Palma, en Cádiz, están acostumbrados a moverse entre
vestigios sumergidos de la Historia. Ellos son sus guardianes. Su trabajo
ha sido fundamental para que Andalucía pueda presumir de ser pionera en la
protección de los yacimientos arqueológicos que permanecen bajo mares,
ríos y embalses.
El mayor riesgo no es el expolio, sino los dragados y las
edificaciones
El pasado martes el Consejo de Gobierno andaluz hizo oficial la
declaración de zonas arqueológicas de 56 yacimientos subacuáticos de las
ocho provincias. Es la primera vez que en España se da cobertura a restos
arqueológicos bajo el agua. Y eso ha sido posible gracias a la labor del
CAS, dependiente de la Dirección de Bienes Culturales de la Consejería de
Cultura. "Desde su creación en 1997 el centro ha tenido como meta la
preservación del patrimonio subacuático", explica su directora, Carmen
García Rivera. Antes había muy poca información. Los trabajadores, ahora
12 en plantilla, han sido los encargados de avanzar en una carta
arqueológica de la comunidad, que ha servido de base para la delimitación
de los yacimientos que había que proteger. La tradición oral, la labor de
historiadores y la acción de los propios investigadores del CAS han
llenado de contenido esa carta.
Todos esos datos han servido para delimitar 56 yacimientos en el mar,
en los ríos o en los embalses y pantanos. Desde la Prehistoria al siglo XX.
Antes estos restos estaban protegidos indirectamente por las declaraciones
de impacto ambiental o la ley de Costas pero la declaración de zonas
arqueológicas, recogida en la ley de Patrimonio Histórico andaluz, es la
primera protección jurídica que recibe el pasado sumergido en España.
No es una medida únicamente enfocada a luchar contra los expoliadores.
De hecho, los enemigos más habituales de las piezas arqueológicas bajo el
agua son acciones legítimas como dragados, construcciones de puentes o
ampliaciones de puertos. "Cualquier trabajo que se quiera hacer en estas
zonas necesitará de un permiso específico de Cultura", relata García
Rivera. Esta protección se ha complementado con el fomento de las
relaciones con los cuerpos de seguridad. También con la exigencia de que
cualquier trabajo arqueológico de investigación o rescate de piezas se
realice con métodos científicos y personal preparado. Es algo que preocupa
especialmente a los profesionales del CAS.
Este tipo de protección está recogido en la convención de la UNESCO y
en el Plan Nacional de Arqueología Subacuática. "Muchos nos dicen que
nuestro trabajo ha servido de referente", admite García Rivera. La nueva
figura jurídica no implica la recuperación de piezas. La línea prioritaria
sigue siendo la de conservar bajo el mar para preservar el contexto
histórico de los yacimientos. Las extracciones de restos estarán motivadas
por riesgo de expolio o por necesidades de la investigación.
La lista de 56 seguirá ampliándose. El centro ya ha hecho inventario de
otros 42 yacimientos, que han sido declarados zonas de servidumbre
arqueológica, otra figura recogida por la ley de Patrimonio pero que,
hasta ahora no se había usado ni en tierra ni bajo el agua.
El
"Santísima Trinidad" podría haber sido hallado en la costa gaditana
EFE - 15/07/2009 18 : 05
Madrid, 15 jul (EFE).- El "Santísima
Trinidad", navío insignia de la flota española en el siglo XVIII y que se
hundió en la batalla de Trafalgar en 1805, podría haber sido hallado a ocho
leguas de la costa gaditana por un buque hidrográfico en una demostración
con un sonar de barrido lateral. Así lo ha asegurado hoy a Efe Vicente
Carrasco, director comercial de SIMRAD SPAIN, S.L., empresa dedicada a la
hidroacústica marina que el pasado 23 de junio hizo una demostración a bordo
del buque Malaspina por las costas de Cádiz.Tanto la posición como la
dimensiones del buque coinciden con el Santísima Trinidad", ha afirmado
Carrasco quien no obstante ha señalado que es el Ministerio de Defensa el
que tiene que confirmar el hallazgo tras una inspección visual con un robot.
El descubrimiento del "Malaspina", provisto con un sonar, revela en imágenes
acústicas y sombras del fondo marino que hay un buque "perfectamente
reconocible tendido en el fondo" y que podría tratarse del "Santísima
Trinidad", un hallazgo que ya ha confirmado la Universidad de Cádiz y el
Instituto Hidrográfico de la Marina.
Carrasco ha explicado que las referencias
históricas indican que el Santísima Trinidad se hundió en la batalla de
Trafalgar a ocho lenguas de la costa de Cádiz, por la zona de Barbate, una
situación que coincide "al cien por cien" con la sondeada a un centenar de
metros de profundidad.
El buque fue construido en La Habana en 1769
y era el buque de guerra más grande construido en aquel momento con más de
61 metros de eslora y 16,59 de manga. Por estas cifras se le conocía como
"El Escorial de los Mares", aunque tras ser probado en alta mar, se dieron
cuenta de que sufría de varios desperfectos que fueron corregidos en los
astilleros de Ferrol y Cádiz. Tales fueron las modificaciones ejecutadas que
se convirtió en el único navío del mundo que contaba cuatro puentes, con una
tripulación de 1.071 plazas.
En julio de 1779, cuando España declara la
guerra a Gran Bretaña junto a Francia en apoyo a las colonias
norteamericanas en su Guerra de la Independencia, el "Santísima Trinidad"
fue el buque insignia de la flota española, y tomó parte en las operaciones
en el canal de la Mancha a finales del verano de ese año. Pero, sobre todo,
se le recuerda por su trágico final en la batalla de Trafalgar, en 1805,
donde tras una dura lucha fue capturado por los ingleses en muy malas
condiciones, con más de 200 muertos y 100 heridos. Los ingleses pusieron
todo su empeño en salvarlo y llevarlo al puerto inglés de Gibraltar, siendo
remolcado por las fragatas HMS Naiade y HMS Phoebe. Sin embargo, finalmente
se hundiría al sur de Cádiz el 24 de octubre.
Símbolo del final del poderío español en los
mares, la mayor arma de guerra de su época permanece ahora en el fondo del
mar. Sus piezas de artillería fueron extraídas e instaladas en la entrada
del Panteón de Marinos Ilustres
'Odyssey nos ofrece el 10% del
tesoro de 'La Mercedes' a los descendientes'
Roberto Benito |
Madrid
elmundo.es 28/9/2009
Dice José María Moncasi de Alvear que su tata-tatarabuelo
fue 'un hombre que luchó y defendió los intereses españoles allí donde estuvo'
y que, por eso, él y su familia tienen claro que Odyssey debe entregar
a España el tesoro que guarda a buen recaudo en EEUU desde 2007.
Los Alvear, familia dividida en dos ramas a uno y otro lado
del Atlántico, tienen mucho que decir en el litigio que España mantiene con la
compañía estadounidense en Tampa (EEUU). En su árbol genealógico figuran
nombres ilustres, pero uno, el de Diego de Alvear y Ponce de León,
destaca sobre los demás.
Almirante de la Marina, héroe de la Guerra de la
Independencia (defendió la Isla de León ante las tropas napoleónicas) y
liberal de la primera época, el 5 de octubre de 1804 sufrió en primera persona
el hundimiento de la fragata 'Nuestra Señora de las Mercedes' frente a las
costas del Algarve, víctima de los cañonazos de la Armada británica.
Diego de Alvear era el segundo comandante de la expedición
y, como tal, viajaba desde Montevideo a Cádiz a bordo del buque insignia, 'La
Medea'. Desde ella vio cómo los ingleses volaban La Mercedes y se iban
al fondo del mar su mujer, ocho de sus nueve hijos y su fortuna personal,
junto a otras 250 personas, en un episodio que sirvió de preludio a la Batalla
de Trafalgar.
Nada de eso parece pesarle en el retrato que el Museo Naval
posee de él, donde el almirante aparece con gesto sereno. A su lado, José
María, que recibe a EL MUNDO en la Sala del Real Patronato del Museo
para explicar la postura de la "mayoría de la familia" en el caso del famoso
tesoro.
"Nosotros intuimos desde el principio que se trataba de 'La
Mercedes'". Odyssey lleva más de dos años afirmando que desconoce a qué buque
pertenecen las 594.000 monedas de oro y plata que extrajo del
Atlántico en 2007. Sin embargo, José María desvela que, desde hace
tiempo, la compañía se está poniendo en contacto con los descendientes de las
víctimas de 'La Mercedes' para ganarles para su causa.
Pongámonos en situación. En mayo de 2008, el Gobierno
identificó oficialmente el pecio como 'La Mercedes' y proclamó la soberanía
española del tesoro. Poco después, se personaron en la causa 25 descendientes
de víctimas del ataque británico, que defienden que, siendo el buque español,
la carga era privada y, por tanto, tienen derechos hereditarios. Exactamente
el mismo argumento que, a día de hoy, mantiene la compañía cazatesoros.
José María conoce perfectamente cómo llegaron estas
personas a inmiscuirse en el litigio: "Un abogado colombiano invitó a sumarse
a la causa a los descendientes. Trabaja para Odyssey, aunque no lo dice ni lo
admite". Una de las puertas a las que llamó la compañía fue, por supuesto, la
de los Alvear. Bien lo sabe José María, con el que hablaron para ofrecerle un
pacto. "Odyssey se compromete a repartir el tesoro con los
que se personen. Nos ofrece a los descendientes el 10%".
La empresa ha valorado el botín en 395 millones de
euros, por lo que hablamos de la nada despreciable cifra de 39,5
millones. No obstante, José María no comparte la estimación: "Está
sobrevalorado. La mayoría de expertos se inclina en que no supera más de 10
millones de dólares".
Aun así, Odyssey ha convencido a 25 personas. Entre ellas,
a algunos Alvear, todos de la rama argentina de la familia. "Son cinco de los
1.500 descendientes directos de Diego de Alvear", matiza José María. Él, en
particular, lo tiene claro: "Odyssey se está encargando muy mucho de dividir a
los descendientes, porque cuantos más apoyos reciba por parte de ellos, más
peso va a tener ante la Justicia. Que no se dejen engañar, porque ni
siquiera sabemos con certeza el volumen del tesoro".
Él no cayó en la tentación. Primero, porque "Diego de
Alvear fue indemnizado por el rey Jorge III de Inglaterra" y porque "el Estado
español permitió que se hicieran reclamaciones entre 1824 y 1870". Segundo,
por "respeto y coherencia con el legado de Don Diego". Y tercero, porque "'La
Mercedes' viajaba bajo bandera española, y eso prevalece sobre cualquier
argumento; en derecho marítimo, tiene más importancia la bandera del buque que
lo que va dentro de él".
Es por eso que José María habla del 'caso Odyssey' como
un auténtico "expolio" y por lo que ha decidido contraatacar,
librando su personal batalla para que los restos de este yacimiento
subacuático sean devueltos a nuestro país. Ya tiene un grupo en Facebook y
busca adeptos en su blog (www.moncasidealvear.es) y en Twitter. Tiene pensado
ir a EEUU a exponer su postura, no descarta personarse en el caso y hasta ha
escrito una carta a Obama para agradecerle su apoyo a España, manifestado en
una reciente comunicación del Gobierno americano al juez. "Se la podría dar
Zapatero cuando se reúna con él en la Casa Blanca el próximo 13 de octubre",
dice. Todo sea por mantener incólume la figura de Diego de Alvear. Ya se sabe,
"un hombre que luchó y defendió los intereses de España allí donde estuvo".
As the only surviving Union Jack from Nelson's epic
battle is sold we retell the tale of the last flag of Trafalgar
By
Richard Pendlebury
MailOnline
12/10/2009
On
the most memorable day of his extraordinary career, it is unlikely that 2nd
Lieutenant James Clephan gave much thought to the Union Jack being shot to
pieces on the jackstaff of his ship. The enemy had closed on HMS Spartiate and
chainshot shrieked just feet over Clephan's head. Muskets crackled from the tops
of the Spanish 80-gun Neptuno, whose own decks were running with blood.
The Spartiate's gun crews were battering her mercilessly, their steady
broadsides helping to drown the howls of the British injured and dying. Around
Lt Clephan and his shipmates, the seascape off Cape Trafalgar offered any number
of hellish scenes.
The historic flag made & presented by a grateful ship's
company to one of the only 'pressed' men to become a Captain in Nelson's navy
is coming up for auction
A
single shot had raked the entire interior of the French battleship Bucentaure,
killing or maiming 40 of its crew. Aboard the nearby British flagship Victory,
Admiral Lord Nelson's secretary had been cut in half by a cannon ball. Eight
marines on board were also butchered by a single Spanish barshot.
Some 4,000 sailors would be dead by the evening. William Beattie, the surgeon
who treated the dying Nelson, had another 145 casualties to attend during the
day.
Throughout the action, the tablecloth-size sewn patchwork of 31 red, white and
blue strips, which had begun life as naval bunting, had fluttered at the bow of
HMS Spartiate.
Musketry and shrapnel had rent it - but 204 years later it survives as an unique
and enduring relic; not only of the greatest battle in the Royal Navy's history
but also of one of its most remarkable sailors.
And now, later this month, it is to be sold at auction by Clephan's descendants
as the only surviving Union Jack from that historic day. So how did it end up in
Clephan's possession? And what is the extraordinary story behind it?
Clephan was a poor man who never intended to go to sea. But fate, economic
circumstance and his own personal courage conspired to place him on the
quarterdeck of one of Admiral Lord Nelson's men o' war, off Cape Trafalgar in
the autumn of 1805.
His life had begun 37 years earlier amid far less distinguished circumstances,
in Fife. As a boy, Clephan was apprenticed to a weaver in the cottage industry
which flourished in that part of Scotland in the mid-18th century.
But domestic looms were soon to be overtaken by the Industrial Revolution.
Factories replaced cottages and the American Revolution of 1776 then took away
one of the weavers' major export markets.
Clephan was not alone in seeking alternative work. Coastal Fife has a rich
tradition of producing sailors and it was to the sea that the young man turned.
Initially, he joined the merchant fleet, but the Royal Navy soon sequestered his
skills. Press gangs roamed Britain's ports looking for men to put before the
mast. Records show that on July 23, 1794, the 'Impress Service' caught up with
Clephan, then 26.
Conditions below deck were harsh and naval discipline notoriously strict. Brutal
floggings were commonplace and death the punishment for a wide number of
offences.
But for Clephan, this was to be the start of an extraordinary naval career. His
first boat was the 26-gun Sibyl, aboard which he was rated an able-bodied 2nd
Class Mate, reflecting some previous experience. By October 1796 he had been
promoted to Master's Mate, stowing his hammock aboard the 36-gun frigate Doris.
In
1800-01, HMS Doris, commanded by Captain John Holliday, made a thorough nuisance
of herself to the French, capturing six merchant brigs and other prizes. During
these cruises Clephan must have impressed his captain, because in January 1801
he was made Midshipman.
By
now he was in his early 30s and probably more than twice as old as some of his
contemporaries. Nevertheless, his achievement was notable. Within seven years of
being press-ganged, he was a junior officer and would be entitled to have 'Mr'
before his name.
Greater glory and elevation were soon to follow. On the night of July 21, 1801,
boats from the Doris rowed into the anchorage off the northern French port of
Brest. There, in the face of French opposition, a party of British sailors
boarded the French corvette Chevrette. After fierce fighting with cutlasses, the
Chevrette's cables were cut and she was sailed out of the bay to the waiting
British squadron. It was a bloody little action. Several of the British had arms
cut off trying to board the Chevrette. By the time the fighting was over, three
Royal Navy officers and nine men lay dead or dying. More than 50 were wounded.
But such daring merited promotion for those who led the way and survived. Among
them was Midshipman Clephan - the first Briton to set foot on the enemy deck.
For this he was immediately promoted to 2nd Lieutenant. The elevation was signed
off by Admiral Cornwallis, who told Clephan: 'You well deserve your promotion.
Few officers have earned it so hardly.'
This could not be denied; both socially and physically, Clephan had overcome
enormous obstacles and dangers to get so far. He was transferred to the 90-gun
HMS Namur, where he served until the Peace of Amiens in 1802 brought Europe a
respite from conflict.
But the calm didn't last long. Clephan had enough time to marry before a
resumption of hostilities with France saw him back at sea the following year
aboard the 74-gun HMS Spartiate, a French-built ship captured at the Battle of
the Nile.
From her decks, Clephan would be afforded a front-row view of perhaps the most
famous battle in naval history - Trafalgar. Spartiate had joined up with
Nelson's fleet when his pursuit of the Franco-Spanish force took him across the
Atlantic and back. The two fleets finally met off the coast of south-west Spain.
Nelson sent his immortal signal, 'England expects that every man will do his
duty', and battle was joined. Bringing up the rear was Spartiate - with Clephan
aboard - and Spartiate's closest confederate, the 74-gun HMS Minotaur.
BEING so far behind, they did not take part in the initial stages of the battle,
but when ten enemy men o' war attempted to turn and attack the British centre,
including the battered Victory, the Spartiate and Minotaur were there to block
their paths.
During the action, Spartiate and Minotaur took on the Spanish warship Neptuno,
which was forced to surrender. Compared with other ships at Trafalgar,
Spartiate's butcher's bill was slight; three men killed and 20 wounded.
Many thousands of British sailors had done their duty that day. After such an
immense and total victory, there was a rash of promotions. Once again, James
Clephan was foremost among them. He was immediately elevated to the rank of
First Lieutenant.
He
was not only a brave sailor, but a popular one, too. Spartiate's crew, among
whom Clephan was considered 'one of our own', presented him with the tatty Jack
which had flown at the bow during the ship's most famous action. It is possible
that it had been stitched together by the Jack Tars - as the ratings were known.
Then in April 1811, he was promoted again, to the rank of Commander and given
his first ship, the sloop Charybdis which saw action in the attempt to take New
Orleans.
But in reality, his fighting career was nearing its end. After the post-Waterloo
peace of 1815, Clephan was paid off at Deptford and put on half pay.
By
the time of his retirement, in 1840, he had achieved the rank of Captain. It is
thought that James Clephan was one of only 16 men in Royal Navy history to have
risen to this rank after being press-ganged.
Clephan died in Edinburgh in January 1851, aged 83. He had kept his flag, which
still smelled of gunpowder, from that famous day almost half a century earlier.
The relic has passed down the generations until today.
For many years it has been kept in a darkened drawer to preserve it from further
decay. Trafalgar Day - October 21 - this year will see it change hands for the
first time in more than two centuries.
When Clephan's descendants sell it at auction, the flag is expected to attract
up to £15,000. The cottage weaver from Fife, who never planned to go to sea,
would have been amazed.
Odyssey no
quiere devolver lo que expolió
22/1/2010
HOYESARTE.COM
Odyssey ha recurrido ante del Undécimo Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos
la decisión del juez de Tampa (Florida) Steven D. Merryday que el pasado
diciembre dio la razón a España en el litigio que mantiene con la empresa
"cazatesoros". El magistrado dijo entonces que el tesoro, 500.000 monedas de oro
y plata, de la fragata de la Real Armada
Nuestra Señora de las Mercedes debía ser devuelto a su legítimo
propietario: España.
La
compañía considera que la fragata de nuestra armada, a pesar de ser hundida por
la flota inglesa, no iba en misión de guerra, y que la mayor parte de la fortuna
que se hundió pertenecía a los mercaderes que viajaban en el barco. Eso
serviría, según la compañía expoliadora, para anular el principio de Inmunidad
Soberana sobre la nave que ha reclamado siempre España. Odyssey ha señalado que
probablemente los jueces, con sede en Atlanta (Georgia), no emitirán su dictamen
sobre la propiedad del tesoro hasta bien entrado el año.
El
juez Merryday rechazaba en aquel dictamen las últimas reclamaciones presentadas
por la empresa sobre la propiedad de las monedas y otros objetos saqueados del
pecio, valorados en unos 400 millones de euros.
Recurso de Odyssey
El
Gobierno español siempre ha sostenido que los restos pertenecen a un cementerio
marino -en la explosión del navío fallecieron 200 marinos y sus familiares- y se
encuentran protegidos por la Ley de Inmunidad de Soberanía Extranjera, un
principio jurídico "absolutamente claro" en EE.UU. La sentencia de
diciembre estipulaba que Odyssey podía seguir haciéndose cargo del tesoro hasta
que se acordara la manera de entrega y a la espera de un posible recurso que
pudiera presentar la empresa estadounidense.
El
presidente de la compañía expoliadora, Greg Stemm, ya afirmó en un comunicado
emitido tras conocerse aquella sentencia que su empresa acudiría al Undécimo
Tribunal de Apelaciones para defender su caso y evitar entregar el tesoro a
España. "La decisión del juez Merryday supone que podamos acudir rápidamente al
Tribunal de Apelación, donde estamos convencidos que el asunto legal está
claramente a nuestro favor", señaló Stemm.
Soberanía española
Como
en anteriores sentencias, Merryday reafirma que el tesoro extraído por Odyssey
del fondo del mar, en un pecio denominado por la empresa estadounidense Cisne
Negro, pertenece sin duda a la fragata española. Por ello, según el juez, el
lugar del hundimiento y todos los objetos encontrados están bajo soberanía
española, lo que reafirma las decisiones previas en el mismo tribunal de Tampa
del juez Mark Pizzo.
Odyssey había mantenido en varios recursos que no había pruebas definitivas de
que se tratara de la fragata y que, aunque así fuese, el buque estaba en una
misión comercial y no militar cuando se hundió en el Atlántico en 1804 después
de que una bala de cañón inglesa hiciera saltar su santabárbara.
El
tesoro fue expoliado en mayo del 2007 en un lugar aún no identificado al sur de
Portugal y al oeste de Cádiz. Cuando la compañía hizo público el hallazgo, el
Gobierno español lo reclamó con el argumento de que pertenecía al cargamento de
la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, hundida por una flota inglesa
en esa zona el 5 de octubre de 1804 durante la Batalla del Cabo de Santa María.
Pero para entonces Odyssey ya lo había trasladado a Florida a través de
Gibraltar. El Gobierno español denunció ante los tribunales estadounidenses a la
compañía y reclamó la propiedad de las 500.000 monedas de oro y plata, que pesan
alrededor de 17 toneladas, que transportaba el navío español.
Posición oficial
En
septiembre pasado, el Gobierno de Estados Unidos apoyó ante el tribunal la
petición española con documentación jurídica preparada por el Departamento de
Justicia que incluían las posiciones del Departamento de Estado y de la Armada
estadounidenses.
A
raíz de la publicación en hoyesarte.com de aquella
noticia sobre la postura oficial estadounidense, José María Moncasi de Alvear,
descendiente directo del almirante Diego de Alvear, comandante de la flota en la
que se incluía la Mercedes, agradeció desde
estas páginas al presidente de Estados Unidos su apoyo a España en el caso.
La
historia de Diego de Alvear y el mencionado navío se remonta a 1802. Ese año, el
almirante regresaba a España tras haber servido a la Corona y a España como
Segundo Comisario de la Demarcación de Límites entre España y Portugal. La
fragata partió del Callao rumbo a Cádiz transportando patrimonio de la Corona y
de comerciantes españoles. En esa larga travesía, cuando la Mercedes se
encontraba ya frente a las costas portuguesas, el comandante De Alvear, desde
otro navío, vio cómo la fragata española explotaba tras un ataque inglés
llevándose consigo a su esposa, a siete de sus ocho hijos y toda su fortuna.
El
proceso legal en Estados Unidos requiere que todas las partes que se presentaron
en el proceso judicial argumentaran ante el juez Steven Merryday la legitimidad
de la decisión adoptada el pasado junio por el magistrado Pizzo, que dictaminaba
que el tesoro debía ser devuelto a España.
Cementerio de españoles
Ante
el informe y la recomendación emitidas por el magistrado Pizzo, el abogado del
Gobierno español argumentó que dicha decisión reflejaba "un correcto y cuidadoso
análisis de la evidencia y de los principios legales que establecen que el
pecio, los marineros, las monedas y demás objetos están protegidos de
perturbaciones ilícitas y explotación comercial".
Aquella primera decisión de Pizzo, que consolidaba el precedente establecido en
el caso del Juno y la
Galga, reconocía de una manera clara y contundente que el
“mutuo respeto entre las naciones requiere que el lugar donde se encuentra el
pecio Nuestra Señora de las Mercedes
con todas las personas que perecieron en aquel día fatídico permanezca
inalterado. El Derecho internacional reconoce la solemnidad del lugar donde
yacen y los intereses soberanos de España en preservarlo".
Odyssey había propuesto al Gobierno español llegar a un acuerdo sobre los
derechos de propiedad del tesoro que transportaba la fragata. España siempre se
opuso a ningún acuerdo con una empresa a la que calificó de "pirata".
NELSON LETTER SELLS FOR £32,450
A letter by Admiral Horatio Nelson
which shows the hero of Trafalgar was spoiling for a fight with his French
rivals four days before the battle was sold by Sotheby’s for well over its
estimate.
The letter went to an unidentified buyer for £32,450 after it was put up for
auction this week with an estimate of £9,000-£12,000 pounds, Sotheby’s told
Reuters. In the letter, Nelson also warns the Governor of Gibraltar to keep
quiet about a shortage of drinking water aboard HMS Victory “or we hall see it
in an English newspaper.” The letter to the governor, Rear Admiral John Knight,
was written on Oct. 17, 1805, just four days before the historic battle in which
Nelson was killed. In it, the admiral declared he was “anxious for an Easterly
wind”, as that would encourage the enemy to leave port and finally face the
British.
“He obviously wants to take the
fight to the enemy,” Gabriel Heaton from Sotheby’s told Reuters. “He was never
in any doubt that his men and his ships would win in a fight.
”The day after the letter
was written, the wind swung to the southeast and the French Admiral Villeneuve
raised the signal for his ships to unmoor from anchor at Cadiz. The wind was
incredibly light: it took days for the battle to start and it was not until
nearly midday on the 21st when Nelson ordered the hoisting of his famous
message: “England expects every man to do his duty.” Despite being outnumbered
in terms of both ships and men, the British triumphed. Ten days later Nelson’s
body was received in Gibraltar by governor Knight. The letter is unpublished and
was in the hands of a private collector. The significant factor about it is the
date,” Heaton said. “That’s really what makes this such a striking document.”
Award 'that represented Lord Nelson's relationships' to be
sold
THE TELEGRAPH
An honour awarded to Lord Nelson which
his mistress claimed represented their relationship is to be sold at auction.
Admiral
Lord Nelson was made made a Knight of the Bath and promoted to the rank of rear
admiral after achieving victory over the Spaniards at Cape St Vincent Photo:
PA
8:00AM BST 14
Oct 2010
The breast star of the Order of the Bath
bearing the words Tria Junct in Uno (three joined as one) actually signified the
union of the English, Scottish and Irish crowns.
But Lady Hamilton, whose husband Sir
William and lover were both Knights of the Bath, enjoyed pointing out that the
motto could equally refer to their famous menage a trois. As she pointed out:
"Sir Willliam, he (Nelson) and I have but one heart in three bodies."
Nelson's wife Fanny grew increasingly
exasperated by his behaviour, once exploding: "I am sick of hearing of dear Lady
Hamilton and am resolved that you shall give up either her or me." In the event
Nelson left her to move with the Hamiltons into Merton Place, near Wimbledon,
south west London.
The "Tria" lasted until 1803 when Sir
William died in the arms of his wife and whilst holding Lord Nelson's hand.
Now the star, Nelson's most famous and
cherished honour and which has been lost to the nation for more than 200 years,
may fetch well over half a million pounds at auction.
The award, which came with a knighthood and was awarded after
victory at the Battle of Cape St Vincent in 1797 made him a national hero,
disappeared from public view after Nelson's death at Trafalgar in 1805.
It goes on show for the first time ever at
Sotheby's in London on Monday (Oct 18) before being offered for sale at
specialist auctioneers Morton and Eden in London on October 22, the day after
the 205th anniversary of the Battle of Trafalgar, by a direct descendant of
Admiral Keats living overseas.
It was left in his will to his brother,
the Rev. William Nelson, who in 1814 gave the precious insignia to the late
admiral's friend and confidant, Admiral Sir Richard Goodwin Keats.
The star therefore avoided being stolen in
1900 when a thief made off with most of Nelson's most personal relics from the
Painted Hall at Greenwich Hospital, south east London, including his naval gold
medals, watch and sword hilts, which had been sold five years earlier through
Christie's.
Never before publicly displayed, it has
been afforded a pre-sale estimate of £300, 000 - £500, 000 but experts believe
the award - the only Nelson honour ever likely to come to auction - could go for
much more. Nelson, who was fond of "bling", was wearing a replica of the honour
when he was shot by a sniper at the moment of his most famous victory at
Trafalgar in 1805.
Auctioneer James Morton said: "This is an
exceptionally important piece of Nelson memorabilia, made even more remarkable
for having been rediscovered more than 200 years after the admiral's death at
Trafalgar. "
The majority of Nelson's decorations were
bought for the nation in 1895 for £2,500 but were almost certainly melted down
after the theft in December, 1900. The thief was not caught until 1904, when he
was given seven years' penal servitude.
Nelson disobeyed orders in achieving
victory over the Spaniards at Cape St Vincent but was feted in Britain as a
national hero. He was made made a Knight of the Bath and promoted to the rank of
rear admiral.
Nelson, Sir William and Emma lived openly
together in Merton, to the fascination of the public, with the two men sharing
the enormous upkeep of the house.
Trafalgar medal sold for £5,760
SALISBURY JOURNAL 26/07/2010
A MEDAL awarded to a Salisbury boy who fought at the
Battle of Trafalgar when Lord Nelson was killed has been sold for £5,760 at
auction.
James Folley had been in the Royal Navy for just six
months when Britain’s great naval hero was killed.
Now, 200 years later, a silver medal awarded to Folley for
his brief naval career - one of the shortest in Wiltshire’s history – has been
sold to a collector at Spink in Bloomsbury, London on Thursday .
Folley had to wait more than 40 years to collect his Naval
General Service 1793-1840 medal with its sought-after Trafalgar clasp as the
medal was not introduced until 1847.
Folley was born in Salisbury and that he joined the Royal
Navy in July 1805, serving as Boy Third Class in HMS Defence at the Battle of
Trafalgar.
He survived the battle in which 2,576 men lost their lives.
His medal, which is silver and features an image of the
young Queen Victoria, was among 94 Naval General Service 1793-1840 medals sold
at the auction, making more than half a million pounds.
The collection is regarded as the finest of its kind to
come to auction.
For sale: The silver snuff box stolen from Nelson's cabin
as he lay dying on the deck of the Victory
MailOnline 11/06/2010
A silver snuff box
stolen by a sailor from Lord Admiral Nelson's cabin as he lay dying on the deck
of HMS Victory is to be sold at auction.
The 8cm horn-shaped
snuff 'mull' was taken from Horatio's private quarters by a coxswain called
'Sims' on October 21, 1805.
It was taken the day Nelson was shot and
killed during the Battle of Trafalgar and issued his famous words, 'Kiss Me,
Hardy'.
Under the hammer: A curiously shaped snuff box was stolen from Lord Nelson's
cabin by a sailor as he lay dying on the deck of the HMS Victory during his
famous battle at Trafalgar
But
while he lay dying in the arms of his men, Sims - a sailor on the famous ship -
walked into his private quarters.
He helped himself to several of Nelson
private things including a snuff box and later gave it to his uncle, another
sailor also called Sims.
On his death bed the uncle bequeathed it to
another sailor who worked at Brighton College where he gave it to the principal,
Dr John Griffith.
A letter, written by
Dr Griffith on May 5, 1891, says the box was taken from Nelson's private
quarters on HMS Victory.
It reads: 'Sims who
was coxswain aboard the Victory on 21st of October 1805 obtained for himself
from Nelson's cabin, as was then the habit some of the admiral's things & among
them this horn silver mounted snuff box.
'Coxswain Sims gave
it to his Uncle Sims commander of the revenue cutter on guard between Weymouth &
New Haven.
'This Sims on his
death bed sent for a comande (sic) of his on board the revenue cutter & gave him
Nelson's snuff box. he leaving the service became porter of Brighton College
while I was principal.
'After his death his
widow gave me this memento of himself & of Lord Nelson, they having no children,
as she gave her husband's medal to my son Arthur for his boy.
'John Griffith May 5,
1891 Hasrock Sussex'
Proof: A
letter, written by Dr John Griffith, principal at Brighton College in 1891, says
the box was taken from Nelson's private quarters on HMS Victory
The mounted snuff box
has been passed down through a family and will now to be sold at Bearnes
auctioneers in Exeter, Devon.
It has minimum price
of £1,600 but it is expected to fetch considerably more and attract
international interest during the sale on June 16.
Brian Goodison-Blanks, maritime
specialist at Bearnes, said records showed seaman Sims was onboard HMS Victory
at the time and that Dr Griffith was principal of Brighton College.
He said: 'Nelson is
probably the most famous admiral of the Royal Navy. In this case the documentary
evidence does corroborate it being Nelson's snuff box. 'It seems Sims stole into
Nelson's chamber on the day he died, probably as attention was turned to him as
he lay dying, and helped himself to something.
'If he had been
caught he would have been in deep trouble and probably executed for treason.
'This sort of period,
from the late 18th to 19th century, was one of the golden ages of the British
Navy, and it tends to prove popular with collectors.'
The Battle of
Trafalgar was fought between the Royal Navy and the combined fleets of the
French and Spanish during the Napoleonic Wars.
Nelson's body was
placed in a cask of brandy and returned home.
Estados Unidos quiso resolver el caso Odyssey con un trueque
Un cable publicado por Wikileaks revela
que la embajada ofertó su intervención para que España recuperara el tesoro a
cambio de un cuadro del Museo Thyssen
EuropaSur 10/12/2010
Redacción / Algeciras
Diversos cables diplomáticos del conjunto de
250.000 que la organización Wikileaks sacó a la luz pública el pasado 28 de
noviembre hacen referencia al denominado caso Odyssey, el que enfrenta a
España con la empresa estadounidense del mismo nombre por la propiedad del
tesoro que encontró la compañía de exploración submarina en 2007. Los
documentos, que descubren comunicaciones entre las embajadas de Estados Unidos
y el Departamento de Estado norteamericano, revelan sobre este tema en
concreto intrigas diplomáticas para resolver el conflicto al margen de los
tribunales, tensiones entre los ministerios de Exteriores y Cultura y la Junta
de Andalucía cuando los barcos de Odyssey comenzaron sus actividades en el
Campo de Gibraltar y ofertas de la firma comercial de Florida para burlar la
detención de los buques que tenía atracados en el Peñón.
Uno de los cables informa que en junio de 2008 el embajador estadounidense en
España, Eduardo Aguirre, sugirió al entonces ministro de Cultura, César
Antonio Molina, un trueque: Estados Unidos se comprometía a intentar por todos
los medios que España recuperara el tesoro a cambio de un cuadro del Museo
Thyssen que los nazis arrancaron con una venta forzada a la familia de un
ciudadano norteamericano, Claude Cassirer. Se trata del lienzo Calle Saint
Honoré después del mediodía, del artista francés Pissarro.
El telegrama al Departamento de Estado, publicado ayer por El País (uno
de los cinco diarios del mundo a los que Wikileaks filtró el conjunto de
documentos), indica: "El embajador señaló que, si bien los casos de Odyssey y
Cassirer son diferentes temas legales, es interés de ambos Gobiernos hacer uso
de cualquier margen de maniobra que sea posible para resolver los dos asuntos
de una manera que favorezca las relaciones bilaterales entre ambos países".
Molina entendió el mensaje, pero rechazó la oferta. El cable, confirmó El
País, añade: "El ministro escuchó atentamente el mensaje del embajador
pero subrayó el hecho de que son casos distintos. Dijo que ningún gobierno
español podría devolver el cuadro sin una decisión judicial".
Odyssey había llegado a España a finales de los noventa con el objetivo de
buscar en las aguas de Gibraltar y La Línea el HMS Sussex, un barco
británico que naufragó en 1694. Se llegó a pensar que Odyssey había recuperado
el tesoro de la polémica del Sussex, pero finalmente se constató que
procedió del La Mercedes, buque español hundido frente a las costas del
Algarve portugués, el que verdaderamente se escondía tras el nombre en clave
que le había dado Odyssey, el Cisne Negro. De cualquier forma, el Peñón
se había convertido en la base de operaciones de la compañía y, de hecho, fue
desde la Roca desde donde la empresa envió el botín de La Mercedes a
Estados Unidos.
Tras hacerse pública la recuperación del tesoro, los barcos de Odyssey
Odyssey Explorer y Ocean Alert quedaron atrapados en
Gibraltar ante la amenaza de la acción de la justicia española. Otro de los
documentos publicados por Wikileaks alude a la posición que adoptó la compañía
entonces. El telegrama hace referencia a una reunión entre el segundo de la
embajada de Estados Unidos en España en ese 2007, Hugo Llorens, y un
representante de Odyssey llamado Ali Nasser. "Nasser dice que están preparados
para recibir a algún representante del Gobierno (español) en su barco y
llevarlo al lugar donde encontraron el Cisne Negro, aunque eso solo
ocurrirá si no se detiene a los barcos de la empresa", cuenta el cable. Hay
que recordar que la Guardia Civil retuvo a los dos barcos de Odyssey en cuanto
salieron de la colonia.
El País también publicó ayer el contenido de cables que constatan las
tensiones que se vivieron entre los ministerios de Exteriores y Cultura, y
también entre el Gobierno español y la Junta de Andalucía, a cuenta del
permiso a Odyssey para rastrear aguas españolas en busca del Sussex. El
Gobierno lo había concedido desde 1999, pero la Junta se oponía. Finalmente
Exteriores lo corroboró, lo que enfureció a Cultura. De la entonces titular
del departamento, Carmen Calvo, un telegrama asegura que "su buena disposición
es cuestionable".
Odyssey tiene que
devolver el tesoro de 'La Mercedes' a España
Efe
- Miami -
02/02/2012 - 07:00
Cincodias.com
Odyssey tendrá que devolver el
tesoro de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, 500.000 monedas de oro y
plata, a España. El Tribunal de Apelaciones de Atlanta ha rechazado el recurso
interpuesto por la empresa estadounidense.
En una escueta decisión a la que
tuvo acceso Efe, el tribunal se limita a decir que el recurso que había
presentado Odyssey ante esa instancia ha sido denegado. Esto quiere decir que la
empresa estadounidense tendrá que devolver las 500.000 monedas de oro y plata
valoradas en 380 millones de euros al Estado español. Odyssey encontró este
cargamento en mayo de 2007 frente a las costas del Algarve, en Portugal, y desde
entonces se lleva librando una batalla judicial por la propiedad de las monedas
de la fragata.
Contra esta decisión no cabe
recurso, con lo que Odyssey ha agotado todas las posibilidades para evitar la
entrega de ese valioso tesoro, el mayor jamás encontrado bajo el mar. La única
posibilidad que le resta es un recurso de urgencia que tiene pendiente en el
Tribunal Supremo de EE UU. "Aún no hay una orden directa de devolución del
tesoro", aclaró a Efe un portavoz de la compañía estadounidense, quien detalló
que "esperaremos a que se emita esa orden".
Ahora deberá ser un tribunal de
Florida el que, después de recibir la notificación oficial de la corte de
Atlanta, establezca los plazos de entrega. Según el abogado de España en los
tribunales de EE UU, James Goold, la devolución deberá ser en los 10 días
siguientes a la recepción de esa comunicación.
Incalculable valor
Los ministros de Asuntos Exteriores
y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, y de Educación, Cultura y
Deporte, José Ignacio Wert, celebraron la decisión. "Esta sentencia devuelve a
los españoles un tesoro de incalculable valor histórico", señaló Wert.
«Bravo
Hemos ganado el caso Odyssey»
Ésa fue la expresión de James Goold, el abogado que defendió a España en
el caso, cuando encontró el documento que le permitía ganar el juicio y que
nuestro país recuperara los tesoros del buque «Nuestra Señora de las Mercedes»
4
Febrero 12 - - Gema Pajares- Madrid
Larazon.es
En el Archivo del Museo Naval de
Madrid no ocultan su satisfacción. Desde que hace 72 horas se supo que el final
del «caso Odyssey» era inminente tras el fallo a favor de España de la
jurisdicción de EE UU y que la carga de la fragata «Nuestra Señora de las
Mercedes» haría el camino de vuelta de Tampa a nuestro país, el foco de atención
se ha centrado en esta institución. Son cautos, pero saben que el final de este
largo litigio que ha enfrentado al Gobierno español con la empresa cazatesoros
Odyssey Marine Exploration (OME) tiene los días contados. Pilar del Campo es una
de las personas que ha vivido el caso en primera persona. Lleva muchos años como
responsable del Archivo. Por sus manos pasaron los cientos de legajos que dieron
la victoria a España en el no tan lejano caso de los navíos «Juno» y «Galga» en
2000.
Dos mil días
Allí coincidió por primera vez con el letrado James Goold, un hombre de pocas
palabras, pero seguro de sí mismo, que apenas habla español. Hace doce años ganó
el citado caso y la Orden de Isabel la Católica. Cuando Greg Stemm, responsable
de la compañía expoliadora, hizo público el anuncio en 2007 «del mayor tesoro
hallado en el fondo del mar», nadie pensó que el proceso judicial fuera a ser
tan farragoso. «Jamás desfallecieron los ánimos, ni siquiera en los momentos más
duros, que fueron en 2008. Sabíamos que estábamos trabajando por el buen
camino», comenta Pilar del Campo.¿Cuántos documentos se han consultado en estos
más de dos mil días? Orgullosa, nos proporciona una cifra apabullante: pueden
haber sido 14 kilómetros de papeles (y un par de cajas de correos electrónicos
cruzados) «con descripciones detalladísimas. Hemos accedido a legajos que había
en los depósitos y que nos han proporcionado una información decisiva. Hay que
saber mirar para separar el grano de la paja». Junto al Museo Naval, han
trabajado el Archivo General de la Marina (uno de cuyos responsables es Vicente
del Campo, hermano de Pilar), el Archivo General de Indias y la Academia de
Historia, entre otras instituciones. El abogado norteamericano tenía clara la
tesis de que el tesoro de medio millón de monedas que se custodia en unos
almacenes de Tampa (los US Marshall vigilan para que todo esté en su sitio) era
un navío en misión de Estado y no un barco comercial, como trató de demostrar
Odyssey.
La Fragata «Nuestra Señora de las Mercedes» fue hundida el 5 de octubre de 1804
por una flotilla inglesa (compuesta por los navíos «Amphion», «Tireless», «Lively»
y «Medusa») que, a pesar de no existir declaración de guerra, abrió fuego contra
el convoy, compuesto por cuatro naves, Fama, Medea, Santa Clara y Las Mercedes,
que fue la primera en sucumbir. Es la victoria que se conoce como del Cabo de
Santa María frente a las costas del Algarve portugués. De entre el arsenal de
papeles, James Goold, ya curtido en anteriores batallas con «cazatesoros», sabía
que era clave dar con un documento para sostener la tesis de que el navío no
estaba en misión de guerra, sino que era un barco de Estado que transportaba
caudales públicos.
Hallazgo irrepetible
El papel que probara esa tesis sería clave. Y llegó. Fue un día de 2007. Goold
estaba en el Museo Naval. Sabía que el viaje que le traía a España le iba a dar
una gran satisfacción. «Le mostramos el papel y él, incrédulo, lo leyó, dio un
salto y levantó ambos pulgares al mismo tiempo. No habla español, pero grito un
“¡Bravo!” irrepetible», recuerda Pilar del Campo, quien insiste en que no puede
olvidar cómo fue la mirada de Goold: «Lo dijo todo con los ojos. No necesitó
hablar». El ayudante del letrado, conocedor del idioma de Cervantes, se
apresuró a esbozar un «tenemos ganado el caso». El documento, fechado el 13 de
septiembre de 1802, era el oficio de Manuel Godoy al ministro de Marina, Domingo
de Grandallana, en el que informaba sobre el estado de caudales pendientes de
transportar a España y sobre la conveniencia de enviar buques de guerra para
traerlos. En una nota marginal se puede leer que «a tal efecto» se despacharon a
Lima las fragatas «Clara» y «Mercedes», según consta en el Archivo General de la
Marina Álvaro Bazán. El segundo texto, pieza angular «de la victoria», es unos
meses anterior, del 11 de junio de ese año, una decisiva Real Orden del ministro
de Marina, el citado Grandallana, al capitán general Félix de Tejada para que
disponga la habilitación de las fragatas de guerra «Clara» y «Mercedes», al
tiempo que se le confiere el mando a los capitanes José Goicoa y Diego de Aleson.
Hay que tener en cuenta que una Real Orden sólo la firma un ministro y es
ejecutada «de orden» o en nombre del Rey. Jurídica y diplomáticamente se trata
de una de las tipologías documentales de mayor rango.
Habían hallado «el» documento y Godoy tenía mucho que ver. Las tesis del bufete
de abogados de OME quedaban fuera de juego. Pero Stemm no se dio por vencido.
Quienes le conocen saben que juega a ganar: «No esperaban lo sucedido y jamás
pensaron que podríamos desmontar sus tesis. Se la jugaron a una carta y han
perdido», explica Del Campo, quien desvela que Odyssey usó el despiste y la
confusión. «Quiso desviar la atención hacia otro barco, un buque correo de
nombre “Nuestra Señora de las Mercedes y de las Ánimas”, que nada tenía que ver
con nuestro barco. Lo que hicimos fue documentar las comisiones de “La
Mercedes”. No hizo falta más para saber que trataban de jugar al despiste»,
señala. Y es que es común que, cuando un navío desaparece, otro tome su nombre.
Conocer nuestra historia
Eso es lo que quisieron utilizar los abogados de OME. «La Armada nunca abandona
sus buques; registra el estado de los activos o desaparecidos en combate, por
temporal, desguace... y lo hacen a través de publicaciones reglamentarias, como
el estado General de la Armada o mediante registros manuscritos». Y dejamos para
el final una pregunta: ¿sería posible deshacerse de una parte del tesoro
mediante su venta y emplear ese dinero en rescatar pecios hundidos? Del Campo
asegura: «Estamos ante un tesoro que es patrimonio de la humanidad con el que no
se va a comerciar. Se repartirá en varios museos del mundo para que nuestra
historia se pueda conocer mejor».
Caudales, lana y cascarilla
Según un libro escrito por uno de los descendientes de Diego de Alvear, «las
fragatas traían 4.733.153 duros», de los que la gran mayoría era «las soldadas
de las tripulaciones y oficialidad, y caudal de particulares», lo que corrobora
la tesis de que el navío no desempeñaba una misión comercial, sino de Estado,
como prueba un documento vinculado a Godoy. La mayor parte de las 500.000
monedas de oro y plata que los cazatesoros del «Odyssey» expoliaron al pecio
español, frente a las costas del Algarve portugués, se acuñó en 1803 en la ceca
de Lima. «La Mercedes» transportaba, además de cascarilla (un tipo de fruto),
lana de vicuña, dos culebrinas de bronce y caudales.
El detalle
DOS HORAS AMARRADO A LA PROA
Diego de Alvear y uno de sus hijos, Carlos María, sobrevivieron al hundimiento
de «La Mercedes». Cuando el barco saltó por los aires, presenciaron la muerte
de su familia, la madre y siete hijos. 249 personas murieron y sólo hubo 51
supervivientes, que fueron apresados por los ingleses. Algunos tripulantes
soportaron penalidades, como Pedro Afán de Ribera, teniente de navío de la Real
Marina, quien narra que se sostuvo amarrado a la proa «dos horas y cuarto, hasta
que, finalizado el combate, lo recogieron, y habiendo padecido
extraordinariamente de cuyas resultas ha quedado cojo con parte del pie
izquierdo menos, manco del brazo derecho por la clavícula, con un afecto al
pecho continuado y en general toda su máquina trastornada». En semejantes
condiciones pide que se le conceda el sueldo de capitán de fragata, porque ha
perdido todos sus ahorros «y se halla en una indigencia tal que le han cubierto
las carnes sus compañeros de limosna».
España reclama
la entrega del tesoro pese al recurso en el Supremo
Efe. Washington|
08/02/2012 a las 21:45
Heraldo.es
El Gobierno español recordó que sigue
vigente la devolución del tesoro de la fragata "La Mercedes" pese al recurso
presentado por Odyssey.
El Gobierno
español recordó este miércoles que, pese al registro en el Tribunal Supremo de
EEUU del recurso presentado por Odyssey,
sigue vigente el proceso por el que debe entregar a España el tesoro
de la fragata "La Mercedes".
El Tribunal Supremo de EEUU registró el martes el recurso de emergencia con el
que la compañía estadounidense pretende paralizar la devolución del tesoro a
España, y que ha sido entregado al juez Clarence Thomas para su revisión, según
informaron este miércoles a Efe fuentes administrativas de la corte.
A este respecto, fuentes del Ministerio español de Educación, Cultura y Deporte
puntualizaron a Efe que "hasta que no haya una decisión expresa del juez del
Tribunal Supremo, la sentencia del Tribunal de Apelación de Atlanta, que
permitía la ejecución de la sentencia del Tribunal de Tampa por la cual el
Tesoro podía regresar a España, sigue
vigente".
Por tanto, el Gobierno español sigue "a
la espera" de que el Tribunal de Apelaciones de Atlanta, que
denegó el pasado 31 de enero un recurso de Odyssey, devuelva el caso a una corte
de Tampa (Florida), señalaron esas fuentes en un correo electrónico.
Una vez que ese tribunal reciba la notificación de Atlanta, y con ella la orden
de ejecución de la sentencia, concederá a la compañía un plazo máximo de diez
días para devolver a España las 17 toneladas de monedas y otros valiosos objetos
que componen el tesoro.
Para paralizar ese proceso, Odyssey ha solicitado al juez del Supremo
que ordene una suspensión temporal
y le dé tiempo así a presentarle formalmente, en un plazo máximo
de tres semanas, una petición de auto de certiorari.
Esa figura jurídica, también llamada auto de avocación, permite al Tribunal
Supremo de EEUU requerir a un tribunal de rango inferior (en este caso el de
Tampa) el envío de una causa para su posterior examen.
La solicitud de Odyssey "concuerda con las reglas del Tribunal y será revisada
próximamente" por Thomas, según las fuentes del Supremo, que precisaron que
aunque no hay un calendario fijo para los recursos de emergencia, éstos suelen
tramitarse "en pocos días".
Mientras se tramita, se mantendrá activo el calendario para que España repatríe
un tesoro que ocupa 600 cubas de 25 kilos cada una y permanece en un lugar
secreto de Florida.
Explorers
raise hope of Nelson 'treasure trove' on Victorian shipwreck
Explorers
believe they have found a submerged treasure trove of artefacts once owned by
Lord Nelson – including his sword – in the wreck of a ship sunk almost 90 years
after his death.
Mark Ellyatt, a British diver from the team who discovered
the shipwreck, has discovered a number of items he believes could have belonged
to Nelson Photo: MARK
ELLYATT
By
Jasper Copping
7:10AM GMT 29
Jan 2012
THE TELEGRAPH
He is Britain's most celebrated
naval hero and his statue in Trafalgar Square shows him with his trusty sword in
his hand.
Now, an explorer believes he
has found Lord Nelson's weapon on the wreck of a British warship 500 feet below
the surface of the Mediterranean. The diver thinks the sword is amongst a haul
of artefacts linked to the admiral which was on board HMS Victoria when it sank
in 1893.
The vessel was lost, along with
358 sailors, after a disastrous blunder by Vice Admiral George Tryon led to it
colliding with another British warship as they were preparing to anchor during
peacetime manoeuvres off the coast of Lebanon.
The vice admiral was a great
admirer of Nelson, who had died 88 years earlier, and was rumoured to have had
on board with him a collection of his hero's personal effects, which he was
reported to have bought at auction.
El
tesoro de «Nuestra Señora de las Mercedes» regresa a España
El cargamento, extraído del fondo del mar en 2007 por
Odyssey, aterrizará mañana a media tarde en la base aérea de Torrejón (Madrid)
MARÍA G. PICATOSTE / ENVIADA ESPECIAL A TAMPA
Día 24/02/2012 - 20.03h
ABC.es
A las 12 de la tarde del
viernes (18:00 hora peninsular) dos aviones Hércules despegaron con destino a
España de la base MacDill de las fuerzas aéreas de Estados Unidos portando en su
interior las 17 toneladas de monedas de plata y oro recuperadas del pecio de
«Nuestra Señora de las
Mercedes».
«Misión cumplida»,
exclamó Jorge Dezcallar, el embajador de España en Estados Unidos. Dezcallar
acudió a la base de MacDill junto a Guillermo Corral, agregado cultural de la
Embajada de España en Washington.
Allí se reunieron con el resto de la
comitiva española, formada por las integrantes del Comité Científico que
supervisó el inventario de la carga, el almirante Javier Romero, delegado de
defensa en Washington y representante en EE.UU. de la Armada española; el
almirante Gonzalo Rodríguez González Aller, director del Museo Naval de Madrid;
y la tripulación de los Hércules.
«Día
especialmente emotivo»
El embajador explicó que este era «un
día especialmente emotivo» para él, ya que con este último paso regresa a España
algo que «no es un tesoro, sino una parte de nuestra Historia». «Si en 1804
ellos no pudieron volver, por lo menos hoy parte de su trabajó lo hará», afirmó
el diplomático español, quien agradeció la colaboración de las fuerzas aéreas
estadounidenses y alabó el buen trabajó y las
sinergias entre los diferentes ministerios
españoles que lo han hecho posible.
Las 595.000 monedas, cuyo
valor estimado ronda los 400
millones de euros, permanecieron en posesión de la empresa
cazatesoros Odyssey hasta la tarde del jueves, cuando se hizo la transferencia
oficial de la patria potestad de la carga. El cambio de manos estaba previsto
que ocurriera el viernes, pero el disciplinado trabajo del Comité Científico
español encargado de inventariar y embalar las monedas permitió adelantarlo casi
24 horas.
Por requisitos de la sentencia del
Tribunal Federal de Tampa, el Comité tuvo que notificarle al juez Pizzo y a
Odyssey que ya habían finalizado su labor. Tras recibir la aprobación de Pizzo,
un camión recogió la carga y la transportó escoltado por dos furgonetas hasta el
hangar número 3 de la base MacDill de Tampa, donde pasó la noche del jueves
rodeada por altas medidas de seguridad.
La llegada a
España
Los Hércules aterrizarán después de
cerca de 22 horas de viaje
en Torrejón durante la tarde del sábado, a dónde llegarán haciendo dos paradas
técnicas. La primera en la base aérea McGuire de Nueva Jersey y la segunda en la
Base Aérea de Lajes, en Isla Terceira de las Azores.
Odyssey, la empresa cazatesoros
estadounidense que sacó de España en 2007 las monedas que hoy regresan a casa,
ha expresado que este caso no sienta un buen precedente para España, ya que
ahora aquellos que encuentren sus pecios en vez de notificárselo a las
autoridades lo que harán será comerciar en el
mercado negro con los «tesoros».
«Esa es la vuelta de tuerca que se le
ha ocurrido a Odissey», explicó James Good, el abogado que ha representado a
España en las diferentes Cortes de Estados Unidos por las que ha pasado el caso.
Good, quien confesó que ver partir los aviones ha sido muy gratificante para él,
añadió que el verdadero precedente que ha sentado este caso es que
«todas las compañías deben
actuar según la ley».
Las 21
toneladas de monedas antiguas fueron trasladadas a la sede de la Secretaría tras
llegar en dos aviones a Madrid
26.02.12 - 00:21 -
ALMUDENA GONZÁLEZ | MADRID.
lavozdigital.es
El tesoro es extraído de la bodega del avión. :: EFE
En un vuelo movido a causa de las tormentas y transportado en un cargamento de
21 toneladas, el tesoro de la fragata 'Nuestra Señora de las Mercedes' llegó
ayer a España y quedó depositado provisionalmente en la sede de la Secretaría de
Estado de Cultura, en el centro de Madrid.
Minutos antes de las dos de la tarde, y ante una gran expectación mediática,
aterrizaron en la base aérea de Torrejón de Ardoz los dos aviones Hércules que
transportaban el cargamento, y que habían despegado la víspera de la base de
MacDill, en Tampa (Florida, EE UU), sobre las seis de la tarde, hora española.
A pie de pista, el comandante del Ejército del Aire Miguel Ángel Tobías
Martínez, el general de la Guardia Civil José Cuasante y el jefe de la base
aérea de Torrejón de Ardoz, el general Yagüe, eran testigos de este nuevo
episodio de la apasionante historia del tesoro de la 'Mercedes', hundida en 1804
frente a las costas del Algarve (Portugal) por un ataque británico.
Se abre ahora una nueva fase de este proceso que comenzó en 2007, cuando el
Estado español inició una batalla legal para recuperar el cargamento de la
fragata, que extrajo del fondo marino la empresa cazatesoros Odyssey.
El material que ha llegado a España se compone de más de 500.000 monedas de oro
(las menos) y de plata, así como algunos tejidos, fragmentos metálicos y balas
de cañón, cuidadosamente embalados en contenedores por los técnicos españoles
trasladados a Tampa, que han introducido líquido conservante en cada uno de
ellos, motivo por el que ha aumentado el peso a transportar.
El comandante Miguel Ángel Tobías Martínez especificó que el cargamento,
repartido entre los dos aviones en cuatro y tres palés, respectivamente, pesaba
aproximadamente 47.000 libras (más de 21 toneladas).
La meteorología fue «el peor factor» del trayecto debido a las tormentas típicas
de la época, explicó el comandante, quien reconoció el especial «cariño» con el
que han afrontado esta misión por su significado: «Recuperar el patrimonio de
España». En los Hércules se han desplazado cuatro tripulaciones (más de veinte
personas) y también el abogado de España en este caso, James Goold.
En la base aérea de Torrejón de Ardoz se encontraba también el director general
de Bellas Artes y Bienes Culturales, Archivos y Bibliotecas, Jesús Prieto,
representante del departamento ministerial que ahora tiene la tarea de analizar,
catalogar y aplicar diversas medidas de conservación a los objetos rescatados.
Secretismo
El destino del tesoro, «un lugar seguro», según explicó en Torrejón el general
José Cuasante, jefe de la policía judicial de la Guardia Civil, resultó ser,
después de varias horas de secretismo, la sede del antiguo ministerio de Cultura
y actual Secretaría de Estado de este departamento, en la plaza del Rey, en el
centro de Madrid.
Hasta ella llegaron los camiones que trasladaban el tesoro de la 'Mercedes', en
medio de fuertes medidas de seguridad, escoltados por efectivos de la Guardia
Civil y la Policía Municipal, que cortaron el tráfico en las calles aledañas.
El tesoro de la fragata descansa ya en la sede ministerial, bajo depósito
judicial del juzgado número 3 de La Línea de la Concepción (Cádiz, sur de
España), que es el que ha llevado a cabo las investigaciones por el expolio del
pecio.
Según explicó recientemente el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José
Ignacio Wert, el Gobierno debe aún estudiar su ubicación definitiva, aunque al
parecer no tendrá un destino único y podría repartirse entre varios museos
españoles. Las autoridades de Cartagena, Segovia y Gran Canaria ya se han
apresurado a mostrar su disposición a albergar el tesoro